FERNÁNDEZ, Modesto

Obrero gráfico, milita inicialmente en las filas del anarco-sindicalismo. Influido por la Revolución Rusa, ingresa a principios de la década de 1920 al recientemente fundado Partido Comunista. Integró el ala izquierda de dicho partido, surgida el IIIº Congreso realizado en 1920, luego conocida como “chispista”, que liderarán Héctor Raurich y Angélica Mendoza. El ala izquierda rechazaba la formulación de un “programa mínimo” y la acción parlamentaria.

Fernández y el conjunto de la fracción “chispista” (así llamados por el nombre de su futuro periódico, La Chispa) estaba dispuesta a enfrentar a la dirección del PC en el VIII Congreso convocado en Buenos Aires para diciembre de 1925, pero son expulsados antes. De todos modos, se hicieron presentes en el Congreso, y en los tumultos provocados por los debates en torno a las credenciales de uno de los delegados, Sebastián Monforte, cayó muerto de dos tiros el joven dirigente comunista Enrique Müller. Modesto Fernández y Teófilo González, “chispistas”, resultaron heridos de arma blanca. Intervino la policía, deteniendo a los delegados y a la barra (unas 200 personas). La dirección comunista acusó de la muerte de Müller a Modesto Fernández ante la justicia y desde las páginas de su periódico La Internacional: “Modesto Fernández asesinó en forma fría y alevosa a Müller de dos balazos […]. El crimen fue preparado con anticipación y cometido fríamente”.

Los “chispistas” defendieron su inocencia desde su periódico. Según La Chispa, la acusación contra Modesto Fernández fue “una confabulación de delatores”, urdida por doce personas que se encontraban en una celda de la Comisaría 18 de la Ciudad de Buenos Aires, que “determinaron llevar a cabo una delación combinada ante la justicia burguesa para inculpar del hecho al compañero Modesto Fernández”. Entre los “complotados”, La Chispa nombra a Miguel Burgas, Salomón Jaselman, Luis Riccardi, Israel Mallo López y Benigno Argüelles.

Tomó a su cargo su defensa penal el abogado Simón Scheinberg. Fernández fue absuelto por la justicia después de pasar cuatro meses en prisión, aunque la historia oficial comunista insistió en denominarlo “agente provocador” y “asesino de Müller”.

Al salir de prisión, Fernández declaraba:

“Luego de 4 meses y medio, el juez Artemio Moreno acabó de dictar con fecha 8 del corriente auto de libertad definitiva a favor de mi persona, acusado de haber dado de muerte en el Salón Vorwärts el día 26 pasado, mientras se realizaban las sesiones del VII Congreso del PC al que fue mi compañero de ideas Enrique G. Müller”.

(La Chispa nº 8, 22/5/1926)

Y añadía:

“Se dice que en los trámites de libertad ha intervenido el Doctor A. Spinetto y se dice ello sabiendo que se miente de manera canallesca. Toda la clase obrera sabe que los trámites para gestionar mi libertad estuvieron en manos del Comité pro presos de la UOL [Unión Obrera Local] adherida a la USA [Unión Sindical Argentina] y que el abogado de la misma, el Dr. Simón Scheinberg, tuvo a cargo mi defensa”.

(La Chispa nº 8, 22/5/1926)

En julio de 1926 Modesto Fernández defendió su inocencia en una serie de asambleas que tuvieron lugar en la sede del gremio gráfico, respondiendo las acusaciones del afiliado comunista Luis Riccardi (“Asambleas del gremio”, en: El Obrero gráfico, nº 167, agosto-septiembre de 1926, p. 6). 

Fernández fue elegido miembro del Comité Central de Partido Comunista Obrero (PCO). En noviembre de 1926 el PCO lo votó como candidato a concejal por la Ciudad de Buenos Aires. El PCO, desconocido por la Internacional Comunista, se disolvió a comienzos de 1929.

Hasta su detención, Fernández trabajaba en la imprenta del Congreso de la Nación. Ingresó tiempo después en las filas del Partido Socialista, desempeñándose en la imprenta partidaria.