LAPERRIÈRE DE CONI, Gabriela (seudónimos: Miriam, Gabrielle Menjou, Mme. Emilio Coni) (Pezens, Carcassonne, Francia, 7/3/1861 – Buenos Aires, Argentina, 8/1/1907).
Maestra, escritora, periodista, militante socialista y luego sindicalista, defensora de los derechos de la mujer y del niño.
Nació en Francia con el nombre de Gabrielle Margueritte de Laperrière, en el seno de una familia proveniente de la antigua nobleza francesa, de Louis Menjonnan de Laperrière y Marie Thérèse Angele Habrard Letage. Cursó la escuela primaria en un colegio católico en su ciudad natal y luego emprendió estudios de magisterio.
Poco después se trasladó Burdeos, donde en 1880 se casó con el periodista Henri André Menjou. La pareja se instaló luego en París, donde Gabriela ejerció el periodismo en medios como L’Independant y Le Journal, con artículos que firmaba como Gabrielle Menjou.
Cuatro años después conoció en París al argentino Emilio R. Coni, un médico higienista nacido en Corrientes (Argentina) pero de ascendencia francesa, que había viajado a la Ciudad Luz para participar de un congreso sobre salud pública. Ese mismo año Gabriela y Henri Menjou emigraron a la Argentina, instalándose en una casa porteña de la calle Perú 412. Para entonces ella ha castellanizado su nombre como Gabriela y él como Enrique. En la Gran guía de la Ciudad de Buenos Aires de 1886, Enrique Menjou aparece como periodista y Gabriela Lapierrère como “profesora de piano” (Edelmiro Mayer, Gran guía de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Hugo Kunz, 1886, p. 733).
El 6 de febrero de 1886 nació en la capital porteña su hijo Emilio Ángel Menjou, cuyo padrino de bautismo fue Emilio R. Coni (Libro de bautismos de la Parroquia de San Telmo, 1886, Buenos Aires, registro 257). Poco después, Gabriela se separará de Menjou e iniciará un segundo matrimonio con Coni. Este asumirá la paternidad del niño, que será rebautizado como Emilio Ángel Coni.
A comienzos de la década de 1890 Emilio R. Coni asume como presidente de la Sociedad Médica Argentina y como director de la Asistencia Pública de la Ciudad de Buenos Aires. El doctor Coni, su esposa Gabriela y el niño se instalan a vivir en la sede de la propia institución. Es posible que acompañando a su esposo en su intensa campaña pública por la medicina social preventina, Gabriela haya comenzado a desarrollar su sensibilidad por la problemática de la mujer y el niño obreros. Publica una serie de relatos bajo seudónimo de “Miriam” en la Revista del Patronato y Asistencia de la infancia (“Los esponsales”; “La Poule”; “La faim”; “Le petit mousse”; “Les fiançailles”; “Le petit frère”, “Kokila”; “L´Ange chéri”). En 1893, ante las trabas burocráticas que encontraba en su labor, Coni renunció a ambos cargos y regresó a París con su esposa y su niño. Sin embargo, los crudos inviernos parisinos afectaron la salud de Gabriela, que padecía una incipiente tuberculosis, y la pareja decidió volver a Buenos Aires dos años después. Se casaron en Buenos Aires en 1899, cuando su hijo tenía 13 años.
Gabriela publica a comienzos del siglo XX dos obras de ficción. En 1900 aparece su novela Fleur de l’air. Roman argentin, firmada a la manera francesa de la época, como “Mme. Emilio Coni”. Tres años después, publica también en París una novela autobiográfica, Vers l’oeuvre douce, que trataba de los esfuerzos de una mujer para ayudar a los niños enfermos. La obra fue comentada por Alfredo Colmo en el diario El Tiempo (18/7/1903) y por Roberto J. Payró en La Nación (26/7/1903).
Simultáneamente, a comienzos del nuevo siglo escribe una serie de textos en español, que firma de ahora en más como Gabriela Laperrière de Coni o Gabriela L. de Coni. A comienzos de 1901, en los momentos críticos de las relaciones limítrofes chileno-argentinas (1898-1901), viajó a Santiago de Chile junto a su marido. El 8 de enero dio una conferencia a favor de la paz en el Teatro Municipal de Santiago, dirigiéndose especialmente a la madres, “ricas y pobres”, para que tomaran conciencia de lo que significaba una guerra entre pueblos hermanos. El 22 de abril de ese mismo año repitió esa conferencia en Buenos Aires en la que abogaba por una solución arbitral al conflicto bajo los valores universales de “fraternidad”, “paz” y “guerra a la guerra”. Envía una adhesión en nombre de la “Alliance Universelle des Femmes pour la Paix” al mitin del 15 de diciembre de 1901 organizado por el Partido Socialista para manifestarse por la paz y el arbitraje en la cuestión de límites con Chile. Ese mismo año dicta la conferencia “El trabajo de las mujeres y los niños”.
