CAMAÑA, María de la Paz Raquel (Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 30/9/1882 – Buenos Aires, Argentina, 21/10/1915).
Pedagoga argentina de orientación librepensadora y socialista, promotora de la escuela mixta y de la educación sexual en las currículas escolares.
Segunda hija del farmacéutico de origen uruguayo Pedro Camaña y de la argentina Adriana Morales. Si bien la totalidad de la literatura da como fecha de nacimiento el 30/9/1883 en la Ciudad de Buenos Aires, en realidad nació un año antes y en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. En el acta de bautismo datada en Lomas de Zamora el 1/2/1883, accesible desde el sitio Family Search, se indica como fecha de nacimiento “el día 30 se septiembre último”, esto es, del año 1882. Su hermana mayor, nacida el 23/2/1881, fue Ana María Camaña. Su hermano menor Ricardo José, nacido el 22/5/1884, fue abogado y también integró las filas del socialismo argentino, colaborando con Alfredo Palacios.
Raquel estudió en la Escuela Normal Nacional nº 1 de La Plata bajo la dirección de la educadora estadounidense Mary Olstine Graham, una de las maestras convocadas por Domingo Faustino Sarmiento en 1879 (sobre Mary Graham dejó escrito Raquel Camaña un agudo perfil). Luego se diplomó en la Escuela Normal de Lenguas Vivas de la ciudad de Buenos Aires y prosigió sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde tomó los cursos de Lógica que dictaba José Nicolás Matienzo y los de Psicología que impartían Horacio Piñero y José Ingenieros.
El 19 de abril de 1902 está — junto a Fenia Chertkoff y a sus hermanas Adela y Mariana, Gabriela Lapèrriere de Coni, Justa Burgos Meyer, Raquel Messina y Teresa Mauli — entre las fundadoras del Centro Socialista Femenino de Buenos Aires (1902-1916), que promovió campañas a favor del sufragio femenino, la igualdad de derechos civiles y jurídicos entre el hombre y la mujer, el divorcio, la supresión de la discriminación de los “hijos naturales”, la educación laica, etc.
En 1903 su nombre vuelve a aparecer —junto al de Teresa Mauli, Magdalena Rosetti, Juana María Begino, Elvira López, Raquel Messina, Gabriela Laperrière y las hermanas Chertkoff— formando parte de la Unión Gremial Femenina (UGF), con asiento en el barrio porteño de Barracas, y cuya primera secretaria fue Carolina Guglielmetti.
Junto a otras pioneras del mundo profesional y académico como Alicia Moreau y Sara Justo, Raquel Camaña integró el Comité Pro-Sufragio Femenino, que organizó en Buenos Aires en 1907 el Primer Congreso Femenino. Se establecieron entonces vínculos con la médica uruguaya Paulina Luisi y su hermana, la abogada Clotilde Luisi, con quienes Raquel Camaña iba a mantener una entrecha amistad.
Raquel Camaña complementa su formación pedagógica consagrándose durante esos años a los estudios de psicología normal y patológica, visitando diversos hospicios. Según su propio relato:
Dedicada con pasión al estudio por el estudio, alejada de luchas egoístas y ruines, cultivaba la Psicología anormal estudiando prácticamente la Degeneración en los Hospicios de Alienados de la capital, después de haber dedicado años, en las Facultades de Filosofía y de Medicina, á la Psicología normal y anormal teórica cuando fui sorprendida por la designación de relator oficial del tema: ‘La cuestión del sexo y la educación especial higiénica y moral en la enseñanza primaria y secundaria’, ante el Congreso Internacional de Medicina é Higiene del Centenario Argentino.
Raquel Camaña, “El prejuicio sexual y el Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras”, en: Revista de Derecho, Historia y Letras, nº 37, Buenos Aires, 1910, pp. 582-583.
Cuando recibió esa designación, elevó un texto de lo que iba a ser su ponencia al Comité de Higiene que presidía el médico Julio Méndez. Participó en el Congreso Internacional de Medicina e Higiene, que tuvo lugar en Buenos Aires en mayo de 1910, en el marco de las celebraciones del primer Centenario de la Argentina, recibiendo por su ponencia las felicitaciones de los médicos Augusto Bunge y Carlos G. Malbrán. El doctor Francisco P. Súnico hizo moción para que su presentación fuera publicada en todos los diarios de la República y repartida a todo maestro por el Ministerio de Instrucción Pública.
Ese mismo año defendió su tesis doctoral, titulada “La cuestión sexual”, que recibió aprobación unánime y una recomendación por parte de la Sociedad de Higiene para la inclusión de la “educación e instrucción sexual” en los colegios nacionales, liceos, escuelas normales e institutos superiores del profesorado.
