FOSSATTI, Florencia

Hija de un matrimonio de migrantes italianos, del ingeniero Carlos Fossatti (1863-1923) y de Isolina Villa. Tuvo una hermana menor llamada Iride (nacida en Buenos Aires en 1891). Vivían en la calle Matheu 185, ciudad de Buenos Aires.

La familia se instala en Mendoza hacia 1893, cuando Florencia tiene cinco años de edad. Realiza en esta ciudad sus estudios primarios y la carrera de magisterio en la Escuela Normal de Mujeres de Mendoza, egresando en el año 1909 con el título de maestra a la edad de 17 años. Prosigue sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde se gradúa como profesora de pedagogía y ciencias afines. Su padre, anota Arturo Andrés Roig, era lector del filósofo positivista italiano Roberto Ardigò, de modo que Florencia se crió en un clima ideológico afín a esa cultura científica, que seguramente refrendó en el ámbito positivista y laicista que reinaba en la década de 1910 en la UNLP, donde tuvo por docentes a figuras como Víctor Mercante, Leopoldo Herrera, Rodolfo Senet, José Ingenieros, Ricardo Rojas y Agustín Álvarez. 

De regreso en Mendoza, en 1912 ejerce funciones como directora interina de la Escuela “José F. Moreno” y un año después es designada Subinspectora de Escuelas. En 1913 viaja a Buenos Aires domo delegada mendocina al Congreso del Niño representando a la Dirección General de Escuelas. En 1914 el Consejo Nacional de Educación la designa profesora de ciencias y letras con una cátedra de Historia y Geografía en la Escuela Normal Mixta de Mendoza. En 1915 es designada Inspectora de bibliotecas de la provincia y un año después Inspectora de Escuelas de Mendoza. 

Pero en abril de 1917, en el contexto de atrasos de varios meses en el pago de los sueldos docentes y de reclamos al gobierno por parte de la Asociación de Maestros, es dejada cesante. Cuando el Director General de Escuelas de Mendoza decide suspender a un grupo de maestros que impulsan la acción gremial y editan el periódico Idea (Mendoza, 1919), el 26/4/1919 los maestros se reúnen en asamblea en el Orfeón Español. Allí queda fundada una entidad gremial, Maestros Unidos, que adhiere a la Federación Obrera Provincial (FOP). Fossatti es elegida presidenta y Angélica Mendoza secretaria general. Ambas mujeres editan la revista Maestros Unidos (Mendoza, 1919). El director de escuelas extiende las suspensiones a todos los maestros que adhieren al nuevo gremio, por lo que Maestros Unidos llama a la huelga para el 26 de julio de 1919. Fossatti es una de las principales líderes, junto a Angélica Mendoza, de la huelga de maestros, que desemboca, el 4 de agosto, en un paro general convocado por la FOP que durante ocho días paraliza la provincia. La huelga termina exitosamente, lo que no impide que el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública envíe a Mendoza un inspector para sustanciar un sumario contra Fossatti. Por otra parte, Angélica Mendoza y Francisco Mercado Flores, que habían participado de una gira de conferencias por San Juan organizada por la FOP, son exonerados de sus cargos. Maestros Unidos llama nuevamente a la huelga para el 3/9/1919. 

En medio de la huelga, Fossatti viaja a Buenos Aires buscando apoyos: se entrevista con los dirigentes nacionales de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), habla en un acto organizado por la Federación Universitaria Argentina (FUA) y logra celebrar incluso dos entrevistas con el presidente Hipólito Yrigoyen. La FOP lanza nuevamente el paro provincial a partir del 30/9/1919, que es violentamente reprimido por la policía. Hay muertos, heridos, detenidos y deportados. Pero el movimiento logra la reincorporación de los despedidos, con excepción de Florencia Fossatti y de Angélica Mendoza, que son procesadas por desacato: se las acusa de promover la “sublevación del magisterio” y la “anarquía del personal”. 

A partir de entonces, Fossatti se desempeña como docente en una escuela dependiente de la Nación, hasta su reincorporación en 1930. En 1920 el gremio se reorganiza bajo el nombre de Asociación de Maestros de Mendoza y edita el periódico Palanca (Mendoza, 1921), en el que Fossatti colabora. 

