GAITÁN DURÁN, Jorge (Pamplona, Norte de Santander, Colombia, 12/02/1924 – Point-á-Pitre, isla de Guadalupe, Francia, 22/06/1962).
Literato, filósofo y editor colombiano. Fundador de la revista Mito y colaborador del semanario La Calle. Partícipe de la toma de la Radiodifusora Nacional durante el Bogotazo.
Jorge Gaitán Durán nace el 12 de febrero de 1924 en Pamplona, departamento de Norte de Santander. Es el tercer hijo de los cuatro que tendrá el matrimonio católico (1919) de Delina Durán Durán (1895-sin dato de fallecimiento), “una mujer muy inteligente y con personalidad” “fuerte” —palabras de la cineasta brasileña Dina Moscovici—, y Emilio Gaitán Martín (1893-1975), ingeniero civil de la Universidad Nacional de Colombia que hacia 1915, procedente de Bogotá, había llegado a la capital departamental, Cúcuta, y en el momento ocupaba el cargo de ingeniero jefe del ferrocarril de la ciudad. Los hermanos mayores, Jaime y Hernando, fallecen a los pocos meses de vida; cuando Delina da a luz a Jorge, había viajado de Cúcuta a Pamplona en el intento de que una mejor atención médica salvara a Hernando. El hermano menor, Eduardo, quien nace el 14 de octubre de 1927 en Cúcuta y muere el 1.º de abril de 2014 en Carolina del Norte, Estados Unidos, ha documentado para las academias de historia de Santander y Magdalena las raíces maternas en el territorio que desde julio de 1910 quedó dividido en los departamentos de Santander y Norte de Santander. Su punto de referencia es el abuelo materno, Justo Leonidas Durán Gómez, y las acciones militares que este encabezó en el norte del país durante el cambio de siglo, en cuanto general liberal en la Guerra de los Mil Días (1899-1902).
En relación con la vida familiar, Durán Gómez envió a estudiar en colegios femeninos de Bogotá a las hijas del matrimonio con su prima Bethsabé Durán Durán; los dos hijos mayores —Miguel y Juan José— y uno de sus sobrinos —Manuel José Vargas Durán— siguieron estudios de Derecho en la misma ciudad, en la entonces Universidad Republicana (ca. 1910-1915). Seis días antes del nacimiento de Jorge Gaitán Durán, desconocidos asesinaron al veterano en su hacienda El Recreo. Y aún dos años antes la policía conservadora de Salazar de las Palmas había masacrado a once personas; entre ellas, a Juan José Durán Durán, juez en dicho lugar, hermano de Delina y amigo de Emilio Gaitán Martín desde sus años de estudiantes en Bogotá. Ambos casos quedaron impunes, al igual que el de otro general de los Mil Días, herido de muerte en las afueras del Capitolio en 1914, el abogado antioqueño Rafael Uribe Uribe, entonces cabeza del Partido Liberal, único miembro de esta colectividad en el Senado y responsable de orientarla desde 1905 hacia un “socialismo de Estado”.
El volumen colectivo Textos sobre Jorge Gaitán Durán, “preparado por la Casa de Poesía Silva con la colaboración de Sixta Paz de Aljure, Eduardo Gaitán Durán y Pedro Cote Bairaibar”, tiene una cronología a cargo de Darío Jaramillo Agudelo y Gilma Rodríguez Uribe. De acuerdo con este libro, el niño empieza la primaria en Cúcuta en 1929, en el colegio de las señoritas Jiménez, mientras el padre pierde sus inversiones en una empresa colombovenezolana de transporte a causa de la Gran Depresión. Un accidente en 1932 casi le cuesta la vida al hermano menor, Eduardo, para cuya atención especializada él y la madre, Delina, se radican en Bogotá entre 1933 y 1936. Jorge vive entonces bajo la supervisión de su tía Luduvina Durán Durán, de quien guardará un recuerdo afectuoso, ha atestiguado Dina Moscovici.
En 1935, inicia el bachillerato en Cúcuta en el Colegio del Sagrado Corazón, a cargo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Un par de años después, terminarán la educación secundaria allí Eduardo Ramírez Villamizar, quien amistará con Gaitán Durán y destacará en las artes plásticas y la escultura, y Virgilio Barco Vargas, quien ocupará la presidencia de Colombia entre 1986 y 1990 por el Partido Liberal y cuya familia materna echaba raíces en el liberalismo: hijo de Julia Vargas Durán y, por lo mismo, sobrino de Manuel José Vargas Durán y sobrino nieto del general Durán Gómez; el padre, Jorge Barco Maldonado, miembro del Partido Conservador, en cuanto gerente del Ferrocarril de Cúcuta empleó a Emilio Gaitán Martín, presentado por los hijos y el sobrino de Durán Gómez —Vargas Durán y Gaitán Martín, de hecho, son coautores del folleto La irrigación del valle de Cúcuta (1936)—.
