VILLEGAS ARANGO, Jorge Aníbal (apodo: papa negro) (Líbano, Tolima, Colombia 1932 – Medellín, Colombia 7/12/1977).
Arquitecto, investigador social y prolífico ensayista. Afín a la Revolución cubana. Participó de diversos proyectos editoriales, revisteriles y culturales de carácter contestatario y antiimperialista durante los años sesenta y setenta.
Oriundo del departamento del Tolima al centro occidente de Colombia. Hijo de Aníbal Villegas y Aminta Arango. Estuvo casado con Cecilia Seldman. En su perfil publicado en el sitio “Tolima Total” de la gobernación de ese departamento se cuenta que tuvo un hijo que murió a los 14 años en la tragedia de Armero; el desastre natural producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz acaecido el miércoles 13 de noviembre de 1985.
Se graduó como arquitecto. Algunas fuentes refieren como casa de estudios la Universidad de América y otros la Universidad Nacional.
Participó de la librería La Tertulia, ubicada en la calle 19 n.º 6-18, en pleno centro capitalino a fines de la década de 1950. Esta librería fue impulsada por los entonces jóvenes intelectuales Estanislao Zuleta y Mario Arrubla, con participación económica de la esposa del primero, María del Rosario Ortiz. Más que un emprendimiento comercial, fue un espacio de reunión y sociabilidad intelectual. Además de la participación de Jorge Villegas se identifican: el escritor, crítico y “poeta de izquierda” Jaime Mejía Duque (1933-2009), el médico Augusto Corredor, el médico psicoanalista Óscar Espinosa (1933), el médico genetista y biólogo Emilio Yunis (1937-2018) y su hermano, el psicoanalista José Yunis, el economista Hernando Llanos, el novelista samario José Stevenson y el periodista Rafael Arredondo. También se mencionan en los diversos testimonios los nombres de Jaime Morales, Iván Colorado, José “Pepe” Sierra e Iván Posada. Ocasionalmente, se sumaban María del Socorro Castro (esposa de Arrubla) y la ya mencionada María del Rosario Ortiz, pero en lo fundamental se trataba de un espacio compuesto por varones. El entonces estudiante de filosofía, Humberto Molina (1943), se sumó a este grupo un poco después, y recuerda esta librería como “el primer local que en la ciudad combinó librería con cafetería”, para lo cual fue clave la activa participación del “hombre práctico” del grupo, Jorge Villegas:
“Como él era arquitecto, hizo el acondicionamiento del local. Montó un balconcito que quedó directamente sobre la fachada de la 19. Lo dividió en dos y arriba quedó como un estar. Yo dormía en ese estar pero en el día se tenían ahí unas mesitas para tomar tinto [café] y todas esas cosas. Yo viví un tiempo ahí, en la librería. Me pagaban… yo no sé… unos 300 pesos mensuales, alguna cosa así, por atender la librería. Yo la atendía, pero quien la administraba era Jorge Villegas, él sabía un poco más de eso. Yo ayudaba a hacer los pedidos, a buscar los libros, dormía ahí, cuidaba esa vaina, eso fue durante unos meses. Después de unos meses ya no viví más en la librería pero seguía atendiéndola. La librería tenía un encanto, ahí desde el mediodía comenzaba a llegar gente del PRS y de otros grupos políticos de izquierda, intelectuales, entonces eso era un verdadero tertuliadero. Nunca se hizo nada más que tertuliar, no recuerdo que hayamos hecho conferencias o presentaciones de libros, no, era tertuliadero. No teníamos mucha iniciativa publicitaria tampoco. No duró mucho tiempo, porque no fuimos capaces de manejar el mercadeo del negocio”. (Entrevista a Humberto Molina, 2016).
