LARA PARADA, Ricardo (nombre de guerra: Gerardo) (Barrancabermeja, Santander, Colombia, 12/10/1939 – Barrancabermeja, Santander, Colombia, 14/11/1985).
Revolucionario colombiano que hizo parte de la generación de jóvenes que en los años sesenta optó por la lucha armada como parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Se destacó durante sus años de militancia por su perfil de líder político e ideológico y fue el comandante guerrillero más importante que regresó a la vida civil con la amnistía que otorgó el gobierno del presidente Belisario Betancurt en 1983. Desarrolló una actividad política civil en la zona del Magdalena Medio Santandereano en los años ochenta y fue asesinado en 1985 en su ciudad natal. Compartió su infancia con hijos de obreros de la Unión Sindical Obrera (USO), organización que aglutinaba a los trabajadores de la industria del petróleo en Barrancabermeja.
El vínculo que tuvo Lara Parada con su padre fue efímero pues don Víctor Sócrates Lara Camargolo dejó con su madre cuando apenas tenía cuatro años de edad. Estos primeros años los vivió en casa de su abuelo materno en el barrio Buenos Aires, lugar donde compartió con los niños de su generación en un ambiente marcado por el Río Magdalena y los deportes, especialmente el fútbol. Una relación que lo marcó en los años cuarenta fue la que sostuvo con su abuelo, liberal de corriente gaitanista, que acercó a su nieto a temprana edad a la influencia del político colombiano asesinado el 9 de abril de 1948: Jorge Eliécer Gaitán. Principalmente a través de la lectura y comentario del periódico Jornada (1944-1949), que circulaba en el puerto petrolero. Su madre, doña Ulda María Parada Arias se dedicó al oficio de la modistería para sostener su hogar, conformado además por otros dos hijos: Jorge Eduardo y Diana, quienes se dedicaron al comercio independiente en Barrancabermeja, mientras que la hermana menor falleció a los 25 años.
Rocío Agudelo, guerrillera que hizo parte del frente que comandó Fabio Vásquez Castaño, fue su compañera sentimental en las filas del ELN, relación que se dio en el marco de la Operación Anorí (1973), razón por la cual solamente pudo formalizarla el 9 de abril de 1974 mientras pagaba una condena en la cárcel La Picota de la ciudad de Bogotá. De esta relación nacieron dos hijos que conformarían la familia Lara Agudelo, la cual se instalaría en la casa materna de Lara Parada en los años de militancia política legal en Barrancabermeja.
A la edad de trece años inició sus estudios de bachillerato (1952) en el Colegio Diego Hernández de Gallego, establecimiento que fue fundado luego de una serie de protestas protagonizadas por los pobladores del puerto petrolero. Fue el primer bachiller de su familia, título que alcanzó en el Colegio de Santander de la ciudad de Bucaramanga, donde se trasladó para ingresar a cuarto grado de educación secundaria. Este colegio sería determinante en el destino de Lara Parada, pues allí compartió experiencias con otros jóvenes de su generación en un ambiente que se caracterizó por la amplitud hacia corrientes filosóficas y políticas en boga durante los años cincuenta. Interesado en estudiar Medicina, terminó por inscribirse a la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Industrial de Santander (UIS), programa que no terminó ya que fue aceptado como uno de los jóvenes que el gobierno de Fidel Castro becó en la primera mitad de los años sesenta. De esta convocatoria se enteró al escuchar las emisiones de Radio Habana.
Lara Parada alcanzó a ejercer como profesor antes y después de su paso por la universidad. Inicialmente en el colegio donde cursó los primeros años de bachillerato y luego, antes de irse para Cuba en el municipio de Charalá (Santander) durante tres meses. La noticia de su viaje para La Habana la recibió el 24 de junio de 1962 de parte de su madre. En este momento Lara Parada entró a formar parte del grupo de 27 jóvenes colombianos que partió hacia la isla y que volverían con un proyecto insurgente de corte foquista. Inscrito en un contexto de lucha social y política como el que ofrecía Barrancabermeja, Lara Parada inició su carrera política formalmente en las filas de las Juventudes del Movimiento Revolucionario Liberal (JMRL) durante su paso por la UIS, lugar donde conoció y compartió militancia política estudiantil con Jaime Arenas Reyes y Víctor Medina Morón, con quienes experimentó un proceso de radicalización que los condujo a ingresar al ELN. Durante el tiempo que transcurrió en Cuba hizo parte de la Brigada Pro-Liberación José Antonio Galán, conformada por Víctor Medina Morón, Fabio Vásquez Castaño, Heriberto Espitia, Luis Rovira, Mario Hernández y José Merchán. Estos fueron los colombianos que solicitaron entrenamiento militar al gobierno cubano con el fin de replicar la experiencia del Movimiento 26 de julio en territorio colombiano y sería el núcleo fundamental para la creación del ELN en las montañas del departamento de Santander.
