Derisso, Ángel F. (seudónimo: Centenario) (Buenos Aires, Argentina, década de 1890 – sin datos precisos de fallecimiento).
Peluquero anarquista, activo orador y agitador en San Miguel de Tucumán, en Tafí Viejo y en otras ciudades del interior argentino en la década de 1910.
Nacido en Buenos Aires, aprendió desde muy joven el oficio de peluquero. Desempeñó este oficio en su ciudad natal y en otras ciudades argentinas, sucesivamente: Rufino (Provincia de Santa Fe), Córdoba, Mendoza, Salta, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo (Provincia de Tucumán).
En Rufino lanzó a fines de 1911 el periódico La Antorcha, que se publicó hasta inicios de 1912. Poco después aparece fotografiando en la revista Fray Mocho como orador en la recova del Cabildo de la ciudad de Salta, pronunciando un discurso ante una multitud.
En noviembre de 1912, en el inicio de su estancia de varios años en San Miguel de Tucumán, encabezó un reclamo de los dependientes de comercio contra los negocios que sobre-exigían a sus empleados al incumplir la norma de cerrar sus puertas a las 20 horas. Derisso y una decena de compañeros realizaron ese atardecer una caminata por el centro de la ciudad para denunciar a los dueños de los locales que continuaban abiertos en horario nocturno, ingresando en la zapatería “La Catalana”, en la joyería de Francisco Yanicelli, en una tienda localizada en las calles Maipú y Muñecas y en la peluquería de Walfando Iglesias de la calle Las Heras al 700, rompiendo vidrieras al grito de “¡Qué cierren, qué cierren!”, siendo finalmente interceptados por la policía y detenidos.
A comienzos de 1913 la revista porteña Fray Mocho envió un corresponsal a Tucumán para entrevistarlo y fotografiarlo. El periodista lo presentó del siguiente modo:
Se trata de un personaje que sale enteramente de lo vulgar, lo que le permite mirar con menosprecio las cabezas humanas que caen bajo la acción del filoso instrumento, porque las sabe, en su enorme mayoría, inferiores a la suya. Como que la suya vive poblada de visiones fantásticas, que dibujan en su imaginario un mundo nuevo, aureolado por la igualdad de todos los hombres, en un gran himno de solidaridad.
“Peluqueros, periodistas, literatos, oradores y filósofos”, en: Fray Mocho nº 39, Buenos Aires, 24/1/ 1913, p. 53.
Entrevistado por el corresponsal de Fray Mocho, se dio el siguiente diálogo:
—¿Qué autores lee con preferencia? — le preguntamos.
—Leo a todos. No prefiero a ninguno. Lo primero me proporciona el material necesario a la “condimentación” de la idea. Lo segundo traeríame un fin absurdo, cual es el fanatismo. Por ello es que hago vivir en connubio de necesidad intelectual a Bakounine, Renan, Proudhon, Marx, Bossuet, Nietzsche, Tarde, Kant, Montesquieu, Grave, Macchiavello, Fenelon, Malatesta, Nordau, Engels, Lassalle, Lorenzo”.
“Peluqueros, periodistas, literatos, oradores y filósofos”, en: Fray Mocho nº 39, Buenos Aires, 24/1/ 1913, pp. 53-54.
Líneas más abajo, el corresponsal añadía:
Derisso —conocido en el gremio peluqueril con el apodo de Centenario— demostró excepcionales aptitudes para la tarea del periodismo desde su juventud más temprana. El primer bozo cubría apenas su labio superior, cuando fundó en Rufino un periódico de combate, titulado La Antorcha.
Nacido en Buenos Aires, su temperamento nómade lo llevó a las provincias en busca de “entuertos que desfacer”, y un día levantó su tienda en Santa Fe, otro en Córdoba —donde el olor a incienso no le permitió aclimatarse y le hizo emigrar precipitadamente—, otro en Mendoza, otro en Salta, otro en Tucumán, de donde acaba de regresar al ‘pago’, con boleto facilitado por la policía, empeñada constantemente en ‘darle con el gusto’, como un homenaje a su espíritu andariego y romancesco”.
“Peluqueros, periodistas, literatos, oradores y filósofos”, en: Fray Mocho nº 39, Buenos Aires, 24/1/ 1913, p. 54.
Es probable que la referencia a su retorno a Buenos Aires “con boleto facilitado por la policía” corresponda a la voluntad de las fuerzas del orden tucumanas de remitirlo a su ciudad natal después de su participación en las protestas al frente a los dependientes de comercio. Sin embargo Derisso aparece activo en Tucumán al menos durante cuatro años más.
Por ejemplo, es uno de los oradores en el acto del 1º de Mayo de 1916 organizado por los anarquistas en la Plaza Umberto I de San Miguel de Tucumán.
