SUÁREZ, Jesús María (seudónimo: Fernando Gonzalo) (Asturias, España, 30/10/1889 – Santiago del Estero, Argentina, 29/11/1946).
Maestro y periodista de origen asturiano, de orientación “anarco-bolchevique” en Argentina.
Había llegado joven a la Argentina para trabajar como maestro primero en San Cristóbal y luego en Rosario, Provincia de Santa Fe.
En 1910 trabajaba en los talleres metalúrgicos Vasena de Buenos Aires cuando fue detenido en ocasión de la represión que se desató sobre el movimiento anarquista antes de la Celebración del Centenario. Dada su condición de inmigrante español, fue deportado en aplicación de la llamada la Ley de Residencia. Embarcado con destino a Barcelona, retomó al poco tiempo vía Chile a la capital argentina donde residía su madre viuda, Amalia M. de Suárez, y sus dos hermanitos, en una pieza de conventillo de la calle Independencia 1552. Juan José de Soiza Reilly relató así su peripecia:
Un día la policía lo sorprendió en una asamblea; de esas asambleas idealistas que no tienen más objeto que conversar de cosas imposibles pero hermosas. Se lo llevaron. La madre quedó sola, en la miseria. A él lo embarcaron con destino a Barcelona. De España regresó. La policía cumplió lo que ordena la ley. Lo detuvo.
—¿Por qué has vuelto?, le preguntaron.
—Porque quería dar un beso a mi vieja.— contestó con una sencillez que hizo palidecer al comisario que presenció la escena.
Juan José Soiza Reilly, «Las víctimas de la Ley social», en: Fray Mocho nº 10, Buenos Aires, 5/7/1912, s/nº de pág.
Según el testimonio de Alberto Ghiraldo:
Hé aquí la primera víctima. Tres años de confinamiento en las regiones polares por el delito de haber regresado al país después de su deportación, inhumana é inconstitucional. Suárez es un muchacho, un niño casi; obrero dignísimo. Anarquista é hijo atentísimo como ya lo quisieran para sí las espoisas de los jueces que lo han condenado. Después de la proscripción, Suárez, sin pensar en el peligro que corría su persona, impulsado por su gran cariño, regresó al país en busca de la madre de la cual era sostén y á quién abandonara tan forzada y brutalmente. La sociedad argentina acaba de condecorarlo con el premio del amor filial. Ya lo sabéis: tres años de confinamiento en Ushuaia. Suárez ha partido ya á recoger su premio. La madre espera en nosotros. Hagamos nosotros porque no espere en vano.
Alberto Ghiraldo, Crónicas argentinas, Buenos Aires, Establecimiento Tipogr. Malena, 1912, pp. 129-130.
Suárez logró escapar del penal de Ushuaia disfrazado de marinero en una ballenera que recaló en Montevideo.
En la capital uruguaya se sumó a los grupos ácratas que frecuentaban el Café “Carlitos” (frente a la Plaza Artola) y el patio de la casa de la calle Arismendi número 9, en tareas organizativas de resistencia a la situación social imperante en Argentina.
Vinculado a los «rebelionistas» (el grupo que en la década de 1910 editaba La Rebelión en Rosario), a comienzos de marzo de 1917 está en esa ciudad, junto a José Vidal Mata, participando en mitines contra la desocupación.
El día 11 ambos están en Firmat, Pcia. de Santa Fe, arengando a una multitud de chacareros y peones, en un acto que terminó en un enfrentamiento con la policía, con muertos y heridos de ambos bandos. Detenido, fue nuevamente deportado de la Argentina, pero reaparece otra vez en Rosario en 1919, bajo el seudónimo de Fernando Gonzalo.
Bajo su dirección, la corriente que inspira Enrique García Thomas comienza a editar en Rosario en 1920 El Comunista, que continúa la línea de apoyo anarquista a la Revolución Rusa (“anarco-bolchevique”) iniciada en el periódico La Rebelión y seguida en Bandera Roja (Buenos Aires, 1919). Suárez colabora en este último firmando con las iniciales de su seudónimo Fernando Gonzalo: «F. G.».
Por su parte, en las páginas de El Comunista Suárez postula en una serie de artículos una genealogía histórica que va del gaucho federal y montonero hasta el rebelde agrario anarco-comunista, que generará un debate con García Thomas.
En 1919 esta corriente había llegado a hegemonizar el Comité Federal de la FORA del V Congreso (anarco-comunista), pero —atacados duramente desde La Protesta y La Organización Obrera y luego desde La Antorcha como “anarco-dictadores” y “camaleones”— sus dirigentes son finalmente expulsados por los anarquistas “ortodoxos” en una asamblea de la FORA que tuvo lugar en Buenos Aires el 21 de agosto de 1921. García Thomas, Sebastián Ferrer, Antonio Abilio Gonçalvez, Julio R. Barcos, Alejandro Alba y Nemesio Canales son acusados allí de haber conspirado a espaldas de la Federación con delegados rusos así como con la delegación que encabezaba el sindicalista australiano-británico Tom Barker (de la IWW) que habían llegado a la Argentina buscando el apoyo de los anarquistas para la Internacional Sindical Roja con sede en Moscú. Suárez, por su parte, fue acusado de haber sido delegado al Primer Congreso de la Internacional Sindical Roja, junto a un ruso ferroviario de Rosario, N. Glinsky, aunque en realidad su viaje a Moscú se frustró por falta de recursos económicos.
Suárez colaboró también en revistas estudiantiles «anarco-bolcheviques» como Mente (Córdoba, 1920) y Verbo Libre (Salta, 1919).
A comienzos de la década de 1920 se estableció en Santiago del Estero, donde se vinculó a la explotación forestal, se desempeñó como docente y se integró a la Asociación Cultural «La Brasa». Colaboró en la revista cultural del mismo nombre (Santiago del Estero, 1927-1928) con un estudio sobre «el proletariado en la época colonial» y otro sobre «educación voluntarista». En la capital santiagueña se desempeñó asimismo como periodista, mostrándose como férreo defensor de la industria forestal desde las páginas del diario El Liberal (fundado en 1898) llegando a ser su director entre los años 1941 y 1943.
Según Diego Abad de Santillán, al morir trabajaba en una obra sobre la historia del socialismo en América. Para el historiador Andreas Doeswijk, Suárez poseía un talento como pensador y escritor subestimado en su época.
Casado con María Salomé Urtubey, el matrimonio tuvo dos hijas: Lila Suárez Urtubey, profesora de letras, y Amalia Salomé (Pola) Suárez Urtubey, destacada musicóloga argentina.
Obra
- (como Fernando Gonzalo), “Degeneración del socialismo”, Rosario, La Rebelión, 1917.
- (como Fernando Gonzalo), “Anarquismo romántico y anarquismo revolucionario”, Buenos Aires, El Libertario, 1923.
- (como Fernando Gonzalo), “La prehistoria del anarquismo en América”, en: Revista Internacional Anarquista, n° 2, Paris, 1924.
- (como Jesús M. Suárez), “Sobre educación voluntarista. Notas marginales auna encuesta entre el magisterio”, en: La Brasa n° 1, Santiago del Estero, octubre 1927, p. 2.
- (como Jesús M. Suárez), “El proletariado en la época colonial. Algunas páginas de historia argentina”, en La Brasa n° 6, Santiago del Estero, mayo 1928, p. 6.
- (como Jesús M. Suárez), “El proletariado en la época colonial. Algunas páginas de historia argentina”, en La Brasa n° 9, Santiago del Estero, agosto 1928, p. 6.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Suárez, Jesús M.”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org