RAMÍREZ PEÑA, Josefa (apodo: Chepita) (Sauce Chiquito, comunidad campesina de Quispampa, provincia de Huancabamba, región Piura, sierra norte del Perú, 22/08/1948 – Lima, Perú, 28/11/2020).
Trabajadora social peruana de origen campesino, dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, cofundadora del Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres Campesinas (IAMAMC) y militante de la Confederación Campesina del Perú (CCP) y de Vanguardia Revolucionaria (VR), fue una de las organizadoras de los Comités de Mujeres Aymaras y Quechuas en Puno y del Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres Campesinas de Piura, así como una de las promotoras de la Asociación de Mujeres Peruanas Víctimas de Esterilizaciones Forzadas.
Nació el 22 de agosto de 1948, en el caserío de Sauce Chiquito, comunidad campesina de Quispampa, provincia de Huancabamba, región Piura, sierra norte del Perú. Fue la primera de los once hijos e hijas de María Peña Carhuapoma y Francisco Ramírez Neira. A los siete años decide vivir en Lima bajo la tutela de su tío abuelo, Leoncio Peña Camisán y su esposa, Grimanesa Quiñonez Hidalgo, quienes no podían tener hijos.
Realiza su formación escolar en el Primer Colegio Nacional de Mujeres Rosa de Santa María. En sus aulas se interesó por los temas sociales e históricos, así como también enfrentó discriminación por su condición étnica. Los vínculos con su origen se mantuvieron por las visitas a Lima de su abuelo, Teodoro Peña, personero de la comunidad de Quispampa, que les informaba de las diferentes problemáticas que atravesaban. Así, fue construyendo su identidad como indígena y su interés por las comunidades campesinas.
En 1967, ingresa a la carrera de Trabajo Social en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Su interés por lo que acontecía en la universidad y en el ámbito nacional la lleva a iniciar un activismo estudiantil, participando en la agrupación Izquierda Universitaria, que tenía el liderazgo de la Federación de Estudiantes (FEPUCP). Era crítica del primer gobierno de Fernando Belaúnde (1963-1968) y de las negociaciones entre las fuerzas políticas del Congreso para no afectar a la oligarquía. Por ello, en 1969 cuando se decreta la reforma agraria del general Juan Velasco Alvarado, que tuvo un discurso reivindicativo de la población campesina y confrontaba con la oligarquía, Josefa a través de la FEPUPC simpatizó con la medida, aunque dudaba sobre cómo se daría su aplicación.
En la FEPUCP participó de los voluntariados estudiantiles que promovía en apoyo de los sectores populares. Uno que más la impactó fue el apoyo a los afectados por el terremoto de 1970 de la provincia de Cajatambo, sierra norte de Lima, en enero de 1971. Dicho terremoto fue un desastre natural que afectó en gran medida a la región de Ancash, ocasionando el aluvión que arrasó con el pueblo de Yungay; dejó alrededor de 70 mil fallecidos y 20 mil desaparecidos. Fue una experiencia que le permitió conocer la realidad social y económica de las comunidades campesinas de la zona, y cuestionar lo aprendido en su formación. A este lugar regresó tiempo después para realizar sus prácticas pre profesionales. Para entonces, simpatizaba con la propuesta de cambio social cristiano que propugnaba la Teología de la Liberación, del padre Gustavo Gutiérrez, y de la educación popular planteada por Paulo Freire, en su obra Pedagogía del Oprimido. Influencias que contribuyeron en su adscripción a la nueva corriente en el Trabajo Social, la reconceptualización, que cuestionaba su labor asistencial y planteaba su contribución en los cambios sociales, y de donde destacaba la metodología de la investigación-acción.
En Cajatambo conoce al sacerdote Neptalí Liceta, a la religiosa Amparo Escobedo, al promotor social José Cuentas y, posteriormente, al sacerdote español Felipe Fernández, quienes realizaban una labor social y cristiana en las comunidades. Ellos eran parte de la tendencia progresista que asumió un sector de la Iglesia, a raíz de las renovaciones del evangelio que la posicionaba a favor de los pobres y de la transformación de la sociedad. Asumiendo esta posición, Josefa decide irse al campo a trabajar al lado del campesinado.
En 1972 se va a Canta, provincia de Lima. Junto a José Cuentas y Felipe Fernández, conforman un Equipo de Promoción Campesina, que extendió las redes de acción cristiana, pero con un matiz propio. Felipe, era el sacerdote del distrito de Canta y les facilitó su inserción y futuro autofinanciamiento. Buscaban realizar un trabajo de concientización campesina acompañado de una investigación socioeconómica de la zona. Se sitúan en la comunidad de Lachaqui, Provincia de Canta en el Departamento de Lima, donde facilitan la aplicación de la reforma agraria, que consistía en la reestructuración de la tierra y su orientación empresarial. Sin embargo, no lograron todos sus objetivos por los conflictos internos en la comunidad y el paulatino retroceso en las reformas sociales y políticas tras el golpe del general Francisco Morales Bermúdez, en 1975. Por ello, Josefa y su equipo se retiran de Lachaqui y Canta en 1978.