De este espacio de convergencia surgió el breve Partido de la Revolución Socialista (PRS) (1962-1964), una de las primeras organizaciones de la nueva izquierda en Colombia. Aunque desde allí se promovía una radicalización discursiva, el partido duró poco tiempo porque sus líderes avanzaron una crítica muy temprana a las derivas subversivas que empezaban a darse en Colombia e intentaron introducirse en el propio partido. Derivaron hacia el Grupo Estrategia, desde donde se gestó un programa intelectual de incidencia en la generación del medio siglo.
Jorge Villegas se sumó como brigadista de la Revolución cubana en 1962 y trabajó como arquitecto. Participó del plan de vivienda de la naciente revolución: diseñó el barrio Salvador Allende 710, sede de la sociedad “Amigos de Cuba” donde ahora funciona el instituto de lingüística y literatura. Trabajó en la provincia de Sancti Spiritus en la ciudad de Trinidad como director de construcción del Ministerio de Obras Públicas; y en Villa de Viñales (provincia de Pinar del Río) construyó casas para la cooperativa de obreras tabacaleras. También trabajó en San Antonio de los Baños. Hasta el momento se desconocen otros viajes políticos de Villegas.
Al regresar a Colombia, Villegas convergió con el grupo que editó la publicación Planas historia de un genocidio dedicada a la masacre de indígenas Guahibo en la región de Planas, ubicada en Puerto Gaitán, departamento del Meta. Esa masacre tuvo lugar en 1970 cuando se desató una operación militar aliada con los colonos de la zona, quienes se encontraban indignados por la puesta en marcha de una cooperativa de locales en San Rafael de Planas para comerciar las artesanías de palma de cumare en Villavicencio y llevar alimentos y enseres a precios justos para los indígenas. La cooperativa fue impulsada por un ex-inspector de policía, Rafael Jaramillo Ulloa que fue duramente perseguido. Otros de los investigadores sociales con los que participó Villegas para esa publicación fueron: Diego Arango Ruiz, Víctor Daniel Bonilla y Horacio Calle. Esta masacre despertó la indignación nacional e internacional, y entre las denuncias estuvo la del padre Gustavo Pérez Ramírez, compañero del cura Camilo Torres. Los documentalistas Jorge Silva y Marta Rodríguez produjeron una película sobre el hecho: “Planas: testimonio de un etnocidio” (1972).
Villegas fue pionero en el estudio sobre el petróleo en clave antiimperialista, lo que dio como fruto un primer libro de edición clandestina mimeografiada: Petróleo Oligarquía e Imperio en el que promovía un manejo soberano de los hidrocarburos en el país. Con la denuncia y divulgación de este asunto, él intervino entre los trabajadores petroleros agrupados en la Unión Sindical Obrera (USO) entre los que ganó el apodo de “papa negro”. Más adelante Villegas reeditó su material en forma de libro con el título: Petróleo colombiano ganancia gringa que tuvo varias ediciones. El material fue conocido y citado por un especialista internacional en el tema durante el periodo: Harvey O´Connor, autor de La crisis mundial del petróleo (Buenos Aires, Editorial Platina, 1963). Algunos testimonios declaran que el libro también fue referenciado en la revista Monthly Review.
Polifacético y proclive a muchas sociabilidades, a Villegas se le encuentra en relación a tres de los cinco afluentes que desembocaron en la Fundación Alternativa, originada en 1973 para dar lugar a la revista homónima de gran incidencia en la política nacional de los años setenta. Uno de ellos fue la Fundación de Artes Gráficas, fundada en junio de 1973 por Enrique Santos Calderón (7/12/1945) y en la que también participaron en uno u otro momento: María Teresa Rubino (primera esposa de Santos Calderón), Daniel Samper Pizano, Luis Eduardo Parra, Jorge Mora Espinosa (Bogotá, 1944), además del propio Villegas. En segundo lugar estuvo el “grupo de Cali” integrado por los dos promotores iniciales del proyecto revisteril que se tentó primero en la ciudad de Cali ya con el nombre Alternativa: el economista Bernardo García, exprofesor de la Universidad del Valle, y el propio Villegas, además de la periodista, socióloga y politóloga Cristina de la Torre que para entonces era esposa de García.