En 1938 Gaitán Durán es internado en el frío municipio de Pamplona, en el Colegio Provincial de San José, donde participa en una asociación literaria Rufino José Cuervo, en un grupo de teatro, en un programa radial y en un equipo de basketball que gana la competencia nacional de 1940, año en el que también culmina el bachillerato. Son testimonio de los años de formación y violencia bipartidista tanto la correspondencia conocida de los primos Virgilio y Jorge como las cartas de este a un condiscípulo y “raro amigo”, Jacinto Rómulo Villamizar Betancourt, un joven conservador; Gaitán Durán le refiere intervenciones radiales en contra de Hitler y a favor de Gandhi, cita a Rubén Darío y a Porfirio Barba Jacob, habla de “piedracielismo” —cuando solo se había publicado el primer cuadernillo de la serie de poesía de Piedra y cielo (1939-1940)—, muestra preferencias por las letras francesas, incluida la sátira religiosa de Voltaire y esboza “sentimientos de independencia” frente al “mito” de la “posición social” y “las taras de las familias linajudas”. Aunque, según Pedro Cote Baraibar, el hijo mayor de Eduardo Cote Lamus, también condiscípulo y futuro literato y político conservador, en tal colegio todos los días se canta a las seis de la mañana el himno falangista, “Cara al sol”.
En general, la infancia y la adolescencia de Gaitán Durán transcurren cuando las urbes colombianas empiezan a masificarse y su demografía, a multiplicarse, acercándose a pasos exponenciales e imprevistos a las estadísticas actuales; entre muchos otros, así testimonia Villamizar Betancourt el estado de cosas en la década de 1930: “Cúcuta era una ciudad aldeana y patriarcal. La mayoría nos conocíamos unos a otros”. La descripción aplica para todo el país, y tanto más para los miembros de las “familias linajudas”. De ahí que sobre estos años seminales de Gaitán Durán también debe tenerse presente el quehacer político e intelectual de Ofelia Uribe de Acosta, quien ya destaca por pronunciar conferencias radiales a favor de los derechos educativos, civiles y políticos de las mujeres, por estudiar las capitulaciones matrimoniales y por impulsar —aprovechando el eventual parentesco de su esposo con el presidente Enrique Olaya Herrera— la correspondiente reforma del Código Civil; de hecho, Uribe de Acosta se vinculará públicamente al movimiento de Jorge Eliécer Gaitán Ayala y, décadas después, coincidirá con Gaitán Durán y Álvaro Uribe Rueda en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) —y aún con Virgilio Barco Vargas, si se considera que será brevemente accionista del semanario La Calle—, parientes todos por la rama familiar cifrada en el general Durán Gómez.
A la vez, estos años de socialización de Jorge Gaitán Durán coinciden con el grueso de la llamada República Liberal (1930-1946), en varios cargos de la cual la parentela del joven participa —por ejemplo, Miguel Durán Durán, en cuanto representante liberal a la Cámara, firma la reforma constitucional de 1936 y funge de gobernador de Norte de Santander entre 1937 y 1938; Manuel José Vargas Durán lo es entre 1935 y 1936—. En efecto, el Partido Liberal regresa al Ejecutivo con la posesión en agosto de 1930 de Olaya Herrera, restaura las libertades públicas y logra su capítulo más progresista en el segundo cuatrienio con “la revolución en marcha”, el programa del banquero Alfonso López Pumarejo: durante este gobierno, apenas una “tentativa para convertir a Colombia en un país capitalista moderno”, “en general […] [coinciden] los intereses de la burguesía y de las clases trabajadoras”, “[no] obstante los agudos conflictos sociales”, dicho con Gaitán Durán y La revolución invisible. Sin embargo, continúa el autor, “se [toman] a la vez medidas avanzadas y reaccionarias”, la “ley de tierras, 200 de 1936, [queda] convertida en letra muerta” y la educación en todos los niveles “[sigue] siendo […] retórica y clerical”, pues la nueva legislación educativa (1936) tarda años en traducirse en instituciones modernizadoras; con el tercer cuatrienio, el de Eduardo Santos Montejo —quien propone “avanzar sin prisa pero sin pausa”— el “liberalismo [comienza] a declinar”.
Mientras tanto, el Partido Conservador, sin injerencia directa en el nombramiento de la fuerza pública y de gobernaciones y alcaldías, acusa una revancha en contra de los militantes conservadores por fuera de las capitales, reclama garantías de seguridad para postular candidatos presidenciales y alega una línea de mando de los bolcheviques sobre el Liberal —que cuenta con el apoyo del refundado Partido Socialista Revolucionario, ya Partido Comunista Colombiano, en función del VII Congreso de la Internacional Comunista y la tesis del frente popular (1935)—. Salvo en lo último, razones tenía el Conservador. Un ejemplo: Rafael María Gutiérrez, abogado boyacense, quien fuera segundo vicepresidente de la Comisión Económica de la Cámara de Representantes, caía asesinado en 1932, cuando todavía era un infante su único hijo, Rafael Gutiérrez Girardot (1928-2005), filósofo que colaborará en Mito, amistará con Gaitán Durán y, como él, se esforzará en la dilucidación de la violencia colombiana más allá del Bogotazo.
