PINEDO, Federico (Buenos Aires, Argentina, 24/4/1895 – Buenos Aires, Argentina, 10/9/1971).
Abogado, economista y político, inicialmente de orientación socialista liberal, luego liberal-conservadora.
Porvenía de una familia patricia: su abuelo, Agustín de Pinedo, había sido general del ejército de Juan Manuel de Rosas; su padre, Federico Pinedo, un abogado liberal y masón, había sido intendente municipal bajo la presidencia de Luis Sáenz Peña y su madre, Magdalena Saavedra, descendía de Cornelio Saavedra.
Mientras cursaba sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la UBA, la lectura de El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado de Friedrich Engels lo hizo interesarse en el socialismo. Hacia 1912 se le acercó Antonio de Tomaso y le presentó al “compañero” Alfredo L. Palacios, por entonces profesor de la Facultad de Derecho. El 18/12/1913 se afilió al Partido Socialista (PS), lo que constituyó una pequeña tragedia familiar, aunque contó con el apoyo de su padre.
Se doctoró en 1915 con una tesis titulada “Estudio de las manifestaciones concretas de socialización del derecho y la propiedad privada”. Tras los hechos de la Semana Trágica de enero de 1919, ofició como abogado defensor del periodista judío Pinie Wald, detenido y torturado por la policía.
Viaja a Alemania entre 1919 y 1920, donde traba vínculos con los líderes de la socialdemocracia (llega a conocer personalmente a figuras como Karl Kautsky, Edouard Bernstein y Rosa Luxemburg). El aprendizaje del alemán le permitirá un conocimiento de la literatura marxista en su lengua original. En el PS hizo una carrera meteórica, que lo llevó a ser candidato a diputado en 1918 a pesar de no cumplir con la exigencia constitucional de los 25 años (finalmente la Cámara rechazará su diploma). De todos modos, fue electo diputado por el PS en 1920, cargo que desempeñó hasta 1922. En el marco del conflicto que entre 1920-21 se desató al interior del PS entre “terceristas” (partidarios de la URSS y de la Tercera Internacional) y “antiterceristas” (partidarios de la Segunda Internacional y críticos del bolchevismo), se alineó con estos últimos, colaboradno con de Tomaso en la publicación de Democracia Socialista, donde también participaban muchos de los futuros “socialistas independientes”.
Otro clivaje dividió a la dirección partidaria cuando Repetto denunció, en 1922, la incompatibilidad entre la militancia socialista del “grupo de los abogados” (Antonio de Tomaso, Federico Pinedo, Alfredo Bravo, Fernando de Andréis y Héctor González Iramain), y ciertas defensas que habían realizado en causas penales consideradas “inmorales”. La tendencia se afirma cuando el grupo liderado por de Tomaso y Pinedo comienza a expresabarse a través de la revista Crítica Social (1925-1927), desde donde se polemizaba contra Acción Socialista, inspirada por Repetto y dirigida por Esteban Jiménez.
Pero será el propio matrimonio de Pinedo otro de los hitos que contribuyeron a la fractura de 1927. Pinedo se había casado el 29 de octubre de 1923 por Iglesia, en una ceremonia pomposa, con María Teresa Obarrio Hammer, lo que generó un intenso debate partidario. Se intentó expulsarlo de su centro, pero finalmente el Comité Ejecutivo solo le impuso, en sesión del 25 de febrero de 1924, su renuncia como miembro de la Junta Ejecutiva de la Federación de Capital. En el Congreso Extraordinario que tuvo lugar en Córdoba en enero de 1925, el conflicto continuó cuando la comisión de poderes aconsejó rechazar la credencial de Pinedo, que iba al Congreso como delegado de la sección 20ª. Tras la defensa que de él hizo Augusto Bunge, su credencial fue aceptada. Años después, Pinedo rememoró el episodio acompañándolo con la siguiente reflexión: “Una capilla puede ser una institución encomiable, y las prácticas más o menos monásticas de sus componentes pueden ser motivo de íntima satisfacción, acaso de presuntuoso engreimiento fundado en la propia virtud; pero una capilla no puede llegar a ser un gran partido de influencia nacional, por la sencilla razón de que todos los hombres no han nacido para monjes” (En tiempos de la República).
