FONTÁN, Juan Bautista (Montevideo, Uruguay, 1865 – Montevideo, Uruguay, sin fecha precisa de fallecimiento).
Organizador de asociaciones obreras en Uruguay, integró el núcleo promotor del socialismo uruguayo.
Nacido en Montevideo en 1865, hijo de inmigrantes franceses (Jean-Baptiste Fontán, carpintero, y Marie Jeanne Lagisquet). Tras la muerte temprana de sus padres (Marie hacia 1871, Jean-Baptiste hacia 1875) durante la epidemia de fiebre amarilla, se crió con la familia de su tía materna Elisabeth Lagisquet, costurera y madre de Alvaro Armando Vasseur.
En 1890 presentó con su tío político Carlos Vasseur un proyecto de panificadora militar, sobre la base del establecimiento que éste había instalado (panadería “La Conciliación”). Propuso abastecer los cuarteles, los hospitales, los asilos, las cárceles y el manicomio de la Capital, con ahorro estimable de los fondos públicos. La afectación de los intereses de los habituales proveedores hizo fracasar la propuesta.
Poseedor de una capacitación jurídica estimable, que vinculó con el ejercicio de prácticas comerciales y gestoría administrativa, ya en 1892 ofrecía sus servicios como «agente general para negocios comerciales y administrativos en Uruguay y Argentina, interventor en registro de marcas de fábrica, de comercio y patentes de privilegios, cobranzas de todo tipo, tramitaciones judiciales y convenios privados». Tres años más tarde, agregaba -en alusión a su compromiso ideológico- “Ofrece sus servicios gratuitamente a todos los obreros y compañeros socialistas que formen parte del movimiento actual”.
Fontán integró el núcleo de jóvenes uruguayos que respondió a la prédica del metodismo, incorporándose a la Sociedad de Jóvenes Cristianos. Se ocupó de la administración de El Crucero, su órgano de prensa semanal. En las columnas de éste esbozó algunas ideas sobre actitudes cívicas, que informarían años más tarde sus compromisos en el campo ideológico y político:
La cultura de los ciudadanos forma la cultura del Estado; es necesario que ésta, a la manera que el vegetal se desenvuelva armónicamente, bajo todos aspectos, en la plenitud de sus fuerzas, es decir, en la riqueza de sus razas y sus pueblos, y para llegar a esta idea, es necesario que los individuos inspirándose en la vida del todo, penetren en la intimidad de la nación de que son miembros y se consagren con todo su espíritu y con todo su corazón a los intereses del género humano”.
El Crucero, 6/5/1893.
Casado en mayo de 1893 con Agustina L. Pambrun, en ceremonia religiosa que tuvo lugar en la Iglesia Metodista, continuó su colaboración en El Crucero, aún luego de abandonar su administración. Una serie de artículos publicados entre agosto y setiembre de ese año, constituyó algo así como un esquema de comportamiento en la vida pública, al que Fontán ajustaría en el futuro su participación en diversos ámbitos:
Habremos llegado [al justo] grado de […] cultura, cuando aún tratando de nuestra persona, recibamos con igual serenidad el elogio de nuestros amigos que la maledicencia de nuestros adversarios, y nos aproveche esta lección para mejoramos, cuando acojamos del mismo modo, con perfecta igualdad de espíritu, los acontecimientos prósperos y los adversos de la vida sin enorgullecemos en la prosperidad, ni quejamos en la desgracia, sin gritar contra la fortuna de los unos, ni permanecer indiferentes a los desastres de los otros, sea cualquiera la causa.
El Crucero, 1893.
De sus reflexiones religiosas Fontán pasó a la militancia socialista, en un tránsito no traumático sino natural. En 1896 asumió la secretaría general del Centro Obrero Socialista, al tiempo que desempeñaba una vocalía en la Agrupación Socialista de Obreros y Obreras del Barrio Reus al Norte. Delegado de las agrupaciones y de los gremios reunidos de mutuo y mejoramiento de la Capital, gestionó —en setiembre de 1897— la personería jurídica para la Bolsa de Trabajo.
En 1900 publicó «El viejo curtidor», relato breve de prédica socialista y factura naturalista.
Organizador y representante de la Sociedad de Obreros Varaleros y Anexos de la Villa del Cerro, se ganó la animadversión de los saladeristas que le hicieron objeto de amenazas y agravios personales; en noviembre de 1902 y como resultancia de esas situaciones, Fontán inició contra el saladerista Rosauro Tabares una querella por difamación y calumnias. (En el Río de la Plata se denominaba «varaleros» a los obreros que ponían la carne salada a secar al sol sobre los «varales», unos arcos de madera).
Su intensa actividad al servicio de los gremios obreros, lo llevó —entre 1902 y 1905— a encargarse del consultorio jurídico gratuito de la Sociedad de Obreros Albañiles y Anexos de Mutuo Mejoramiento, integrar el comité directivo de la Biblioteca Obrera Socialista, redactar el periódico Kulturkampf (“defensor de la clase trabajadora y de las sociedades gremiales”), elaborar los estatutos del Centro socialista de trabajadores del campo, e incursionar en las contiendas electorales.
A este respecto, en diciembre de 1904, varias organizaciones levantaron su candidatura para vocal de la Junta Económico Administrativa de Montevideo. Ellas fueron: el Centro Obrero Socialista Io de Mayo de Bella Vista, el Centro Obrero Socialista del Pantanoso, Evolución Socialista Trabajadores del Campo, la Agrupación Socialista Femenina del Paso del Molino, la Unión Cosmopolita de Mozos, la Cooperativa de Carniceros, la Cooperativa de Panaderos y Fideeros, y la Agrupación de Obreros de los Saladeros.