Hacia 1941 Gaitán Durán se matricula en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia. Al año siguiente abdica de la profesión paterna y cursa, con rendimiento notable, los cinco años de estudios de Derecho y Economía en la Pontificia Universidad Javeriana —establecida en 1930—. La elección profesional puede explicarse por el interés en la filosofía y las ciencias sociales modernas, pues la abogacía ofrece la mejor posibilidad para acercarse a ellas a los bachilleres regulares, al menos hasta la fundación del Instituto de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (1945), anexo aún a la Facultad de Derecho y cuyos fundadores, primeros representantes de la filosofía moderna en Colombia, abogados todos, se ocupan en este momento con problemas de ética y filosofía del derecho: Rafael Carrillo Lúquez, Danilo Cruz Vélez y Cayetano Betancur. De hecho, Rafael Gutiérrez Girardot y Cecilia Dupuy de Casas, quienes empiezan estudios de Filosofía en la Universidad Nacional (1947) —el primero, además, de Derecho en la neotomista Universidad del Rosario—, han dejado testimonios de la sociabilidad nucleada en dicho Instituto, compuesta tanto por estudiantes matriculados en Filosofía o Derecho —incluidos, en el mismo año, Gabriel García Márquez y Camilo Torres Restrepo— como por asistentes asiduos, entre los que aún a finales de la década se contaría, y de manera destacada, Gaitán Durán.
El intelectual conservador Rafael Maya también ha legado memorias sobre un interés afín y una actitud particularmente crítica y mordaz del nortesantandereano, quien asiste a sus conferencias de estética de 1946 en la Escuela Nacional de Bellas Artes, ya integrada en la reformada Universidad Nacional, y las reseña para la Revista de las Indias, una de las publicaciones del Ministerio de Educación Nacional establecidas como parte de las políticas culturales de la República Liberal.
El nortesantandereano mismo, en la edición de El Tiempo del domingo 11 septiembre de 1949, menciona en especial dos entidades como “realizaciones verdaderamente honrosas” “en la vida nacional”, ambas acuñadas por el pedagogo marxista Fritz Karsen y la República Liberal: la Universidad Nacional, por los programas de Filosofía y Arquitectura, y la Escuela Normal Superior, por los estudios de Etnología y Química —fundada en 1936, su época dorada va de 1941 a 1944; ofrece formación superior y becas a los mejores egresados de colegios normalistas de todo el país—. Con ello Gaitán Durán señala que no todo el panorama intelectual y cultural colombiano es desolador y, como prueba suprema, concluye que el Congreso de Intelectuales Nuevos, que sesionó entre agosto y septiembre de dicho año, “fija la aparición en Colombia de una nueva conciencia ética”: la juventud por primera vez vuelve sobre los problemas fundamentales del hombre, “abandonando el esteticismo […] que fuera fundamento de la creación de las generaciones anteriores. Nunca hasta ahora la juventud ha visto tan claramente cómo la libertad individual y la obligación social son dos ejes de la misma rueda”. Para hacerse una idea más detallada de quiénes participan en dicho congreso y quiénes estimulan con su ejemplo la idea de “intelectual”, sigamos con las actividades del joven Gaitán Durán.
De acuerdo con el kárdex de estudiante de la Universidad Nacional, el aún menor de edad vive con un pariente y tutor, Manuel José Vargas Durán, si bien en Textos sobre Jorge Gaitán Durán se dice que durante los años universitarios comparte piso con dos amigos de provincia, Arturo Laguado y el entonces estudiante de Arquitectura Eduardo Ramírez Villamizar. Entre tanto, frecuenta los cafés El Automático y El Asturias, donde tertulian León de Greiff, Hernando Téllez y los hermanos Jorge y Eduardo Zalamea Borda, entre otros autores ya reconocidos de la vida intelectual de Bogotá. También conoce por entonces a numerosos intelectuales extranjeros invitados por la Universidad Nacional y la Escuela Normal Superior: Pablo Neruda y Pedro Salinas, por ejemplo; o a otros que ocupaban cargos diplomáticos: Mariano Picón Salas y Luis Cardoza y Aragón, quienes después aparecerán, junto a Greiff y Eduardo Zalamea Borda, como parte del Comité Patrocinador de la revista Mito y colaborarán con ella.