Días después, el domingo 14 de mayo, intervenía en un debate convocado por los socialistas en una plaza pública de San Miguel de Tucumán (“Mal debut…”, en La Protesta nº 2862, Buenos Aires, 19/5/1916, p. 2). A raíz de una crítica que suscitó su intervención en la prensa socialista tucumana, el 8 de junio dirigía una nota al secretario del Partido Socialista de Tucumán invitándolo a una controversia pública “donde el pueblo podrá conocer la superioridad ideal del Socialismo o el Anarquismo” (“Los socialistas derrotados”, en La Protesta nº 2892, Buenos Aires, 23/6/1916, p. 1).
El domingo 18 de junio de 1916 es orador en la manifestación por la libertad de Simón Radowitzky que tiene lugar en la Plaza Alberdi de San Miguel de Tucumán, al que asisten 2000 trabajadores. Según la crónica, Derisso “recordó a los que, como [Teodoro] Antillí sufren condenas monstruosas, censuró el fallo de los jueces contra los presos de Berisso, atacó a los brutos encargados del presidio de Ushuaia que se entretienen en torturar a Radowitzky y demás penados; refirió los sufrimientos carcelarios y lo vergonzoso del régimen; hizo mención especial de la masacre llevada a cabo hace pocos días en el Ingenio azucarero de Ledesma (Jujuy) contra obreros otomanos y terminó haciendo una síntesis constructiva del anarquismo e invitando al pueblo a dirigirse a la Plaza Independencia”. En dicha plaza Derisso volvió a tomar la palabra, “quien inició un recio ataque a las fiestas del Centenario de la Jura de la Independencia en los precisos momentos en que en los ingenios se esclaviza y explota a los trabajadores; censuró la militarización de los niños en las escuelas, teniendo que lamentarnos de los resultados que el militarismo acarrea a Europa, recordó el espíritu democrático de los prohombres de Mayo y la oprobiosa existencia de las Leyes de Residencia y Social” cuando en ese momento su compañero Luis Ibis Mones lo interrumpe para advertirle que estaba siendo detenido por la policía. Los manifestantes se dirigieron entonces a la comisaría a reclamar por la libertad de Mones, y una vez liberado lo acompañaron hasta su casa (“De nuestra redacción en Tucumán. Manifestación Radowitzky. Dos mil manifestantes. Los oradores. Incidente con la policía. ¡El anarquismo for ever!”, en La Protesta nº 2892, 23/6/1916, p. 1).
En 27 de octubre de 1916 es orador, junto al peluquero Luis Ibis Mones y al radical Miguel López, en un mitin multitudinario (estimado en 5.000 personas) que tuvo lugar en la Plaza Independencia la ciudad de Tucumán en protesta por el asesinato del obrero Miguel Andrade perpetrado por un administrador del Ingenio “San Juan” cuando el trabajador había ido a reclamarle sueldos atrasados. Dado que Derisso y Miguel López cuestionaron entonces el fallo del juez Carranza que había absuelto a Horacio Bonomi, fueron detenidos horas después del mitin acusados de “desacato”.
Vuelve a ser orador en el acto organizado por los anarquistas el 1º de Mayo de 1917. Los manifestantes se concentraron en la Plaza Alberdi y desde allí marcharon a la Plaza Independencia de San Miguel de Tucumán, donde Derisso pronunció “un discurso lleno de bríos” y señaló “la diferencia que, para ellos, existía entre el 1° de Mayo que preconizaba la Internacional Obrera y el verdadero significado de la fecha. Siguió luego la columna por calle Congreso, hasta la plaza Humberto I, donde volvió a hablar el señor Derisso, retirándose luego los manifestantes” (El Orden, Tucumán, 2/5/1917, citado por Vanesa Teitelbaum, “Veladas literario-musicales y manifestaciones públicas en la construcción del Primero de Mayo en Tucumán (Argentina), 1897-1925”, en Revista Esboços, v. 22, nº 33, Florianópolis, diciembre 2015, pp. 183-184).
Derisso tuvo activa participación durante la huelga ferroviaria del invierno de 1917 que tuvo como escenario principal a la ciudad de Tafí Viejo (Tucumán). En junio de ese año aparece como orador en el local de la Federación Obrera Ferroviaria, llamando a sostener la huelga hasta la readmisión de los 74 caldereros despedidos y la expulsión del capataz Micheli. Derisso y su compañero Luis Ibis Mones fueron detenidos por la policía de Tafí Viejo, acusados de atentar contra el tren que marchaba desde Tucumán a esa ciudad, pero fueron dejados en libertad por falta de pruebas (“Tafí Viejo. Huelga en los talleres del ferrocarril”, en La Protesta nº 3102, Buenos Aires, 28/6/1917, p. 3).
En años posteriores su nombre desaparece de la prensa anarquista.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Derisso, Ángel F.”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.