En tercer lugar se menciona el Taller 4 Rojo (T4R) con el que Villegas tuvo una larga colaboración desde 1970 cuando los artistas Norma Zarate y Diego Arango empezaron a impulsarlo, y que continuó cuando en 1972 se fue configurando como un proyecto de taller propiamente dicho y de creación colectiva. El Equipo TransHisTor(ia) explica que T4R era un espacio físico y simbólico donde confluyeron prácticas artísticas, discusiones políticas e intelectuales, tomas de acción y apoyo a grupos sociales, sindicales y campesinos desde la acción directa, y tras la iniciativa de 1970
“En 1972 Zárate, Arango y Jorge Mora, junto a los artistas Umberto Giangrandi (Pontedera, Italia, 1943) y Carlos Granada (Honda, Tolima, 1933), fundaron el Grupo Taller 4 Rojo como una plataforma creativa para la creación colectiva y el acompañamiento a movimientos sociales en la producción visual; a este grupo se unió más adelante el artista Fabio Rodríguez Amaya (Bogotá, 1950) y también participaron en él otros intelectuales colombianos. Las acciones emprendidas por el Grupo Taller 4 Rojo a partir de 1972 estuvieron fuertemente vinculadas con los propósitos planteados en los Encuentros de Plástica Latinoamericana realizados en La Habana, Cuba, en 1972 y 1973, a los que asistió Carlos Granada en representación del colectivo”. (Equipo TransHisTor(ia), 2020).
Algunos de esos otros intelectuales fueron: Germán Rojas Niño (1945-2011), Gilberto Naranjo, Jacobo Naidorf, Enrique Pinzón, el poeta Mario Rivero (1935-2009) y Salomón Kalmanovitz (1943).
Al final Taller 4 Rojo se escindió. En Alternativa (1974-1980) quedaron Zarate y Arango (quienes continuaron juntos como Taller Causa Roja) y con el nombre original siguieron Giangrandi, Granada y Rodríguez (que dieron lugar a Testimonios, 1974), pero el trabajo de todos estos artistas fue clave para los aspectos gráficos y fotográficos de la revista.
Pese a ser nodo de esta red que dio lugar a Alternativa, Villegas no estuvo más allá del año de su fundación. En septiembre de 1974 su salida por discrepancias con la orientación política que se tomaba, fue la primera de varias de las crisis que marcaron la convulsa biografía revisteril. Además, empezó a tener problemas serios de salud.
Sumado a esos tres grupos, en los orígenes de Alternativa estuvieron: la Fundación La Rosca de Investigación y Acción Social, orientada por el sociólogo Orlando Fals Borda y el Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez, quien se mantuvo como consejero editorial durante toda la historia de la revista, aportó algunas colaboraciones e hizo donaciones económicas. “Gabo”, amigo cercano de Villegas, fue contactado por este para sumarse a la iniciativa revisteril. Además de lo anterior, quienes han reconstruido la historia de Alternativa, dan cuenta de los vínculos más o menos tensos, más o menos explícitos, con la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19), dada la participación de algunos de sus militantes en la redacción y producción de la revista.
La colaboración y afinidad con artistas como Zarate y Arango es visible en los libros producidos por Jorge Villegas, pues en ellos el discurso visual tiene importancia al incluir los montajes que combinaban dibujo, recortes de prensa y fotografía. Este tipo de intervención discursiva había estado presente en el paso de Villegas, Bernardo García y Jorge Mora (diseñador gráfico y publicitario de la Universidad Nacional) por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE) al que Mora se vinculó en 1969. En el DANE Villegas actuó como editor de publicaciones, fue redactor de la revista de la institución y avanzó un nuevo plan de publicaciones de esta institución, realizando además varios informes técnicos.
