BALSÁN, Carlos

Militante ácrata nacido en Argentina. Activo en el movimiento anarquista a comienzos del siglo XX, al promulgarse en noviembre de 1902 la Ley de Residencia, su nombre aparece en los listados de activistas a quienes el gobierno argentino buscaba aplicabar la pena de deportación.

Vinculado a la prédica del periódico porteño La Protesta (Buenos Aires, 1897-2015), integró el grupo filodramático creado en la redacción del mismo, interpretando en agosto de 1904 el monólogo de Perfecto B. López Campaña “El rabonero”, entre muchos otros.

En febrero de 1905 el gobierno argentino desata una represión sobre el movimiento anarquista con la excusa de la rebelión cívico-militar impulsada por el radicalismo. Muchos anarquistas, entre ellos Balsán, son deportados a Montevideo.

En agosto de 1905 está otra vez en Buenos Aires presidiiendo la sesión inaugural del V Congreso de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA).

Entre octubre y noviembre de ese año fue representante en Argentina del periódico comunista-anárquico El Combate, editado en Montevideo.

Adhirió en marzo-abril de 1907 a la tesis excluyente sustentada por los anarquistas durante el Congreso de fusión de las organizaciones obreras argentinas (que presidió), celebrado en el Teatro Verdi de Buenos Aires. 

En 1909 aparece como responsable de EL CUARTEL. Periódico mensual antimilitarista (Buenos Aires).

Como consecuencia de la represión policial motivada por la muerte violenta del jefe de la policía bonaerense, coronel Ramón L. Falcón, a mediados de noviembre de 1909 se trasladó a Montevideo en compañía de Eduardo G. Gilimón. Las autoridades policiales impidieron su permanencia en la capital uruguaya, deteniéndose y embarcando para Buenos Aires.

El quincenario anarquista La Nueva Senda, editado en Montevideo, denunció en su edición del 4 de diciembre de 1909 que las familias de los afectados por esa medida no tenían “noticias del área metropolitana en tal carácter que indicara su paradero”, formulando la pregunta: “¿Dónde están secuestrados?”.

Al año siguiente participó en la capital argentina de una manifestación de protesta por el maltrato a numerosos militantes sociales detenidos a raíz de la muerte del coronel Falcón, proponiendo “llevar por medio de una nota al ministro de Gracia y Justicia, la voz de protesta de [esa] gran parte del pueblo, exigiendo la destitución [del] principal autor de los bárbaros tratamientos que se cometían con los presos en la cárcel de encausados».

Entre marzo y mayo de 1910 aparece como administrador de La Batalla. Diario anarquista de la tarde , que redactaban Teodoro Antillí y Rodolfo González Pacheco. Tras ser asaltado e incendiado en mayo de 1910 el local en el que se imprimían los voceros ácratas La Protesta (matutino) y La Batalla (verpertino), Balsán aparece mencionado en el decreto del 14/05/1910 del gobierno argentino como “peligroso para el orden público”, refrendando la nota previamente elevada por la Jefatura de Policía de la Capital, por el cual ésta recomienda al ejecutivo la pena de confinamiento.

Pero Balsán, antes de ser detenido, se traslada una vez más a Montevideo, donde —junto a Antonio Marzovillo— editó un número del diario clausurado, que Juan Llorca se encargó de trasladar y distribuir clandestinamente en Buenos Aires.

Radicado definitivamente en Uruguay, participó de la reorganización de la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU), cultivó la amistad de Leoncio Lasso de la Vega y se vinculó al periodismo, incorporándose profesionalmente a la redacción del diario La Tribuna Popular (Montevideo, 1879-1960).

Desempeñó, asimismo, la gerencia del Cine Stadium Uruguay, sito en la calle Yacaré, propiedad de los Lapido.

Incursionó asimismo en el periodismo radial deportivo en CX 18 Radio Sport, en prédica favorable al Club Atlético Peñarol, que en 1953 lo designó Presidente honorario.

Murió en Montevideo el 2 de enero de 1962.