Tanto Gabriela como el doctor Coni participaron de la fundación y el desarrollo de la Liga Argentina contra la Tuberculosis, emprendiendo diversas campañas públicas. Gabriela colaboró en la revista Lucha Antituberculosa con estudios como “Causas de la tuberculosis en la mujer y el niño obreros”.
En 1902 fue designada por el intendente de Buenos Aires inspectora ad honorem de fábricas y talleres de la ciudad para estudiar las condiciones de trabajo de mujeres y niños. Como resultado de tres años de labor (durante los cuales visitó 105 establecimientos, venciendo las resistencias de los propietarios y capataces que le impedían el ingreso), elaboró una serie de informes, como: “La mujer y el niño obrero en la fábrica”, “Causas de la tuberculosis en la mujer y el niño obreros en la Argentina”, “El descanso dominical”, “Higiene industrial y reglamentación del trabajo en las fábricas”. Algunos de estos informes fueron publicados en 1901 y 1902 en los Anales de la Sociedad Científica Argentina.
Producto de su recorrida por diversos barrios porteños son las notas publicadas en 1902 en el diario La Prensa, como por ejemplo, su visita a Nueva Pompeya, entonces conocido como el “barrio de las ranas” (“El barrio de las ranas”, en: La Prensa, Buenos Aires, 7/2/1902; “La quema de basuras”, en: La Prensa, Buenos Aires, 8/2/1902). Relató su experiencia como inspectora con mordaz ironía en el artículo “Sobre la Legislación del Trabajo”, publicado por el diario La Nación (18/11/1903).
En sus informes dirigidos al Intendente de la ciudad de Buenos Aires y en sus artículos en los grandes diarios nacionales, Gabriela Laperrière interpelaba abiertamente a los hombres de su propia clase social, sobre todo a los industriales, a quienes reprochaba las sórdidas condiciones de explotación a las que estaban sometidos mujeres y niños en sus talleres; y a los funcionarios públicos, por su indolencia y su inacción en políticas efectivas de salud pública, sobre todo en los barrios obreros.
Pero en los albores del nuevo siglo, Gabriela Laperrière comenzó a interpelar asimismo a los trabajadores y trabajadoras. Se afilió al Partido Socialista (PS), dictó numerosas conferencias en sociedades obreras y colaboró en el órgano partidario, La Vanguardia, así como en su anuario: Almanaque Socialista de La Vanguardia.
En abril de 1902 está, junto a Fenia Chertkoff, Mariana Chertkoff, Adela Chertkoff, Raquel Messina, Teresa Mauli, Carolina Muzilli, Sara Justo, Cecilia Baldovino, Raquel Camaña, Justa Burgos Meyer y Alicia Moreau, entre las fundadoras del Centro Socialista Femenino (CSF), a cuyo financiamiento colabora con la donación de cien ejemplares de uno de sus folletos. El 6 de agosto de 1903 da una conferencia sobre el trabajo de la mujer y del niño en el salón de Unione e Benevolenza, bajo el patrocinio del CSF.
Es autora de un artículo sobre el descanso dominical de las obreras, particularmente de las modistas, en el que se basó una circular del CSF dirigido a las dueñas de casas de moda. En mayo de 1902 presentó un “Proyecto de ley de protección del trabajo de mujeres y niños en las fábricas”, que publicó la revista Lucha antituberculosa y reprodujo el periódico La Vanguardia. Proponía que los niños no fueran admitidos en fábricas, talleres o manufacturas antes de los 14 años y consideraba que el trabajo de los adolescentes (hasta 16 años los varones y hasta 18 las mujeres) no podrá exceder de seis horas diarias. El CSF lo respaldó organizando una campaña pública. Años después, un proyecto inspirado en el texto de Gabriela Laperrière fue elevado por Alfredo Palacios cuando fue elegido diputado y finalmente sancionado en 1907 como Ley 5291 de trabajo femenino e infantil.
Gabriela Laperrière representó al Centro Socialista de La Plata (Este), en el Sexto Congreso del PS del 2 y 3 de julio de 1904 reunido en la ciudad de Rosario, que la designó miembro del Comité Ejecutivo del partido así como de una comisión asesora del diputado Palacios. Allí argumentó enfáticamente contra el Proyecto de Ley Nacional de Trabajo que impulsó Joaquín V. González, sosteniendo que vulneraba la autonomía sindical.
En la nota “El respeto á la vida” publicada en un almanaque socialista, intenta convencer a “Blanca”, una corresponsal de la alta sociedad de que se una a la lucha por el socialismo por la injusticia que supone el trabajo de los niños y la vida de los pobres en general (“El respeto á la vida”, en: Almanaque socialista de “La Vanguardia” para 1905, Buenos Aires, Imprenta de Luis Veggia, 1904, pp. 32-35).