Hacia 1920 ejerce también el periodismo en el diario El Mundo de Buenos Aires y en Los Andes de Mendoza. Junto a Néstor Lemos y otros docentes participa de un movimiento de renovación pedagógica conocido como “Escuela Activa”, que alcanza amplia repercusión en Mendoza entre 1927 y 1936. La Escuela Experimental “Nueva Era”, la Escuela “Presidente Quintana” y la Escuela Talleres del Círculo de Periodistas fueron el ámbito de experimentación de estas nuevas ideas y prácticas pedagógicas elaboradas por Adolfo Ferriére. Para la difusión de esta ideas surgen además una serie de publicaciones que Fossatti dirige —como Ensayos. Órgano oficial de Centro de Estudios Pedagógicos “Nueva Era” (Mendoza, 1929, 7 números) y Orientación (Mendoza, 1931-1935) que codirige con Néstor Lemos— o en las que colabora activamente, tales como La Linterna. Órgano del Círculo de Periodistas (Mendoza, 1927-1928) y Magisterio (Mendoza, 1935-1941).

Pero a partir de 1936 se hace sentir en la provincia el peso de una fuerte reacción conservadora que logra la destitución de varios docentes. Fossatti es sumariada y expulsada de la dirección de la Escuela “Presidente Quintana”. Un documento oficial del Ministerio de Guerra la acusa de “haber introducido la Enseñanza Activa y los Tribunales de Disciplina conformados por niños-jueces”. Y añade: “Un paso importante a la instrucción soviética es la instrucción sexual que se imparte a su iniciativa en los grados superiores”. El 6 de mayo de 1936 la Cámara de Diputados provincial debatió en agitada sesión la reforma educativa durante veinte horas. 

En 1938 se afilia formalmente al Partido Comunista (PC), al que ya estaba estrechamente vinculada desde 1919. Desde este espacio político venía participando desde 1936 en la Asociación Femenina Antiguerra (AFA) y escribiendo en su periódico El Mensajero de la Paz (1936), que pugna por la eliminación de juguetes bélicos para los niños y participa como oradora de varios actos políticos. Colabora también en los órganos de la prensa comunista como Orientación (Buenos Aires, 1936-1949), La Hora (Buenos Aires, 1940-1949, 1958-1959) y Cuadernos de Cultura (Buenos Aires, 1950-1967).

Tras el golpe militar de junio de 1943 es encarcelada junto a otros dirigentes comunistas de la provincia como Benito Marianetti y Ángel Bustelo. Según el testimonio de éste último, Marianetti era formalmente el secretario del Comité del PC en Mendoza, tratándose de una “posición figurativa subordinada a Fossatti”. En 1945 es elegida para integrar el CC. Ese mismo año solicita a la Dirección General de Escuelas su reincorporación al magisterio, pero no obtiene respuesta. El 7 de abril de 1957 es detenida en la Cárcel de mujeres en el marco de la llamada “Operación Cardenal”.

En 1958, con la vuelta del país al cauce constitucional, reanuda su pedido, esta vez a través de una publicación: “Alegato pedagógico. Bases pedagógico-político-jurídicas de una petición de justicia”. En este documento, financiado gracias al aporte popular, sintetiza los fundamentos y alcances del movimiento de renovación educativa ensayado en escuelas de la provincia durante casi una década. Un resumen de su alegato apareció en Cuadernos de Cultura (n° 42, julio-agosto 1959). En esta ocasión las autoridades educativas dan lugar a su solicitud, lo que le permite acceder a una jubilación por sus años de docencia. 

Fue miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y presidenta de la Sociedad Mendocina de Escritores. Según el testimonio de Benito Marianetti, “Podría decirse que Florencia fue despojada de sus cátedras pero jamás dejó de ser maestra… Fue injustamente calumniada, agredida, víctima de las peores represalias. Toda esta embestida reaccionaria habría doblegado a cualquiera que no hubiese tenido su fibra de combatiente”. 

Murió en Mendoza a la edad de 90 años. Vivía en la calle Julio A. Roca 155, ciudad de Mendoza. Sus restos fueron depositados en en el Parque de Descanso de Guaymallén, Provincia de Mendoza.