GLEYZER, Raymundo (Buenos Aires, Argentina, 25/9/1941 – secuestrado el 27/5/1976, desaparecido).
Cineasta y documentalista, periodista televisivo, militante del PRT.
Hijo de Jacobo Gleyzer, inmigrante ruso-ucraniano, y de Sara Aijén, argentina de familia judía polaca, que usó el seudónimo artístico de Sara Aijembon. Ambos eran actores y activistas comunistas, miembros fundadores del Teatro Pro-Arte IFT (Idisher Folks Teater, Teatro Popular Judío) vinculado a la rama argentina de la Federación de Entidades Culturales Judías (Idischer Kultur Farband, IKUF/ICUF) entidad adherente al PC argentino.
Raymundo es el segundo hijo de la pareja, y su nombre fue tomado del de un guerrillero maquí (Raymond Guyot) asesinado por los nazis durante la segunda guerra mundial. Criado en ese entorno de fuerte compromiso con la política de izquierdas, asistió a la Escuela “Dr. J. Zhitlovsky” perteneciente al ICUF, a la vez que a la escuela pública en el barrio porteño de Villa Mitre. Durante su infancia participó de algunas de las obras teatrales en las que actuaban sus padres en el IFT. En 1954, cuando tenía trece años, sus padres se separaron y Raymundo comenzó a trabajar para ayudar a su madre. En esos años dio sus primeros pasos en el mundo de la imagen, de la mano de una cámara Leica, trabajando como fotógrafo “social” en casamientos, cumpleaños, bar-mitzvah y otros eventos sociales, actividad que continuó hasta 1964, mientras cursaba sus estudios secundarios.
En 1961 conoce al director José Martínez Suárez durante el rodaje de Dar la cara, con guión del propio Suárez y de David Viñas, y que contaba con la participación de Leonardo Favio y Lautaro Murúa, entre otros. Su interés por el cine lo lleva a abandonar la Facultad de Ciencias Económicas (UBA) donde estudiaba, y en 1962 se inscribe en la Escuela de Cinematografía, perteneciente a la Escuela Superior de Bellas Artes de la UNLP. Allí coincidió con algunos de quienes luego serían compañeros de militancia y de buena parte de sus filmes y documentales: Alejandro Malowicki, Grillo Frontini, Pupi Rotblat, Lalo Painceira, Humberto Ríos y Jorge Giannoni. En 1963 filmó su primer cortometraje ficcional, El Ciclo, que nunca estrenó. Casi de inmediato filmó el documental La tierra quema, a la cual consideraba como su “verdadera” primera película. Esta transcurría en el Nordeste del Brasil a partir de un proyecto original compartido con Jorge Giannoni, con guión y música de Víctor Proncet (seudónimo artístico de Vittorio Pronzato). En 1965 ganó el Premio del Instituto Nacional de Cinematografía (Argentina) con este documental, también premiado en los festivales de Génova (Italia) y Viña del Mar (Chile).
Por estos años realizó sus documentales de corte antropológico: Pictografías de Cerro Colorado y Ceramiqueros de Tras la Sierra, abandonando definitivamente sus estudios de cinematografía. Con este último corto ganó el Primer Premio del Festival Internacional Experimental y Documental de la Universidad Católica de Córdoba en 1966. En 1965 co-dirigió junto al documentalista Jorge Prelorán la trilogía Ocurrido en Hualfin, de marcado carácter etnológico, donde presentaban la vida de tres generaciones de habitantes del Valle de Hualfin, en la frontera de Bolivia y Argentina, y su relación con la cultura y la política peronistas. Al año siguiente filmaron por última vez juntos el corto Quilino. En 1966 y 1967 trabajó como camarógrafo para el noticiero Telenoche de Canal 13. Fue el primer cronista argentino que viajó y filmó en las Islas Malvinas, y también el primero en reportar desde Cuba luego de la Revolución de enero de 1959. Durante esos viajes filmó los materiales con los que luego realizó el corto Nuestras Islas Malvinas (1966), acerca de las condiciones de vida de sus habitantes, y una serie de apuntes sobre Cuba editados como Nota especial sobre Cuba (1969).
En 1966 se casó con Juana Sapire, sonidista de todas sus películas y compañera de andanzas y militancia, con quien tuvo a su único hijo, Diego. En 1967 participó brevemente del programa El país, primer actor de Canal 7 conducido por Julio Márbiz, donde se presentaban diversos aspectos de la vida cotidiana en las provincias. En estos años, a medida que crece su entusiasmo por el desarrollo de la Revolución Cubana y la figura de Ernesto Che Guevara, se hace más profunda su distancia del PC y su vinculación al PRT.