Al regresar de Cuba, Lara Parada fue encargado de realizar trabajo político en las zonas urbanas, especialmente en las ciudades de Bucaramanga y Barrancabermeja (departamento de Santander – Colombia), donde se estaba generando una base social de apoyo a la naciente guerrilla entre los estudiantes y ciertos sectores de los trabajadores. Luego del lanzamiento público del ELN en enero de 1965 con la toma del municipio de Simacota (departamento de Santander), la comandancia decidió dar otro golpe con la toma de la población de Papayal (corregimiento de Santander), ocurrida el 3 de febrero del mismo año. La operación militar corrió por cuenta de un destacamento asentado en Barrancabermeja, del que hicieron parte Julio Portocarrero, Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, José Antonio Rico Valero y Rodolfo León.
En agosto de 1965 Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, “Rovira” y Mario Hernández fueron comisionados para trasladarse al noroeste de Santander con el fin de establecer un nuevo núcleo insurgente en el área aledaña a Puerto Wilches. El nuevo frente comenzó a estructurarse en medio de una gran precariedad de armamento, recursos económicos y calidad política y militar de sus integrantes. Pese a esto, Lara Parada logró sortear los problemas y dejó listo para el combate al naciente grupo que el 3 de febrero de 1966 realizó la primera acción en la población de San Rafael, emboscando un destacamento de la policía. Tras la muerte en combate del sacerdote Camilo Torres Restrepo en febrero de 1966, el grupo que comandaba Lara Parada pasó a denominarse con el nombre del cura guerrillero. El 27 de julio de 1966, el Frente «Camilo Torres Restrepo» planeó y llevó acabo una emboscada en el corregimiento de Martha, perteneciente al municipio de Girón (Santander). La guerrilla procedió a dar muerte al inspector de policía del municipio y a emboscar la patrulla militar que se proponía hacer el levantamiento del cadáver.
Un mes después, el 27 de agosto de 1966, la misma estructura insurgente recibió su primer revés. En el sitio denominado «Cerro de la Paz», en la jurisdicción de Lebrija (Santander) el Frente en construcción cayó en una emboscada preparada por el Ejército.
En el mes de septiembre de este mismo año, Lara Parada viajó a Bucaramanga a entrevistarse con Fabio Vásquez con el fin de intercambiar opiniones, planificar y coordinar algunos trabajos a realizarse posteriormente. Durante su permanencia en la ciudad, Heriberto Espitia intentó asumir la jefatura del Frente en forma definitiva, lo que llevó a la dirección a trasladarlo al Frente José Antonio Galán con el fin de que Lara Parada asumiera nuevamente el mando del «Camilo Torres». Bajo las órdenes de Lara Parada, se produjo otra acción militar el 27 de febrero de 1967 con la toma de Vijagual (Santander), hechos en los que fueron muertos cuatro agentes de policía, se recuperó armamento y se dieron a conocer las principales tesis del ELN.
En un contexto de crisis interna del Frente, relacionada con dificultades materiales, bajas producidas por el enemigo y deserciones, Lara Parada resolvió dividirlo en tres grupos con el fin de sortear los problemas de subsistencia básica y mejorar las condiciones de seguridad. Sin embargo, la ofensiva de la Fuerza Pública propinó varios golpes que condujeron a la desarticulación del Frente que comandaba Lara Parada en 1968. Con la muerte de Víctor Medina Morón a manos de sus propios compañeros de armas, Lara Parada asumió como segundo al mando de toda la organización en un momento en el que la estructura a su cargo sufrió duros reveses a nivel militar, que finalmente condujeron a que Fabio Vásquez Castaño lo relevara de esta posición por su hermano Manuel Vásquez Castaño. Para ese entonces, las desavenencias entre Lara y la cúpula del ELN habían trascendido el terreno militar y de seguridad para llegar a desacuerdos políticos. Particularmente el distanciamiento de la posición de los hermanos Vásquez Castaño en las relaciones con la base campesina y la distinción entre guerrilleros urbanos y rurales, poniendo en desventaja a aquellos por su dificultad para adaptarse a la vida rural. En este contexto y a sólo dos meses de haber empezado la mayor ofensiva del Ejército contra el ELN en la zona de Anorí en el departamento de Antioquia, Lara Parada decidió tomar distancia de la estructura del ELN, cuando fue capturado por tropas oficiales tras la delación de un campesino de Nechí (Antioquia).