“Cuando yo estaba trabajando en el DANE, salía el boletín de estadística, que era una publicación muy fría: solo estadísticas y cuadros. Entonces con la enseñanza y con lo que practicábamos en el Taller 4 Rojo, dijimos ‘veamos una opción diferente de mostrar las cosas’. Ahí empezó un lío, porque con las personas con que trabajábamos y con Jorge Villegas –no lo saco de mi memoria a él, gran amigo- ilustrábamos los artículos con fotografías. Pero también con fotografías intervenidas y con fotografías de doble sentido. Voy a hablarles de una que acompañaba un informe sobre la salud en Colombia. En ese texto se colocó en la parte superior de la página, una fotografía del Gun Club con unas gentes muy emperifolladas, con frac y todas esas cosas y un pescado inmenso; y abajo colocamos las fotografías de un niño famélico que salió en la prensa, y tal cual salió, dice: ‘En Colombia mueren cien niños por hambre’. Lógicamente que era una contraposición de una cosa que se mostraba con la otra. Y así hicimos varios trabajos en el DANE; unas partes eran mías, otras las hacíamos con Villegas y otras con German Rojas, otro compañero que también participó en el Taller 4 Rojo”. (Entrevista a Jorge Mora citada en Patiño, 2018, p. 45).
La propia presidencia en cabeza del conservador Misael Pastrana (1970-1974) ordenó volver al boletín original y detener los fotomontajes.
El libro negro de la represión es un claro ejemplo de ese discurso visual en las investigaciones sociales de Jorge Villegas, las cuales tenían un enfoque documental. Este libro tuvo dos ediciones: la primera fue publicada en 1974 bajo la autoría de Villegas con la colaboración de José Yunis y Enrique Pinzón y la segunda en 1980 bajo la autoría de Gerardo Rivas Moreno con la colaboración de Jorge Naranjo, María Victoria Rodrigo, Dora Vásquez y Gabriel Gómez Mejía. Mientras que la diagramación y el diseño estuvieron a cargo de Jorge Mora y Diego Arango. La primera edición documentó 853 casos de represión y violación de derechos humanos por parte del Estado durante el período del Frente Nacional (1957-1974), régimen de alternancia presidencial entre los partidos tradicionales (liberal y conservador) que llegó con banderas republicanas y coexistió con hechos sangrientos y frecuentes Estados de sitio. La segunda edición del libro extiende el periodo de rastreo hasta 1980.
Este libro fue la primera producción editorial del Comité de Solidaridad de los Presos Políticos (CSPP), a su vez primera organización que en Colombia asumió el discurso de los derechos humanos y se ocupó de la defensa de los presos políticos como una verdadera tarea de militancia. El comité también contó con el auspicio de Gabriel García Márquez, poco después de recibir el premio Rómulo Gallegos (1972). Fue coordinado por Enrique Santos Calderón y contó con la participación de líderes sociales como Noel Montenegro de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), la señora Cármen de Rodríguez del movimiento de los barrios nororientales de Bogotá, intelectuales como el propio Jorge Villegas y artistas como los promotores del T4R. El libro negro de la represión fue efectivo en su propósito de denuncia internacional al lograr la atención de la Comisión Internacional de Derechos Humanos y ha sido recuperado como una valiosa fuente para analizar las relaciones entre las izquierdas, los movimientos sociales y la incursión del discurso de los derechos humanos en el debate público. Hasta el momento se carece de documentación sobre las represiones y persecuciones específicas de las que Villegas pudo ser objeto.
A todas estas acciones de compromiso intelectual se suma el hecho de que Villegas acompañó las luchas de los Barrios Orientales de Bogotá. Y junto con Enrique Santos Calderón concretó un periódico mural sobre la Avenida de los cerros que ellos apodaban “avenida de los serruchos”.
Asimismo, Jorge Villegas se desempeñó como profesor universitario. Estuvo en la Universidad de América en Bogotá y en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja. Cuando se desplazó a vivir a la ciudad de Medellín incursionó como profesor de la Universidad de Antioquia (UdeA), en específico en la Facultad de Economía y como investigador del Centro de Investigaciones Económicas (CIE). También fue catedrático de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín y ejerció la jefatura del departamento de investigaciones de esta entidad. Ofreció múltiples conferencias en diferentes ciudades del país a propósito de sus temas de investigación, tanto en sindicatos y organizaciones populares como en universidades.
