Sánchez, Florencio (seudónimos: Jack the Ripper, Ovidio Paredes, Luciano Stein) (Montevideo, Uruguay, 17/1/1875 – Milán, Italia, 7/11/1910).
Dramaturgo anarquista de enorme trascendencia en la literatura y la escena rioplatense.
Hijo de Olegario Sánchez y Jovita Musante, Florencio Antonio es el mayor de doce hermanos. La familia paterna era propietaria de campos y estuvo vinculada a destacados dirigentes del Partido Nacional (o Blanco) colaborando en los constantes levantamientos del caudillo rural Aparicio Saravia. Florencio pasa su infancia en Treinta y Tres, en Minas y en Montevideo.
A los 16 años comienza a escribir sueltos humorísticos en La Voz del Pueblo de la ciudad de Minas (Uruguay) con el seudónimo Jack the Ripper. También se vincula alllí a un grupo teatral, actuando e improvisando sus primeras producciones. En 1892 se traslada por un año a La Plata (Argentina), pero no logra mantenerse con su actividad periodística.
Vuelto a Montevideo en 1893, escribe en el diario El Siglo y luego en La Razón. Sus primeras obras teatrales aparecen en la prensa firmadas con el seudónimo Ovidio Paredes. Participa de la insurrección de Aparicio Saravia de 1897 contra el gobierno colorado y redacta un periódico de campaña, humorístico y satírico, titulado El Combate, que hace circular entre los combatientes. Pero finalmente abandona las filas nacionalistas desmoralizado y asqueado del caudillismo americano.
Ese mismo año se integra al “Centro Internacional de Estudios Sociales” de Montevideo, asociación anarquista de obreros e intelectuales donde participa en un concurso de piezas teatrales con ¡Ladrones!, que años después se transformará en Canillita. También para este centro escribe Puertas adentro, donde dos sirvientas satirizan la moral de sus patronas y terminan cantando “La Internacional”.
Proyecta la publicación del diario anarquista El Trabajo como órgano de aquel Centro, para el cual convoca a Pascual Guaglianone, Félix Basterra y Edmundo Bianchi, pero la empresa no llega a realizarse.
En los años siguientes se traslada a Rosario (Argentina), donde es secretario de redacción de La República (Rosario, 1898-1943), diario fundado por Lisandro de la Torre, y en Buenos Aires colabora en El País (Buenos Aires, 1900-1910), diario de Carlos Pellegrini, y en El Sol (Buenos Aires, 1898-1903), semanario de Alberto Ghiraldo, con los seudónimos Jack the Ripper y Luciano Stein. También aparecen algunos textos suyos en el magazine popular Fray Mocho (Buenos Aires, 1916-1929). Vuelve a La República, pero cuando se pone a la cabeza de una huelga de los empleados, es despedido.
En la crónica periodística de Sánchez se puede apreciar la definición, alcance y evolución de su militancia anarquista. La serie de crónicas Cartas de un flojo (1900) publicadas en El Sol así como las de El caudillaje criminal de Sudamérica (1903) publicadas en los Archivos de Psiquiatría y Criminología (Buenos Aires, 1902-1913) dirigidos por José Ingenieros, son muestras tanto de su rechazo al caudillismo rural y la política criolla como de la identificación del anarquismo de Sánchez con la tradición civilizatoria rioplatense de Domingo F. Sarmiento y Esteban Echeverría. Escribe La gente honesta, donde se burla de la clase dirigente rosarina, pero la obra es prohibida el mismo día de su estreno. En cambio sí logra estrenar en octubre de 1902 Canillita, reescritura de su primera obra ¡Ladrones!, alcanzando un moderado éxito. Allí traza la pintura de un chico vendedor de diarios en clave picaresca, y el apodo se difunde en la lengua cotidiana.
En agosto de 1903 se estrena en Buenos Aires M’hijo el dotor, con un enorme éxito de público. En la obra se enfrenta la moral abierta y desprejuiciada del hijo con la más conservadora del padre. Llamativamente, en esa lucha de dos conciencias vence la tradicional, reencarnada en Jesusa, que simboliza el amor posromántico y el sentimentalismo antimoderno. A partir de esta obra, Florencio Sánchez es un autor consagrado entre el público y logra vender ventajosamente sus obras.
En el mismo año 1903 se casa por iglesia con Catalina Raventos, descendiente de una importante familia de Buenos Aires, y sus padrinos son José Ingenieros y Joaquín de Vedia. Alternará su estancia entre Buenos Aires y Montevideo, y las obras teatrales que estrena expresan la ideología libertaria sólo de manera general.
