GALLO, Antonio Atilio (apodo: Gallito; seudónimo: A. Ontiveros) (Buenos Aires, Argentina, 6/2/1913 – Buenos Aires, Argentina, c. 1993).
Ensayista político, traductor y militante trotskista de acción destacada en la década de 1930.
Nace en el seno de una familia de clase media acomodada, el menor de doce hermanos (algunos de ellos fueron Isabel -n. 1893-, Ángela –n. 1894-, Vicente -n. 1897-, Felisa María -n. 1901-, Teresa Margarita -n. 1905-, Juana Bautista -n. 1906-, José -n. 1908- y Leticia Amelia -n. 1910). Su padre Nicolás Gallo (n. 1865) era inmigrante italiano y su madre, Margarita Yrigoyen (n. 1876), era argentina nativa. Cuando la familia ha crecido, el matrimonio Gallo-Yrigoyen se traslada con sus hijos a una casona de la calle Laguna 980, en el barrio porteño de Floresta, donde nació Antonio.
Cursa sus estudios primarios y secundarios en la Ciudad de Buenos Aires. Milita desde los 15 o 16 años en las Juventudes Socialistas ligadas al Partido Socialista (PS). Poseedor ya de una vasta cultura socialista y animado por una gran inquietud intelectual, colabora, siendo apenas un adolescente, con artículos en el diario La Vanguardia y en la revista Claridad que lo revelan como un joven socialista de izquierdas. Ávido lector de la revista Amauta (Lima, 1926-1930), se convierte por entonces uno de los primeros difusores del pensamiento del marxista peruano José C. Mariátegui en la Argentina. A su pluma se debe la necrológica que publica La Vanguardia (18/4/1930) así como el comentario aparecido en Claridad de la futura compilación de sus ensayos sobre marxismo que iban a constituir su próximo libro (“El último libro de Mariátegui: Defensa del marxismo”, en Claridad, nº 207, Buenos Aires, 1930).
Es detenido, como muchos militantes socialistas, tras el golpe militar de septiembre de 1930 cuando no había cumplido siquiera la mayoría de edad. Su madre consigue sacarlo de la cárcel tomando contacto con el Almirante Ricardo Hermelo, entonces jefe de policía de la dictadura militar que preside el Gral. José E. Uriburu. Hermelo dejó en libertad al joven después de propinarle una larga filípica.
Viaja a España a principios de 1931 integrando con Alfredo López y René Stordeur, entre otros, una delegación socialista que busca tomar contacto con la álgida situación que se abre en ese país con la proclamación de la Segunda República. El 7 de julio aparece como orador en el acto de solidaridad con los universitarios perseguidos por dictadoras organizado en el Ateneo de Madrid por la Federación Universitaria Hispanoamericana. Según el diario madrileño La Libertad fueron oradores “Don Prudencio Sayagués, por la Unión Federal de Estudiantes Hispanos; don Antonio Gallo, por la Unión Libre Universitaria de Argentina; don Leandro Pérez Urria, por el Comité Español pro Léo Moudin, y don Armando Bazán, por la Federación Universitaria Hispanoamericana” (La Libertad, Madrid, 7/7/1931, p. 11.)
En Barcelona se encuentra con otro argentino, el intelectual trotskista Héctor Raurich, a quien lo unirá desde entonces una estrecha amistad y colaboración intelectual. A a través suyo, Gallo toma contacto con Juan Andrade, Andreu Nin y demás dirigentes de la Izquierda Comunista Española (ICE), adhiriendo desde entonces a las posiciones del trotskismo internacional. Comienza a colaborar en su órgano teórico, la revista Comunismo (Barcelona, 1931-1934) y mantiene por varios años contacto epistolar con los trotskistas catalanes, que en 1935 van a fundar el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista).