Producida la ruptura del Partido Socialista Independiente (PSI), Pinedo integró el primer Consejo Directivo designado en el Congreso Constituyente del 7 de agosto de 1927. En las elecciones de abril de 1928 resultó nuevamente electo diputado, ahora del PSI por la Capital, sumándose a la Cámara el 8 de junio con otros cinco “socialistas independientes”, a una bancada que en total sumaría ahora 16 diputados. Su mandato cesó con la disolución del Congreso el 6 de septiembre de 1930. En su primera intervención en la Cámara de Diputados, en 1928, rindió tributo en nombre del bloque de “socialistas independientes” a la memoria de Juan B. Justo, quien muriera en enero de ese año. En el marco de la fuerte ofensiva anti-yrigoyenista de los “socialistas independientes”, Pinedo integró la comisión de legisladores que viajó a Cuyo a fines de 1929 para conocer en el terreno la situación de las provincias intervenidas. En una reunión proselitista realizada el 28 de diciembre en el Teatro Nuevo, arengó a “arrebatar a los actuales gobernantes el poder maléfico que se han arrogado, quebrando su actual mayoría parlamentaria y destituyéndolos luego”, tras cuestionar las recientes medidas de política económica radical entre las que sobresalía el cierre de la Caja de Conversión.
Pinedo fue veedor en las elecciones de San Juan de febrero de 1930 como parte de la campaña opositora de agitación en el interior, cuyo punto culminante fue el 11 de mayo de 1930 en Paraná, en el Teatro 3 de febrero, donde habló junto a de Tomaso y a Federico Cantoni. Tras el triunfo electoral del PSI en marzo de 1930, de Tomaso, González Iramain y Pinedo comenzaron a reunirse con Matías Sánchez Sorondo y otros dirigentes conservadores, iniciándose de este modo la política de “concertación” antiyrigoyenista que culminaría en el golpe de septiembre y que tuvo como consecuencia inmediata el “Manifiesto de los 44” (aparecido en La Nación el 10 de agosto de 1930), una denuncia de la crisis económica e institucional y la propuesta para coordinar la acción de la oposición dentro y fuera del parlamento por parte de 44 legisladores de partidos provinciales conservadores y el PSI. Pinedo y de Tomaso participaron de varias reuniones con los generales golpistas Agustín P. Justo y José F. Uriburu, acordándose el modo en que colaborarían las fuerzas militares y civiles en el golpe contra Yrigoyen y en el gobierno provisional.
El destino de Pinedo en la madrugada del 6 de setiembre fue Campo de Mayo, previa reunión en la casa del conservador Manuel Fresco con A. Bunge, otros “socialistas independientes” y miembros del diario Crítica. Al llegar a Campo de Mayo fueron detenidos por el mayor Ábalos y el general Elías C. Álvarez. La intervención de Pinedo para hacer cambiar de bando al general Álvarez fue decisiva. Estos acontecimientos se encuentran relatados por el propio Pinedo en “Historia civil de la revolución. Cómo defendieron los partidos opositores la democracia, la Constitución y la Ley Sáenz Peña”, originalmente aparecido en Crítica (10/10/1930) y recogido en En tiempos de la República… y La revolución del 6 de setiembre.
A los pocos días del golpe integró una comisión de ex legisladores “socialistas independientes” y conservadores para organizar una Federación Nacional Democrática, en cuyo nombre Pinedo fue el encargado de ofrecerle la candidatura presidencial a Julio Roca (h). Tras los comicios de noviembre de 1931, reingresaría al Congreso (por tercera vez) en 1932 entre los diez diputados por la minoría de Capital (PSI). Cuando murió su amigo de Tomaso en agosto de 1933, integró la comisión de homenaje designada por las autoridades de la Cámara de Diputados y fue uno de los oradores del funeral cívico que se realizó el 18 de setiembre de 1933.
El PSI se debilitó con la muerte de de Tomaso, su principal líder, y Pinedo, cuya vida política tomaría otros rumbos, poco después aconsejó disolverlo. Pasó a integrar el círculo de consejeros del presidente Agustín P. Justo. El 24 de agosto de 1933 renunciaba a su banca de diputado para ocupar el Ministerio de Hacienda. Si bien adscribía por entonces a una perspectiva económica liberal, la crisis económica mundial y el auge del proteccionismo lo obligaron a adoptar pragmáticamente medidas que implicaron una mayor ingerencia estatal en la economía, como la creación del Banco Central, del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, la Junta Nacional de Carnes, la Junta Reguladora de Granos, etc. La oposición no tardó en señalar que sus argumentos en pro del fortalecimiento del tesoro de la Nación estaban muy lejos de las críticas furibundas que como economista del PS llevara contra el cierre de la Caja de Conversión dispuesta bajo el gobierno de H. Yrigoyen. Su política, se dijo, sacrificaba a los sectores populares, de ingresos fijos en moneda local, para auxiliar a los grandes productores agropecuarios, a exportadores y a la banca privada. Durante el célebre “debate de las carnes”, en su carácter de Ministro de Hacienda fue objeto de la interpelación del senador Lisandro de la Torre, en la tumultuosa sesión del 23 de julio de 1934 que terminó con el asesinato del senador demoprogresista Enzo Bordabehère.
