Bonet, Rubén Pedro (apodos: Tito, El Indio) (Pergamino, provincia de Buenos Aires, 01/02/1942 – Trelew, provincia de Chubut, 22/08/1972).
Militante estudiantil, dirigente del PRT-ERP, uno de los fusilados en la Masacre de Trelew.
A pesar de provenir de una familia humilde de la localidad bonaerense de Pergamino (su padre era colectivero), logra ingresar a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se había iniciado en la militancia estudiantil cuando cursaba sus estudios secundarios en la Provincia de Santa Fe. Un viaje a Buenos Aires para participar en un congreso estudiantil le hizo tomar contacto con el grupo trotskista Palabra Obrera (PO) que orientaba Nahuel Moreno, al que ingresa en 1961. En los medios universitarios de Rosario, milita junto a su amigo Luis Pujals en los años en que esta organización realizaba su experiencia de “entrismo” en el peronismo. De acuerdo a la política de esta corriente, abandona sus estudios para “proletarizarse”, primero en la fábrica textil Sudamtex y luego en la de productos alimenticios Nestlé. En una volanteada en la puerta de la fábrica Sudamtex conoce a Alicia, militante de Vanguardia Comunista, con quien se casa en 1965. Tienen en esos años dos hijos: Hernán (1966) y Mariana (1968).
En 1965 integrará las filas del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), resultado de la fusión entre Palabra Obrera (PO) y el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) que lidera Mario Roberto Santucho. Está entre los organizadores de los primeros “comandos armados” del partido, antes de la creación formal de su ejército. Entre otras acciones armadas, participa en enero de 1969 de una “expropiación” en la localidad bonaerense de Escobar. En el IV° Congreso del PRT, realizado en febrero de 1968, en que el nuevo partido se fracciona en PRT-La Verdad, liderado por Moreno y partidario de la estrategia insurreccional, y PRT-El Combatiente (EC), liderado por Santucho y partidario de la guerra de guerrillas, queda alineado en esta última fracción. En marzo de ese año viaja a Cuba, junto a Santucho, Luis Pujals y Antonio del C. Fernández, para recibir instrucción militar. Allí conoce y estrecha vínculos con Joe Baxter.
Poco después llega a París en compañía de Santucho, en plenas jornadas de Mayo de 1968, donde mantiene reuniones con dirigentes de la IVª Internacional, a los que solicitan el reconocimiento del PRT-El Combatiente como sección oficial. La idea de lanzar la guerrilla rural en Tucumán se ve postergada por la represión desatada en esa provincia a fines de 1969. Es así que las primeras acciones armadas del PRT se desarrollan en Rosario, firmadas por “comandos”, antes de la creación formal del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Es uno de los 35 delegados al V° Congreso, reunido los días 28, 29 y 30 de julio de 1970, donde se aprueba la fundación del ERP y, luego de un prolongado debate, mantener la adhesión a la IVª Internacional, que sostuvieron sobre todo Bonet, Pujals y Baxter. Es elegido miembro del Comité Ejecutivo (CE) y responsable de la Regional Pcia. de Buenos Aires.
Entre 1970 y 1971 desarrolla una serie de “acciones”: la toma de una subcomisaría en Florida, un atentado contra la guardia de seguridad del dirigente sindical Rogelio Coria, la “captura” de arsenal a un grupo sionista, la “captura” de material sanitario en la Clínica de San Isidro. En el contexto de una dirección que tomaba creciente distancia del trotskismo, en el CE de enero de 1971, a propuesta de Santucho, Bonet es separado de ese organismo. En marzo lleva a cabo otra “acción” de “recuperación” de armas y participa en el CC del PRT, que ratifica su exclusión del CE. Pocos días después (31/3/1971) es detenido luego de una “acción”, cuando conduce un auto “expropiado”. Después de soportar graves torturas, es encarcelado en el penal de Villa Devoto, donde se hallan, entre otros, los presos de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) que habían participado de la guerrila de Taco Ralo (Tucumán, 1968) y militantes montoneros.
En setiembre de 1971 Bonet impulsa una huelga de hambre en el penal. Tiempo después es trasladado al penal de máxima seguridad de Rawson, Pcia. de Chubut, donde las autoridades de la dictadura que preside el Gral. Lanusse han decidido concentrar más de 200 presos políticos, muchos de ellos guerrilleros, con el objetivo de aislarlos de los centros más poblados y de desarticular todo vínculo entre el interior y el exterior de la cárcel (grupos políticos, organizaciones de familiares y de solidaridad). La carta que envía a sus hijos Hernán y Mariana el 26 de junio de 1972, cuando lo trasladaron del penal de Villa Devoto al de Rawson, fue reproducida por Tomás Eloy Martínez en La pasión según Trelew (1973).
A pesar de la estrategia militar de aislamiento en un lugar remoto respecto de la capital, la reunión de los cuadros dirigentes de las más importantes organizaciones armadas bajo el mismo techo del penal deriva en la preparación de un plan de fuga que debía alcanzar a más de un centenar de presos políticos.
