NAVARRO, José Sabino (apodo: El Negro) (Pcia. de Corrientes, Argentina, 11/12/1942 – Alta Gracia, Pcia. de Córdoba, Argentina, 28/7/1971).
Obrero mecánico automotor, militante gremial, dirigente de Montoneros en los años originarios. .
De familia obrera y peronista, representa una excepción al origen de clase media de la mayoría de los fundadores de Montoneros. Cuando tenía apenas dos años de edad, su padre, analfabeto, lo había llevado a escuchar a Juan D. Perón en actos masivos. Su madre fue trasladada en avión desde Corrientes a Buenos Aires para ser operada gracias a los auspicios de Eva Perón, salvando así su vida.
Se instala en Buenos Aires a los 12 años de edad. Comienza a trabajar desde adolescente en la rama textil, sin llegar a terminar el colegio secundario. En Algodonera Textil Argentina conoce a quien desde 1966 sería su esposa, Graciela Doldán (“Pina”), durante una toma de fábrica de 1959. Sabino y su novia participan de otras huelgas del sindicato textil de Villa Lynch.
El joven nacido en Corrientes ingresa luego a una fábrica de garrafas, de la que se va al poco tiempo. Entre 1962 y 1963 hace el servicio militar por un año y medio, en el período de enfrentamiento al interior del Ejército Argentino entre “azules” y “colorados”, cuando se suceden planteos, golpes militares y gobiernos débiles.
Al terminar el servicio militar ingresa a trabajar en la automotriz Deutz Cantábrica (DECA). Allí desarrolla una intensa actividad sindical, incorporándose a la comisión interna y militando a favor de la promoción de Dirk Kloosterman y José Rodríguez a la conducción de SMATA, el gremio de mecánicos. Se distancia de ellos luego de la “entrega” de dos huelgas por parte de esta conducción, y a partir de entonces sus días en la fábrica están contados: a fin de 1967 es cesanteado y ve obstaculizado su ingreso a otros establecimientos del gremio. Tras iniciar un juicio laboral logra, no obstante, su reincorporación.
Tal experiencia podría no ser ajena a su convicción respecto de la necesidad de asumir otras formas de lucha. Desde su militancia en la Juventud Obrera Católica (JOC), había desarrollado vínculos con el peronismo revolucionario y combativo donde tallaban las figuras de Jorge Di Pasquale, Bernardo Alberte, John W. Cooke, Gustavo Rearte y Juan García Elorrio. Se integra entonces al ámbito de la revista Cristianismo y Revolución (Buenos Aires, 1966-1971), dirigida por éste último desde sus primeros pasos. No es sino en esos círculos que tiene lugar su radicalización política, asumiendo la visión del peronismo revolucionario, el tercermundismo y la necesidad de la lucha armada para derrotar a la dictadura del Gral. Juan Carlos Onganía (1966-1970) y promover la insurrección popular. Las ideas de Franz Fanon completan su formación a través de lecturas hechas en voz alta por su mujer. Sabino sólo habría leído él mismo textos de Perón y La Razón de mi vida de Eva Perón.
En agosto de 1967 asiste a una reunión en Córdoba de la Agrupación Peronista “Lealtad y Lucha”, en la que ex miembros del Movimiento Universitario Cristo Obrero (MUCO) determinan la creación de una célula político-militar concebida como parte de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), aunque unos años después constituyen uno de los grupos cordobeses de Montoneros. El vínculo político iniciado con ellos se prolonga en cursos de capacitación en explosivos que Sabino alberga en su casa de Gran Buenos Aires. Apoya la formación de la CGT de los Argentinos en marzo de 1968, tras la ruptura del Congreso normalizador de la central sindical por parte de los gremios peronistas dialoguistas. El 23 de abril de 1968 nace su primer hijo: Walter.
Desde entonces participa de las discusiones al interior de lo que comienza a llamarse la “Tendencia revolucionaria” del peronismo, acerca de la oportunidad y modalidad de emprender concretamente la acción armada. A fines de ese año con Carlos Hobert y otros pocos militantes, José Sabino organiza una pequeña célula para lanzarse a la lucha armada en la zona de Capital y Gran Buenos Aires, con el sostén económico del abogado laboralista y ex seminarista Juan Carlos Falaschi. Su objetivo inicial es integrarse en algún momento a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), que vienen de ver frustrado su intento de instalar un foco de guerrilla rural en Tucumán.
