ESTEVA, Gustavo

Esteva fue el tercer hijo del matrimonio entre el político, escritor y profesor Guillermo A. Esteva y Elodia Figueroa de origen indígena por su madre Dolores (zapoteca). La familia de su padre provenía de hacendados acomodados durante el régimen de Porfirio Díaz (1884-1911). La familia perderá sus tierras durante la Revolución mexicana. Guillermo A. Esteva intentará durante toda su vida recuperar el status perdido. Ocupará puestos de gobierno representando al estado de Oaxaca en la cámara de diputados a nivel federal. Después de contraer matrimonio, la pareja se mudará a la Ciudad de México por motivos de trabajo, estableciéndose en la colonia Condesa.

Gustavo Esteva asistirá a una educación privada en los institutos dirigidos por los hermanos Maristas. Destacará académicamente en todas las áreas. Su padre fallecerá cuando Gustavo tendrá 16 años, motivo por el cual comenzará a trabajar. Ingresará poco después a la Universidad Iberoamericana a la carrera de Relaciones Industriales y a leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Finalizará únicamente la primera carrera.

Durante su periodo de estudiante tendrá un acompañamiento intelectual por parte del jesuita José Sánchez Villaseñor. Después de dos años intentando demostrar racionalmente la existencia de Dios bajo el acompañamiento del padre Sánchez Villaseñor, Gustavo perderá para siempre su fe católica. Comenzará a buscar desordenadamente respuestas en distintas corrientes como el Hatha yoga y Swami Vivekananda hasta encontrarse con la Ideología alemana de Marx y Engels. Los años siguientes estarán marcados por una profundización teórica en el marxismo ortodoxo y una formación política basada en la inspiración de la revolución cubana y el guevarismo.

Recién graduado, Gustavo se convertirá en el gerente más joven de Procter and Gamble, pero será despedido por negarse a despedir a una gran cantidad de trabajadores. Ingresará posteriormente a IBM, de donde también será despedido por motivos similares. Con menos de 25 años de edad, Gustavo Esteva se desprofesionalizará por completo y por el resto de su vida.

Contrajo matrimonio con Gracia Elena Solís con quien tendrá tres hijos, dos mujeres y un hijo fallecido a edad temprana. El matrimonio durará 8 años, después se divorciará. Durante ese periodo coordinará la revista Comercio Exterior del Banco Nacional de Comercio Exterior de México, trabajará en la Secretaría de Hacienda y en la Secretaría de Comercio; pero además se unirá a una célula revolucionaria de orientación guerrillera. La célula se desmantelará debido a que un miembro asesinó a otro, lo cual llevará a Gustavo a dudar sobre el uso de la violencia. Optará por ingresar a trabajar en el gobierno y cambiar las cosas desde dentro. La vía electoral no era una opción en el México de la segunda mitad del siglo XX debido a la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Gracias al economista Emilio Mújica, Gustavo logrará formar parte de la Secretaría de la presidencia en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Ocupará el puesto de subdirector de Planeación General del Gasto Público. En ese periodo se divorciará e iniciará una relación con Nicole Blanc a quien conoció en la célula guerrillera. Con Nicole nunca se casará, pero pasarán juntos el resto de sus vidas. También fue en este tiempo que se hará amigo cercano de José López Portillo, quien en ese momento era subsecretario de la presidencia y entre 1976 y 1982 estaría al frente del país. En 1970 sube al poder Luis Echeverría (1970-1976) y Gustavo pasará a ser coordinador ejecutivo de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), desde donde implementará distintos programas sociales y trabajará principalmente con grupos campesinos e indígenas. Será nombrado por Luis Echeverría director de la Central de Comunicación, S.A de C.V. (CECOMSA), instancia planteada para controlar los medios de comunicación públicos y privados a favor del presidente. Esta iniciativa no se llevará a cabo. Poco después López Portillo será elegido candidato y sucesor presidencial e invitará a Gustavo a sumarse al Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IEPES), que era el aparato teórico-técnico del PRI.