La producción bibliográfica de Villegas es amplia y está marcada por la investigación documental y el establecimiento de cronologías. Junto con el médico psicoanalista José Yunis dio lugar a las obras Hechos y sucesos de Colombia 1900-1920 y La guerra de los mil días, de esta última hubo tres ediciones. Dentro del proyecto de la Biblioteca Básica Colombiana que llevó a cabo el Instituto Colombiano de Cultura, Villegas fue convocado para una recopilación de la obra del ingeniero civil y de minas, Alejandro López, figura clave del desarrollo nacional a inicios del siglo XX.
Polifacético y con bagaje humanista, Jorge Villegas también avanzó investigaciones en clave biográfica que tuvieron como objeto de atención figuras de la cultura popular. En El culebrero (1975) se ocupó de la historia de vida de Francisco Correa Múnera, vendedor ambulante en el centro de Medellín. En ese momento Villegas se había trasladado a vivir a esta ciudad y se interesó por los rasgos culturales del pueblo antioqueño que se enorgullece de su capacidad para las ventas y para el “rebusque”. Al año siguiente llevó a cabo una larga entrevista al músico Crescencio Salcedo, también en Medellín, para apoyar la construcción de sus memorias autobiográficas en los últimos días de su vida. El músico es un emblema nacional por creaciones como “Compae mochila”, “La múcura”, “Yo no olvido al año viejo”, “Mi cafetal”, “El hombre caimán”, “La varita de caña”, entre otras.
Villegas también participó de otra iniciativa de su amigo y colega Jorge Mora: el grupo Crítica 33 concentrado en el oficio cinematográfico. Allí se sumaron Santos Calderón, además de María Teresa Rubino, Salvo Basile, David Fefferbaum y Álvaro Escallón Villa, este último fundador de Panamerican Film. Estuvieron además el camarógrafo y montador Alejandro Bodas y Juan Perilla. Desde ese grupo se realizaron cortometrajes de creación colectiva e independiente: “Padre Dónde está Dios” y “Vida Perra”.
Tras sufrir un primer infarto, Villegas arrastró sus últimos años una enfermedad coronaria que finalmente lo llevó a la muerte a tan solo 45 años, dejando varios proyectos inconclusos:
“Tenía otros proyectos de investigación que se iniciaron y no fue posible continuarlos, como el estudio de la invasión al barrio Quindío en Bogotá, otro sobre la masacre de indígenas Cuibas en Arauca, donde se logró filmar parte del juicio de la Rubiera, lo mismo en la Sierra Nevada de Santa Marta. Al mismo tiempo, en la Universidad de Antioquia, inició trabajos sobre las relaciones entre el Estado y baldío; la relación entre los indígenas y la colonización; y uno más sobre Negros en el Gran Cauca. Además, nuevos proyectos que buscaban financiación de la fundación Ford: sobre los Iguazos, y sobre las familias que circulaban por todo el país realizando labores nómadas de recolección de café, arroz, sorgo o algodón”. (Mora, 2013).
Otro testimonio señala que tenía entre manos una Historia de la caricatura en Colombia y una enciclopedia de las luchas agrarias en el país entre 1930 y 1960.
Perfil biográfico en construcción.
Obra
Hemerográfica (establecida hasta el momento):
- “El petróleo colombiano una riqueza extranjera”, Diálogos, n° 1, marzo-abril de 1963, pp. 7-11, Ibagué.
- “Pleitos de tierras entre colonos y propietarios en la colonización antioqueña”, Revista de extensión cultural – Universidad Nacional de Colombia n° 5-6, 1978. p. 6-21.
