MENDIZÁBAL, Horacio (seudónimos: Vasco, Flaco, Mendicrim, Lauchón) (nombres de guerra: Hernán) (Buenos Aires, Argentina, 29/10/1944 – Munro, Pcia. de Buenos Aires, 19/9/1979).
Militante juvenil de la democracia cristiana, fundador de Descamisados, miembro de conducción nacional de Montoneros.
Nació en el seno de una familia de clase media, de Marcial Ramón Mendizábal, farmacéutico y Rosa Irma Lafuente, ama de casa y ayudante en la farmacia familiar del barrio porteño de Parque Patricios. Su hermano mayor, Marcial, lo disuadió de seguir su vocación sacerdotal. Ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde llegó a ser presidente de la Juventud Demócrata Cristina.
Hasta mediados de la década del ’60 desarrolla su militancia en ámbitos demócrata cristianos, tradicionalmente antiperonistas. Pero en un movimiento típico de su generación, hacia fines de los años ’60, en el marco de la represión y censura política que caracteriza a la dictadura del Gral. Juan Carlos Onganía, termina asumiendo una identificación con el peronismo al igual que otros jóvenes de su mismo origen ideológico con quienes, tras compartir experiencias de trabajo gremial, en barrios y villas, y también en vinculación con la CGT de los Argentinos, desemboca en 1968 en la fundación del Comando Descamisado.
Con actividad en las zonas más pobladas de la Pcia. de Buenos Aires, el Comando Descamisado se instituye como núcleo armado independiente luego de un frustrado intento de incorporarse a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). En octubre de 1968 Mendizábal es detenido por participar de un acto en celebración del cumpleaños del presidente depuesto Juan D. Perón y lanzar volantes en solidaridad con los guerrilleros de las FAP detenidos recientemente en Taco Ralo, Pcia. de Tucumán.
La primera aparición pública firmada por los Descamisados es en un cine de la localidad bonaerense de La Tablada en noviembre de 1970, durante la proyección de “La Hora de los hornos”, la película de Fernando “Pino” Solanas y Octavio Getino que representara un hito en el cine político argentino. Originariamente concebían a la actividad armada como complementaria del trabajo de base, asignándole un rol principal a la construcción de una organización barrial de signo peronista.
Desde su salida a la arena pública, entre las “acciones” más notorias que se adjudica la organización se cuentan la voladura del Círculo Naval de Tigre, la del yate de un comandante en jefe de la Armada, el secuestro contra rescate de un millón de dólares del gerente de General Electric-ITT en San Isidro, además de asaltos a entidades financieras. Sin embargo, la más importante operación atribuida al grupo es el asesinato del líder sindical Augusto T. Vandor en la propia sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) el 30 de junio de 1969, aunque no se adjudicaran el atentado en ese momento. Sólo un año después lo harían, bajo el nombre de “Comando Montonero Emilio Maza del Ejército Nacional Revolucionario” (ENR), al tiempo que el mismo sello se revela como autor de la ejecución del dirigente sindical del Vestido José Alonso.
Desde principios de la década del ’70 los Descamisados se aproximan cada vez más a Montoneros, primero a través del proyecto de las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP) y finalmente, fusionándose en el transcurso del año 1972. Mendizábal participa de diversas reuniones políticas, ya como representante de Descamisados, ya como delegado de Montoneros: entre aquéllas se destacan la reunión secreta mantenida con Perón en Roma, el día anterior a su retorno a Argentina del 17 de noviembre de 1972, junto a Mario Firmenich y Roberto Quieto, por las direcciones de Descamisados, Montoneros y FAR, respectivamente; la que mantiene con el líder metalúrgico Lorenzo Miguel a raíz del lanzamiento de la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP), hacia agosto de 1973; la reunión en que se concreta la fusión de FAR y Montoneros en septiembre de ese mismo año; y, finalmente, cuando el ya presidente Juan D. Perón convoca a distintos delegados de la Juventud para comprometerlos a un acuerdo para el acto del 1º de Mayo de 1974, en carácter de miembro de la conducción montonera.
Mendizábal tiene a su cargo expresar ante el General que para su organización el acto debía funcionar como una “asamblea popular” donde el “pueblo” y los trabajadores pudieran dialogar con el líder del Movimiento, aunque sin dejar de señalar el obstáculo que para ello representan los que considera “infiltrados en el gobierno popular”. Es la misma reunión en que Perón le recuerda que “la policía es nuestra” y la obligación del gobierno es “mantener el orden”, ante el reclamo por la detención de militantes montoneros. Aquel diálogo se revelaría finalmente imposible cuando en medio de los insultos lanzados por el propio Perón, las columnas identificadas con Montoneros y la JP se retiran de la Plaza de Mayo.
