Guisasola y Goicoechea, José (Madrid, España, 15/7/1833 – París, Francia, 1/9/1884).
Médico republicano socialista español, elegido diputado a Cortes en 1871, exiliado en Montevideo, corresponsal de Raymond Wilmart.
Hijo de Manuel Guisasola Bascarán, de profesión armero, y María Goicoechea y Echevarría, naturales de Éibar (Guipúzcoa, España).
Nació en Madrid en 1833 y cursó sus estudios en el Colegio San Carlos de Madrid. Tras licenciarse en la Facultad de Medicina, fue practicante mayor en el Hospital Militar de Madrid, destacándose por su abnegación durante la epidemia de cólera de 1865.
Según su biógrafo Luis Egea, “Guisasola fue demócrata desde su juventud, formado con los primeros que se dieron aquel nombre y constituyeron el núcleo del partido demócrata. Tomó parte de los acontecimientos de 1854 y 1856. Cuando la división de los republicanos (1864) en individualistas y socialistas, fue de éstos. Desde un principio formó entre los socialistas, y estas ideas defendió, ya con su palabra en el Fomento de las Artes, ya con su pluma en el periódico La Discusión. Estuvo siempre en la vanguardia del partido, y tomó parte en cuantas conspiraciones se fraguaron para derribar la monarquía de la reina Isabel II.
“Cuando se publicaba La Discusión le tocaron 5000 pesetas (30.000 reales) de la lotería. Íntegros los entregó para sostener dicho periódico, negándose a figurar como accionista. Fue entonces suplente por la provincia de Barcelona para el Comité nacional, cuyo representante era Estanislao Figueras.
“Pocos trabajaron más que Guisasola en el movimiento federal, dirigiendo sus preliminares como individuo que era de la Junta Revolucionaria y delegado en ella de Galicia y Asturias.
«Contribuyendo con su actividad y sus proclamas a la revolución de 1868. Iniciado el movimiento, acompañó personalmente a don José María Orense a Extremadura para conseguir la sublevación de Béjar y Salamanca. Orense fue hecho prisionero y Guisasola huyó a Portugal, allí ejerció la medicina, y posteriormente partió a Burdeos (Francia), donde permaneció hasta la Gloriosa o Revolución de Septiembre [1868], siendo de los primeros que entraron en España. Tomó parte del levantamiento del Ampurdán, con el general Blas Pierrad, Orense, José Rubau Donaden y otros, firmando con ellos un manifiesto republicano federal.
“Una vez triunfante la revolución, se estableció en Madrid, donde fue elegido miembro del Comité Electoral que se nombró en el Circo de Price. En 1866 fue uno de los comandantes que se batieron en las barricadas de la plazuela de Antón Martín y calles inmediatas. Ya se había dado a conocer como orador en el Fomento de las Artes defendiendo las ideas socialistas, y como escritor en la prensa liberal más avanzada. Era filiado a la fracción intransigente del partido republicano. Fue presidente del republicano Club de la Montaña y vicepresidente del Club de Antón Martín. También perteneció al Club de la calle de la Yedra, recogiendo en él la herencia de Adolfo Joarizti.
“El 11 de noviembre de 1868 un grupo de periodistas sacó a la luz el periódico La Igualdad, cuyos copropietarios y fundadores eran José Guisasola y Alfredo Vega. La Igualdad, diario democrático-republicano que había servido a Figueras, José María Orense, y José Paúl y Angulo, y se oponía a las tesis del periódico de Castelar, El Orden […].
“Guisasola fue encausado varias veces por el gobierno liberal de entonces. Una de ellas por un Suplemento que publicó La Igualdad con motivo de la sublevación federal de Cádiz en diciembre de 1868. El 30 de enero de 1869 José Guisasola dejaría de ser copropietario y redactor de La Igualdad por razones ajenas a la política. El 23 de septiembre de 1869 también sería encausado por el gobernador de la provincia de Madrid por un presunto delito de ‘rebelión’ y ‘sedición’ previstos y penados en el art. 198 del Código Penal.
“Representante en la Asamblea Federal por Gerona y Orense. Fue candidato a la diputación por Ciudad Real, quedó entre los vencidos en enero de 1869. También fue vencido en las elecciones municipales de Madrid celebradas en enero de 1870. Donde obtuvo la victoria el candidato monárquico marqués de Perales con 21.000 sufragios; y la hubiera obtenido Guisasola con 19.000 sufragios, si la candidatura de Salmerón no le hubiera quitado tres o cuatro mil votos de republicanos. Fue la lucha electoral más formidable que presenció Madrid. […]
“Guisasola perteneció a la masonería española, aunque no creía en el G. A. de U. Por cierto que su ateísmo le valió un disgusto con algunos masones portugueses, que seguían invocando el soberano arquitecto y eran muy apegados a las rutinarias tradiciones de la masonería de los tiempos del gran marqués de Pombal” (Luis Egea, 2018).
Colaboró en El Amigo del Pueblo (Madrid, 1868-1869) y fue uno de los redactores de El Combate (Madrid, noviembre-diciembre de 1870), periódico del ala izquierda del partido demócrata y federal que fundó y dirigió José Paúl y Angulo. Llevaba por lema “¡Viva la República Democrática Federal!”.