Como fue recurrente en los primeros años del accionar del ELN, Lara Parada fue sometido a un juicio revolucionario en el que fue condenado a muerte, pena que se le conmutó por ser uno de los fundadores del grupo. Luego de su captura, que algunos miembros de la guerrilla y analistas califican de deserción y entrega al enemigo, Lara fue una de las principales figuras de uno de los llamados “juicio del siglo” contra guerrilleros del ELN, iniciado en la ciudad de Socorro (Santander) en 1972 y al que fueron sumados los militantes capturados durante la Operación Anorí de 1973, entre ellos Lara Parada que cayó en el mes de noviembre.
Recluido en la cárcel La Picota en Bogotá, fue condenado inicialmente a 42 años de prisión por la Justicia Penal Militar, sentencia que no se ejecutó por errores de procedimiento. La pena a la que fue sentenciado Lara Parada fue de cuatro años y algunos meses en el marco de la Justicia Ordinaria, que terminó de pagar el 3 de octubre de 1978. En el tiempo que pasó en prisión escribió un documento denominado “Autocrítica” en el que hace un balance de sus nueve años en la guerrilla, texto que fue elaborado gracias a la insistencia de un compañero de reclusión llamado Fernando Chacón. Al salir de la cárcel en octubre de 1978 logró viajar a Panamá gracias a las gestiones de Gabriel García Márquez con el Presidente Omar Torrijos, quien facilitó la entrada de Lara Parada por los riesgos que corría su seguridad personal tras la orden impartida por la dirigencia del ELN para ajusticiarlo. En Panamá, el jefe de gobierno le propuso coordinar un experimento en Coclesito, en el centro del país centroamericano, donde se quería organizar la producción agrícola por el sistema de cooperativa. Durante diez meses trabajó en este proyecto junto con los campesinos, después de los cuales retornó a Ciudad de Panamá, para encontrarse con Felipe González, político español de izquierda, en una cena privada programada por el General Torrijos. El 4 de octubre de 1979 desde Panamá viajó hacia Managua, Nicaragua, con el fin de hacer parte del proceso revolucionario sandinista. Allí estuvo trabajando en las minas de oro de Rosita (Zelaya).
De regreso a Colombia y tras haber creado una relación personal con el máximo comandante del Movimiento 19 de abril (M-19), Jaime Bateman Cayón, éste lo invitó a que hiciera parte de este grupo insurgente, propuesta que declinó por diferencias ideológicas. Junto con otros disidentes del ELN a inicios de los años ochenta decidieron crear la “Tendencia Camilo Torres Restrepo” como grupo en oposición a la Dirección Nacional oficial del ELN, experimento político que pronto se diluyó. En este contexto de redefinición política se plegó a la amnistía que promulgó el gobierno de Betancurt, con el fin de participar en la vida política legal en la que alcanzó a ser elegido concejal de Barrancabermeja por el Frente Amplio del Magdalena Medio (FAM) y abrir una librería. La campaña política que realizó para ser elegido concejal transcurrió en medio de las limitaciones materiales propias de un hombre que decidió crear una fuerza política de raíz ciudadana y local en un contexto de lenta apertura democrática del sistema político colombiano.
Las acusaciones del ELN de “desviacionismo” y divisionismo de las bases populares, así como de traición a la organización, le valieron su sentencia de muerte que fue ejecutada por un comando guerrillero el 14 de noviembre de 1985. Al momento de su muerte había organizado una Coordinadora de Grupos Regionales que incluía, con el FAM, al Movimiento Amplio y Democrático del Tolima, Alternativa Democrática del Magdalena, Inconformes de Nariño y Avanzada de Antioquia.
Obra
Como otros líderes guerrilleros que surgieron de las filas del movimiento estudiantil Lara Parada se interesó por la formación teórica propia y de sus compañeros de lucha, no dejó una obra escrita importante. El periodista Óscar Castaño logró entrevistarlo meses antes de su muerte, labor de la que se publicó un libro en el que figura como autor: El guerrillero y el político: Conversación con Óscar Castaño, Bogotá, Oveja Negra, 1984. A ello se suma una compilación del programa del FAM: Frente Amplio Del Magdalena Medio: Alternativa de cambio: Frente Amplio del Magdalena Medio -FAM, por la unidad y la paz del pueblo barranqueño y la región, Barrancabermeja, FAM, 1984.
Cómo citar esta entrada: Acevedo Tarazona, Álvaro; Samacá Alonso, Gabriel (2020), “Lara Parada, Ricardo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org