Según testimonio de Enrique Dickmann, fue la principal introductora en la Argentina del sindicalismo revolucionario a partir de sus fuentes francesas (Georges Sorel, Hubert Lagardelle) junto al Dr. Julio A. Árraga. Formó parte de la corriente sindicalista del PS nacida hacia 1903, opuesta a la acción político-parlamentaria y partidaria de la huelga general revolucionaria propiciada desde sindicatos políticamente independientes. Era miembro del CE cuando en 1905 se desató un debate en su seno, motivada porque los sindicalistas impulsaban el llamado a una huelga general como respuesta al estado de sitio. A causa de sus diferencias con la mayoría del partido, renuncia a su cargo de miembro del CE del PS a fines de marzo de 1905, junto a Julio A. Árraga, Luis Bernard y Aquiles S. Lorenzo. En junio de 1905 es designada para el CE por voto general de afiliados, pero igual que Árraga y los otros militantes sindicalistas, rechaza tal cargo. Cuando en septiembre de ese año es nuevamente electa como miembro titular del nuevo CE del PS, no asume por encontrarse fuera del país, integrándose en noviembre.
Sin embargo, la corriente sindicalista finalmente se escinde del PS tras el VII Congreso reunido en Junín entre el 12 y el 15 de abril de 1906. Esta corriente había comenzado a editar su propio órgano en 1904: La Internacional (Buenos Aires, 1904-1905) y un año después La Acción Socialista. Periódico Sindicalista Revolucionario (Buenos Aires, 1905-1912), que luego se transformó en La Acción Obrera. Según el testimonio crítico del socialista Dickmann: “La señora Gabriela L. de Coni era una elegante dama, distinguida literata, eximia conferenciante, y en los primeros años de su actividad prestó útiles servicios al movimiento obrero y socialista. Pero vivía a la moda parisiense —tanto material como intelectual— y la última moda espiritual de París era el sindicalismo revolucionario. Es posible que algún complejo de resentimiento (sic) también le haya empujado a un extremismo negativo”.
Murió el 8 de enero de 1907 a la edad de 45 años, producto de su tuberculosis, a la que se habían sumado problemas cardíacos. Sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Chacarita, haciendo uso de la palabra, entre otros, Antonio Zaccagnini por el Centro de la sección 4ª del Partido Socialista; Carlos Mauli por los ebanistas y Salvador Lotito por los sindicalistas.
En los últimos años de su vida escribió el drama en cuatro actos “Triunfando”, sobre la lucha de las obreras alpargateras, que quedó inédito y lamentablemente se ha extraviado.
Obra
Obra de carácter social:
- “Conferencia sobre la paz”, Buenos Aires, Coni Hnos., 1901. Reproducido como: “Liga Americana de las Mujeres por la Paz. Conferencia de la señora Gabriela Laperrière de Coni”, en: El Monitor de la Educación Común nº 340, Buenos Aires, 1901, pp. 1088-1098.
- “Dos iniciativas femeninas”, en: Lucha Antituberculosa, año I, Buenos Aires, 1901.
- «Higiene industrial. Informe a la Intendencia Municipal», en: Anales de la Sociedad Científica Argentina nº 52, Buenos Aires, 1901, pp. 278-287.
- «Higiene industrial. Informe sobre las manufacturas de tabaco», en: Anales de la Sociedad Científica Argentina nº 53, Buenos Aires, 1902, pp. 158-165.
- “El barrio de las ranas”, en: La Prensa, Buenos Aires, 7/2/1902.
- “La quema de basuras”, en: La Prensa, Buenos Aires, 8/2/1902.
- “Proyecto de ley de protección del trabajo de la mujer y del niño en las fábricas”, Buenos Aires, Liga Argentina contra la Tuberculosis, 1902.
- “A las obreras. Consideraciones sobre nuestra labor”, Buenos Aires, Biblioteca de Propaganda de La Vanguardia, 1903.
- “Sobre la Legislación del Trabajo”, en: La Nación, Buenos Aires, 18/11/1903.
- “La mujer y el niño trabajadores” en: Almanaque socialista de “La Vanguardia” para 1904, Buenos Aires, Imprenta de Luis Veggia, 1903, pp. 20-21.
- “Los domésticos y el descanso dominical”, Buenos Aires, Schenone, 1904.
- “El respeto á la vida”, en: Almanaque socialista de “La Vanguardia” para 1905, Buenos Aires, Imprenta de Luis Veggia, 1904, pp. 32-35.
Obra literaria:
- (firmado como Mme. Emilio Coni), Fleurs de l’air. Roman argentin, Paris, Société Française d’editions d’art, 1900.
- (firmado como Gabrielle Coni), Vers l’oeuvre douce, París, Garnier, 1903.
- Alma de niño, Buenos Aires, Imprenta Coni, 1907 (volumen de cuentos que escribió en francés para Higiene infantil, la revista del Patronato de la Infancia, traducidos al castellano por Manuel Montes de Oca).
- “Triunfando. Drama en cuatro actos”, inédito.
Traducción (del castellano al francés):
- (firmado como Mme. Menjou), Estanislao S . Zeballos, Païné et la dynastie des renards, París, Maison Quantil, 1890.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Laperrière De Coni, Gabriela”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.