BRAVO, Alfredo Pedro (Concepción del Uruguay, Provincia de Entre Ríos, Argentina, 30/4/1925 – Buenos Aires, Argentina, 26/5/2003).
Maestro, dirigente socialista del gremio docente y del movimiento de derechos humanos, subsecretario de educación, diputado nacional.
Alfredo Pedro Bravo fue el tercer hijo del matrimonio formado por el migrante andaluz Fracisco Bravo Vega, empleado telefónico de orientación anarquista, y Ángela Conte, hija de migrantes piamonteses. Nació en la Provincia de Entre Ríos, pero se crió y educó en la ciudad de Buenos aires. Asistió al colegio de varones Juan Manuela Gorriti, en el barrio porteño de Villa Urquiza, mientras colabora desde sus siete años en la tarea de reparto de pan en la panadería La Belga Argentina que había instalado su familia.
Cursó la carrera de magisterio en la Escuela Normal Popular Mixta de San Martín, Pcia. de Buenos Aires, pero la concluyó en la Escuela Normal de Avellaneda. En 1944, apenas agresado y con 18 años de edad, ejerció la docencia en una escuela rural bonaerense. Ciertos testimonios lo ubican en el Chaco santafesino desempeñándose como maestro rural. Al mismo tiempo se afiliaba al Partido Socialista (PS).
Durante 1946 cumplió con el servicio militar obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires. Concluído el servicio militar, se desempaña como maestro en una escuela del barrio porteño de Villa Urquiza, cuyo director, Italo Américo Foradori, dirigente socialista y miembro de la masonería, será convertirá en su mentor político y sindical. Bravo fue masón iniciado en la Logia “El Fénix” del Gran Oriente Federal Argentino.
Continúa ejerciendo la docencia en colegios de la ciudad de Buenos Aires, alcanzando por concurso el cargo de director. Durante un tiempo comparte la labor esa labor diurna con un trabajo en horas de la noche como inspector de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC). Fue uno de los jóvenes disidentes expulsados del Partido Socialista durante el Congreso realizado en junio de 1956 en el local de “Unione e Benevolenza”. Se consagra entonces a la actividad gremial de los educadores, integrándose ese mismo año a la Confederación Argentina de Maestros y Profesores (CAMYP). Fue miembro de su Comisión Directiva y luego su Secretario General. En esos años participó activamente en la sanción del Estatuto del Docente (Ley 14473, 1958), que establecía los mecanismos de la carrera de los maestros. Desde 1964 hasta 1974 fue miembro de las Juntas de Calificación y Disciplina, organismo de cogobierno escolar creado por el Estatuto del Docente.
Paralelamente a su actividad docente, escribió numerosos libretos radifónicos y televisivos. Entre los primeros, los de Radio Escuela Argentina que emitía Radio Nacional. Entre los segundos, los de los programas “Obras maestras del terror” y “Los premios Nobel” (1966), premiados por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Fue también autor del guión cinematográfico del documental “La cruz en el Camino del Inca”, producido por la Dirección Nacional de Cultura. También fue autor dramático, con obras tituladas “Un Extraño Suicidio”, “El Hombre Opuesto” y “Los Intrusos”. Su pieza teatral “El cerco se cierra” fue estrenada en 1966 en el Teatro Sarmiento, dirigida por Horacio Ferrari.
Con el propósito de unificar a los diversos organismos que agrupaban a los maestros, estuvo entre los que controbuyeron a crear el 11/9/1973 la CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina), de la que fue secretario del interior (1973-1975) y luego secretario general (1975-1983). Fue invitado a conocer la Unión Soviética, razón por la cual fue acusado en reiteradas oportunidades de ser un “compañero de ruta” del comunismo. El 30 de diciembre de 1974, en el marco del curso de creciente derechización del sistema educativo bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón, fue declarado “prescindible”. Cuando en diciembre de 1975 arreciaba la represión sobre los militantes populares y se cernía sobre la Argentina la perspectiva del golpe militar, estuvo entre los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
La noche del 8 de setiembre de 1977 es secuestrado mientras dictaba clases de castellano en la Escuela para adultos Nº 6 de la Ciudad de Buenos Aires, por un “grupo de tareas” de las Fuerzas Armadas. Permaneció detenido en la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires que comandaba el general Ramón Camps, siendo torturado por el comisario Miguel Etchecolatz. Antes de ser trasladado a una cárcel de La Plata, Bravo fue llevado ante el propio Camps, quien le advirtió que si no confesaba se daría a conocer que se había suicidado. Entonces pusieron a Bravo en una celda con una soga atada como una horca colgando de una tubería.
Su esposa interpuso al día siguiente de su detención un recuerdo de habeas corpus y publicó una solicitada en el diario La Prensa el 10/9/1977 solicitando se le diga dónde y cómo se encontraba. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos publicó inmediatamente un folleto reclamando su libertad. El 20 de septiembre diversas entidades de derechos humanos presentaron un Memorial en la Presidencia de la Nación manifestando su preocupación por la desaparición de Bravo que firmaron 60 personalidades, entre ellas el Obispo de Neuquén Jaime de Nevares, el radical Ricardo Balbín, la socialista Alicia Moreau de Justo, el expresidente Arturo U. Illia, el futuro presidente Raúl Alfonsín, el jurista Carlos Fayt, el epistemólogo Gregorio Klimovsky, etc. El reclamo por su vida y su libertad tuvo un alcance internacional. El presidente estadounidense James Carter reclamó por Bravo, por el periodista Jacobo Timerman y otros desaparecidos al dictador Jorge Rafael Videla cuando el 9 de septiembre de 1977 asistió a la Casa Blanca para firmar el tratado de Panamá.
