CARBONELL Y VILA, José Fernando (Barcelona, España, 1880 – 1947, sin más datos de fallecimiento).
Español inmigrante uruguayo de orientación ácrata y pensamiento naturista.
Nacido en Barcelona en 1880, llegó a los seis años a Montevideo con su padre, el matemático y dibujante catalán Joaquín Carbonell y Vila. Educado en el colegio que regenteaba Tomás Claramunt, se incorporó muy joven al periodismo en La España Moderna, y en 1900 pasó a desempeñarse en el magisterio.
Publicista vinculado al pensamiento ácrata, aunque no adscripto a los ámbitos institucionalizados del movimiento libertario. Cultivó el ensayo breve y la poesía, dictó conferencias y ejerció el periodismo.
Entre 1904 y 1911 dirigió la revista mensual Natura, que realizó una sostenida propaganda del método natural de vida: higiene, temperancia, vegetarianismo.
En sus folleto “Breves apuntes sobre la filosofía del naturalismo» (1904) esbozó las bases de su pensamiento, ubicándolo en el contexto controversial de las tendencias al cambio:
Tenemos […] frente a frente esas dos tendencia que se hallan en radical oposición: la de los evolucionistas, que jamás olvidan la inviolabilidad del amor universal, y la de los revolucionarios inmolándolo a cada paso, arrollándolo en el impulso avasallador de sus pasiones, que no por estar consagradas a un buen fin, cuando lo están, dejan de ser malas en su índole intrínseca”.
“Breves apuntes sobre la filosofía del naturalismo», 1904.
Asimismo, formuló un llamado a la morigeración, enunciando tempranamente una tesis sobre las “necesidades básicas” como horizonte del desarrollo:
Otra de las formas en que el Naturalismo contribuye a la simplificación del «problema social» es la supresión de muchas superfluidades a las que la fuerza de la costumbre ha comunicado el aspecto de cosas necesarias. Y disminuir las necesidades equivale a aumentar la riqueza. Porque aunque es innegable que los progresos modernos han multiplicado la productividad, ha crecido en proporción incomparablemente mayor el desmesurado amor a lo innecesario. De aquí la miseria ulterior”.
“Breves apuntes sobre la filosofía del naturalismo», 1904
La producción de Carbonell presentó siempre un fervor proselitista. Ya cuando se enunciara en un nivel reflexivo, como en el caso del folleto “Posible armonía del naturismo con la civilización” (1906). Ya cuando se propusiera logros más prácticos, como en el voluminoso libro “El Vegetarianismo teórico y práctico. Tratado razonado sobre la ciencia y el arte de la alimentación vegetariana” (1909), el cual contenía un extenso recetario de caldos, sopas, pucheros, ensaladas, postres y dulces.
Uno de los temas que concitó de forma más empecinada la prédica de Carbonell, fue el de la oposición a la vacunación antivariólica. En 1907 publicó “¡Libertad! Estudio crítico de la vacunación”, dedicado “a los gobernantes imparciales, honestos e incorruptibles, para que se pongan en guardia contra las acechanzas y las mistificaciones de la secta médica titulada oficial”.
En junio de 1908 mantuvo una polémica con quien firmó “Pasteurcito” en las páginas de La Razón. Al negarsele el derecho a réplica, tuvo que apelar a las columnas del periódico La Acción Obrera para mantener sus opiniones sobre la doctrina microbiana.
En 1910 presentó una petición a la Cámara de Representantes contra la obligatoriedad de la vacunación antivariólica.
Abanderado oficioso del pensamiento ácrata en la materia, su prédica fue objeto de cierta burla desdeñosa. Como la que reflejó en octubre de 1910 la revista La Semana al orlar un retrato suyo, publicado en la sección “Nuestras películas”, con versos en los que se aludía a sus convicciones sobre las virtudes de la hidroterapia:
Este señor natural,
La Semana, 1910.
asegura muy formal
que la ley de la vacuna
es música celestial
para cantarle a la luna.
Que la viruela al brotar
es como fuego de fragua
y que se debe apagar
con agua y agua y más agua.
En referencia al papel de la mujer en la sociedad y las reivindicaciones feministas, enunció ideas que enfrentaron la ortodoxia del pensamiento libertario. En el folleto “Feminismo y marimachismo” (1909), expresó:
¿Porque los hombres estultos no han llegado a comprender la verdadera significación y el alcance de vuestras funciones domésticas, llegáis a menospreciarlas también vosotras mismas? Este es el funesto error de vuestro marimachesco feminismo, que en realidad resulta lo más antifeminista que puede concebirse, puesto que conspira contra los deliciosos y adorables atributos de la feminilidad; puesto que os hace adquirir aspecto y carácter viril; puesto que tiende a la atrofia de la vivífica célula ovular, sede maravillosa del misterium mágnum.
“Feminismo y marimachismo”, 1909.
En un intento por superar el ludismo implícito en no pocas críticas al proceso de mecanización industrial, destacaría Carbonell las ventajas que podrían esperarse de la maquinización aplicada a facilitar las labores domésticas:
¿No sería hora de que las máquinas, simplificadas, abaratadas, figuraran en cada hogar, y que en vez de ser cómplices de la explotación contra los más, para medro de los menos, fueran el principal factor de dignificación y de embellecimiento de la vida?.
“Feminismo y marimachismo”, 1909.
Publicó Carbonell en la década de 1910 otros trabajos sobre temas sociales y pedagógicos: “Memoria contra la Bacteriología y la Seroterapia”, “La música y el mundo interior (La educación musical de los ciegos y el culto a Beethoven)”, “El cultivo de la superioridad desde la cuna”.
Falleció en 1947.
Cómo citar esta entrada: Zubillaga, Carlos (2023), “Carbonell Y Vila, José Fernando”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
Primera edición de la entrada: Carlos Zubillaga, Perfiles en sombra. Aportes a un diccionario biográfico de los orígenes del movimiento sindical en Uruguay (1870-1910), Montevideo, Librería de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2008.