Al día siguiente Pinedo retó a duelo a de la Torre, oficiando de padrinos los conservadores Patrón Costas y Fresco. El desafío fue en tierras del Colegio Militar, pero ambos salieron ilesos. En diciembre de 1936 estalla otro escándalo: el concejo deliberante aprueba una prórroga por 40 años a las concesiones de servicios eléctricos a las compañías CADE e Ítalo-Argentina, en el marco de graves denuncias de la oposición por parte de socialistas, demoprogresistas y del partido Concentrción Obrera. De acuerdo al Informe Rodríguez Conde de 1945, Pinedo habría inducido a los concejales del PSI a conciliar con las empresas.
Fue nombrado nuevamente Ministro de Hacienda por el presidente Ramón Castillo en agosto de 1940, presidiendo una misión económica al Brasil con vistas a una política de complementación económica. En noviembre remite al Senado un proyecto económico, conocido como “Plan Pinedo”, que impulsaba cierto proteccionismo al mismo tiempo que llamaba la atención sobre el declive de Inglaterra y la emergencia de Estados Unidos como potencia aliada alternativa. El proyecto nunca fue tratadado en la Cámara de Diputados y Pinedo dimitió a principios de 1941. Ese mismo año realizó una gira por los Estados Unidos.
En junio de 1940 está entre los fundadores de Acción Argentina, donde confluyeron socialistas, radicales alvearistas y liberales, pugnando para que la Argentina saliera de la política de neutralidad. Fue secretario de finanzas de su primera Junta Ejecutiva (1940). Opositor frente al golpe militar de 1943 y luego frente al peronismo, fue encarcelado en dos oportunidades. El mismo presidente Juan D. Perón le dirigió una fuerte crítica en uno de sus discursos. Ante los ofrecimientos del Ministerio del Interior de canjear la libertad de ciertas personalidades por declaraciones oficiosas, Pinedo dirigió desde la cárcel una carta a Ángel Borlenghi que postulaba la conciliación nacional (La Nación, 2/7/1953, reproducida en Porfiando en el buen camino).
Si bien se había aproximado al Partido Demócrata (conservador), reanudó en su prisión de 1953 la amistad con los socialistas Américo Ghioldi y Juan Antonio Solari, también encarcelados. Tras el golpe militar de 1955 publicó su libro El fatal estatismo (1956), donde rechaza radicalmente las políticas intervencionistas (tildadas de “dirigismo económico”) y postula una filosofía de la libre empresa. En 1961 planificó la estructura de SEGBA.
En abril de 1962 fue convocado por tercera vez al Ministerio de Hacienda, esta vez por el presidente José M. Guido. Sólo desempeñó el cargo por diecinueve días, pues renunció al disolverse el Congreso, pero alcanzó a devaluar el peso, suscitando nuevas reacciones en la oposición.
Devenido en sus últimos años una suerte de exponente teórico del neoliberalismo, en 1971 una Comisión de Amigos de Pinedo promueve un homenaje en la Cámara de Comercio donde participan figuras como Álvaro Alsogaray, Juan y Roberto Alemann, Alberto Benegas Lynch y Guillermo Walter Klien.
Tuvo dos hijos con María Teresa Obarrio: Federico y Enrique Pinedo. Su nieto Federico Pinedo, hijo de Enrique Pinedo, es un político conservador que fue Presidente Provisional del Senado de la Nación entre 2015 y 2019.
Desde el año 2012 su Fondo de archivo se encuentra disponible a la consulta en la Biblioteca Max von Buch de la Universidad de San Andrés.
Obra
- “El plan de reativación económica ante el Honorable Senado”, Buenos Aires, Ministerio de Hacienda de la Nación, 1940.
- La Argentina en la vorágine, Buenos Aires, Mundo Forense, 1943.
- En tiempos de la República, Buenos Aires, Mundo Forense, 1946-49, 5 vols.
- El fatal estatismo, Buenos Aires, Kraft, 1956.
- Porfiando haica el buen camino, Buenos Aires, ed. del autor, 1955.
- “Condiciones del resurgimiento argentino”, Buenos Aires, ed. del autor, 1957.
- Siglo y medio de economía argentina, México, CEMLA, 1961.
- Trabajoso resurgimiento argentino, Buenos Aires, Banco de Galicia y Buenos Aires, 1968.
- La Argentina en un cono de sombra, Buenos Aires, Centro de Estudios sobre la Libertad y otros, 1968.
- La Argentina, su posición y rango en el mundo, Buenos Aires, Sudamericana, 1971.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Pinedo, Federico”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.