El gobierno militar llega a su fin en 1980, cuando se realiza las elecciones generales y regresa al poder Fernando Belaúnde (1980-1985), con quien se inicia la desarticulación de las reformas previas. Al mismo tiempo, Sendero Luminoso inicia sus acciones terroristas que marcarán trágicamente el devenir del Perú. Para entonces, Josefa se había comprometido con Felipe Fernández, quien deja el sacerdocio, y ambos se vincularon a la Confederación Campesina del Perú (CCP) y a Vanguardia Revolucionaria (VR), uno de los partidos de la Nueva Izquierda que, para entonces, tenía una importante influencia en el gremio campesino. Por su experiencia organizativa se les asignó un trabajo gremial en Puno donde debían impulsar la organización y articulación gremial de los campesinos en instancias como la Federación Departamental de Campesinos de Puno (FDCP). A este lugar, parten en 1979. En su estadía, Josefa presenció las tomas de tierras que hicieron hombres y mujeres a las empresas asociativas creadas en la reforma agraria, que estaban en paulatina crisis.
En el trabajo organizativo, Josefa identificó que la priorización por motivar el liderazgo masculino dejaba atrás a las mujeres pese a su importante labor en la vida campesina y en las tomas de tierra. La historia de Domitila Chungara dirigente minera en Bolivia, le había ayudado a comprender la importancia de trabajar con las mujeres. Por ello inicia en la CCP un trabajo con las mujeres aymaras y quechuas impulsando su organización y promoviendo su participación desde sus comunidades.
Así, impulsa los Comités de Mujeres Aymaras y Quechuas “8 de marzo”, las capacita en actividades productivas, reproductivas y asesora en sus derechos humanos. Para ello se apoya en la transmisión de la Emisora Radial Onda Azul, del Arzobispado de Puno, con los programas: “Mujer Puneña” y “Quehacer Campesino”. En octubre de 1982 impulsó la organización del Primer Encuentro Departamental de Mujeres Aymaras y Quechuas de Puno, y en 1985 el I Encuentro Departamental de Mujeres Campesinas con la que se forma la Federación Departamental de las Mujeres Campesinas de Puno, pese a la oposición de los dirigentes hombres.
La subestimación a la participación de las mujeres y las críticas a su labor organizativa la aleja de la CCP y de VR. En un importante encuentro donde la CCP había recibido un significativo presupuesto para la Federación no se tomó en cuenta el presupuesto presentado por las mujeres. Además, Josefa y Felipe cuestionaron el proceder de los partidos por estar ajenos a la realidad de la zona. Al ser Josefa diagnosticada de una severa afectación al corazón que ameritaba una operación, regresan a Lima.
En 1987 viajan a Piura, por la invitación de la dirigencia de la comunidad de Quispampa, y con la intención de iniciar una línea diferente de acción con las mujeres. En 1988, Josefa, junto a otros profesionales y dirigentes campesinas, cofunda el Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres Campesinas (IAMAMC). Se buscaba empoderar a las mujeres, fortaleciendo sus capacidades, promoviendo su organización y desarrollo productivo. Con ese fin, Josefa crea el Programa de Educación Permanente de Mujeres Andinas (PEPMA), metodología validada por sus resultados y que se mantiene vigente. En 1989 promueven la conformación del Comité Central de Capacitación de Mujeres en Quispampa, donde se forja la necesidad de una organización provincial. En 1990, se realiza el Primer Encuentro Provincial de Mujeres de Huancabamba, y en el segundo encuentro, el 17 de enero de 1993, conforman la Asociación de Mujeres de Huancabamba (AMHBA).
Tras la crisis económica dejada por el gobierno de Alan García, los noventa implicó el ingreso al neoliberalismo bajo el gobierno dictatorial de Alberto Fujimori (1990-2000). Mientras, era creciente la violencia de Sendero Luminoso y la Fuerza Armada que ponía entre dos fuegos a la población campesina. En Huancabamba la violencia alcanzó a algunas dirigentes de la AMBHA quienes fueron apresadas y violentadas por los militares. Josefa denuncia estos hechos y busca apoyo para su defensa. Pese a lo peligroso de esta situación, mantuvo su trabajo en la zona.
La situación se agudiza cuando entre 1996 y el 2000, el gobierno llevó a cabo una política sistemática y discriminatoria de esterilizaciones con el fin de contrarrestar la pobreza. Las principales afectadas fueron mujeres rurales, indígenas y de las zonas urbanas marginales. En 1997, Huancabamba ocupó el segundo lugar de las metas de las esterilizaciones después de Huancavelica. El 95% de las mujeres de la AMHBA fueron esterilizadas sin su consentimiento y en pésimas condiciones médicas dejando graves secuelas en sus cuerpos, su desarrollo psicosocial, económico y cultural. En 1999, la abogada feminista, Giulia Tamayo, en una visita a la AMHBA, es informada e inicia una investigación que destapa un plan estatal de esterilizaciones forzadas. Josefa, a través del IAMAMC, denuncia y asume la defensa de estas mujeres, en coordinación con el Instituto de Defensa Legal.