Una vez obtenido el doctorado, en junio de 1910 solicitó al Decano la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, José Nicolás Matienzo, para que se le concediese la suplencia de la cátedra de Ciencia de la Educación, para la cual Camaña tenía planeado dar una serie de conferencias sobre Higiene Psiquiátrica, pero la solicitud le fue denegada.
Conforme indicaba el reglamento, presentó una monografía y una solicitud, recibiendo la siguiente respuesta: “En cuanto á su deseo de incorporarse al profesorado universitario, la Facultad, en la duda de si es posible abrir esa carrera, por ahora, al sexo femenino, ha aplazado el asunto”. En octubre de 1910 solicitó al Consejo de la Facultad de Filosofia y Letras una contestación definitiva y de nuevo le respondieron que “fue aplazado el asunto”.
Raquel Camaña respondió con otra carta fechada el 20 de octubre, donde señalaba: “Creyéndome con el derecho de obtener siquiera una contestación definitiva, a pesar de ‘ser mujer’, pido al Honorable Consejo Superior Universitario solucione ‘el asunto’”. Su carta-respuesta al Consejo Universitario fue publicada como artículo en la prestigiosa Revista de Derecho, Historia y Letras que había fundado en 1898 Estanislao Zeballos. En ese texto Camaña repasaba su trayectoria:
No invocaré como títulos para merecer lo que pido ni el haber sido alumna tal, en esa Facultad de Filosofía, en el curso de Lógica, profesado por el doctor Matienzo, y en los de Psicología, profesados por los doctores Piñero é Ingegnieros, que fui solicitada más de una vez por el auditorio para dar cursos libres; ni el haber merecido, como Relatora Oficial del tema ‘Educación sexual’ ante el Congreso de Medicina é Higiene del Centenario Argentino, que el doctor Súnico hiciera moción para que ‘mi tesis fuera publicada a la vez en todo diario de la República y repartida á todo maestro por el Ministerio de Instrucción Pública’ ; ni el haber hecho triunfar a nuestro país, como Delegada Oficial, del Comité de Higiene que preside el doctor Méndez y de la Asociación Nacional del Profesorado, ante el III Congreso Internacional de Higiene Escolar — tribunal supremo para todo docente — reunido del 2 al 7 de agosto próximo pasado en París, donde exigí y obtuve una segunda sesión plenaria sobre ‘educación sexual’ para refutar las conclusiones del relator oficial doctor Chotzen, consiguiendo imponer las mías que fueron hechas votos del Congreso por esa asamblea en medio del más frenético entusiasmo por parte del numeroso público y del presidente de la sesión, del sabio doctor Malapert; ni el haber sido invitada, á raíz de ese éxito, por Bélgica, al Congreso de Pedagogía a Higiene a reunirse en Bruselas y, por el delegado oficial español doctor de Tolosa Latour, para dar una serie de conferencias en el Ateneo de Madrid; ni el haber obtenido de nuestra Sociedad de Higiene Pública, en sesión del 31 de octubre de 1910, la aprobación unánime de la conclusión de mi tesis ‘La cuestion sexual’: ‘La Sociedad de Higiene Pública formula un voto porque, en los programas de Higiene y de Ciencia de la Educación, se incluya la ‘educación e instrucción sexual’, en los colegios nacionales, liceos, escuelas normales é institutos superiores del profesorado—(Facultad de Filosofía y Letras, facultades de La Plata, Escuela Normal Superior, Instituto de Educación Secundaria, etc.)’;
ni merecer que el doctor Alfredo L. Palacios pidiera á esa sociedad interviniera ante el C. S. U. para que solucionara favorablemente mi solicitud; ni invocaré la opinión del Excmo. señor Ministro de Justicia, doctor Garro, quien reconoce mi derecho y la improcedencia de las resoluciones tomadas por la Facultad de Filosofía, reconociendo, a la vez, que, siendo autónomas las facultades, el ministro de Justicia, aun ante una injusticia como la que se esta en vías de sancionar, no puede intervenir.
Raquel Camaña, “El prejuicio sexual y el Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras”, op. cit., pp. 576-577.
En efecto, Raquel Camaña había sido designada como del Comité de Higiene y también como delgada oficial de la Argentina ante el IIIe Congrès International d’Hygiène Scolaire (Tercer Congreso Internacional de Higiene Escolar) que se había reunido en París del 2 al 7 de agosto de 1910. El ministro de Instrucción Pública Romulo S. Naón, no habiendo podido enviar un delegado oficial argentino por no haber llegado a tiempo la invitación, costeó su viaje. Según el testimonio de Raquel Camaña: “en cuanto supe, por intermedio del doctor Súnico, que en París, en el Tercer Congreso Internacional de Higiene Escolar, iba a debatirse, en Sesión Plenaria, la “clef de voûte” [piedra clave] de la educación integral —la educación sexual— abandoné mis intereses particulares por aprovechar, de cerca, los beneficios de ese interés humano”.
