JACQUES, Francisca

Nacida en Santiago del Estero, Francisca Jacques Augier fue hija del filósofo y pedagogo francés Amadeo Jacques (1813-1865) y de Martina Benjamina Augier Echagüe, proveniente de una familia tradicional de Santiago del Estero. En 1852, a raíz de su oposición al golpe de Estado de Luis Napoleón y de la consecuente destitución de sus cátedras, Amadeo Jacques se exilió en el Uruguay, y dos años más tarde se radicó en la Argentina. Vivió durante breves períodos en las ciudades de Paraná, Rosario y Córdoba, hasta que finalmente se instaló en la provincia de Santiago del Estero, donde fue nombrado agrimensor general de la provincia. Se casó en 1857 con Martina Benjamina Augier Echagüe, de cuya unión nacerían tres hijos: Francisca, José y Francisco Jacques.

Francisca Jacques, que quedó huérfana de padre cuando tenía seis años, cursó sus estudios primarios en un internado religioso. Hizo luego la carrera de magisterio, ejerciendo una vez egresada su profesión de maestra en diversas escuelas rurales en Santiago del Estero, muchas de las cuales contribuyó a fundar. Con apenas veinte años fue profesora de la Escuela Provincial de Niñas “Manuel Belgrano”, que se transformará en la Escuela Normal de esa ciudad. Se le ofreció la dirección, pero declinó la propuesta por considerar que todavía le faltaba mucho por aprender. Aceptó en cambio  las cátedras de gramática y geografía (Sosa de Newton, 1967, p. 172; Sosa de Newton, 1986, p. 321). Se desempeñó como profesora de formación docente en la Escuela Normal Nacional de Maestras de Santiago del Estero desde su fundación en 1881 (llegando a ser en 1884 la segunda directora del establecimiento a sugerencia de Paul Groussac), cargo que ejerció hasta 1898. En esta institución conoció al pedagogo progresista Maximio S. Victoria, con quien forjó una estrecha relación. En 1893 formó parte de la Sociedad Literaria “Coronel Juan Francisco Borges”, presidida por Maximio S. Victoria, quien desde allí comenzaba a difundir la propuesta de renovación educativa de inspiración positivista y librepensadora.

Entre 1898 y 1900 acompañó a Maximio S. Victoria en su gestión como presidente del Consejo General de Educación de Santiago del Estero, desde donde presentó un proyecto de Reforma de la Instrucción Pública. Durante ese período, Jacques se desempeñó como vocal del Consejo General de Educación, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo, y apoyó la propuesta de una educación primaria “científica, moral y cívica” que despertó la reacción de los sectores católicos. En 1900 fue designada por Maximio S. Victoria, junto a Ramón Carrillo, como representante por Santiago del Estero en el Congreso Pedagógico realizado en Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, fue designada inspectora interventora de la Escuela Normal de Corrientes. Ese mismo año, a causa de la presión ejercida por los sectores conservadores, Maximio S. Victoria y Jacques renunciaron a sus cargos en el Consejo General de Educación. En 1901 se instala por un tiempo en la ciudad de Buenos Aires, donde se desempeña como profesora en la Escuela Normal “Mariano Acosta”. En octubre de 1901 es una de las asistentes al banquete ofrecido en honor a las nuevas diplomadas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Ernestina A. López, Elvira V. López, Ana Mauthe y María A. Canetti.

En compañía de Ramón Carrillo, Antenor Ferreyra y Belisario Flores, formó parte de la organización de la revista Anales de la Educación (Santiago del Estero, 1899-1900), que buscó difundir las experiencias normalistas enmarcadas en el proyecto educativo de Maximio S. Victoria. Junto a Alfredo Ferreira, Pedro Llanos, Vicente Zuloaga, Antenor Ferreira, Federico Lannes y Ramón Carrillo, participó como socia honoraria de la asociación cultural liberal denominada “Sociedad Magisterio Santiagueño” (1900-1905), que tuvo como fin la difusión del laicismo y el positivismo en la educación. En 1903 colaboró en la revista

quincenal Estímulo y defensa (1903-1905), que fue órgano de dicha asociación, y que contó con la participación de Maximio S. Victoria, Ricardo Rojas, Víctor Mercante y Alfredo Ferreira.