Retorna a la Argentina en septiembre de 1931 con el compromiso de contribuir a la consolidación de la Izquierda Comunista Argentina (ICA), que había nacido en 1929. Entra en contacto con este primer grupo de oposición trotskista del país, pero no ingresa en él. Se consagra, en cambio, junto a los ex “chispistas” Héctor Raurich y Angélica Mendoza, por un parte, y junto a Elías Castelnuovo y otros “compañeros de ruta” del Partido Comunista, al proyecto de editar una revista teórica marxista que pudiese reunir trotskistas y comunistas por encima de sus diferencias políticas. La revista, que finalmente aparecerá con el nombre de Actualidad (Buenos Aires, 1932-1935), terminará capturada por los intelectuales comunistas.
Hacia 1933 constituye, junto a Mercedes Bacall (que es entonces su pareja) y un puñado de jóvenes militantes trostkistas, la Liga Comunista Internacionalista (LCI), que edita el periódico Nueva Etapa (Rosario, 1933-1934). Desde las páginas de Nueva Etapa desarrolla una fuerte polémica con el grupo trotskista rival, la Liga Comunista Internacionalista (LCI), que lidera Pedro Milesi y publica Tribuna leninista.
Ese mismo año aparece su libro Sobre el movimiento de septiembre. Ensayo de interpretación marxista, un análisis del golpe militar de 1930 que parte de ciertas tesis de Marx, Lenin y Trotsky para postular una caracterización del desarrollo desigual y combinado del capitalismo argentino. En 1935 publica un nuevo ensayo, ahora con su seudónimo de A. Ontiveros: ¿Adónde va la Argentina? ¿Frente popular o lucha por el socialismo?, en el que se propone demostrar el carácter predominantemente capitalista de la formación social argentina, el antagonismo de clases burguesía-proletariado como clave para comprender la dinámica histórico-política contemporánea y, finalmente, el carácter socialista que debería tener una estrategia revolucionaria en el país. El blanco de su polémica lo constituyen las perspectivas nacionalistas (como las del grupo FORJA), así como comunistas y socialistas de izquierda (Ernesto Giudici, Benito Marianetti) que postulan estrategias de “frente nacional” antioligárquico y antiimperialista entre el proletariado y las burguesías locales.
En diciembre de 1935 colabora en la revista trotskista Transición que editan Llinás Vilanova y Carlos Liacho. En 1935 la LCI que lidera Gallo se fusiona con el otro grupo trotskista, la LCI-Bolchevique-Leninista, que lidera David Siburu desde la Pcia. de Santa Fe y edita el periódico Tribuna Leninista. El grupo fusionado mantendrá el nombre de LCI y publicará el periódico IVª Internacional (Buenos Aires, 1935-1937).
Frustrada la unidad dos años después, Gallo se reagrupa con viejos y nuevos camaradas —Mercedes Bacal, Liborio Justo, David Siburu, Aquiles Garmendia — y edita en julio de 1938 un número del periódico Nuevo Curso, dedicado a los Procesos de Moscú y la guerra civil española. Meses después bautiza a su grupo Liga Obrera Socialista (LOS) y relanza el periódico Nueva Etapa (Buenos Aires, 1938-1940), donde escribe numerosos artículos sobre la situación política argentina, latinoamericana y española, manifestándose solidario con las posiciones del POUM español.
En 1940 las LOS se fusiona con el grupo de Pedro Milesi que edita la revista Inicial, y lanzan un nuevo periódico, también llamado Inicial. Órgano de la Liga Obrera Socialista (Buenos Aires, 1940-1941). Para 1939 Liborio Justo se ha escindido para crear un propioa organización, el Grupo Obrero Revolucionario (GOR), que edita el periódico La Nueva Internacional. A fines de 1940 Gallo redacta un “Proyecto de tesis: la burguesía nacional y el imperialismo”, para ser discutido en la primera conferencia de la LOS que no lleva a concretarse. Allí resume las tesis que viene sosteniendo a lo largo de la segunda mitad de la década de 1930, a través de diversos artículos en periódicos —Cuarta Internacional, Izquierda, Inicial, Índice—, acerca del “carácter permanente” de la revolución en la Argentina.