El AMHBA e IAMAMC serán una de las primeras organizaciones en exigir verdad justicia y reparación. Pese a ello, sus demandas no se consideraron en la investigación ni en el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Recién en el 2015 se logró la creación del Registro de Víctimas de Esterilizaciones Forzadas (REVIESFO). En ese año, en reconocimiento a su labor, la AMHBA recibe el premio de Derechos Humanos otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. En el 2016, junto a la Asociación de Mujeres Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas de Cusco (AMAEFC), conforman la Asociación de Mujeres Peruanas Víctimas de Esterilizaciones Forzadas (AMPAEF). Asimismo, Josefa presenta la investigación La verdad está en sus cuerpos. Secuelas de una opresión reproductiva realizada con participación de las mujeres afectadas de la AMHBA. En ella visibiliza las secuelas de la esterilización y presenta una memoria histórica de lo sucedido; asimismo, busca incidir en el proceso de judialización. Sin embargo, la acusación penal a los responsables políticos sigue en curso.
En su trayectoria de lucha, Josefa articuló su quehacer con sus investigaciones y reflexiones. Ella fue una de las pioneras del Trabajo Social en el ámbito rural, desde una perspectiva feminista y descolonial. Asimismo, fue integrante del Centro Latinoamericano de Trabajo Social (CELATS).
Coherente con su vocación de servicio, Josefa ha venido acompañando y promoviendo el desarrollo y la defensa de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres rurales e indígenas. En plena pandemia, el proyecto de pequeñas siembras que promovió en Huancabamba benefició a las mujeres esterilizadas más afectadas.
En esa labor constante y haciendo sus memorias, fallece el 28 de noviembre de 2020. El 15 de enero de 2021, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones vulnerables en su XVII edición de la condecoración Orden al Mérito de la Mujer, le otorgó el reconocimiento póstumo por su labor a favor de la promoción de los derechos de las mujeres.
Obra
- “Diagnóstico situacional de las comunidades campesinas de la provincia de Canta”, Tesis para optar el grado de Bachiller, PUCP- Programa Académico de Trabajo Social, 1977.
- Canteños: ¡conozcamos nuestras comunidades! ¡ahora o nunca!, Canta, Equipo de Promoción Campesina, 1977 (edición popular y colectiva en la que participó Josefa Ramírez)
- “Trabajo social con el campesinado pobre de comunidades”, Tesis para optar el grado de Licenciatura, PUCP- Programa Académico de Trabajo Social, 1978.
- Comunidad campesina de Lachaqui. La verdad sobre la lucha en su reestructuración. 1972-1977. ¡¡Aprendamos de sus errores!!, Canta, Equipo de Promoción Campesina, 1978 (edición popular y colectiva en la que participó Josefa Ramírez).
- (coautoría con Felipe Fernández), Presencia de la mujer en la Historia del Perú, Piura, IAMAMC, 1989 (6 folletos).
- “Desarrollo y género entre mujeres campesinas”, en Hacia una pedadogía de género. Experiencias y conceptos innovativas, Thomas Buttner, Ingrid Jung, Linda King (Editores), Bogotá, 1978, disponible en: unesco (ponencia y documentos del Seminario Latinoamericano sobre Experiencias en Educación No formal con Mujeres realizado en Melgar, Colombia, del 28 de octubre al 1 de noviembre de 1996)
- Programa de educación permanente para mujeres y jóvenes andinas y andinos PEPMA: una metodología de empoderamiento psicosocial, político y económico, Lima, IAMAMC, FUNDACIÓN INDERA, 2012.
- “El aporte de la Reconceptualización en mi experiencia de Trabajo Socia”, Ponencia en el Foro CELATS, 50 años de la reconceptualización del Servicio Social, 30 de enero de 2016, disponible en: celats
- (investigadora principal: Sara Cuentas Ramírez, co-investigadoras: Esperanza Huayama Aguirre, Josefa Ramírez Peña y todas las integrantes de la AMHBA), La verdad está en nuestros cuerpos. Secuelas de una opresión reproductiva, Lima, Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres- IAMAMC, con apoyo de la Red de Migración, Género y Desarrollo y la Agencia Catalana de Cooperación Internacional, 2016, disponible en: redmgd
- (coautoría con Esperanza Huayama), “No más violencia contra las mujeres de Huancabamba”, Centro Latinoamericano de Trabajo Social-CELATS, última modificación 25 de noviembre de 2018, celats
- “Sentipensar descolonial sobre la reforma agraria peruana”, Revista Andina De Estudios Políticos, Vol. 9, n° 2, 2019, pp. 169-180, doi
- “Trabajo Social, desarrollo local y educación permanente en la región nor andina del Perú”, Nueva Acción Crítica, n° 10, diciembre de 2020, celats
Cómo citar esta entrada: Huayre Cochachin, Rosa (2021), “Ramírez Peña, Josefa”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org