Bravo permaneció “desaparecido” hasta el día 20 de septiembre, cuando el Ministerio del Interior emitió un comunicado en que se lo declaraba “A disposición del Poder Ejecutivo” e informaba que se encontraba detenido “en la Ciudad de La Plata”. El 15 de junio de 1978 se le concedió el régimen de “libertad vigilada” en su domicilio. Fue liberado definitivamente el 5 de enero de 1979.
Pero ante de ello, en julio de 1978, Bravo narró con extrema precisión esos días de tortura durante una reunión en la Embajada de Estados Unidos y agradeció los esfuerzos diplomáticos para lograr su liberación. Con esa declaración la embajada elaboró un Memorandum que se encuentra desclasificado y accesible en el sitio de la Comisión Provincial por la Memoria (comisionporlamemoria.org).
Apenas queda en libertad Bravo se reintegra a la APDH, participa durante algunos años más de las actividades de reorganización de la CTERA y se incorpora a la Confederación Socialista Argentina (CSA) que en 1974 había fundado Alicia Moreau de Justo. La Confederación de Maestros, que había aumido un rumbo cómplice con la dictadura militar, lo terminó expulsando en 1980. Sin poder ejercer la docencia, se dedica durante dos años a la venta de libros en establecimientos docentes.
En febrero 1984 denunció su caso ante la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), que se encuentra incluido en el libro Nunca Más. Años después, en agosto de 1997, durante el programa “Hora Clave” que conducía el periodista Mariano Grondona, Bravo mantuvo un debate televisivo con uno de sus represores, el ex comisario Miguel Etchecolatz.
En 1982, tras la conclusión de la Guerra de Malvinas, estuvo entre los fundadores, junto con el metalúrgico Alberto Piccinini y otros dirigentes gremiales que regrasaban del exilio, del Centro de Estudios de Formación Sindical (CEFS), que en 1992 se disolvió dentro de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos). Tras el fin de la dictadura militar, fue designado por el presidente Raúl Alfonsín Subsecretario de Actividad Profesional Docente del Ministerio de Educación, cargo al que renunció tras la sanción de les leyes de “obediencia debida” y “punto final”.
En octubre de 1988, formó parte —con el socialista Simón Lázara y Graciela Fernández Meijide— de una delegación de la APDH que participó en Santiago de Chile como veedora en el plebiscito que decidía la continuidad o no del dictador Augusto Pinochet al frente de la presidencia.
Una vez fuera del gobierno alfonsinista, ingresa con algunos de los antiguos miembros de la Confederación Socialista (CSA) al Partido Socialista Democrático (PSD), cuando dicho partido comenzaba un proceso de negociaciones con el Partido Socialista Popular (PSP) liderado por Guillermo Estevez Boero, con base sobre todo en la Provincia de Santa Fe. Bravo es candiato a vicepresidente en las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989, en las que la Unidad Socialista (frente entre el PSD y PSP) concurre con la fórmula Guillermo Estevez Boero – Alfredo Bravo. Es electo diputado nacional por la Unidad Socialista en las elecciones legislativas de 1991. Fue asimismo convencional nacional en el Congreso Constituyente en 1994. En 1995 es reelecto diputado, presentándose ahora como candidato del FREPASO (Frente País Solidario, un espacio que pasó a integrar el PSD) y nuevamente en 1999, cuando se presentó como primer cantidato a diputado de la Alianza, un frente que llevó como fórmula presidencial a Fernando de la Rúa y Carlos Chacho Álvarez. Sin embargo, no tardó en convertirse en opositor al gobierno de la Alianza que presidió el radical Fernando de la Rúa, creando, con la radical disidente Elisa Carrió, un nuevo frente opositor: el ARI (Argentina por una República de Iguales).
Como legislador, postuló el proyecto de Ley General de Educación, con el que confrontó con la Ley Federal de Educación sancionada durante el gobierno de Carlos S. Menem; el proyecto que creaba un régimen de Planificación Familiar en torno a la procreación responsable, así como el que proyecta facilitar el acceso al medicamento; promovió la preservación del Banco Hipotecario como entidad destinada a financiar la construcción de viviendas populares; el proyecto de ley sobre habeas data (libre acceso a la información existente en los archivos gubernamentales), entre otros.
Distanciado el PSD del ARI, Bravo formó parte del proceso de fusión entre dicho partido y el PSP que dio nacimiento al Partido Socialista (PS) en el Congreso realizado el 8 de diciembre de 2002 en el miniestadio de Club River Plate, siendo electo primer presidente. Electo Senador de la Nación por la ciudad de Buenos Aires en las elecciones del 14/10/2001, un ardid jurídico le impidió ocupar su banca. En las elecciones presidenciales del 27 de abril de 2003 en las que triunfó Néstor Kirchner, encabezó la fórmula presidencial del PS unificado: Alfredo P. Bravo – Rubén Giustiniani.
Felleció pocas semanas después de un ataque cardíaco. Sus restos fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional. Casado en 1950 con la maestra Marta Isabel Becerini, dos hijos, Gustavo y Daniel.
Recibió el Premio Anual otorgado por la UNESCO (1988), una mención especial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y una distinción de la Universidad Nacional de la Provincia de San Luis. Dictó numerosas conferencias sobre educación y derechos humanos.
Obra
- Aníbal Villaverde (coord.), Alfredo Bravo, Gustavo Cirigliano y otros, La escuela intermedia en debate, Buenos Aires, Humanitas, 1971.
- (comp.), El Congreso Pedagógico en el Congreso Nacional. 1882, Buenos Aires, EUDEBA, 1987.
- Historia y presente de la pena de muerte, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2019), “Bravo, Alfredo Pedro”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org