FERNÁNDEZ, Lucas

Nieto de esclavos, probablemente autodidacta. Lanza en Buenos Aires el 7 de enero de 1858 el periódico La Raza Africana, o sea el Demócrata Negro. Periódico político, literario, industrial y comercial. La gran prensa porteña (La Tribuna, Los Debates y El Nacional) cuestionó la aparición de La Raza Africana, argumentando que fomentaba la “división de razas” y sospechando que respondía al apoyo político de una parte de la comunidad afroargentina a la causa federal (se imprimió en el mismo taller gráfico que editaba el periódico La Reforma Pacífica). El redactor Sandalio Escuti y Quiroga se trenzó a lo largo de los sucesivos números en una prolongada y enconada polémica con otro exponente de la comunidad afroargentina: el pintor Rosendo Mendizábal, aliado a la élite porteña. La publicación, de carácter bisemanal, no sobrevivió más allá del número correspondiente al 6 de marzo de 1858.

Por diferencias con el redactor Sandalio Escuti y Quiroga, Fernández lanzó, en abril del mismo año, un nuevo órgano: El Proletario. Periódico semanal, político, literario y de variedades, por una sociedad de la clase de color (Buenos Aires, n° 1: 18/4/1858 – n° 8: 16/6/1858). El periódico se imprimió en la prensas del tipógrafo francés José Alejandro Bernheim de la calle Defensa. Defiende desde el primer número los derechos de “la clase de color”, “esta importante y precisa porción de la sociedad porteña a que nos honramos de pertenecer”, cuyas necesidades e intereses son “tan importantes y valiosos como los de las clases más acomodadas y felices”.

Aboga por la asociación, lo que ha permitido a autores como Dardo Cúneo, José Ratzer y Emilio J. Corbière inferir alguna influencia del pensamiento europeo más avanzado (mutualista, socialista): “sin la asociación no hay nada; nada puede el hombre aisladamente y entregado a sí propio”. En efecto, El Proletario estuvo ligado a una de las sociedades mutuales africanas de Buenos Aires, “La Fraternal”, creada por afrodescendientes en Buenos Aires en 1854.  

En su defensa de la realización efectiva y no sólo jurídica de los “principios liberales y democráticos”, El Proletario propugnaba también la creación de escuelas primarias para los hijos y las hijas de la comunidad afroargentina que evitaran la discriminación de la que eran objeto en la escuela pública. Este nuevo periódico tampoco logró escapar de las disputas políticas nacionales, que habían dividido a la propia comunidad afroporteña, siendo también impugano por Rosendo Mendizábal desde la prensa liberal porteña.

Lucas Fernández tenía su domicilio en la calle Bolívar, en el barrio porteño de San Telmo. Diversos autores especularon que murió víctima de la epidemia de fiebre amarilla de 1871, como otros tantos miembros de la comunidad afroporteña, uno de los grupos poblacionales con mayor tasa de contagio.