SCOPETANI, Alessandro / Alejandro (seudónimos: Alessandro Vierani, Alessandro Spaghetti) (Firenze, Italia, 6/7/1873 – Buenos Aires, Argentina, 26/2/1929).
Periodista anarquista de origen italiano, activo en la Argentina a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, deportado en 1902 por aplicación de la Ley de Residencia.
Hijo de Guglielmo Scopetani y Assunta Vierani, trabajó en su ciudad natal como “rigattiere”, comerciante de objetos de segunda mano. La policía italiana lo describía en 1896 como poseedor de una educación elemental, “de carácter enérgico y decidido”, constante en su trabajo. Amigo de todos los líderes locales en el medio anarquista, adquirió cierta “influencia propagandística activa entre las clases trabajadoras y con algún beneficio». Scopetani se da a conocer públicamente durante los levantamientos sicilianos, cuando los anarquistas florentinos en solidaridad con los trabajadores sicilianos imprimen clandestinamente el manifiesto “Es hora”. En la víspera de año nuevo de 1893, junto a otros compañeros, lanzó cientos de ejemplares sobre la galería del Teatro Novo de Florencia. Detenido, cumplió un año y ocho meses de prisión en el Complejo Monumental de Murallas de Florencia, un antiguo monasterio que desde 1883 cumplió funciones de prisión.
En septiembre de 1895 fue condenado a cuatro años de prisión domiciliaria, primero en Porto Ercole y luego a las Islas Tremiti. Aquí aparece involucrado en la revuelta del 1º de marzo de 1896. Condenado por estos hechos a quince meses de prisión (reducidos a seis en segunda instancia y elevado a doce en la última), es trasladado a Lampedusa hasta que en noviembre le fue otorgada la “absolución condicional”. Regresó a Florencia por poco más de un año, cuando el 3 de mayo de 1898 fue arrestado nuevamente por los disturbios provocados durante las protestas por el aumento del costo de la vida que estallaron también en esa ciudad. Enviado a Ventotene, en julio de 1898 pide migrar a Buenos Aires, Argentina, donde la familia de su novia le garantiza un trabajo. Las autoridades acuerdan, con la condición de que asegure un embarque inmediato y directo hacia la capital argentina, que finalmente se realizará el 15 de agosto de 1898.
En mayo de 1899 aparece como suscriptor de La Protesta Humana. El 3 de diciembre de 1899 participa de una manifestación socialista de protesta contra el deterioro de la situación económica en la Plaza Herrera, del barrio porteño de Barracas al Norte. Según L’Avvenire, cuando Scopetani quiso exponer su opinión contraria a la lucha por el poder político, un sargento y un policía se lo impidieron, “porque los organizadores le habían dicho que la reunión ya se había terminado”. Según el reporte de La Vanguardia, se dejó hablar al anarquista, pero luego, cuando quisieron hablar los socialistas, los anarquistas asistentes organizaron tal griterío que no se oyó nada.
El 29 de enero de 1901 lanza en Buenos Aires un semanario bilingüe (en italiano y español) de orientación anarco-individualista, La Nuova Civilità (Buenos Aires, 1901-1902), que polemiza fuertemente con el anarquismo organizador de L’Avvenire (Buenos Aires, 1895-1904), dirigido por Felice Vezzani, al que acusa de idealizar a los líderes, ayer a Errico Malatesta, hoy a Pietro Gori. Según el primer editorial, la corriente organizadora “cree en la inutilidad y posibilidad de una vasta federación anarquista; aboga por la constitución de los anarquistas en un partido político; estima pernicioso el desarrollo de la propaganda de los hechos individuales; piensa en la creación de centros de gestión y correspondencia y considera necesario dictar estatutos y reglamentos a los trabajadores. Está la otra corriente, a la que pertenecemos, que ha adquirido la convicción de que cualquier forma de organización que no cumpla con las leyes de la afinidad, conduce inevitablemente al autoritarismo; ese partido implica partidismo, cuyas tendencias chocan con los principios anarquistas; que los hechos individuales, además de
inevitables, son útiles; que la centralización es fuente de esclavitud y que las masas trabajadoras deben acostumbrarse a negociar sus propios intereses, descartando las viejas rutinas jerárquicas y reguladas” (“Incominciamo”, en: La Nuova Civilità nº 1, 27/1/1901, p. 1). Diego Abad de Santillán señala entre los redactores del periódico a Orsini Bertani y Romulo Ovidi.
En abril de 1901 La Nuova Civilità anuncia la fusión de su grupo editor con el grupo “Né Dio né Padrone” y los miembros del Círculo Internacional de Estudios Sociales de Barracas al Norte.
La Nuova Civilità está presente en el Congreso Obrero Gremial reunido los días 25 y 26 de mayo y 2 de junio de 1901 en la Sala Ligure del barrio porteño de La Boca, del que resultó la creación de la Federación Orera Argentina (FOA). Publica en sus páginas una crónica del Congreso.
La Nuova Civilità, que publicó textos de Croatto, Kropotkin y Jean Grave, debió dejar de salir en julio de 1902, en el contexto del movimiento huelguístico que derivó en la sanción de la Ley de Residencia, que habilitaba al ejecutivo a la expulsión del país de los extranjeros “indeseables” sin previo juicio. Dos días después le sumó el estado de sitio por casi 40 días en la ciudad y en la Provincia de Buenos Aires y en la Provincia de Santa Fe.
Su nombre aparece en las listas de deportados por aplicación Ley de Residencia entre fines de 1902 y principios de 1903. Pero había logrado cruzar a Montevideo antes de ser detenido. Su nombre vuelve a aparecer en febrero de 1902 en un documento del Jefe de Policía Francisco J. Beazley reproducido por La Protesta Humana dentro de la “Lista número 2: No aprehendidos que deben ser deportados”.
Desde Montevideo publicó una circular firmada el 1 de abril de 1903 junto a Francisco Janin convocando a una campaña mundial contra la Ley de Residencia en la Argentina. Anunció por entonces su deseo de relanzar La Nuova Civilità en la capital uruguaya.
Según la investigación de Luigi Di Lembo, a principios de 1904 decide regresar a Buenos Aires utilizando su apellido materno (Alessandro Vierani). Sin embargo, a fines de julio fue nuevamente arrestado y enviado de regreso a Montevideo, donde fue monitoreado de cerca por la policía que lo arrestó en varias ocasiones. Luego decide regresar a Argentina, pero esta vez asumiendo una identidad más sólida, no sin ironía, la de Alessandro Spaghetti, se instala en la localidad bonaerense de Junín. Pero Spaghetti no tardó en hacerse notorio como un “subversivo” a tener en cuenta, por lo que cuando el jefe de policía Ramón L. Falcón fue asesinado en 1910 por Simón Radowitzky, Scopetani aparece entre los muchos arrestados y deportados a La Plata.
Cuando el fascismo tomó el poder en Italia, Scopettani fundó y dirigió la Liga Antifascista de Junín, logrando evitar cualquier manifestación a favor del Duce en esa ciudad. Fue corresponsal y animador de L’Italia del Popolo que dirigió Vittorio Mosca, órgano de la Alianza Antifascista Argentina, la organización más activa y extensa de ese país, sobre posiciones de izquierda independientes. Solo entonces las autoridades italianas pueden identificar su verdadera identidad. En 1928 puede regresar a Buenos Aires, donde ha abierto una pujante productora de publicidad pequeña, pero un infarto lo aplasta el 26 de febrero de 1929. L’Italia del Popolo le dedica al día siguiente un extenso y conmovedor obituario.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021) , “Scopetani, Alessandro / Alejandro”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org