BARGO GÓMEZ, Bernardo (apodos: El Galleguito, El Anarquista) (Lugo, Galicia, 22/7/1870 – todavía activo en Brasil en 1914, sin datos precisos de fallecimiento).
Inmigrante de origen gallego en Buenos Aires, ladrón de pequeños hurtos en su juventud, deportado en 1902 en aplicación de la Ley de Residencia, luego maestro de orientación anarquista.
Nació en el seno de una familia campesina compuesta por Felipe Bargo Bonzas y de Ignacia Gómez Bargo, desempeñando desde niño tareas agrícolas. Asiste al colegio entre los 9 y los 15 años, cuando por acumulación de faltas por atender a las labores de la labranza el maestro lo borra de la escuela. Tras un pequeño hurto huyó de la casa paterna, trabajando un tiempo en la preparación de carreteras. Como no podía sostener una tarea tan fatigosa, robó un pico y lo vendió en una aldea cercana, siendo descubierto y detenido. Sus padres deciden embarcarlo hacia la Argentina el 27 de noviembre de 1887, arribando con pasaportes falsos al puerto de Buenos Aires el 25 de diciembre del mismo año. Trabajó por un tiempo como aprendiz de mucamo y luego como embotellador de cerveza en el almacén “La Infanta Isabel”. Pero una serie de pequeños episodios de hurto lo llevan a perder sus trabajos, a deambular por las calles en situación de mendicidad, siendo detenido a menudo por la policía. En 1888 pasó cinco meses en la Penitenciaría Nacional condenado por “robo de gallinas” y otros diez meses en 1890. Una vez en libertad, volvió a delinquir hurtando mercaderías de los trenes, volviendo a ser detenido en reiteradas ocasiones, fotografiado y evaluado en dos gabinetes antropométricos, en Buenos Aires y en La Plata. El trato frecuente con policías, jueces y criminólogos, así como una serie de lecturas literarias (Émile Zola), sociológicas y criminalísticas, lo llevan a fines de la década de 1890 a presentarse a sí mismo como un caso de transplante traumático de una cultura a otra, poniendo énfasis en el medio social miserable en que el le había tocado vivir en sus años de inmigrante recién desembarcado. Su confesión en el Departamento de Policía de La Plata firmada en noviembre de 1899, donde se declaraba “un rebelde”, “ateo” y “enemigo de las religiones”, fue publicada por Pietro Gori en su revista Criminalogía Moderna en 1900. Allí señala que cuando vivía en el barrio porteño de Barracas al Norte, “las personas que en mi nuevo barrio no me conocían el nombre, por ocuparse de hablar, a veces sin saber, de anarquismo, colectivismo y otras cosas, me asignaron con el nombre de (a) El Anarquista, confirmado por la Policía Seccional al ser arrestado en compañía de otros individuos, dando El Imparcial un bombo completo del hecho…” (Bargo Gómez, 1900, p. 505). En marzo de 1898 aparecía en La Plata contribuyendo con 50 centavos a una suscripción voluntaria de La Protesta Humana (“Suscripción voluntaria a favor de La Protesta Humana”, en LPH nº 31, Buenos Aires, 18/3/1898, p. 4).
Al promulgarse la Ley de Residencia en noviembre de 1902, Bargo Gómez fue uno de los primeros a quienes el gobiemo argentino le aplicó la pena de deportación, embarcándolo el 8 de diciembre rumbo a Barcelona. En enero de 1903 visitó la redacción del diario La Vanguardia en esa ciudad, protestando por su expulsión sin garantías legales, indicando que era ciudadano español y que llevaba 15 años trabajando como “profesor” en la Argentina. Junto a otros deportados gallegos como Manuel Lago y Ricardo Alfonsín, es trasladado a La Coruña, Galicia, y luego a Santiago de Compostela, a disposición del Jefe de Reclutamiento. En junio de 1903 participa en un mitin en el Teatro Circo por los presos de Badajoz, La Línea, Cádiz, Jumilla, Almería y otras localidades.
Vivía entonces en la calle San Roque, 18 de la ciudad de Santiago de Compostela, dedicándose al comercio banastero (de cestas de mimbre).
Al domingo siguiente, 5 de julio, se realizó una nueva procesión, la de la Octava de Santiago. Al pasar por la plaza de María Pita, el fiscal de la Audiencia, Enrique Saavedra Pareja, que llevaba una de las borlas del guión de la procesión portado por el presidente de dicha Audiencia, ordenó a la guardia municipal que hiciese descubrir a un individuo. Este se negó y se le quitó el sombrero a la fuerza. El interpelado, Bernardo Bargo Gómez, anarquista, empezó a dar vivas a la libertad, al progreso y a la ciencia y mueras al oscurantismo. Fue detenido. Cuatro días después, el 9 de julio, ingresaba al Penal de La Coruña al no poder pagar la fianza de mil pesetas.