Sin embargo, después de constatar en una reunión que el nuevo presidente electo optaría por una política que perjudicaría a los campesinos, Gustavo abandonará para siempre los aparatos de gobierno. Decidirá accionar desde la sociedad civil y fundará al poco tiempo dos organizaciones: el Fondo de Cultura Campesina y el Comité Promotor de Investigaciones para el Desarrollo Social. Poco después creará el Comité Promotor de Investigaciones para el Desarrollo Rural (COPROINDER) y Análisis de Desarrollo y Gestión, posteriormente renombrada Análisis, Descentralismo y Gestión (ANADEGES), todas estas organizaciones enfocadas en trabajar con campesinos y con grupos urbanos como los habitantes del barrio popular de Tepito en la Ciudad de México. Este periodo estará marcado por la publicación de sus primeros libros: Inflación y democracia, el caso de México (1979) escrito junto con David Barkin y por el cual ganarán el Premio Nacional de Economía; El Estado y la comunicación (1979), donde recopilará algunas de sus reflexiones sobre el papel social de la comunicación; Economía y enajenación (1980), sobre una crítica a la economía capitalista; La batalla por el México rural (1980), escrito a partir de haber sido nombrado vicepresidente del V Congreso Mundial de Sociología Rural; y Mitos de la inflación… y otros (1982), recopilación de algunos de sus artículos publicados en el periódico El Día.

En 1983 asiste por invitación a una conferencia sobre energía impartida por el sociólogo Wolfang Sachs y comentada por Iván Illich. Hasta esa fecha Gustavo había juzgado a Illich de “cura reaccionario” cuyas críticas no interesaban mucho al marxismo ortodoxo dominante. Después de escuchar hablar a Illich por unos minutos, Gustavo quedará fascinado por lo que escuchó y se dedicará a leer atentamente a Illich, además de convertirse pronto en su amigo personal. Junto con Iván Illich emprenderá una crítica radical al desarrollo que marcará el inicio del postdesarrollo con textos como Desarrollo: metáfora, mito y amenaza (1985), surgido de una participación de Gustavo en Italia, y sobre todo el Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento como poder (1992) escrito junto con Illich, Vandana Shiva, Jean Robert, Wolfang Sachs, y otros. En este diccionario Gustavo aportará con la entrada “desarrollo”. Su amistad con Illich representará, entre otras cosas, una relectura importante de Marx, particularmente gracias a su amigo en común: Teodor Shanin.

A inicios de la década de 1990, Gustavo y Nicole se mudarán de la Ciudad de México a San Pablo Etla, en Oaxaca, a unos kilómetros de donde nació la abuela zapoteca de Gustavo. Construirán una casa de manera tradicional y durante los siguientes años producirán el 70% de lo que consumían. La territorialización en Oaxaca respondía a sus apuestas políticas y a su cercano camino con pueblos indígenas de la religión, particularmente en la selva de los Chimalapas. El 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantará en armas en el estado de Chiapas al sur de México. Desde un inicio Gustavo seguirá muy atento y con mucho entusiasmo dichos acontecimientos. Participará en las marchas a favor del levantamiento y viajará a Chiapas para apoyar a los grupos civiles. Será invitado por el EZLN como asesor durante los Acuerdos de San Andrés firmados en febrero de 1996 en pro de los derechos y la autonomía de los pueblos indígenas en la legislación nacional; posteriormente también jugará un rol importante en la redacción del documento afín, “Punto y seguido”. Durante el resto de su vida Gustavo estará influenciado por el pensamiento zapatista, caminará en paralelo al movimiento y atenderá todas sus convocatorias. Según Gustavo, el zapatismo representaba la alternativa real más significativa desde la década de 1990. Escribirá importantes libros y artículos sobre el zapatismo, entre los que destacan Crónica del fin de una era (1994) y Celebration of Zapatismo (2004). En esa misma década conocerá al teólogo y filósofo pionero del diálogo interreligioso e intercultural Raimon Panikkar, con quien se entrevistará en varias ocasiones. Profundizará en el diálogo intercultural con Robert Vachon, discípulo de Panikkar, del Instituto Intercultural de Montreal. Creará en Oaxaca el Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales (CEDI), espacio cuyo objetivo será tomarse en serio el reto de la diversidad cultural. Durante esta época escribirá algunas de sus obras más significativas, como Grassroots postmodernism: remaking the soil of cultures (1998) y Escaping education: learning as living at the grassroots (1998), ambos escritos junto con la pedagoga india Madhu Suri Prakash.

