El Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Movimientos sociales y corrientes políticas es una obra colaborativa, abierta y en proceso de construcción permanente que cuenta con editores y editoras temáticos que operan como nodos para la producción, gestión y revisión de fichas biográficas reunidas bajo un criterio específico como es el de país. Se esperan colaboraciones en la producción y ampliación de entradas biográficas así como en el envío de material fotográfico y documental para enriquecer los perfiles; el proceso de recepción está abierto de forma permanente.
Envíos
Cada entrada cuenta con su respectiva autoría y se ha dispuesto un directorio de autores para consultar los perfiles y contactos de quienes han contribuido al portal. La recepción de entradas biográficas es abierta y permanente. Pueden hacerse llegar a través de los editores o a la coordinación general del proyecto vía correo electrónico: diccionario@cedinci.org. Dichas contribuciones pasan por los procesos de evaluación, revisión y edición, y mediando la comunicación con los autores son publicadas en un tiempo prudente que no suele sobrepasar 30 días. Este portal es libre y gratuito bajo la figura de Licencia Creative Common.
El modelo gráfico y los campos que constituyen cada entrada biográfica son semejantes a los promovidos por Dictionnaire Biographique du mouvement ouvrier français de Jean Maitron (maitron), de modo que en el futuro pueda ser comparable con otros diccionarios. Para la producción de entradas solicitamos tener como referencia esta plantilla [descargar aquí] que detalla cada uno de los esos campos, así como las normas de citado.
Pautas de estilo
Este Diccionario es una biografía social que apunta a una acumulación significativa de figuras que den cuenta del diverso mundo de las izquierdas latinoamericanas, para lo cual cada entrada deben reponer los mismos campos sin restringirse a un mero formulario. Es decir, no renunciamos a un estilo narrativo comprometido con el género biográfico como tal, para lo cual es válido que cada autor despliegue su propio estilo escritural sin desconocer los siguientes ítems.
Extensión. Algunas biografías han sido abundantemente trabajadas por la historiografía y están debidamente establecidas, como las de Alfredo Palacios, José Carlos Mariátegui, Ernesto Guevara o Salvador Allende. Otras biografías, sobre todo las de aquellos líderes obreros o campesinos de la segunda mitad del siglo XIX e inicios del siglo XX, han sido escasamente trabajadas y solo podemos ofrecer información parcial, con el objeto de completarla paulatinamente. De modo que la extensión puede ser variable. Ante la ausencia de estudios y de fuentes, algunas biografías poco elaboradas pueden reducirse a tres o cuatro párrafos (3000 caracteres). En promedio, la extensión ideal es de 20.000 caracteres. En ciertos casos significativos, la biografía puede alcanzar los 30.000 caracteres. No obstante, el formato en línea favorece que el asunto de la extensión no sea rígido.
Economía de lenguaje. Las entradas deben ser informativas y precisas, buscando evitar la adjetivación ditirámbica (“notable tribuno”, “destacado dirigente”, “abnegado militante”) así como también la denostación (“traicionó el movimiento”; “defeccionó de la lucha”, etc.). Si fuera necesario destacar una cualidad de una figura (un gran orador, por ejemplo) es siempre preferible hacerlo dando precisiones temporales y espaciales: “Reconocido por la elocuencia y el ardor de su oratoria, en las décadas de 1890 y 1900 intervino frecuentemente tanto en mítines obreros como en conferencias de propaganda en las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba”.
Integralidad biográfica de vida y obra. Si bien la participación de los militantes o activistas en eventos, colectividades o publicaciones es una pista pertinente para ir hacia la construcción de una entrada biográfica, se pretende reconstruir la figura de la manera más integral posible. Lo que incluye su proveniencia familiar y social, su participación en otros espacios sociales y culturales, su producción teórica, entre otras. En el caso de las figuras con una obra escrita significativa, hay que evitar dividir la ficha en dos partes, una primera propiamente biográfica y una segunda que resuma temáticamente la obra; si bien a veces es inevitable dedicar algunos párrafos a una obra política o literaria significativa, hay que tratar de insertar dicha información sobre la obra dentro del recorrido biográfico. Subrayamos también la necesidad de dar cuenta, cuando sea posible, de las marcas sexo-genéricas que hacen a la construcción biográfica de hombres y mujeres.
Precisión, pero dentro de un hilo narrativo. Todo Diccionario biográfico requiere cierta economía de lenguaje propia de su género. La información debe ser muy precisa: “Viajó en marzo de 1911 a Francia para representar a su partido en tal Congreso de París, realizado en el mes de junio”. No obstante, evitamos la información telegráfica tipo: “1911: delegado al Congreso de París”. Realizamos un esfuerzo por integrar la información dentro de un cierto hilo narrativo, construyendo una cierta “puesta en intriga”, al decir de Paul Ricoeur, que permita recuperar cierto dramatismo de la vida políticamente activa.
Privilegiar las redes. A la hora de mencionar vínculos políticos e intelectuales, es necesario evitar las fórmulas generales (“colabora en la revista Nosotros”) y dar lugar a precisiones que permitan establecer links entre las distintas biografías. Por ejemplo: El 21 de marzo de 1925 Alfredo Palacios está en la redacción de la revista Nosotros junto a José Ingenieros ►, Aníbal Ponce ►, Carlos Sánchez Viamonte ►, Julio V. González ►, Julio R. Barcos ►, entre otros, para fundar la Unión Latinoamericana (ULA), de la cual será designado presidente. El signo ► es un link indicado por el autor al momento de hacer su envío y que en la página deriva hacia la otra entrada referida.
Materialidad y dinámicas intelectuales. Este Diccionario hace un cruce entre los estudios biográficos, los estudios de las izquierdas y la historia intelectual, para lo cual es significativo rescatar la mayor cantidad posible de referencias a publicaciones y a dinámicas intelectuales con las cuales estuvo implicado la o el biografiado cuando ello aplique. En este sentido es muy valioso indicar, por ejemplo, que Ignacio Torres Giraldo fue director de El Martillo y a renglón seguido aclarar que se trataba de un periódico liberal doctrinario. O que durante 1918 a 1919 Luis Tejada residió en Barranquilla, donde colaboró para El Espectador, La Nación y El Universal, diarios de circulación nacional en los que quedaron plasmadas buena parte de sus crónicas. Estas referencias permitirán conectar con ciber universos revisteriles o editoriales como el que constituye el portal América Lee.
Universalismo. No se debe dar información nacional por sentada. A la hora de la redacción, hay que presuponer un lector de otra nacionalidad que no necesariamente está familiarizado con la historia, la geografía o efemeridiografía de otra nación: expresiones como “la semana trágica”, “la gran huelga de las bananeras” o “la gran huelga minera” necesitan precisiones de tiempo y lugar. Por ejemplo: “La huelga metalúrgica de enero de 1919 en Buenos Aires, seguida de una violenta represión y conocida popularmente como Semana Trágica…”.
Citas. Se sugiere evitar las citas textuales de fuentes secundarias o del propio personaje biografiado y en caso de ser necesario es deseable que sean breves. Si cuentan con una extensión de menos de 40 palabras van integradas en el cuerpo del texto (sin cambio de formato) y entre comillas, en caso de ser de mayor extensión se ubican en párrafo aparte con sangría, a 11 puntos y con la referencia bibliográfica.