El plan se lleva a cabo el 15 de agosto de 1972. El primer grupo, el de los jefes de las organizaciones, alcanza a abordar un avión y fugar del país rumbo a Chile. Bonet comanda la salida del Penal de Rawson de un segundo grupo integrado por 19 militantes que intentaba alcanzar el aeropuerto en cuatro taxis, donde son finalmente sitiados por la infantería de Marina. Bonet es el responsable por el ERP de los militantes sitiados y en tal carácter habla en la conferencia de prensa desde el Aeropuerto en la que se reclama la presencia de un juez, de un médico y la integridad física de los presos como condiciones para aceptar la rendición.
Entre las palabras pronunciadas en esa conferencia de prensa esboza cierto perfil de cómo concebía la lucha revolucionaria y expresa su vocación de unidad con las otras organizaciones armadas, producto de la experiencia compartida con sus compañeros de prisión:
“El gobierno reprime cualquier manifestación, por pequeña que sea… Nuestra violencia es la respuesta a esa violencia, es la respuesta a la violencia del capitalismo. somos el pueblo en armas, somos el proletariado en armas. En ese sentido bregamos por romper, por anular, en base a la discusión pública frente a las masas, las pequeñas diferencias que tienen las organizaciones armadas. Esta es una prueba, en este momento en que estamos hablando compañeros del ERP, compañeros Montoneros, compañeros del FAR. En este momento consideramos que debemos tratar de lograr un ejército unido, tratar de acabar con estas siglas que nos distinguen hoy”.
En esa misma conferencia -emitida por la televisión argentina- inscribió la resistencia de los presos políticos en Trelew en un proceso histórico de resistencia popular que remitía a las luchas de los obreros rurales de la Patagonia de los años 1920-1921, cuya huelga había sido reprimida con animosidad por las fuerzas militares de entonces.
Los 19 guerrilleros reclamaron ser devueltos sanos y salvos al Penal de Rawson. Pocos minutos después, dejaron sus armas en el suelo y se rindieron, a la espera de su traslado de regreso. Pero con la excusa de que el penal aún continuaba tomado por el motín de los presos, fueron llevados a la Base Aeronaval «Almirante Zar», a pocos kilómetros del aeropuerto de Trelew.
Cinco días después, en la madrugada del 22 de agosto de 1972, un grupo de hombres al
mando del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa y el Teniente Roberto Bravo ordenó a los reclusos a salir de sus celdas y ponerse en fila. Sin mediar palabra, los marinos dispararon a matar contra ellos. Los sobrevivientes, como Bonet, fueron rematados con armas de corto alcance.
Bonet tenía 30 años al morir fusilado aquel el 22 de agosto de 1972, cuando en la base naval Almirante Zar los marinos se cobraron la vida de dieciséis militantes de organizaciones armadas en lo que se conoce como la Masacre de Trelew, incumpliendo lo negociado días atrás durante la rendición.
En la semana que permanece detenido, Bonet, al igual que sus compañeros, soporta torturas y vejaciones. Sus restos fueron velados en Pergamino, Pcia. de Buenos Aires. Sobre su cajón fueron pegados dibujos de sus dos hijos. Durante el sepelio hubo gases y corridas.
Su mujer Alicia Bonet llevó adelante el juicio de Trelew. Radicó su demanda en el Juzgado a cargo del Dr.Tagle, quien ordenó la autopsia del cadáver. Los resultados de la autopsia permitieron comprobar de manera irrefutable el fusilamiento y el tiro de gracia. En el mes de octubre de 1972, se constituyó en la cárcel de Villa Devoto el tribunal con la presencia de Alicia y su abogado Mario Diehl Gainza, quienes escuchan las declaraciones tomadas a los sobrevivientes. Primero a Alberto Miguel Camps desde la enfermería donde se encuentra aislado y bajo vigilancia policial. Sus declaraciones describen las circunstancias exactas en que produce la masacre. Luego escuchan las declaraciones de Ricardo René Haidar quien a pesar de estar incomunicado y sin contacto con otras personas, describe de manera similar las circunstancias en que se desarrolló la masacre. El 6 de noviembre de 1972 escuchan el testimonio de la sobreviviente María Antonia Berger, que no podía hablar hasta ese momento por haber recibido un tiro en la boca. Ella describe las circunstancias del fusilamiento que coinciden exactamente con los testimonios anteriores.
El juicio tuvo lugar el 8 de mayo de 2012. Cuarenta años después, la justicia argentina calificó a la Masacre de Trelew como el primer acto de terrorismo de Estado en Argentina. Se condenó a los asesinos a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. El autor de los tiros de gracia, Roberto Bravo, permanece refugiado en los Estados Unidos, siendo objeto de un reclamo de extradición de la justicia argentina.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2020), “Bonet, Rubén Pedro”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org