Alrededor de 1944 empieza a publicar en prensa. Aparecen poemas suyos en el periódico medellinense El Colombiano, en Espiral. Revista mensual de artes y letras —fundada por Luis Vidales y José Antonio Osorio Lizarazo— y en la primera revista del país que se declara a sí misma feminista, Agitación femenina (1944-1945), fundada y dirigida por su prima Ofelia Uribe de Acosta ►. En este medio también publican ensayos literarios y poemas varios autores relacionados con los cuadernillos de poesía “Piedra y cielo”; p. ej., Carlos Martín, abogado de la Universidad Javeriana y rector del colegio de Zipaquirá donde Gabriel García Márquez termina bachillerato. A este grupo pertenece Eduardo Carranza, poeta hispanófilo que dirige la Revista de las Indias, donde Gaitán Durán publica poemas y crítica de arte. Bajo el modelo de dichos cuadernillos de “Piedra y cielo” se publican entre 1944 y 1945 los de “Cántico”, a propósito de los cuales Gaitán Durán ejerce la crítica literaria y a cuyo grupo de autores sería vinculado.
Otras publicaciones bogotanas donde publica prosa son los diarios El Tiempo y El Liberal —en cuya fundación participó el general Durán Gómez—, el semanario Sábado y Universidad Nacional de Colombia. Revista trimestral de cultura moderna, dirigida por el ingeniero y musicólogo Otto de Greiff e impulsada por la rectoría del abogado socialista Gerardo Molina Ramírez, declarado modelo intelectual, junto a Baldomero Sanín Cano, de Gaitán Durán. En la revista universitaria también colabora Fernando Charry Lara, y en Agitación femenina, Pedro Gómez Valderrama, ambos abogados de la Universidad Nacional y, eventualmente, colaboradores de Mito y amigos de Gaitán Durán; el primero, por su parte, también “cuadernícola”, es decir, relacionado con el grupo de los cuadernillos de “Cántico”. En la revista feminista, además, participa otro de ellos, el abogado y poeta caucano Helcías Martán Góngora, activista del Día del Negro (20 de junio de 1943) y miembro del Club Negro —la totalidad de cuyos miembros fue encarcelada al final de la jornada, según testimonia Manuel Zapata Olivella—. A su vez, Martán Góngora prologa el primer poemario de Gaitán Durán, Insistencia en la tristeza —ilustrado por Eduardo Ramírez Villamizar y dedicado a Hernando Téllez y Eduardo Carranza—.
En 1947, Gaitán Durán publica su segundo libro bajo el sello de la revista Espiral, Presencia del hombre —dedicado a Neruda y con “Problemas de la nueva poesía” de Hernando Téllez como prólogo— y prologa Diciembre azul de Eduardo Carranza, con quien proyecta una nueva publicación periódica. La polémica que se forma sobre la “nueva poesía”, la “nueva generación” o la base social en la que aquella se funda continúa aún en 1949 en la publicación de la Antología de la nueva poesía colombiana, la cual Gaitán Durán coedita con el joven español republicano Clemente Airó bajo el mismo sello editorial. En su propia nota biográfica, Gaitán Durán resume la cuestión así: “En su segundo libro ratificó esta característica de la independendencia [en relación con “Piedra y cielo”], pero rompió con el tono subjetivo para preocuparse, dentro de un noble rigor formal, por los problemas fundamentales del hombre”. Semejante preocupación, literaria y filosófica, implicaba también la política y la ética, pues el regreso del Partido Conservador al Ejecutivo —mediante el ingeniero Mariano Ospina Pérez— marcó tanto otra “etapa” de la violencia como el desmonte de las reformas educativas de la República Liberal. Alberto Lleras Camargo, “el joven amigo” que reemplazó a López Pumarejo y culminó el segundo cuatrienio de este, “barrió a los sindicatos como si fueran un castillo de naipes” y, “sin el apoyo popular”, la burguesía “quedaba librada a la reacción feudal, a las más sangrientas aventuras”, considera el autor de La revolución invisible.
La “etapa” —palabra suya del mismo libro— tuvo su momento más resonante en el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán Ayala el 9 de abril de 1948. Así como lo hacía Ofelia Uribe de Acosta en movimientos feministas, así Gaitán Durán habría apoyado en movimientos de juventudes la candidatura presidencial del Negro Gaitán, frustrada por el asesinato.
Durante los disturbios conocidos como el Bogotazo, Gaitán Durán, Manuel Zapata Olivella , Diego Montaña Cuéllar y otros estudiantes se tomaron la Radiodifusora Nacional, a donde llega horas después Jorge Zalamea Borda, “el único que tuvo la lucidez y la autoridad suficientes para proponer un programa insurreccional concreto y un poco de orden”.
Gracias a la mediación de Zalamea Borda ante los militares que retomaron la Radiodifusora, pero también gracias al azar mismo que lo salvó de las balas de quienes abrieron fuego a pesar de la diplomacia, Gaitán Durán logró escabullirse, es su propio testimonio, y permaneció oculto en la casa de Manuel José Vargas Durán, ya magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Por la persecución, Zalamea Borda es arrestado y Gaitán Durán viaja de incógnito a Cúcuta, a la casa de sus padres. Por la amnistía de la ley 82 de diciembre de 1948, en febrero 27 de 1949 cesan los procedimientos judiciales en contra de estos dos autores, Gerardo Molina Ramírez y otros más que también se pronunciaron en estaciones radiales estatales, privadas o clandestinas.
