PERELMAN, Adolfo (seudónimos: Irlan, Juan Ramón Peñaloza —este último, compartido con Aurelio Narvaja) (Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina, 191? – Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1976).
Obrero textil, editor y militante trotskista, luego de la “izquierda nacional”.
Nace en el seno de una familia obrera de origen judío que había migrado de la ciudad de Odessa, en el Imperio ruso.
Trabaja como obrero del vestido, militando en la Unión Obrera Textil (UOT). Se inicia en la militancia juvenil comunista junto a su padre Iahn Perelman, trabajador y militante metalúrgico de la empresa Tamet, pero el hijo y poco después el padre se alejan del PC hacia 1935, disconformes con la nueva táctica de los “frentes populares”.
Se suma a los grupos trotskistas que a fines de la década de 1930 ensayan una experiencia de “entrismo” en el Partido Socialista (PS). En 1939 ingresa al Grupo Obrero Revolucionario (GOR) que lidera Liborio Justo y edita el periódico La internacional. En 1940 vincula al GOR con un grupo de estudiantes de extracción anarquista, la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), entre los que se cuentan Lisar (Enrique Rivera), Sevignac (Jorge A. Ramos) y Luis Alberto Murray. En pocos meses Perelman, Ramos, Rivera y el resto del grupo juvenil se escinden, publicando un número paralelo del periódico La Internacional, órgano del GOR, que anunciaba que Liborio Justo había sido “expulsado” (1°/5/1940).
El grupo ingresa entonces en la formación trotskista rival, la Liga Obrera Socialista (LOS), que lideran Antonio Gallo, Reinaldo Frigerio y Aurelio Narvaja y edita el periódico Inicial. Separados nuevamente de este grupo, Ramos, Rivera y Perelman constituyen Vanguardia Obera Leninista (VOL). Entre agosto y diciembre de 1941 Perelman y la VOL forman parte del Comité de Unificación de grupos trotskistas que impulsa el trotskista estadounidense Therence Phelam (seud. de Sherry Mangan), del que nace el Partido Obrero de la Revolución Socialista (PORS), que editará el periódico Frente Obrero (1941-1943).
En el congreso fundacional (reunido en Punta Lara, Pcia. de Buenos Aires, en diciembre 1941), Narvaja será designado secretario general, Perelman secretario de organización y Ramos secretario de prensa. En junio de 1942 Frente Obrero apoya desde sus páginas a los trabajadores de la fábrica metalúrgica CATITA —donde trabaja Ángel Perelman (1917-1974), hermano de Adolfo— en una huelga que no es respaldada por el gremio metalúrgico, hegemonizado entonces por los comunistas. En abril de 1943 los metalúrgicos disidentes fundan la Unión Obrera Metalúrgica (OUM), que tras el golpe militar de junio conoce, al amparo estatal, un crecimiento vertiginoso. Ángel Perelman, es designado secretario general, Adolfo Perelman gerente administrativo, y Carlos Etkin y Hugo Sylvester, asesores.
Disuelto el PORS en varios grupos tras el golpe de junio, los hermanos Perelman van a integrar una de las formaciones de la “izquierda nacional” liderada por Narvaja e integrada también por Rivera, Etkin y Sylvester. Este grupo edita una segunda etapa de Frente Obrero (n° 44: septiembre; n° 45: octubre 1945), desde cuyas páginas se manifiesta partidario de un socialismo latinoamericanista orientado a resolver la “cuestión nacional” un país “semicolonial” como la Argentina, cuyo núcleo sería la dominación oligárquica e imperialista. Consecuente con esta orientación, en el n° 2 se reivindica la movilización de las masas peronistas del día 17 de octubre y al peronismo como “expresión de los intereses nacionales del pueblo argentino”.
A principios de 1947 el grupo se suma al proyecto de la revista Octubre (Buenos Aires, 1945-1947) que editan Jorge A. Ramos y Niceto Andrés (seud. de Mauricio Moisés Prelooker), para apartarse de ellos poco después. En 1947 viaja a Córdoba en representación del grupo para tomar contacto con un núcleo de militantes de la Juventud Socialista “José Guevara”, quienes en disidencia con el PS editan el periódico La Chispa.
El grupo publica en 1955, bajo la dirección de Rivera, tres entregas de Cuadernos de Indoamérica, en que interpretan la historia del país desde un “revisionismo de izquierdas”, al mismo tiempo que polemizan fuertemente con Ramos. Asimismo, el grupo lanza en 1953, en las postrimerías del segundo gobierno peronista, su propio proyecto editorial: Indoamérica, que alcanza a publicar hasta el golpe militar de setiembre de 1955 alrededor de quince títulos, entre ellos Historia de la revolución Rusa de Trotsky, Vida y muerte de Trotsky de Víctor Serge, América Latina, un país de Ramos y El porvenir de América Latina de Manuel Ugarte.
Adolfo Perelman viaja a comienzos de 1954 a La Paz, atraído por la Revolución Boliviana que había tenido lugar dos años antes. Su proyecto inicial era permanecer por algunas semanas, pero termina por afincarse en la capital boliviana durante 17 años.
Hay diversos testimonios de su rápida inserción en el los espacios intelectuales y políticos bolivianos. En primer lugar, se convirtió en asesor de la Central Obrera Boliviana (COB), colaborando en la edición de su periódico Rebelión. Luego trabajó como relacionador público del Ministerio de Minas y Petróleo, donde conoció a Sergio Almaráz Paz. Enseguida lo acompañó en la redacción de la revista Clarín internacional (La Paz, 1958-1968). Amaraz le dedicará a Perelman su libro El poder y la caída. El estaño en la historia de Bolivia (1967).
En noviembre de 1966 pone en manos del indigenista Fausto Reinaga un ejemplar de Los condenados de la tierra, de Franz Fanon. En 1968 funda con Andrés Soliz Rada el Grupo Obrero Revolucionario (GOR), una de las formaciones de la “izquierda nacional” en ese país, que toma como eje central de su propuesta la defensa de los recursos naturales y la nacionalización de las empresas gasíferas y petrolíferas, como la Gulf Oil Company, bandera que en seguida recogen los militantes de la nueva generación como Sergio Almaráz Paz, René Zavaleta Mercado, Marcelo Quiroga Santa Cruz y José Ortíz Mercado.
En 1970, durante el gobierno del Gral Alfredo Ovando y cuando Quiroga Santa Cruz ocupa el cargo de Ministro de Energía e Hidrocarburos, se decide la nacionalización de la Gulf. Perelman trabaja mucho tiempo en la construcción del primer horno estatal de estaño, que se inaugura durante el gobierno nacionalista de Ovando.
Tras el golpe militar del General Banzer en agosto del año 1971, retorna con su familia a Buenos Aires. En La Paz se había casado con la abogada y poeta boliviana Leticia Fajardo, con quien tuvo un hijo: Juan Perelman Fajardo.
En 1975 fue entrevistado para la revista Crisis acerca de la cuestión minera en Bolivia bajo el título “La cuestión es entre patria o colonia” (Crisis nº 22, febrero 1975, p. 16). Murió en Buenos Aires en 1976.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Perelman, Adolfo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.