Entre 1939 y 1941 estalla entre Justo y Gallo uno de los debates más interesantes de la prensa política de aquellos años, en torno a la naturaleza de la formación social argentina y al carácter que asumiría la revolución en el país: para Justo la Argentina es un país “semicolonial” oprimido por el imperialismo inglés y el curso de la revolución adoptaría primero un carácter nacional, antioligárquico y antiimperialista; para Gallo, en cambio, la Argentina es un “país semicolonial avanzado” y, por el carácter permanente de la revolución en los países atrasados, esta adoptaría un curso proletario y socialista. En septiembre de 1940 publica en la revista Claridad el artículo “El último destierro de Trotsky” (Claridad nº 344, Buenos Aires, octubre de 1940).
Cuando en agosto de 1941 el cuartista estadounidense Therence Phelam (seud. de Sherry Mangan) llega a la Argentina con la misión de unificar a los distintos grupos trotskistas en lo que va a ser el Partido Obrero de la Revolución Socialista (PORS), el conjunto de militantes de la LOS participará del proceso de fusión, pero Gallo ya ha se ha apartado de la política militante, decepcionado de los sucesivos fracasos político-organizativos. Según un informe redactado por Liborio Justo, Gallo habría enviado una carta a sus camaradas señalando que por el momento el movimiento trotskista no tenía perspectivas, de modo que había que “saber quedarse solo y esperar” (Grupo Obrero Revolucionario, “A todos los grupos, militantes y simpatizantes de la Cuarta Internacional en la Argentina y a las organizaciones del exterior”, Buenos Aires,10/3/1941, folio 1).
Por entonces trabaja como como traductor profesional para las editoriales de izquierda Imán, Nervio y Claridad: a él se deben, entre otras, las ediciones argentinas de De Lenin a Stalin de Víctor Serge (1938), de Tierra de España de John Dos Passos (1938), de Hitler sobre Rusia de Ernst Henri (1939), así como traducciones de numerosos narradores estadounidenses como Upton Sinclair, Margaret Kennedy, Sinclair Lewis, Louis Bromflield y John Gunther.
A principios de la década de 1940 está abocado a la elaboración de un nuevo libro que iba a llamarse Mariátegui, amauta americano. Dos tramos del proyecto fueron avanzados por el autor en el periódico antifascista Argentina Libre (Buenos Aires, 1940-1947) que dirigieron Octavio González Roura y Luis Koiffman, y en el que colaboró regularmente.
Se desempeñó como periodista en el diario La Prensa, pero cuando a comienzos de 1951 este matutino fue expropiado por el gobierno peronista, emigró a New York con su esposa y su hijo pequeño, donde trabajó como traductor en una oficina de las Naciones Unidas.
Retornará a la Argentina tras su jubilación en la década de 1960. Según el testimonio de Héctor Raurich transmitido al autor por Saúl Chernicoff, después de un grave accidente que estuvo a punto de costarle la vida, Gallo sufrió una crisis que lo llevó a adoptar una fe religiosa, transitando los últimos años de su vida lejos de sus ideas juveniles y de sus viejos amigos.
Una de sus hermanas, Leticia Gallo, se casó con el dirigente peronista Miguel Unamuno, hijo del socialista Juan Unamuno.
Antonio estaba casado con Ethel Potick. Tuvieron un hijo: Daniel Martín.
Obra
- Sobre el movimiento de Septiembre. Ensayo de interpretación marxista, Buenos Aires, s/e, 1933.(con el seudónimo de A. Ontiveros),
- ¿Adónde va la Argentina? ¿Frente popular o lucha por el socialismo?, Rosario, Ediciones J.C. Mariátegui, 1935.
- Artículos en Comunismo (Barcelona, 1931-1934), La Vanguardia (Buenos Aires, 1894-1949), Nueva Etapa (Rosario, 1933-1934), Transición (Buenos Aires, 1935), IVª Internacional (Buenos Aires, 1935-1937), Nuevo Curso (1938), Nueva Etapa (1938-1940), Claridad (1926-1941), Inicial. Órgano de la Liga Obrera Socialista (Buenos Aires, 1940-1941), Argentina Libre (Buenos Aires, 1940-1947).
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Gallo, Antonio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.