Se embarcó en compañía de su padre en el Ypiranga, un buque de carga alemán, que hizo escala en Santos, Río de Janeiro y Dakar, al otro lado del Atlántico. Desembarcaron el el puerto de Boulogne-Sur-Mer y desde allí se dirigieron en tren a París. Padre e hija se instalaron en el Hotel Corneille, en el barrio latino. Una vez presente en la primera sesión que tuvo lugar el 2 de agosto de 1910, el presidente del Congreso decidió clausurar la jornada inmediatamente después de la lectura pública de las dos comunicaciones oficiales, sin ofrecer la palabra a los más de 200 delegados. Las delegaciones reclamaron el uso de la palabra y Raquel Camaña protestó entonces a viva voz. Ella misma lo relató en estos términos:
Como no se tomara en cuenta su protesta, me hice oir en mi carácter de delegada oficial argentina y de delegada del Comité de Higiene que preside el doctor Méndez, haciendo constar que no estaba de acuerdo con todas las conclusiones sentadas por el doctor [Marin] Chotzen y que exigía fueran ampliamente discutidas.
“La cuestión sexual”, en Humanidad Nueva, año VII, tomo VIII, nº 10, Buenos Aires, octubre de 1915, pp. 436.
Finalmente, logró exponer ampliamente sus objeciones a la moral sexual religiosa en la segunda sesión. Frente a las tesis del psiquiatra alemán Marin Chotzen según las cuales el derecho de familia debía privar sobre el derecho del Estado, Raquel Camaña sostuvo que una educación sexual laica y científica debía ser brindada por la escuela, pues los padres no contaban con la capacidad para encargarse de ella. Sus conclusiones fueron aplaudidas reiteradamente durante la sesión y finalmente votadas. Su ponencia, presentada en francés, fue publicada en las actas del Congreso (“L’Education sexuelle de nos enfants”, IIIe Congrès international d’hygiène scolaire. Paris, 2-7 août 1910. III. Compte-reundu. Communications, Paris, A. Maloine, 1911, vol. 3, pp. 157-163).
Su actuación descollante en dicho Congreso le valió ser invitada a participar del siguiente Congreso de Pedagogía e Higiene que se desarrollaría en Bélgica. Estrechó lazos de amistad con el pediatra Manuel de Tolosa Latour, que la invitó a dictar una serie de conferencias en el Ateneo de Madrid.
Una vez concluida la misión en París, Raquel Camaña recorrió Italia en compañía de su padre. En Nápoles se embarcó hacia en El Cairo, recorriendo parte de Egipto. Desde Gibraltar padre e hija ingresaron a Analucía, recorriendo Granada, Córdoba y Sevilla, para arribar finalmente a Madrid, donde Raquel dictó sus conferencias en el Ateneo.
Casi medio siglo después, la médica uruguaya Paulina Luisi reconocía a su amiga Raquel Camaña como pionera de la educación sexual en un libro sobre esta temática:
Eran los tiempos heroicos para las nuevas ideas; tanto que veíanse con mal concepto, siquiera mentar el asunto, que, por otra parte se había tratado por primera vez en el Congreso Internacional de Higiene Escolar de París en 1910. Había concurrido a él mi amiga Camaña… Recuerdo que el argentino Dr. Genaro Sixto, por entonces Director del Cuerpo Médico Escolar de Buenos Aires, regresando de París, del Congreso, nos decía, en rueda de médicos escolares: —Es demasiado escabroso.
Paulina Luisi, Pedagogía y conducta sexual, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1959, pp. 269-270.
En octubre de 1911 está en Buenos Aires dictando una conferencia en el Ateneo Hispano-Americano de Buenos Aires sobre el idealismo moral en la obra de José Ingenieros. En 1912 emprendió con su hermana un viaje por las provincias del norte argentino.
Desde fines de 1912 aparece, junto a Julieta Lanteri como una de las organizadoras del Congreso Nacional del Niño a realizarse el año próximo, auspiciado por la Liga para los derechos de la Mujer y el Niño. Se desempeñó como secretaria del evento, cuya organización tuvo por sede la casa de la propia Lanteri, Suipacha 782, ciudad de Buenos Aires. Los preparativos del Congreso fueron anunciados y elogiados por Juana María Begino en una nota aparecida en la revista Caras y Caretas (nº 737, Buenos Aires, 16/11/1912). Señala en la nota que Camaña se hallaba empeñada entonces en conseguir subsidios para erigir en Buenos Aires un monumento al niño, “que ha de perpetuar el recuerdo del Congreso”. El Congreso tuvo lugar finalmente en octubre de 1913 en la ciudad de Buenos Aires. Una de las participantes más destacadas fue la socialista Carolina Muzzili. Raquel Camaña presentó en el Congreso una disertación titulada “Ciclo integral educativo”, cuyo texto anticipó ese mismo año El Monitor de la Educación Común, el órgano del Consejo Nacional de Educación.