A su regreso a Bogotá, Gaitán Durán sigue escribiendo poesía y prosa y apoya la candidatura presidencial del liberal Darío Echandía, quien renuncia luego de varios atentados, en uno de los cuales fallece un hermano suyo, y entre agosto y septiembre de 1949, decíamos, participa en el Congreso de Intelectuales Nuevos, el cual preside un miembro de las juventudes liberales, Jaime Posada Díaz. También asisten jóvenes de derechas que disienten, a su manera, del Partido Conservador: p. ej., el referido Gutiérrez Girardo y sus conmilitones del Movimiento de la Revolución Nacional (ca. 1947), Eduardo Cote Lamus y Hernando Valencia Goelkel, estudiantes de Derecho en la Universidad Externado y de Filosofía en la Universidad Nacional, respectivamente —el nombre de su grupo lo habían tomado del punto 26 de la Norma Programática de la Falange—. El Ejecutivo cierra el Congreso y, sin contendiente político, es electo presidente Laureano Gómez Castro, director del Conservador y también simpatizante nazi. Con una “tentativa de asesinato en abril de 1950”, según se lee en La revolución invisible, Gaitán Durán viaja de Bogotá a Cúcuta y luego a Caracas; llega a París a bordo del buque Insigny, travesía de la que dejó registro en la primera parte que publicó de su Diario. Al cabo, no ejecuta el proyecto de recopilar sus “apuntes sobre la moderna pintura colombiana”.
Aún hoy son pocas las fuentes fidedignas sobre los años siguientes. La guía general es Textos sobre Jorge Gaitán Durán y lo que él mismo publicó de su Diario. Mientras está radicado en la capital francesa, con la ayuda económica de los padres, frecuenta cafés, cines y teatros y lee todo aquello de su propio interés; asiste a cursos de crítica de cine y de filosofía. Participa en el Congreso de los Partidarios de la Paz en Varsovia, en noviembre de 1950, y viaja por Europa oriental. Estrecha relaciones en París, entre otros, con el filólogo Uriel Ospina Londoño y los abogados Gustavo Vasco Muñoz y Luis Villar Borda. Se casa en 1951 con la brasileña Dina Moscovici, entonces estudiante de Cine, por lo que se vuelve concuñado de Vasco Muñoz. En el Diario se lee de un viaje por Italia y abundantes conceptos de crítica de arte. Costea la impresión en París de doscientos cincuenta ejemplares del poemario Asombro, que es reseñado en El Colombiano y por Fernando Charry Lara en El Tiempo. A este diario envía “Tortura de Julio Rincón”, poema firmado en París en 1951 y publicado en febrero de 1952, sobre el asesinato en Cali de un activista del Partido Comunista Colombiano que trabajaba en favor de los destechados. Sigue la polémica entre Camus y Sartre por la publicación de El hombre rebelde.
A inicios de 1952 viaja por Bélgica, Holanda y Suiza. En verano visita España, donde se reúne con Eduardo Carranza, consejero cultural de la embajada colombiana en Madrid, y algunos connacionales becados en el Colegio Guadalupano, Eduardo Cote Lamus, Hernando Valencia Goelkel y Rafael Gutiérrez Girardot , a quienes les extiende la idea de publicar una revista. Por ellos conoce, entre otros, a José Manuel Caballero Bonald, Camilo José Cela y Vicente Aleixandre —otro miembro del Comité Patrocinador de la revista Mito—. Recorre entonces la Unión Soviética, Mongolia y China, a cuya capital llega acompañado del poeta turco Nazim Hikmet. Asiste a la Conferencia de la Paz de las Regiones Asia y Pacífico, presidida por Mao Zedong, en la que también participan Manuel Zapata Olivella, Jorge Zalamea Borda , Diego Montaña Cuéllar y el pintor Alipio Jaramillo , y además de la prosa correspondiente del Diario escribe su poema China, que publicará en marzo de 1962 en la revista bogotana Eco. Los otros colombianos también registraron de alguna forma la visita; el primero publica China 6 a.m. (1954); el segundo, Reunión en Pekín (1952); el tercero, Por los caminos de la paz, de Pekín a Viena (1953); y el cuarto pinta Convite (1952). Está de vuelta en París en noviembre, cuando nace su hija, Paula María Gaitán Moscovici, y en el invierno de 1953 visita Londres, donde se reúne con Pedro Gómez Valderrama.
