BATLLE Y ORDÓÑEZ, José (seudónimo: Nemo) (Montevideo, Uruguay, 21/05/1856 – Montevideo, Uruguay, 20/10/1929).
Político y periodista uruguayo, dos veces presidente de la República por el Partido Colorado.
Integrante por tradición familiar del Partido Colorado, impulsó en su seno una renovación tendiente a transformar la colectividad histórica en instrumento de la modernización del país y de un reformismo social reparador y previsor, mediante la apelación a funciones tribunicias.
Ejerció por dos veces la Presidencia de la República (1903-1907 y 1911-1915) y mantuvo, fuera de la titularidad del Poder Ejecutivo, una innegable influencia política.
Al asumir por primera vez la alta magistratura, el vocero socialista La Voz del Obrero expresó las expectativas que el hecho generaba en un sector del mundo asalariado:
El Presidente ha vivido toda su vida en contacto con el pueblo. Sabe sus miserias y necesidades. Tiene conocimiento de las reformas llevadas a cabo por los gobiernos europeos en beneficio de la clase trabajadora. En fin: ningún informe le falta para poder influir en el mejoramiento de la misma. […] Esperemos pues sus hechos, para juzgarle.
La conducta gubernamental se caracterizó en esos años por una actitud respetuosa frente a los reclamos obreros, marcando distancia con la tradición represiva de los gobiernos precedentes. Los sectores conservadores hablaron entonces del “anarquismo del Presidente!, o del «Presidente del anarquismo”, extremando sin duda la apreciación del clima reinante, por cuanto aunque preocupado por la suerte de los asalariados, también lo estuvo Batlle por la injerencia negativa de los agitadores en el ámbito sindical.
En medio de una intensa movilización social, en enero de 1905 empleó su seudónimo Nemo para suscribir en las páginas de Diario Nuevo, bajo el título “La acción obrera. Insinceridad de los guías», un severo cuestionamiento a los orientadores de la movilización:
Nuestra actitud frente a los conflictos surgidos entre obreros y patrones ha sido definida, es por lo tanto evidente la tendencia que nos indujo siempre a colocarnos más bien del lado de los primeros […] Este antecedente —y lo invocamos a ese solo efecto— nos autoriza para señalar un mal que advertimos en el asunto de las huelgas gremiales: nos referimos a la intervención profesional de agitadores que han hecho de esto un modo de vivir y realizan apostolados furibundos, haciéndoles creer a los trabajadores poco avisados que el remedio supremo para todas las dificultades está en la huelga, en imponerse al patrón que es el tirano teórico. […] Tal vez en esto se nota la ausencia de una acción policial de depuración que librara a nuestros obreros de los elementos que los sacan de quicio […].
La inadecuación de estos criterios a la prédica genérica del obrerismo gubernamental, provocó la airada respuesta del militante ácrata Adrián Troitiño.
Tres meses antes del término de su mandato, Batlle remite un proyecto de ley sobre cuestiones obreras: a) jornada laboral de ocho horas, con excepciones (durante el primer año de vigencia, la jornada podría extenderse hasta nueve horas; asimismo, la jornada podría alcanzar las diez horas cuando el trabajo, por su naturaleza, no fuera continuo y permitiera a los obreros «distraer su atención y descansar”, y en estos casos se preveía que durante el primer año de aplicación de la norma, la jornada pudiera alcanzar las once horas); b) limitación del trabajo de menores (prohibición del de menores de trece años; reducción a medio día para los menores de trece a quince años; autorización a cumplir tres cuartas partes de la jornada laboral a menores de entre dieciséis y dieciocho años); c) licencia maternal (derecho de las madres obreras a gozar de licencia por un mes, sin goce de sueldo, después del alumbramiento); d). descanso semanal, que podría ser dominical o en otro día de la semana a opción del empleador.
El ulterior debate parlamentario de la iniciativa, durante el que se introdujeron enmiendas en diversos temas, dio lugar a informes en cuya elaboración participaron José Enrique Rodó y Juan Paullier.
Al término de su mandato Batlle se alejó del país, residiendo en Europa donde mantuvo contacto con el líder socialista francés Jean Jaurès. El Ministro francés en Montevideo E. Carteron, señalaba en correspondencia a su gobierno en diciembre de 1910 —mientras se gestaba por segunda vez la candidatura presidencial de Batlle- que éste era “en el fondo socialista» y que cuando estuvo en el poder “mostró […] una cierta ternura por lo anarquistas argentinos».
Durante su segundo mandato presidencial, Batlle remitió al Poder Legislativo o promovió a través de los parlamentarios que respondían a su directivas políticas, varias iniciativas de legislación obrera: a) sobre jornada de trabajo de ocho horas (en el entendido de que si bien las Intendencias podían autorizar en casos excepcionales su extensión hasta doce horas, no podría excederse el máximo global de cuarenta horas por cada período de cinco días); b) sobre pensiones para persona mayores de 65 años o de cualquier edad que se encontraran en situación de invalidez absoluta y en condiciones de indigencia; c) sobre prevención de accidentes de trabajo.
Impulsor de una reforma política (el Poder Ejecutivo colegiado) que tendía a asegurar la preeminencia de su partido en la conducción de país, Batlle debió de enfrentar en el seno de aquél —a partir de 1913— sucesivas escisiones de signo conservador (discrepantes con la iniciativa), que en conjunción circunstancial con partidos o grupos de presión económicos opusieron fuerte resistencia a sus propuestas de reformismo social.
La Constitución de 1919 al instaurar el Poder Ejecutivo bicéfalo, dio satisfacción parcial a su proyecto colegialista, sin que el nuevo ámbito de acción en el que Batlle pudo participar (el Consejo Nacional de Administración) constituyera el vehículo adecuado para viabilizar sus iniciativas sociales.
Sin abandonar la conducción de “su partido», aunque debiendo contemporizar con los restantes partidos colorados, falleció en Montevideo en 1929.
Cómo citar esta entrada: Zubillaga, Carlos (2022), “Batlle y Ordóñez, José”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
Primera edición de la entrada: Carlos Zubillaga, Perfiles en sombra. Aportes a un diccionario biográfico de los orígenes del movimiento sindical en Uruguay (1870-1910), Montevideo, Librería de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2008.