A instancias de las resoluciones del Congreso se funda enseguida la Liga Nacional de Educación, que organizó en los años siguientes una serie de congresos de sociedades populares de educación. Raquel Camaña fue su vicepresidenta, junto al jurista José Benjamín Zubiaur y al pedagogo Carlos Vergara.
Hasta que su enfermedad estuvo abanzada, continuó dictando clases en la Escuela Normal de Barracas. Murió víctima de tuberculosis a la edad de 33 años. En su sepelio se refirieron a su trayectoria y a su obra el médico Francisco P. Súnico, el jurista José B. Subiaur en nombre de la Liga Nacional de Educación, la maestra Yole Caballero por la Escuela Normal de Barracas y Carlota Addor en nombre de sus alumnas.
Raquel Camaña colaboró con una veintena de artículos en la Revista de Derecho, Historia y Letras (1898-1923) que fundó Estanislao Zeballos, en Humanidad Nueva (Buenos Aires, 1910-1019) que dirigieron Enrique del Valle Iberlucea y Alicia Moreau, y luego en la Revista de Filosofía (1915-1929) que dirigió José Ingenieros. Estos escritos más otros inéditos—donde sobresalen una serie de análisis psicológicos de obras de la literatura contemporánea— fueron reunidos póstumamente por Ingenieros en dos volúmenes: Pegagogía social (1916) y El Dilettantismo sentimental (1918) en la colección La Cultura Argentina.
Nuestra Causa, la revista de la Unión Feminista Nacional, reprodujo su retrato en la tapa de su primer número, aparecido en Buenos Aires en mayo de 1919.
Obra
Bibliográfica (folletos y libros)
- “La educación integral. Palabras previas”, Buenos Aires, Talleres Gráficos de L. J. Rosso, 1916, palabras previas de Carolina Muzzili.
- Pedagogía social, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1916, con una introducción de José B. Zubiaur.
- El diletantismo sentimental. Estudios literarios. Crónicas de tierra adentro. Notas de viaje, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1918, precedidos de una introducción de Alicia Moreau.
- “Cátedra libre de humanidad”, en Tribuna Libre nº 39, Buenos Aires, 9/4/1919.
Hemerográfica (principales artículos)
- “El prejuicio sexual y el Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras”, en: Revista de Derecho, Historia y Letras, nº 37, Buenos Aires, 1910, pp. 575-596.
- “Intoxicación literaria”, en: Revista de Derecho, Historia y Letras, nº 38, Buenos Aires, 1911, pp. 525-549.
- “La mentira vital”, en: Revista de Derecho, Historia y Letras, nº 38, Buenos Aires, 1911, pp. 236-252.
- “Herencia sexual”, en: Revista de Derecho, Historia y Letras, nº 40, Buenos Aires, 1911, pp. 330-336.
- “Ciclo integral educativo”, en El Monitor de la Educación Común, año 31, nº 487, Buenos Aires, 1913, pp. 33-39.
- “Inferioridad femenina”, en Humanidad Nueva, año VI, tomo VII, nº 5, Buenos Aires, mayo de 1914.
- “El humanismo, como religión del porvenir” en Revista de Filosofía, año I, tomo I, nº 1 Buenos Aires, enero de 1915, pp. 160-161.
- “Función social del egoísmo”, en Revista de Filosofía, año I, tomo II, nº 6, Buenos Aires, noviembre de 1915, pp. 410-414.
- “La mentira vital [enero 1911]”, en Humanidad Nueva, año VII, tomo VIII, nº 10, Buenos Aires, octubre de 1915, pp. 415-429.
- “La cuestión sexual” [31/10/1910], en Humanidad Nueva, año VII, tomo VII,I nº 10, Buenos Aires, octubre de 1915, pp. 433-448.
- “Higiene psíquica”, en Humanidad Nueva, año VII, tomo VII,I nº 10, Buenos Aires, octubre de 1915, pp. 452-456.
- “El dilettantismo sentimental”, en Revista de Filosofía, año III, tomo V, nº 3, Buenos Aires, mayo de 1917, pp. 384-404.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021), “Camaña, Raquel”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org