En 1970 rueda el documental México, la Revolución congelada, con la colaboración de Humberto Ríos (Cámara y Fotografía), María Elena Vera (Investigación) y Juana Sapire (sonidista), producida por William Susman y Sam Crane. En el equipo de rodaje participaron Arturo Ripstein y —guardando el anonimato— Paul Leduc. Este documental polémico sobre el carácter abierto de la Revolución mexicana, ganó varios premios internacionales en Locarno, Mannheim y Adelaide. Su exhibición estuvo prohibida en la Argentina por el gobierno de la llamada “Revolución Argentina” (1966-1973), estrenándose recién en 1973 tras el triunfo electoral del peronismo.
En 1971 se integra al Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura (FATRAC), frente cultural del PRT-ERP que dirige Daniel Hopen, disuelto abruptamente por la dirección del partido en octubre de ese mismo año. Como resultado de esa experiencia, participó junto a Nerio Barberis y Álvaro Melián, quienes luego conformarían el núcleo básico del Grupo Cine de la Base, en la filmación y edición de los Comunicados Cinematográficos del ERP. Estos comunicados, que recogían “acciones” realizadas por los comandos revolucionarios, fueron editados en dos cortos de aproximadamente diez minutos: BND (Comunicado N° 2) sobre el asalto al Banco Nacional de Desarrollo de enero de 1971 y Swift-1971 (Comunicados N° 5 y 7) referido al secuestro y posterior liberación de Stanley Silvester, cónsul honorario británico y gerente del frigorífico Swift de Rosario, realizado por el “Comando Luis N. Blanco” del ERP en mayo del mismo año.
En el mes de junio de 1972 comenzó a filmar su primer y único largometraje “ficcional”, Los traidores, con guión de Melián y Proncet, y producción ejecutiva de Susman. Partiendo de la idea de que el cine era tanto una herramienta de entretenimiento como de concientización político-social, con el objetivo de servir de “arma de contrainformación” política, y combinando procedimientos ficcionales y documentales, la película muestra el proceso a través del cual un líder gremial proveniente de la Resistencia Peronista va transformándose en un corrupto burócrata sindical. Mediante el uso de discursos de conocidos sindicalistas peronistas —por caso, Lorenzo Miguel— extraídos de entrevistas y declaraciones de la época, y sobre la base de una anécdota verídica —el autosecuestro del sindicalista peronista Andrés Framini—, desarrollaba una trama de intriga política y denuncia social. La película apelaba a la memoria histórico-social de los espectadores al tiempo que buscaba generar una reflexión crítica acerca de las prácticas político-partidarias corrientes en el sindicalismo peronista de los ‘60 y ‘70. En sintonía con este registro ficcional-documental, algunos papeles eran interpretados por actores profesionales reconocidos como Víctor Proncet, Susana Lanteri, Lautaro Murúa, Walter Soubrié, Luis Politti y Osvaldo Santoro, entre otros. Los traidores constituyó la presentación pública del Grupo Cine de la Base como espacio de producción de este sector de cineastas militantes del PRT-ERP, aunque sus propuestas no representaban necesariamente la posición partidaria. Si bien el Grupo Cine de la Base funcionaba a la manera de un colectivo creador, Raymundo era su mentor y su personaje más públicamente conocido. Postulaban la necesidad de reafirmar un “cine militante”, esto es, un espacio que ligara la estética cinematográfica con la práctica política y social concreta del PRT-ERP, articulando los momentos de la producción-distribución-recepción a partir de la reflexión política y la exhibición fuera de los circuitos comerciales del cine. El Grupo firmaba colectivamente las producciones, alejándose de los usos individuales de la expresión estética considerada de carácter burgués. Este film fue premiado por el público en el Festival de Ravena en 1973, participando en varios festivales de cine político en Europa y Australia.
Cine de la Base se vinculó entre 1972 y 1974 con el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), espacio en el que confluían militantes de diversas organizaciones del peronismo y la izquierda revolucionaria, pero que hegemonizaba el PRT. En esta época se sumaron al Grupo Jorge Giannoni, Jorge Denti, Juan Greco y Germán Salgado, con quienes filmaron varios congresos del FAS, material que no llegó a ser editado y se perdió en los meses posteriores al golpe militar de marzo de 1976. A comienzos de 1973 se edita el mediometraje documental Ni olvido ni perdón sobre la Masacre de Trelew, firmado por Cine de la Base pero realizado por Gleyzer a partir de un collage de materiales grabados para la difusión televisiva, como la conferencia de prensa brindada por los presos atrincherados en el aeropuerto y fotografías aparecidas durante los sucesos en diferentes medios escritos.
