CORNEY PLANA, Francisco (seudónimo: Germinal) (Barcelona, España, 26/09/1874 – Montevideo, Uruguay, 21/06/1921).
Tornero de origen español, arribó a Buenos Aires en 1900, siendo deportado a Montevideo en 1905. De orientación anarquista, estuvo entre los dirigentes de la FORA y de la FORU, adhiriendo finalmente al batllismo.
Nacido en Barcelona el 26 de setiembre de 1874, a los catorce años comenzó a trabajar como tornero. Afiliado al Partido Republicano Federal que orientaba Francisco Pi y Margall, llegó a desempeñar la secretaría general del comité de propaganda del sector juvenil de dicha organización.
En agosto de 1896 resultó involucrado en las acciones revolucionarias iniciadas por su partido, sufriendo heridas al intentar el estallido de un petardo. Aunque fue sometido a la justicia militar, logró ser absuelto, adoptando la decisión de expatriarse con destino al Río de la Plata. El 1º de enero de 1900 arribó a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en su oficio.
Afiliado a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), en 1904 pasó a integrar su Consejo Federal. A raíz de la huelga solidaria iniciada en repudio de la represión de que fueran objeto los trabajadores rosarinos de la refinería, fue acusado por El Diario bonaerense -junto a sus compañeros de la dirección sindical- de ser “empresarios de huelgas a quienes no se les conoce trabajo”. En respuesta a esta imputación declaró públicamente ser “tornero en madera, trabajando en [el taller sito en] San José 3043 [de la Capital]”.
Según su testimonio autobiográfico, en ese mismo año se afilió a la Masonería, aunque sus actividades y expresiones públicas no evidenciaron una línea de acción compatible con la que orientaba dicha institución.
Mantuvo en Buenos Aires una intensa actividad en los medios obreros, usando con frecuencia el seudónimo “Germinal”. En febrero de 1905 fue detenido, aplicándole el gobierno argentino la Ley de Residencia.
Deportado, llegó a Montevideo y aunque retomó por un tiempo a Buenos Aires a solicitud de la FORA, una nueva detención le impuso el extrañamiento definitivo del territorio argentino y la radicación, con su familia, en Uruguay a partir de junio de 1905. El 25 de ese mes ya participó como orador en el mitin organizado por la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU) para protestar por los sucesos represivos en Villa del Cerro (barrio montevideano).
Al mes siguiente pasó a desempeñarse como secretario rentado de la Sociedad de Resistencia de Obreros de la Construcción del Puerto de Montevideo, con un estipendio mensual de cuarenta pesos. Desde las páginas del periódico El Obrero postuló entonces el abandono de la huelga “de simple cruce de brazos” y la adopción de prácticas destructivas mediante el boicot y el sabotaje: «He aquí el modo de accionar, saboteando todo lo que es producto de la mano del obrero, destruyéndolo todo”.
El 9 de setiembre de ese año fue detenido, bajo la acusación de publicar “editoriales incendiarios”, disponiendo el Juez Teófilo Piñeyro su procesamiento por el delito de incitación a la violencia. El Obrero asumió su defensa, señalando que no podía considerarse punible la mera prédica, “mientras ésta no pase de frases declaratorias y líricos arrebatos de barricada” y que el procesamiento era inaceptable “como medida de orden público, [tanto] como medida de moralidad institucional” (“El Obrero ante los Tribunales. La prisión del compañero Corney. Llamamiento a la solidaridad», en: El Obrero, Montevideo, 10/9/1905, p. 1).
. Obtenida su libertad, pasó a colaborar con el periódico El Obrero en Calzado. En 1906 asistió al Congreso Internacional del Libre Pensamiento celebrado en Buenos Aires, y se desempeñó en la secretaría rentada de la Sociedad de Obreros Aserradores. Elegido Secretario de la FORU en 1906, mantuvo esa posición hasta finalizar la década, aunque en un contexto de fuertes críticas a su gestión.
En noviembre de 1907 fue detenido acusado de injuriar al Presidente de la República, y en octubre de 1909 a raíz de los sucesos que tuvieron por escenario las inmediaciones de la Legación de España en Montevideo, durante las jornadas de protesta por el ajusticiamiento de Francisco Ferrer. La intervención de su defensor letrado, el doctor Juan B. Schiaffino, le permitió recuperar la libertad.
Ya por entonces, los núcleos impulsores de la reorganización sindical, manifestaron sin ambages su cuestionamiento al estilo personalista con que había encarado sus tareas como secretario de la FORU, responsabilizándolo por la falta de orientación e incidencia de la Federación.