Fusionándose a su vez con el pequeño grupo de Gustavo Lafleur y José Amorín, Sabino encabezaría durante 1969 los primeros operativos de asalto y obtención de armamento, sin abandonar su actividad política pública (con las limitaciones que impone el régimen dictatorial) en el ámbito del peronismo revolucionario.
En el Congreso que aglutina a la Tendencia y al peronismo gremial combativo opuesto al diálogo con la dictadura que tuvo lugar en Pajas Blancas (Córdoba) de enero de 1969, defiende la postura de iniciar la lucha armada sin más demora, contra la línea de Gustavo Rearte de fortalecer previamente las agrupaciones obreras militantes y la de Ricardo De Luca de consolidar la CGT-A. Sabino y su grupo tienen la convicción de que el regreso de Perón —considerado líder natural del movimiento— y del peronismo al gobierno facilitaría un trastocamiento de las relaciones de poder en la sociedad a través de la redistribución de la riqueza a favor de las clases populares.
Al nacer su hijo Ernesto el 29 de marzo de 1969 ya ha tenido que mudarse una y otra vez de lugar de residencia. En Córdoba es detenido por más de diez días unos meses antes del Cordobazo (29/5/1969), acontecimiento en el que está presente. Desde entonces entra en contacto con el grupo liderado por Fernando Abal Medina en Buenos Aires —a quien conocía de su paso por Cristianismo y Revolución—, para terminar junto a sus compañeros en un proceso de integración con aquél a principios de 1970, mientras otros grupos de Córdoba y Santa Fe también confluyen en la organización que se da a conocer con el nombre de “Montoneros” con el secuestro y asesinato del general Pedro E. Aramburu el 29/5/1970.
Sabino Navarro aporta a la nueva organización armada sus relaciones fluidas con los sectores de la Tendencia revolucionaria del peronismo y su experiencia en la militancia sindical. En el marco de la persecución desatada sobre los miembros porteños de Montoneros tras la toma de la localidad de La Calera en Córdoba el 1/7/1970 (muerte de Emilio Maza, detención de Carlos Maguid), el 27 de julio de 1970 es pedida su captura luego de un allanamiento a la quinta donde se reunía su grupo. Sabino traslada militantes de un lugar a otro para su seguridad, mientras su familia ha dejado definitivamente su casa.
El 7 de septiembre de 1970, logra escapar al igual que Carlos Capuano Martínez, durante el tiroteo en la pizzería de la localidad bonaerense de William Morris en el que resultan muertos Abal Medina y Carlos Ramus. Desde entonces, asume la jefatura de Montoneros, con el desafío de reorganizar a nivel nacional una estructura fuertemente comprometida en su existencia. Desde principios de 1971 acciones armadas identificadas con Montoneros hacen su aparición en distintas ciudades del país como Santa Fe, Tucumán, Salta. A fines de junio de ese año mata dos policías que lo perseguían en la zona de Villa Ballester, Pcia. de Buenos Aires, donde un comando de su organización había asaltado un banco sin su presunto conocimiento del operativo.
Vuelto a la provincia de Córdoba, a fines de julio es sometido a una intensa persecución que dura más de una semana por las sierras de esa provincia luego de que realizara junto a otros tres compañeros (dos de los cuales murieron en la fuga) una “expropiación” de unos vehículos en Río Cuarto. Mal herido, al ver que no podía adentrarse nuevamente en la montaña, habría ordenado a su compañero que lo dejara allí, advirtiéndole de su imposibilidad de “caer” vivo. Al ser hallado su cadáver por las fuerzas de seguridad, el general del III Cuerpo del Ejército Álcides López Aufranc ordena que le corten las manos para enviarlas a Capital para su identificación por huellas dactilares.
Su cuerpo recuperación recién en 1974 y sepultado por su mujer e hijos en Cementerio de Olivos. Alicia Eguren, mujer y compañera de Cooke en Acción Revolucionaria Peronista (ARP), le rendiría un homenaje tiempo después. A Sabino Navarro lo sucedía al frente de Montoneros Mario Firmenich. Su nombre fue recuperado por una columna montonera disidente de Córdoba que rompió por izquierda con la organización en 1973, una de cuyas vertientes orientaban Luis Losada, Luis Rodeiro e Ignacio Vélez. La esposa de Sabino desmintió públicamente en ese entonces todo vínculo con la fracción, lo que sería matizado por testimonios posteriores.
Instaurada la última dictadura militar (1976-1983), Graciela Doldán fue detenida el 25 de abril de 1976, habiendo sido vista en cautiverio en el campo de concentración La Perla, Córdoba. Permanece desaparecida hasta la fecha.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “NAVARRO, José Sabino”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.