En 1954, una vez concluidos los estudios de Dina Moscovici, la familia pasa dos meses en Brasil y se instala en Colombia, primero en Norte de Santander, donde “el detectivismo” de la dictadura militar lo visita, y después en Bogotá, donde publica como libro un poema, El libertino. Al año siguiente establece la empresa Ediciones Mito y en abril, con Hernando Valencia Goelkel como codirector, publica el primer número de Mito. Revista bimestral de cultura. Se sanciona la revista con una multa y se impone la censura no por el “testimonio” titulado “El Drama de las Cárceles en Colombia”, sino por la queja de la Iglesia por un ensayo breve de Gaitán Durán sobre el Marqués de Sade y la traducción del “Diálogo entre un sacerdote y un moribundo”. Mediante la cercanía de los colaboradores conservadores con el ministro Lucio Pabón Núñez pudieron continuar con la publicación periódica, a diferencia del semanario Verdad de Ofelia Uribe de Acosta►, que se cierra después de hacer eco de las protestas en contra de la censura de El Tiempo.
A mediados de 1955, Gaitán Durán reemplaza a García Márquez como crítico de cine y columnista de opinión en El Espectador y se asocia con la imprenta Antares, además de gerenciarla, con la que edita Mito. Acepta representar a los escritores en la Junta de Censura de Cine, a la que renuncia con carta pública cuando se prohíbe la proyección de Rojo y negro de Claude Autant-Lara. En 1956 establece la radiorrevista Mito con la emisora HJCK —cuya dirección confiará en el conservador Jorge Eliécer Ruiz y el izquierdista Ramiro Montoya—. Para evitar que su activismo político ocasione la censura de Mito, se retira formalmente de la dirección, que deja de manera oficial en manos de Valencia Goelkel, Pedro Gómez Valderrama y Eduardo Cote Lamus. En 1956 viaja de nuevo a París y en 1957, de vuelta en Colombia, participa en actividades clandestinas y públicas en contra de Gustavo Rojas Pinilla. El número 13 de la revista, de mayo de 1957, está dedicado, en general, a las jornadas por las que se consiguió la renuncia del dictador y, en particular, al rol de los estudiantes y los intelectuales, entre los que se destaca al veterano Baldomero Sanín Cano, entonces Premio Lenin de la Paz.
Da clases de literatura, sociología y cine en la Universidad Nacional de Colombia, la de América y la Libre. Inicia la colección de prosa de Ediciones Mito, con ensayos de Hernando Téllez y Marta Traba, cuentos de Sanín Cano, correspondencia de Alfonso López Pumarejo e ilustraciones de Alejandro Obregón y Cecilia Porras de Child, entre otros artistas. Procura de forma permanente la colaboración de nuevos escritores; edita así, p. ej., la entrevista de Rafael Maldonado Piedrahita con el cura Camilo Torres Restrepo —recién llegado de sus estudios de posgrado en Europa—, un diálogo suyo con Eduardo Franco Isaza sobre las guerrillas llaneras, un monográfico de los intelectuales autodenominados nadaístas, una parte de la tesis de Derecho de Humberto Salamanca Alba y varias traducciones de filosofía de Francisco Posada Díaz, a cuyo círculo más estrecho acompañará para la publicación de la revista Tierra Firme, reseñada por Documentos Políticos, el impreso del Partido Comunista Colombiano que, salido de la clandestinidad, se puso en venta con el mismo precio de Mito.
El trabajo de Salamanca Alba, “Historia de un Matrimonio Campesino”, es el examen de una denuncia de Edelmira A. en contra de su esposo por violencia sexual: Marcelino B. le cosió la vagina con un alambre, asegurándolo con un candado, lo que se ve en una de las fotos de la separata titulada “Un Documento Excepcional”. En mayo del año siguiente, en el semanario La Calle, Gaitán Durán inicia la publicación de La revolución invisible con una serie de escritos identificados por el antetítulo de “La Búsqueda de una Política”; en una de las secciones de este ensayo de coyuntura se ocupa tanto de las “causas económicas” y las “políticas” o partidistas “de la violencia” como de las “sociológicas y psicológicas”, entre las que considera la ausencia de “posibilidades normales de amor” y “cultura” de los colombianos. En simultáneo preparaba dos materiales en los que también sitúa y desarrolla el problema en cuestión. El primero lo publica a finales del mismo 1958 en la revista Mito y como separata de ella, los diez poemas de Amantes; imprime el segundo tardíamente, en septiembre de 1960, Sade. Textos escogidos y precedidos por un ensayo: El libertino y la revolución. Y aún volverá sobre el problema con la conjunción de poemas y fragmentos filosóficos de Si mañana despierto (1961).