Durante el breve período que va desde la asunción de Héctor J. Cámpora el 25 de mayo de 1973 hasta la muerte de Juan Domingo Perón el 4 de julio de 1974, el Grupo Cine de la Base desarrolló una intensa labor de producción y difusión clandestina de los materiales de otros grupos así como de Cine Liberación, en reuniones y exhibiciones públicas organizadas por grupos militantes en barrios obreros y villas miseria del Gran Buenos Aires. Luego de la asunción de la presidencia por parte de María Estela Martínez de Perón, la persecución por parte de las fuerzas paramilitares como la Triple A y el Comando de Organización Peronista, se hace más intensa y pública, y varios de los participantes en la experiencia de Los Traidores son amenazados y detenidos. En 1974, Gleyzer asiste al Festival de Sidney presentando este film, y allí conoce a quien será su última pareja, Alejandra Lamas. A su regreso filma el corto Me matan si no trabajo y si trabajo me matan, sobre las condiciones de salud de los trabajadores en la fábrica de acumuladores de autos INSUD afectados por el saturnismo.
A partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976, la actividad de Cine de la Base disminuyó, a la vez que la asociación con el ala política se volvió más evidente, con la consecuente persecución represiva sobre los miembros más conocidos. En abril de 1976, Gleyzer acepta una oferta de trabajo en New York, pero apenas un mes después decide regresar al país, a pesar de las advertencias en contrario de sus allegados. El 27 de mayo de 1976, seis días después de su regreso, fue secuestrado de su domicilio por un “grupo de tareas” de las Fuerzas Armadas. Su departamento fue registrado y saqueado, aunque las latas conteniendo sus películas y las carpetas con información sobre las mismas, así como su correspondencia, fueron ignoradas por los saqueadores y pudieron ser rescatadas por su ex-mujer Juana Sapire y su hermana Greta.
Diversos testimonios coinciden en que permaneció detenido ilegalmente en el campo clandestino de concentración conocido como El Vesubio (Ezeiza), bajo el mando del Cuerpo I del Ejército, al menos hasta el 20 de junio de 1976. Gleyzer tenía 34 años de edad. Permanece desaparecido.
Su caso fue recogido por diversas organizaciones internacionales como el Comité de Emergencia para la Defensa de los Cineastas Latinoamericanos, del cual formaba parte desde su constitución en abril de 1976, y la ACNUR de Naciones Unidas, y presentado en diversas demandas al estado argentino durante la dictadura, que continúan sin respuesta. En el año 2002 Ernesto Ardito y Virna Molina realizaron un documental sobre su vida y su obra: “Raymundo”.
Obra
Filmografía
- El ciclo, 1963 (10’/ficción)
- La tierra quema, 1963-1964 (12’/documental)
- Pictografías del Cerro Colorado, 1964 (18’/documental)
- Ceramiqueros de Traslasierra, 1965 (20’/documental)
- (co-dirigidas con Jorge Prelorán), Ocurrido en Hualfin, 1965 (42’/documental)
- (co-dirigidas con Jorge Prelorán), Quilino, 1966 (16’/documental)
Otra (notas producidas para Telenoche entre 1966 y 1967)
- Nuestras Islas Malvinas (1966, 30’)
- Mataque (1967, 16’)
- Altos Hornos Zapla, Los argentinos y la comida, Cárceles de nuestro país, La comunidad holandesa de Tres Arroyos, La mina de 9 de Octubre y La misa del domingo; Nota especial sobre Cuba (1969, 20’)
- México, la revolución congelada, 1970 (66’/documental)
- Comunicado 2 del ERP: BND, 1971 (7’/documental político)
- Comunicados 5 y 7 del ERP: Swift, 1971 (12’/documental político)
Otra (Cine de la Base)
- Los traidores, 1972-1973 (105’/ficción)
- Ni olvido, ni perdón, 1973 (30’/documental político)
- Me matan sino trabajo y si trabajo me matan, 1974 (20’/documental político)
Cómo citar esta entrada: Bacci, Claudia (2023), “Gleyzer, Raymundo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.