Otras obras importantes son La gringa (1904), Barranca abajo (1905), En familia (1905), El conventillo (1906), pieza hoy perdida, El desalojo (1906), Los derechos de la salud (1907), Marta Gruni (1908).
En todas ellas, coexiste una intención por reflejar la vida de los sectores populares (el drama de los trabajadores rurales y los esfuerzos de los inmigrantes por progresar económicamente, el conventillo y el hacinamiento urbano, la decadencia moral de la clase media) enmarcada en una estética realista que sólo por momentos roza el teatro de ideas (más afín al credo anarquista) y muchas veces transita los andariveles del sainete. Si bien nunca renegó de su ideología libertaria, en estos años de éxito no desarrolla ninguna actividad alrededor de sus camaradas de ideas y no aparecen escritos suyos en las variadas publicaciones del anarquismo local. Pero en 1909, tras la feroz represión que el Jefe de Policía Ramón L. Falcón descarga sobre los obreros en Plaza Lorea, Sánchez colabora asiduamente sin firma en el diario anarquista La Protesta. También por esta época publica críticas teatrales en el diario Sarmiento (Buenos Aires, 1904-1913) de Manuel María Oliver y colaboraciones periodísticas para La Nación y La Opinión, también de Buenos Aires.
Con las ganancias que le reportan sus obras de teatro intenta algunas especulaciones en Uruguay, pero todas fracasan. Tras varios intentos por obtener un apoyo oficial para viajar a Europa, consigue ser enviado por el gobierno uruguayo a preparar la participación oficial en la Exposición Artística de Roma. Viaja en octubre de 1909 y ya en suelo italiano se agrava su tuberculosis, que lo vence finalmente en noviembre de 1910 en Milán.
Se ha discutido mucho sobre el anarquismo de Florencio Sánchez: los militantes contemporáneos lo han considerado tanto uno de los suyos (Alberto Ghiraldo, Alejandro Sux) como un intelectual proletario pero no anarquista (González Pacheco); ha sido visto como un romántico humanista (Roberto F. Giusti), como un representante de la ideología liberal oligárquica (David Viñas), como un nacionalista-batllista de anarquismo inconsistente y ocasional (Walter Rela). Pero desde la participación en el Centro Internacional de 1897 hasta su apoyo al movimiento huelguístico de 1909, pasando por las definiciones políticas de sus artículos periodísticos y el compromiso ideológico de sus obras teatrales, Sánchez demuestra largamente una postura libertaria que transita las diversas variaciones que, por otra parte, el mismo anarquismo acepta. Entre estas variantes Sánchez elige, por un lado, un compromiso literario con las nuevas ideas y, por el otro, una postura política contraria al caudillismo criollo y al nacionalismo de todo tipo, identificando el nudo básico de nuestra historia como una lucha entre civilización y atraso. En esta lucha el gaucho y el campo se presentan como elementos identitarios problemáticos cuyas características deben ser criticadas y redefinidas para poder incluirse en el proyecto de nación.
Obra
Teatral
Los soplados (1891), ¡Ladrones! (1897), Puertas adentro (1897), La gente honesta (1902), Canillita (1902), M’hijo el dotor (1903), Cédulas de San Juan (1904), La pobre gente (1904), La gringa (1904), Barranca abajo (1905), Mano santa (1905), En familia (1905), Los muertos (1905), El conventillo (1906, extraviada), El desalojo (1906), El pasado (1906), Los curdas (1907), La tigra (1907), Moneda falsa (1907), El cacique Pichuleo (1907, extraviada), La de anoche (1907), Nuestros hijos (1907), Los derechos de la salud (1907), Marta Gruni (1908), Un buen negocio (1909).
Principales ediciones de sus obras
- Teatro completo de Florencio Sánchez, Buenos Aires, Claridad, 1941, presentada por Dardo Cúneo.
- Teatro completo de Florencio Sánchez, Buenos Aires, El Ateneo, 1951, presentada por V. Martínez Cuitiño.
- Teatro completo. Sainetes, Montevideo, Salamandra, 1975.
- Obras completas, Buenos Aires, Schapire, 1976, 3 vols., presentadas por Jorge Lafforgue.
Cómo citar esta entrada: Díaz, Hernán y Delgado, Leandro (2023), “Sánchez, Florencio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.