En marzo de 1959, se imprime en Antares la edición de La revolución invisible en el sello de la revista Tierra Firme. Francisco Posada Díaz y Carlos Rincón, cercanos a las Juventudes Comunistas, destacan en la presentación la crítica y la autocrítica de la burguesía, no tanto la propuesta de una política de izquierda y nacionalista o la idea de revolución civilista o no armada como programa de partido policlasista. Entre la publicación por entregas y el volumen recopilatorio, la Revolución cubana cambió las condiciones de recepción. Conscientes de la diferencia, los editores incluyeron la entrevista de la radiorrevista Latinoamérica con Gaitán Durán, en la que este responde a la ortodoxia de Édgar Caicedo, miembro de las Juventudes Comunistas que, en el intento de refutar los planteamientos, apenas los tergiversa en crasa incomprensión. El autor, en efecto, representa una heterodoxia del marxismo, desde sus propios planteamientos y críticas a todos los partidos colombianos, incluido el Comunista, hasta algunas de las fuentes y casos que refiere, Salvador Allende, Arturo Frondizi, Erich Fromm y Henri Lefebvre, por ejemplo. Esta es una de las razones por las que el jesuita Jaime Vélez Correa define a Gaitán Durán en 1960, en “Proceso de la filosofía en Colombia”, como representante de una “integración del Materialismo dialéctico y algunos aspectos sociológicos”.
Con todo, en el mismo marzo de 1959 Inocencio Infante Díaz incluye cuatro poemas de Gaitán Durán, inéditos, en la antología Sangre rebelde. Poemas de guerrillas y libertad, libro prologado por Juan Lozano y Lozano, Matilde Espinosa de Pérez y Gloria Gaitán Jaramillo —la hija del caudillo asesinado—. El libro se concentra, ante todo, en las guerrillas llaneras, aunque ya hay rastros de la Revolución cubana: incluso al final se aprecia una foto de Fidel Castro en la Sierra Maestra.
Desde el mismo mes y hasta diciembre de 1959, Gaitán Durán permanece fuera del país, en viaje entre Francia y España, junto con la artista plástica Feliza Bursztyn. Ya se habían separado él y Moscovici. En 1960 regresa y publica aquel volumen sobre Sade y aparece como candidato a la Cámara de Representantes en las listas por Cundinamarca, junto con los primos Álvaro Uribe Rueda y Ofelia Uribe de Acosta, el campesino comunista Juan de la Cruz Varela y los artistas Cecilia Porras de Child e Ignacio Gómez Jaramillo, entre otros. Se postulaban por el Movimiento Revolucionario Liberal, renombrado así en mayo del mismo año; colaboradores de La Calle lo habían fundado en 1959 como Movimiento de Recuperación Liberal y lo dirigían Alfonso López Michelsen y Álvaro Uribe Rueda. Según los testimonios publicados en 1990 por el historiador Mauricio Botero Montoya, y siguiendo también la Plataforma política que las Juventudes del MRL editan en 1961 en Antares, entre las filas de esta estaban, entre otros, Rafael Maldonado Piedrahita, Camilo Torres Restrepo, Eduardo Franco Isaza, Plinio Apuleyo Mendoza, Manuel Vásquez Castaño, Jaime Bateman Cayón y Luis Villar Borda. El MRL se articulaba en el rechazo al Frente Nacional, en especial a la alternancia legalizada de la presidencia entre el Partido Conservador y el Partido Liberal. Para entonces, en el Liberal ya milita el hermano menor, Eduardo Gaitán Durán.
El primer presidente del Frente Nacional, Alberto Lleras Camargo, junto con Aurelio Correa, José Gómez Pinzón, Eduardo Zuleta Ángel y otros colombianos articulados en el Centro de Estudios y Acción Social, emprenden una campaña anticomunista en las universidades y la prensa, apoyados por la CIA, en virtud de lo cual logran también un boicot económico de La Calle. Todavía hoy no se conoce ninguna colección completa del impreso, cuya fecha de cierre es incierta; más aún, casi ninguna otra publicación periódica del MRL o de las Juventudes del MRL se conserva en las bibliotecas del país. Además de esto y la clandestinidad en la que ingresaron muchos exmiembros, dos de las razones para que otros de ellos hayan negado la militancia son la entrevista de García Márquez con Philip Agee publicada en 1974 en la revista Alternativa, sobre la infiltración de la CIA en el MRL y la financiación de esta para una gira de Alfonso López Michelsen en Ecuador en 1960, y, desde luego, la propia gestión de López Michelsen en la presidencia de Colombia mediante el Partido Liberal, entre 1974 y 1978. Precisemos: Raymond A. Warren, famoso por orquestar el golpe en contra de Allende, es quien coordinó en Bogotá la invitación del Partido Popular Revolucionario del Ecuador al entonces “compañero jefe” del MRL.