No obstante ello, Corney mantuvo sus enclaves en el movimiento, renovando incluso sus adscripciones; en junio de 1910 comenzó a colaborar en El Combate, órgano quincenal de los empleados de tranvías.
En noviembre de ese año Ángel Falco lo acusó desde las columnas de El Día, llamándole “dinamitero de zarzuela, tan violento al lenguaje, como pusilánime en la acción”, y aludiendo a su gestión sindical como una práctica contraria a los verdaderos intereses de los trabajadores:
Individuo que aparece como secretario [de la FORU], que hace tiempo hace subrepticiamente propaganda contra Batlle, por influencia de elementos políticos, clericales y reaccionarios, a pesar de haber reclamado auxilio en redacciones de diarios batllistas en momentos de agitación.
El Día, Montevideo, 11/1910.
Durante el tramo final de la administración Williman mantuvo una ambigua relación con el poder político: según sus notas autobiográficas, amenazado por el Jefe de Policía West con la deportación a España, “después de larga discusión lo convenci[ó] de lo injusto de tal medida y de lo ilegal que era el acto”:
Le toqué el lado sentimental -afirmaría-, resolviendo [West] entrevistarse con el presidente de la República, a cuyo efecto [éste] ordenó mi libertad, ordenando se me indemnizara la molestia en la cantidad de $100 pesos oro, cantidad que hice efectiva de inmediato.
En febrero de 1911 publicó Comey en La Tribuna Popular un artículo sobre el inminente gobierno de José Batlle y Ordóñez, criticando el camino “reformista” y postulando el “cambio revolucionario” de mano del anarquismo. Por esos días, sin embargo, fue acusado de ser “carnero” y de servir los intereses de Lapido durante la huelga de vendedores de diarios contra La Tribuna Popular.
Al tiempo que resultó desplazado de la Secretaría de la FORU por decisión del Tercer Congreso Obrero (mayo-junio de 1911), mantuvo una conferencia con el Presidente Batlle con la finalidad de informarlo sobre la situación de los obreros. Ya en camino hacia modalidades heterodoxas de práctica sindical, orientó la huelga general de los empleados de los hospitales montevideanos, comenzó a escribir en La Democracia (teniendo a su cargo la sección “Tribuna Libre”), y se apartó de la FORU acusando a los principales conductores del movimiento anarquista de defraudar los fondos de la Federación, incurrir en actos de corrupción y “comerciar con las huelgas”.
Durante el complejo bienio 1913-1914, en el que se incrementó el debate ideológico, colaboró en Diario del Plata. En marzo de 1916 orientó el Centro de Resistencia de Estibadores del puerto de Montevideo, logrando la instalación de un kiosco bajo la responsabilidad del Consejo Administrativo del Puerto, en el cual se repartía el trabajo equitativamente, por turno, eludiendo la intermediación de capataces y contratistas, al tiempo que asegurando un incremento del jornal y la fijación de la jornada de ocho horas.
En julio de ese mismo año hizo pública su integración al Partido Colorado, en la línea de acción de Batlle y Ordóñez, interviniendo activamente en la campaña electoral para la Convención Nacional Constituyente en respaldo de los postulados colegialistas.
Fue designado entonces «Inspector del trabajo en Montevideo». Cumpliendo funciones reservadas de informante de Virgilio Sampognaro, Jefe Político y de Policía de Montevideo durante el gobierno de Feliciano Viera, mantuvo con el jerarca una correspondencia en la que alternó la opinión sobre el movimiento obrero nacional e internacional, con las apuestas a la moderación, las labores de reclutamiento electoral y hasta la delación (Archivo General de la Nación, Archivo de Virgilio Sampognaro, Caja 216, Carpeta 21, Flojas 1-7).
Afectado por una grave dolencia, se autoeliminó el 21 de junio de 1921.
Obra
Hemerográfica (participación en estas publicaciones)
- El Obrero. Periódico defensor de los trabajadores, Montevideo, 1904-1905.
- El Obrero en Calzado. Periódico defensor del gremio, Montevideo, 1905-1906.
- El Combate. Órgano de los empleados de tranvías, Montevideo, 1910.
- La Tribuna Popular, Montevideo, 1879-1960.
- La Democracia, Montevideo, diario fundado en 1910..
Cómo citar esta entrada: Zubillaga, Carlos (2022), “Corney Plana, Francisco”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
Primera edición de la entrada: Carlos Zubillaga, Perfiles en sombra. Aportes a un diccionario biográfico de los orígenes del movimiento sindical en Uruguay (1870-1910), Montevideo, Librería de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2008.