- «La colonización de vertiente del Siglo XIX en Colombia», Estudios rurales latinoamericanos, mayo-agosto de 1978, pp. 101-147.
- (con Fernando Botero Herrera) «Putumayo: Indígenas, caucho y sangre», Cuadernos Colombianos Tomo III, n° 12, 1979, pp. 529-566.
Bibliográfica:
- (con Rafael Stevenson, Hernando Mutis y Justo Castellanos) La planificación agraria, Bogotá, Fundación Universidad de América, Centro de Planificación Integral, 1960.
- (con Diego Arango Ruiz, Víctor Daniel Bonilla y Horacio Calle) Planas historia de un genocidio, sin referencia editorial establecida.
- (con Aurelio Echeverri J.), Petróleo, oligarquía e imperio, Bogotá, Ediciones Socioeconómicas, 1967, 744 p. (reediciones: Ediciones Socioeconómicas, 1969 -primera y segunda ediciones en formato mimeografiado-; Bogotá, Ediciones E.S.E., 1969; Petróleo colombiano ganancia gringa, Medellín, El Tigre de Papel, 1971; Bogotá, Ediciones E.S.E., 1973; Bogotá, Tercer Mundo, 1975; Bogotá, El Áncora editores, 1982; Bogotá, El Áncora editores, 1985).
- Vietnam, Vietnam!, Ediciones ESE, 1970.
- Cristianismo y revolución, Ediciones ESE, 1970.
- (con Diego Arango Ruiz y Jorge Mora) El papa visita Colombia, 1971, sin referencia editorial establecida.
- (con la colaboración de José Yunis y Enrique Pinzón) El libro negro de la represión: Frente Nacional, 1958-1974, Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, Bogotá, 1974.
- (con José Yunis), Hechos y sucesos colombianos 1900-1924, Medellín, Universidad de Antioquia, 1976, 528 p.
- (con Hernando Grisales) Cresencio Salcedo. Mi vida, Medellín, Ediciones Hombre Nuevo, 1976.
- (como compilador) Alejandro López, Escritos escogidos, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1976.
- (con José Yunis), La guerra de los mil días, Bogotá, C. Valencia, 1978, 323 p.
- La colonización de vertiente en el siglo 19, Medellín, Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, 1977, 76 p.
- (con Antonio Restrepo) Colombia: resguardo de indígenas y reducción de salvajes, 1820-1890, Medellín, Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, 1977.
- Colombia, enfrentamiento Iglesia-Estado, 1819-1887, Medellín, Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, 1977, 99 p. (reediciones: Bogotá, La Carreta, 1981).
- (con Antonio Restrepo y Fernando Botero), Baldíos: 1820-1936, Putumayo: indígenas, caucho y sangre, Medellín, Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, 1978, 108 p.
- (2a. ed. ampliada en conautoría con Gerardo Rivas Moreno y la colaboración de Jorge Naranjo, María Victoria Rodrigo, Dora Vásquez y Gabriel Gómez Mejía), Libro negro de la represión, 1958-1980, Bogotá, Fundación para la Investigación y la Cultura, 1980.
- (con Gerardo Rivas Moreno)
- La paz es un poema : Colombia. Violencia, 1958-1984, Bogotá, Fundación para la Investigación y la Cultura, 1984 (3a. ed.).
- El culebrero, Bogotá, Procultura, 1986, 101 p.
- (editado por Antonio José Villegas Valero), Jorge Villegas Arango: libanense y uno de los precursores del pensamiento crítico colombiano: cuatro obras cardinales, Bogotá, ARFO Editores e Impresores Ltda., 2013 (reedición póstuma de los textos: La situación general a final del siglo XIX, La colonización de vertiente en el siglo XIX, Petróleo colombiano, ganancia gringa y El culebrero).
- (con Efraín Estrada), Sucesos colombianos, 1925-1950, Medellín, Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, 1990.
Cómo citar esta entrada: Jaramillo Restrepo, Sandra (2024), “Villegas Arango, Jorge Aníbal”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.