Nuevamente en Santiago del Estero, en 1903 volvió a ejercer su cargo de directora en la Escuela Normal Nacional de Maestras “Manuel Belgrano” de esa ciudad, en la que implementó la pedagogía renovadora de la Escuela Nueva o Escuela Activa. Ese mismo año el gobernador de la Provincia de Santiago del Estero le entregó un premio a su labor educativa en nombre del presidente Julio A. Roca.

En la década de 1910 reaparece en Buenos Aires, donde llega a ser nombrada directora en la Escuela Normal Primaria de Buenos Aires, institución en la que finalmente se jubiló. En esa ciudad, se vinculó al grupo de mujeres socialistas que crearon los primeros recreos y bibliotecas infantiles: Alicia Moreau, Fenia Chertkoff y Raquel Camaña (Morgade, 1993, p. 56). Compartió con estas mujeres la defensa de la co-educación de los sexos y el interés por las pedagogías renovadoras de la Escuela Nueva. En 1916 asistió al primer Congreso Americano del Niño en Buenos Aires, junto a Alicia Moreau, Elvira López, Ernestina López, Elvira Rawson de Dellepiane , Carolina Muzilli y Petrona Eyle.

Colaboró en la revista Humanidad Nueva (Buenos Aires, 1910-1919), que dirigieron Enrique del Valle Iberlucea y Alicia Moreau. En dicha publicación, participó de una encuesta sobre extensión universitaria (1912) iniciada por la asociación de extensión universitaria “Ateneo Popular” (1910-1921), de la cual la revista fue órgano. Asimismo, respondió a la encuesta sobre el voto político de la mujer, iniciada por Alicia Moreau en 1918, y de la cual participaron Fenia Chertkoff, Juana Begino, Julia García Games, Brunilda Wien, Alfonsina Storni, Rosa Berenstein y Paulina Luisi. Allí se pronunció a favor del voto municipal, provincial y nacional de las mujeres, aunque señaló que debía ser calificado.

El 6 de mayo de 1911 la revista porteña Mundo Argentino publicaba su “Epístola crítica”, a propósito del libro Música prohibida, del escritor libertario Alberto Ghiraldo. Este último la reprodujo en su revista Ideas y Figuras. En 1913 vuelve a dirigir otra carta a Ghiraldo, ahora a propósito de su libro La Columna de fuego. Ghiraldo también la reproduce en Ideas y Figuras (nº 93, 12/7/1913, p. 2).

En 1920 diversas personalidades de la educación y la cultura argentina constituyeron una “Comisión de Homenaje a la Señorita Francisca Jacques”, en reconocimiento a su trayectoria educativa.

Murió anciana (a la edad de 89 años) el 25 de diciembre de 1948 en Buenos Aires. En su testamento disponía sus ahorros y sus bienes para la creación de un premio anual que se llamaría “Amadeo Jacques” que sería otorgado por el Colegio Nacional de Buenos Aires, destinando también una parte a su cocinera y otras “amigas pobres”, considerando que sus sobrinas eran “millonarias”. Estas —Silvia Castañeda Vega de Albarracín y Ecilda Castañeda Vega de Tarradellas— interpusieron un recurso legal argumentando que Francisca había firmado su testamento en estado de demencia senil. Numerosos testigos que conocieron de cerca a Francisca Jacques aseguraron que tal proceder era perfectamente congruente con sus convicciones.

Mantuvo correspondencia con Paul Groussac, José Ingenieros y Alberto Ghiraldo, entre muchas otras figuras de su tiempo.

Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires. La Escuela Primaria de Jornada Completa nº 13 del barrio porteño de Flores, fundada en 1903, lleva el nombre de “Francisca Jacques”.