A partir del comunicado del Foro Indígena Oaxaqueño de finales de la década de 1990 respecto a cómo la escuela había sido una herramienta colonial para desindianizar al indígena, Gustavo Esteva junto con otros personajes como Jaime Martínez Luna deciden fundar la Universidad de la Tierra Oaxaca o Unitierra. La Unitierra se creará con la intención de trabajar de cerca al movimiento social oaxaqueño, sumarse a las luchas por la defensa del territorio y a la regeneración de las comunidades, así como aportar la posibilidad de un aprendizaje gozoso y libre de curriculums escolarizados. En el 2006 la Unitierra jugará un papel importante en la llamada “comuna de Oaxaca”. En ese mismo año Gustavo recibirá un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Vermont.

En el 2010 participará junto con Raúl Ornelas, Armando Bartra, Ana Esther Ceceña y John Holloway en unos diálogos organizados por la UNAM en torno a la crisis civilizatoria y la superación del capitalismo. En dichos diálogos Gustavo hablará de la “insurrección en curso”, término con el que se referirá a las distintas alternativas que se construyen desde la base social recuperando su propia autonomía más allá de las formas tradicionales de la izquierda estatista y yendo más allá del Estado-nación, la democracia formal, el patriarcado y el capitalismo. Durante los siguientes diez años Gustavo desarrollará su intervención en dos dimensiones. Por un lado, caracterizará lo que denominaba el “fin de una era” y el colapso civilizatorio de la modernidad y sus grandes pilares: la ciencia moderna, el Estado-nación, el capitalismo, el patriarcado, la democracia. Por el otro, buscará tejer redes entre distintas iniciativas y entramados comunitarios que vivieran ya un mundo nuevo desde otro horizonte.

Con ese nombre, el de Otros Horizontes Políticos, se titulará un seminario impulsado por Gustavo Esteva, la Unitierra Oaxaca y distintos colectivos de América Latina en donde se seguirá la discusión en los términos señalados: caracterizar el desastre y conocer las alternativas. Junto con su amigo el antropólogo colombiano Arturo Escobar (1952), creará el proyecto de Crianza Mutua, inspirándose en el término andino de la mutua crianza entre todos los seres. El proyecto consistirá en el mutuo compartir entre distintos colectivos de México y de Colombia que en su práctica propusieran ya un mundo distinto. Al poco tiempo se darán cuenta de que en la India existía algo similar, la iniciativa de Vikalp Sangam. Ambos proyectos entrarán en relación y conformarán el Tejido Global de Alternativas (GTA por sus siglas en inglés), en donde Gustavo jugará un papel central.

En la pandemia del covid-19, Gustavo impulsará desde Oaxaca, pero también desde distintos foros virtuales, encuentros de discusión y aprendizaje para recuperar saberes tradicionales de sanación, repensar la pandemia y los nuevos mecanismos de control mundiales, así como la construcción de alternativas ante el colapso climático. En el 2021 recibió el Reconocimiento Maestro José Luis Ceceña Gámez de parte del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM por su compromiso con las luchas por la defensa del territorio. Durante sus últimos años de vida se concentró en preparar varias antologías de su obra que aparecerán publicadas en distintos idiomas.