Desde el mismo 1960 Gaitán Durán continúa con su prosa política en El Espectador, además de escribir cuentos, comedias y ensayos. Publica el texto de la ópera Los hampones, estrenada en octubre de 1961 con música de Luis Antonio Escobar y escenografía de David Manzur. En febrero de 1962 Eduardo Carranza convoca a un homenaje a Gaitán Durán por la puesta en circulación de Si mañana despierto, libro que terminó de imprimirse el 23 de diciembre de 1961, y los quince años de la “obra inicial más significativa” del autor, el poemario Presencia del hombre (1947). Secundaron la invitación más de sesenta “amigos” de JGD: políticos conservadores, liberales oficialistas, miembros del MRL, numerosos artistas, figuras públicas y literatos con o sin militancia partidista e incluso dos sacerdotes. En la ocasión, el celebrado habla del doble propósito de que Mito mantuviera “un alto nivel literario” y fuera “una auténtica revista colombiana”; por lo segundo, “publicamos documentos y testimonios sobre la realidad colombiana”, declara, y añade que ese es el aspecto de Mito del cual está “más orgulloso”.
En 1962 aparece como candidato del MRL al Senado por Cundinamarca, junto con Uribe Rueda; Ofelia ahora lo hace por el Liberal. Una vez más, Jorge no consigue la curul, aunque es la mejor votación que obtendrá el partido y se ratificará dos meses después en los comicios presidenciales, con López Michelsen como opositor nominal —sin validez jurídica— del candidato frentenacionalista, el conservador Guillermo León Valencia, cuya cartera de Educación —y luego la de Gobierno— asume el mentado Pedro Gómez Valderrama. Gaitán Durán viaja a París en abril, en el intento, entre otras cosas, de establecer acuerdos de distribución para el proyecto de Librería Mito. Regresa antes de lo previsto por la suspensión del crédito de la empresa Antares y por problemas en la división del trabajo de la revista y las Ediciones Mito. El Boeing de Air France se estrella en Point-à-Pitre, isla de Guadalupe, en la mañana del 22 de junio. Entonces también fallecieron Justin Catayée y Paul Niger, líderes del autonomismo de las Antillas francesas. En el Caribe aún se considera la posibilidad de que el Estado francés, mediante un atentado terrorista, buscara evitar la propagación del fuego revolucionario ya encendido en Argelia.
La revista murió con el fundador y a título de las Ediciones Mito se imprimió, cinco meses después, Crónicas y coloquios de El Bachiller Cleofás Pérez, seudónimo del presidente del Directorio Liberal, Carlos Lleras Restrepo, eventual tercer presidente del Frente Nacional y corresponsable de la fusión del MRL con el Liberal (1966). En cambio, en el catálogo de libros no publicados de Ediciones Mito quedaron, entre otros volúmenes anunciados por Gaitán Durán, Nietzsche y la filología clásica de Rafael Gutiérrez Girardot, con su epílogo sobre revolución, y el Diario de Alejandra Pizarnik, colaboradora de la revista y amiga personal del fundador durante su última estancia parisina. Aún hoy se desconoce el paradero del archivo personal. El grueso de su obra édita está todavía disperso.
Obra
Bibliográfica
- Insistencia en la tristeza, Bogotá, Editorial Kelly, 1946. Prólogo de Helcías Martán Góngora (“Encuentro con la poesía”).
- Presencia del hombre, Bogotá, Ediciones Espiral, 1947. Prólogo de Hernando Téllez (“Problemas de la nueva poesía”
- Prólogo
- (Con Clemente Airó, ed.) Antología de la nueva poesía colombiana, Bogotá, Ediciones Espiral, 1949.
- Asombro, París, Imprimerie E. Durand, 1951.
- El libertino, Bogotá, Ediciones Espiral, 1954.
- Amantes, Bogotá, Ediciones Mito, 1959; Mito, año IV, n.º 22-23, 1958-1959.
- La revolución invisible. Apuntes sobre la crisis y el desarrollo de Colombia, Bogotá, Ediciones de la revista Tierra Firme, 1959. “Prefacio” de El Editor (Francisco Posada Díaz y Carlos Rincón).
- Inocencio Infante Díaz (ed.), Sangre rebelde. Poemas de guerrillas y libertad, Bogotá, Editorial Excelsior, 1959. Incluye cuatro poemas de Jorge Gaitán Durán.
- Sade. Textos escogidos y precedidos por un ensayo: El libertino y la revolución, Bogotá, Ediciones Mito, 1960.
- Los hampones, Bogotá, Ediciones Mito, 1961.
- Si mañana despierto, Bogotá, Ediciones Mito, 1962.
Bibliográfica póstuma
- Obra literaria de Jorge Gaitán Durán. Poesía y prosa, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1975. Recopilación y prólogo de Pedro Gómez Valderrama.
- La revolución invisible, Bogotá, Ariel, 1999. Incluye una selección de columnas de opinión de El Espectador. Sin nombre del editor.
- Un solo incendio por la noche. Obra crítica, literaria y periodística recuperada de Jorge Gaitán Durán, Bogotá, Casa de Poesía Silva, 2004. Investigación y recopilación de Mauricio Ramírez Gómez.
Cómo citar esta entrada: Quiroz Jiménez, Luis Fernando (2024), “Gaitán Durán, Jorge”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.