LAZZONI, Mario

Inmigrante italiano perteneciente a una familia de la nobleza de Carrara (vinculada a la explotación industrial y la comercialización de los famosos mármoles). Resultó expatriado al verse comprometido en los motines ocurridos en la región en 1894. El republicano radical Ceccardo Ceccardi en su obra Dai paesi dell’anarchia (Genova, 1894) lo citaba en una clara incitación insurreccional: “[…] una rivoluzione lenta si prepara maturata da- gli ingegni di tutti i popoli, resa indispensabile sempre piü dall’evoluzione dell’umano pensiero”.

Arribó hacia 1895 a Montevideo, “compartiendo con José Capelán “vivienda e ideales”. Al influjo de las enseñanzas que Justo volcaba en La Vanguardia bonaerense y de las “buenas lecturas” de la propaganda socialista emanada de Italia y Francia, se comprometió en la siembra ideológica de ese signo que tuvo lugar en Montevideo durante el último lustro del XIX . Fue entonces redactor de los semanarios El Defensor del Obrero (1895) y El Obrero Panadero (1896), cuyo director era Fernando Falco. En febrero de 1896 pasó a desempeñar la secretaría de la Federación Obrera del Uruguay. En esta organización, de corta vida, participaron dieciocho gremios decididos a constituir un centro “único y poderoso” de los obreros montevideanos. A sus directivas respondió la movilización huelguística de ese año que comprometió a trabajadores de la bahía, albañiles, pintores, zapateros, fideeros y vendedores de diarios.

En similar línea de acción, Lazzoni fue uno de los oradores principales en la reunión celebrada en julio de 1896 en el Centro Obrero Socialista, de la que formaron parte delegaciones de los gremios obreros de Montevideo orientados por los socialistas, así como ciudadanos independientes partidarios de la Segunda Internacional. Aquí advirtió sobre “la decadencia de la sociedad burguesa y la acrecentación de las fuerzas socialistas en los diferentes países”.

Esta inicial militancia resultó discontinuada a partir de noviembre de 1900, momento en el que Lazzoni realizó una profesión de fe libertaria. Pasó entonces a colaborar en el periódico anarquista La Aurora (1900- 1901). En abril de 1903, vinculado a una cooperativa obrera, promovió el nombramiento del Presidente Batlle y Ordóñez como “socio honorario” de la misma. Esto provocó el repudio de la prensa comunista-anárquica La Rebelión, que diría entonces:

Estamos en completa evolución; los revolucionarios de otrora, hanse tomado políticos acomodaticios. El abdomen ha vencido al cerebro y lo que es peor aún hay quien quiere enlodar nuestra dignidad obrera con transacciones vergonzantes y cobardes rebajamientos. […] el compañero Mario Lazzoni nos arroja un salivazo […] Este rebajamiento y esta perversión moral hiere […] mucho más por cuanto que se trata de un compañero y amigo de los pocos que hasta la fecha habían luchado con energía, con lealtad, sinceridad y sin interés personal”.

La Rebelión, sin referencia editorial.

Autor de piezas teatrales inscriptas en la estética libertaria, lograron reconocimiento en su tiempo los “dramas en un acto”, «Roja y… Negra», y «Dignidad Obrera»-, la revista en un acto «El extranjero», el drama “en cinco cuadros y una apoteosis” «¡Mártir!…», publicado en 1901 por la Biblioteca del Círculo Libertario “La Aurora”; y el drama en cuatro actos «Aurora», llevado a escena por la Filodramática “Emilio Zola” de la villa del Cerro el 1° de mayo de 1910 (de la que el periódico La Nueva Senda decía: “[…] nada puede pedirse que mejor interprete por medio del arte la propaganda revolucionaria y antimilitarista”).