Al registrarse en el penal sus pertenencias, le encontraron varias cartas del gobernador de Huelva, Sr. Cadarso, dirigidas a él y a su padre Felipe Bargo, así como ejemplares de periódicos anarquistas, como Tierra y Libertad y La Voz del Terruño. Fue puesto a disposición del juez de instrucción e interrogado.
Su detención generó malestar entre anarquistas y librepensadores. Los grupos libertarios de la ciudad organizaron un mitin de protesta por su detención. En una reunión en Germinal se decidió considerar de carácter “social” su encarcelamiento, pedir su liberación y ayudarlo económicamente. En prisión fue visitado por sus compañeros. El 9 de julio el juez decidió procesarlo, imponiéndole una fianza de 1000 pesetas en efectivo, o 2000 pesetas en fincas o de 1500 en valores del Banco de España, que Bargo no podía pagar. El 10 de julio, el juez de instrucción recibió información de que se encontraba prófugo y que debía ponerlo a disposición de la Comisión mixta de reclutamiento. El sumario de su agresión al guardiacárcel y de su fuga entró en audiencia en septiembre de 1903. En enero de 1904 José Sanjurjo reclamaba desde las páginas de El Rebelde que fuera absuelto en el caso que se le seguía por agresión al guardiacárcel, argumentando que había sido en propia defensa. Pero el fiscal pidió tres años y cinco meses de prisión, siendo defendido por el abogado Ponte. Quedaba pendiente el caso de alteración del culto católico, en el que iba a ser defendido por el abogado Durán. En enero de 1904 compareció ante la Comisión de reclutamiento de La Coruña como prófugo, porque se había embarcado rumbo a México.
En febrero de 1905 escribió desde México al periódico ¡Tierra! de La Habana para preguntar por su hermano Roque Bargo Gómez, trabajador de la industria del café. En abril de 1905, el Gremio de Dependientes del Café le respondió que su hermano no estaba asociado. En mayo de 1905 escribía desde Ixtlan del Río-Teple, México, un artículo en ¡Tierra! sobre la docencia. En septiembre de 1905 aparece como director de una escuela nacional en Ixtlán. En 1909, con motivo de un incidente en una posada, fue encarcelado y posteriormente despedido, según Regeneración, a causa de la persecución clerical. Acusado de “sedición”, Bargo Gómez apeló su caso llegando incluso hasta la Corte Suprema de Justicia. En abril de 1910 escribió desde México nuevamente en ¡Tierra! de La Habana informando sobre su absolución y la recuperación de sus salarios como maestro y director de una escuela nacional. En julio de 1910 firmaba otro artículo en ¡Tierra! en calidad de “profesor” en Ixtlán del Río-Teple.
Poco tiempo después aparecía al otro lado del Atlántico. En febrero de 1912 Tierra y Libertad anunciaba que “el profesor racionalista Bernardo Bargo” iba a dictar una conferencia sobre pedagogía en el grupo “Amigos de la Instrucción”, dependiente del “Fomento del Trabajo Nacional” de Barcelona. Por entonces recogía aportes para ayudar a los presos políticos. En abril de 1912 dictaba una conferencia sobre la guerra en la Sociedad de Cultura Racional de Barcelona y en mayo otra como profesor en la Federación Local de Santiago sobre “Organización científica y racional del trabajo humano”.
Poco después retornó a la Argentina, de donde fue nuevamente deportado el 20 de enero de 1912. A finales de abril de 1914 llega a La Coruña, procedente de Barcelona. Desde allí se dirigió a Andalucía con el proyecto de fundar una escuela laica en Paterna de Rivera (Cádiz), pero fue detenido durante el trayecto y puesto a disposición del gobernador. El 30 de mayo de 1914 El Diario Español de Buenos Aires informaba a sus lectores que “En Cádiz fue preso hoy el libertario Bernardo Bargo, expulsado de la Argentina y que se averiguó mantenía correspondencia con individuos domiciliados en México y en Barcelona” (“Anarquista preso”, en El Diario Español nº 1560, Buenos Aires, 30/5/1914, p. 1.). En efecto, Bargo Gómez mantenía correspondencia con el Partido Liberal Mexicano y con el Ateneo Sindicalista de Barcelona.
En noviembre de 1914 fue detenido en Sao Paulo, Brasil, siendo trasladado para su procesamiento judicial a Río de Janeiro, donde el fiscal reunió su frondoso prontuario acumulado en España, Argentina y México. A partir de entonces se pierden sus rastros.
Obra
- “Documento humano”, en Criminalogía Moderna nº 15, enero 1900, Buenos Aires, pp. 466-468; y nº 16, febrero de 1900, pp. 502-506.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021), “Bargo Gómez, Bernardo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org