Ya en la clandestinidad, Mendizábal es detenido por la policía en Córdoba el 6 de agosto de 1975. De la Jefatura de la Policía es trasladado a la cárcel de encausados días más tarde en venganza por el intento de rescate frustrado que realizara el ERP. La conducción montonera responsabiliza al militante Fernando Haymal (Valdés) de su caída, quien lo habría delatado al ser interrogado bajo tortura. Sometido a “juicio revolucionario” por “traición y delación”, el 6 de septiembre de 1975 Haymal es ejecutado en Córdoba. Otras fuentes señalan el descuido de elementales medidas de seguridad. En enero de 1976 Mendizábal logra fugar de un juzgado federal con ayuda de un falso abogado que le facilita un arma.
Una vez instalada en marzo de ese año la dictadura militar, pasa a ser Jefe del Ejército Montonero, concebido como “ejército beligerante”, en el marco de una visualizada “contraofensiva” que sería capaz de “conducir a las masas con estallidos insurreccionales” durante lo que se avizoraba como crisis económica en ciernes. En agosto de 1976 ofrece en Buenos Aires una entrevista a a un periodista de la revista española Cambio 16 en la que define al movimiento Montonero como “claramente socialista”, reconociendo tal discordancia con el proyecto de Perón. Mientras arrecian los secuestros de militantes bajo el régimen militar, una nota suya en Evita Montonera podía titularse “Continuemos pegando: forcemos la mano que comienzan a aflojar”, para arengar a la militancia a atacar “con lo que tengan” a “milicos y patrones”, de modo de contribuir a lo que se consideraba un avance político. Producida la muerte de Julio Roqué, en mayo de 1977 se une a la Conducción Nacional de la organización, que anunciaría ese mismo año su establecimiento en Roma tras la decisión unilateral de dejar el país mientras el resto de la organización se suponía destinada a crear el Movimiento Peronista Montonero (MPM) en la Argentina. La siguiente base estratégica sería en La Habana, Cuba, aunque los jefes montoneros realizaban frecuentes viajes para conseguir aliados en distintos países.
Mendizábal realiza un “curso de Estado Mayor” en Alemania Oriental. En enero de 1978 permanece en México tras el “repliegue” de otros miembros de la conducción de la organización a Cuba, luego del intento frustrado de la cúpula militar argentina de asesinarlos utilizando al oficial montonero Tulio Valenzuela, quien terminó denunciando la operación. Luego del Mundial ’78 realizado en Argentina, Mendizábal se encuentra en España, cuando Montoneros ya concibe la “Contraofensiva”, nombre que recibe el plan de retorno de militantes montoneros al país en plena dictadura militar con la expectativa de impulsar una insurrección que derrocaría al régimen. Paralelamente, en el marco de la estrategia montonera de relaciones internacionales para obtención de apoyos políticos en el extranjero, Mendizábal se dirige en una carta de mediados de 1978 al cardenal Jean Villot del Vaticano para informarle de la creación de una capellanía en el Ejército Montonero a cargo del padre Jorge Adur, cuyo fin era la atracción de católicos a sus filas.
En septiembre de aquel mismo año viaja a Beirut junto a Firmenich, donde anudan lazos político-militares con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Tiempo después está al frente personalmente de las denominadas Tropas Especiales de Agitación (TEA), estructura en que se organiza la mayor parte de los montoneros que regresan al país como parte de la “Contraofensiva”. Su rol en su retorno a la Argentina (mayo de 1979) consistía en dirigir las emisiones de “Radio Liberación”. Al igual que muchos de sus compañeros, Mendizábal y Armando Croatto fueron interceptados el 17/9/1979 por los servicios de inteligencia del Estado en un supermercado “Canguro” de la localidad bonaerense de Munro. Croatto murió en el acto mientras que Menidábal murió dos días después en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Según ciertas fuentes, habría sido delatado por su “segundo” en la cadena de mandos del Ejército Montonero.
Estaba casado con Susana “La Chana” Solimano y tenía dos hijos, Diego y Martín.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “MENDIZÁBAL, Horacio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.