Dicho levantamiento se hizo al margen del acuerdo que por entonces gestaba la dirección del proto-partido socialista para concurrir a las elecciones de febrero de 1905 en listas comunes con el Partido Colorado. Los grupos que lo postularon ajustaron su propaganda al señalamiento del perfil diferencial de su candidato: “Obreros, industriales, comerciantes, empleados, ciudadanos: Votad por el candidato del Pueblo, Juan Fontán”.
La preparación jurídica de que hizo gala, llevó a Fontán a promover modalidades organizativas de los trabajadores. Ya a través de las sociedades de mutuo y mejoramiento, ya a través de las cooperativas, ya -en fin- a través de bibliotecas o centros populares de acción cívica o barrial. De allí su preocupación por analizar el instrumento de la personería jurídica, concretada en 1904 con la publicación del folleto titulado «Proyecto de Reglamento para Asociaciones. Con cartas del Dr. Azaróla y del escribano Mayada y Vega. Disposiciones Generales». En sus páginas, Fontán intentó diseñar un régimen jurídico que facilitara el reconocimiento de la personería jurídica de las asociaciones “de índole ideal” (políticas, político-sociales, religiosas, en particular), de modo de sustraer su concesión o denegación a la voluntad del poder administrador. Asimismo, con la intención de distinguir a las sociedades de obreros impulsadas por los socialistas de las orientadas por los anarquistas, Fontán señaló que el sistema propuesto:
o sea el que […] ajust[aba] la existencia de asociaciones a ciertas reglas, esta[ba] exento de los peligros y deficiencias de que los otros dos [el de concesión y el de la libertad corporativa] adolec[ían], pues de un lado ofrec[ía] un procedimiento legal constante y garantido para obtener la capacidad jurídica, y de otro la inscripción en el Registro le da[ba] el carácter ostensible, externo y que establecía] el diferencial entre las asociaciones que [tenían] dicha capacidad y las que no la [tenían].
«Proyecto de Reglamento…», 1904.
Precisamente esta acción organizativa, que suponía para los trabajadores valerse de los intersticios de la legalidad instituida, constituyó el pretexto para las críticas que los sectores anarquistas formularon contra Fontán. No solo lo descalificaron ideológicamente sino mediante insinuaciones de renuncio ético. El periódico La Rebelión había señalado al respecto en su edición del 18 de enero de 1903:
Es que los legalitarios de Montevideo, con Fontán a la cabeza, la única ciencia que conocen es la de comer a costillas de los obreros, o estudiarse unos cuantos artículos de Código —como el procurador socialista tan conocido en el Cerro—, y con ellos estafar a pobres ingenuos […]. Ah, Fontán! Mírate las manos, tú que hablas de robo!….
La Rebelión, 18/01/1903.
Los días 8 y 9 de julio de 1903 está en Buenos Aires, participando junto a Ramón Gesto y José Capelán en calidad de delegados del PSU, del V Congreso del Partido Socialista argentino, que tuvo lugar en el salón del Club Vorwärts.
Convencido de las ventajas del cooperativismo y de otras modalidades asimilables de autogestión, impulsó diversos emprendimientos organizativos. En 1905, junto con Pedro Clouzet, fundó la Sociedad Cooperativa de Carniceros, “con el objeto de proveer de carne de consumo a los accionistas, [y] de beneficiar y salar cueros”. En 1906 inició la Cooperativa de Aguas Minerales de Mozos, Cocineros y Anexos, tendiente a la elaboración y distribución en el país y en la región de aguas de mesa, vinculando la iniciativa con la acción de las sociedades obreras, que recibirían parte de los dividendos (2% la Sociedad de Mozos, 2% la Sociedad de Cocineros, 1% el Sindicato de Mozos de Buenos Aires).
Acorde con su convicción de que el socialismo debía acrecentar su incidencia en las masas asalariadas, pretendió participar -en octubre de 1906- en el II Congreso de la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU) como delegado de la Sociedad de Obreros Varaleros de la Villa del Cerro, siendo cuestionados sus poderes y finalmente rechazados.
Integrante del núcleo obrerista del Partido Socialista en gestación, discrepó frecuentemente con las orientaciones de Emilio Frugoni y sus allegados políticos. Por lo que a comienzos de 1911 la dirección partidaria intentó disminuir la influencia que Fontán mantenía en diversas zonas del departamento (Cerro, Paso del Molino, Arroyo Seco, Bella Vista, Reducto), encomendando a Juan Pablo Ross “trabajos de propaganda” en las mismas, aunque con escaso éxito.
En 1893 se casó con Agustina Leontina Panbrun, con quien tuvo varios hijos.
Obra
- «El viejo curtidor», Montevideo, Imprenta «La Nueva Central», 1900.
- «Proyecto de Reglamento para Asociaciones. Con cartas del Dr. Azarola y del escribano Mayada y Vega. Disposiciones Generales», Montevideo, 1904.
Cómo citar esta entrada: Zubillaga, Carlos (2022), “Fontán, Juan B.”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
Primera edición de la entrada: Carlos Zubillaga, Perfiles en sombra. Aportes a un diccionario biográfico de los orígenes del movimiento sindical en Uruguay (1870-1910), Montevideo, Librería de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2008.