El último número de diciembre de 1870 llamaba a tomar las armas “contra el gobierno usurpador” del presidente Juan Prim, que acababa de ofrecerle la corona española a Amadeo de Saboya. Cuando el 27 de diciembre el General Prim cae asesinado, el periódico es clausurado, y sus redactores (Paúl y Angulo, y Guisaola) fueron investigados
En las elecciones general del 8 de marzo de 1871, Guisasola había sido elegido diputado por el distrito de El Salvador (Sevilla) para Cortes, pero en marzo de 1871, cuando apenas acababa de recibir su acta, debió exiliarse en Francia, sin poder asumir su cargo.
De allí pasó a Montevideo en 1872, donde arribaron también Paúl y Angulo y otros exiliados españoles, pues la República Oriental no había firmado un tratado de extradición con España. En la capital uruguaya ganó por oposición una plaza de médico de puerto.
Por entonces, el enviado de Karl Marx a Buenos Aires, Raymond Wilmart, mantenía correspondencia con Guisasola, a quien probablemente conoció personalmente un tiempo antes en Burdeos. En una carta que le envía a Marx desde Buenos Aires el 27 de mayo de 1873, Wilmart escribe:
Hay en Montevideo un español expulsado, el doctor Guisasola, médico. Estoy en correspondencia con él y veo que quisiera poder retornar a Europa; él tiene una excelente clientela y, si él parte, sería quizá bueno que [Paul] Lafargue lo suceda si sigue deseando volver a América.
De Raymond Wilmart a Karl Marx, Buenos Aires, 27/5/1873, transcripta en H. Tarcus, Marx en la Argentina, 2007.
Efectivamente, Guisasola dejó Montevideo en agosto de 1873 para retornar a España. El diario El Hispano Americano de Montevideo lo despedía en los siguientes términos:
“Guisasola no es menos médico que político, y si su palabra impone respeto a las masas consternadas por la efervescencia de las pasiones políticas, dulce con los que sufren, lleva la salud al alma afligida. Las curas que ha hecho son notables. Unos ven, otros andan, otros hablan, otros ejercen en la sociedad su misión, y esta vista con que ven, y esta salud que gozan, y este habla y estas funciones que ejercen, las deben al talento filantrópico desprendimiento de nuestro correligionario político.
Prolijo sería enumerar los bellos servicios gratuitos que desinteresadamente ha prestado Guisasola. A una pobre mujer la visitó por espacio de seis meses sin querer recibir remuneración alguna, antes al contrario, le hizo notables limosnas; a otras muchas personas ha visitado años enteros; en una palabra, infinitos son los beneficios que le son deudores los que por ellos nos hacemos voz.
Reciba Guisasola, en nombre de estos pobres a quienes nos hacemos un deber en representar, un millón de gracias; y decimos un deber en representar, porque las columnas de este periódico no bastarían para poner los nombres, las curas y los servicios que los agradecidos nos han indicado para que hiciéramos notoria su gratitud.
Como políticos sentimos no haber sido los primeros en saludar su arrojo y desprendimiento: como españoles invitamos a nuestros compatriotas para la manifestación que tendrá lugar, hoy a las doce, en la Plaza de la Constitución: como instrumento, del cual se han servido esta multitud de agradecidos, le damos las más repetidas gracias.
Nos despedimos de nuestro amigo; pero aunque el Océano nos separe, tendremos siempre presente que luchamos por idéntica causa cual es que la unidad de nuestro principio tenga por patria el perfecto reinado de la humanidad”.
El Hispano Americano, Montevideo, 10/8/1873, cit. por Luis Egea, “José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]”.
Arribó a Madrid en septiembre de 1873, apoyando nuevamente a las fuerzas republicanas. Según Egea, “El ministerio de Palanca, próximo a constituirse en la mañana del 3 de enero de 1874, le había designado para el importante cargo de gobernador civil de la provincia de Madrid, cargo que no desempeñó por el golpe de Pavía […]. Después del 3 de enero, y más tarde a raíz de la restauración, hizo diferentes viajes para conferenciar con varios jefes del ejército del Norte y con otras personas que parecían dispuestas a nuevos sacrificios en pro de la República y que se opusieran al golpe traidor del general Pavía, pero fue preso y sólo consiguió que el gabinete de Cánovas le desterrara a Fernando Póo, sin formación de causa; pero se le conmutó la pena gubernativa y arbitraria que se le iba a imponer, gracias a las gestiones de la duquesa de Santoña (había conocido nuestro amigo esta dama cuando el cólera en Madrid en 1865 y le tenía estima), de Rubau Donaden y Emilio Castelar, gestiones seguramente no solicitadas por el interesado, porque este era su carácter” (Luis Egea, “José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]”).
Se exilió entonces en París, donde continuó ejerciendo la medicina. Colaboró en El Correo de Ultramar. Falleció en la capital francesa a la edad de cincuenta y un años.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Guisasola y Goicoechea, José”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.