BARRIENTOS, José Luis (San Salvador, El Salvador, 15/01/1895 – Jalapa, Guatemala, l/06/1930).
Abogado salvadoreño, poeta, periodista estudiantil y profesional, dirigente estudiantil en la Universidad de El Salvador (UES) y la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), fundador de la Federación de Estudiantes Universitarios de Centro América (FEUCA) en 1921, pensador anarcobolchevique, agitador anarcosindicalista, militante cominternista en los años de 1921 a 1925, fundador de la Unión Obrera Socialista (UOS) de Guatemala en 1922, fundador del Partido Comunista de Guatemala (PCG) en 1923, propagandista de las ideas socialistas en El Salvador y Guatemala entre 1919 a 1924.
José Luis Barrientos fue un destacado líder estudiantil universitario nacido en la capital de San Salvador, República de El Salvador, hijo del doctor Luis Barrientos, provenía de una familia de clase media. Fue miembro de la primera generación de militantes comunistas y cominternistas salvadoreños de la década de 1920. Por medio de los discursos pronunciados en sus fogosas arengas y desde la palabra escrita en sus diversas publicaciones, se le puede considerar como uno de los pioneros divulgadores de las ideas socialistas en El Salvador y Guatemala. Incursionó en la poesía y el periodismo estudiantil desde muy joven, fue un implacable opositor de la dinastía de los Meléndez-Quiñónez, un estudiante talentoso y abogado de profesión. En su pensamiento político se perciben el unionismo morazánico, antiimperialismo, anarcosindicalismo, anarcobolcheviquismo, cooperativismo, federalismo, etc. Era primo de los comunistas salvadoreños residentes en Honduras, Felipe Armando Amaya Barrientos y María Graciela Amaya Barrientos, otro de sus primos, Fernando Antonio Santamaría Barrientos, fue un activista sindical y opositor político de la dictadura militar de Maximiliano Hernández Martínez.
Una descripción de primera mano que resume la personalidad, labor estudiantil y activismo comunista de José Luis Barrientos, la ofrece el escritor anticomunista guatemalteco Jorge Schlesinger. Pese a ser un libro de encargo y aversivo con el comunismo, representa una fuente primaria para el abordaje del movimiento comunista salvadoreño y guatemalteco de los años veinte y treinta. El retrato de Barrientos que proporciona Schlesinger, dice así:
Desde aquellos tiempos llevaban dos estudiantes la bandera de la vanguardia por muy distintos derroteros: José Luis Barrientos y Agustín Farabundo Martí. El primero era tempestuoso, atrevido, implacable en sus agresividades y en sus acusaciones; el otro era sereno, modesto hasta el extremo, sobrio en todos sus actos, luchador incansable, confeccionado de la materia prima característica en los apóstoles sinceros: paciencia oriental y voluntad férrea… José Luis Barrientos, capitalino, inteligente y aventajado estudiante de derecho, fue durante mucho tiempo el ídolo del pueblo salvadoreño, porque su oposición al régimen de Carlos Meléndez le conquistó los lauros de verdadero luchador… En Guatemala a pesar de haber moderado su exaltación fogosa se le llamaba el «bolsheviqui»… los primeros pasos por la agitación [comunista] se deben en gran parte, a José Luis Barrientos. Su influencia en las masas y en los estudiantes de 1920, fueron las fuerzas impulsoras de las actividades de la propaganda subversiva de generaciones posteriores, que con fe ciega, siguieron el ejemplo del hombre, considerado como un prototipo de virilidad, de energía y de protesta
(Schlesinger, 1946, pp. 34-36).
La vida universitaria en El Salvador
Al finalizar sus estudios de bachillerato, Barrientos ingresa a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional de El Salvador, donde se destaca como un líder del movimiento estudiantil universitario salvadoreño entre 1916 a 1920. En ese centro de estudios conoció y entablo amistad con jóvenes rebeldes que al paso del tiempo se convertirían en militantes comunistas, como lo fueron Alonso Argueta y Agustín Farabundo Martí, con este último le uniría una fuerte amistad personal llegando incluso a trazar una breve semblanza política de su amigo en el periódico estudiantil La Ráfaga, que él mismo fundo en 1919. (Dicha semblanza se incluyó tiempo después en el libro biográfico testimonial que aborda la trayectoria y vida militante de la comunista salvadoreña-hondureña, María Graciela Amaya Barrientos (Graciela García), prima de José Luis Barrientos: Villars, 1991, pp. 146-147).
Desde las páginas de La Ráfaga, el joven Barrientos fustigaba, cuestionaba y denunciaba las malas prácticas, las decisiones desacertadas y los abusos cometidos por los funcionarios públicos del gobierno nepotista de los Meléndez. En este mismo periódico estudiantil hizo labor de divulgación de algunas ideas redentoras, cuando el periódico fue clausurado por el régimen melendizta su padre Luis Barrientos tomó a su cargo la publicación y tiempo después fue expulsado del país como le sucedería a su propio hijo (Figeac, 1947, p. 208).
Además del periodismo estudiantil, Barrientos también incursiona en la poesía donde fue seguidor de Francisco Gavidia y Rubén Darío. Es por ello, que en sus primeros años de estudiante universitario crea la Revista Gavidia en 1915, junto a Carlos Bustamante, Raúl Andino y Vicente Bonilla. En 1916, participa en un concurso literario nacional dedicado al símbolo patrio de la bandera, su poema se titulaba “Oración a la Bandera Salvadoreña”. El 5 de abril de 1919, Barrientos, junto con otros estudiantes fundaron el periódico Opinión Estudiantil que fue publicado semanalmente, es probable que haya sido el instrumento divulgativo de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). Entre los estudiantes que escribieron en la primera época de ese medio escrito se hallaban: José Luis Barrientos, Alfredo Espino, Enrique Porras, Ramón López Jiménez y otros. En sus páginas se hacían fuertes críticas al gobierno de turno, la iglesia, los jesuitas y al imperialismo estadounidense (López Vallecillos, 1987, p. 404). Desde su fundación el periódico estudiantil se publicó de manera intermitente en la Universidad de El Salvador durante buena parte del siglo XX.
A mediados de 1919, el activismo estudiantil de J. L. Barrientos se hace protagónico con los miembros de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que era la entidad que aglutinaba a todas las asociaciones estudiantiles de la Universidad de El Salvador, mediante esa gremial se convocó y organizó una protesta estudiantil contra la compañía extranjera propietaria de los tranvías de mulas, que hacían su recorrido entre las ciudades de San Salvador y Santa Tecla (La Libertad). Las razones que impulsaron la acción contestataria de los estudiantes se debió a que la compañía del tranvía incremento de manera repentina el costo de los pasajes afectando a los ciudadanos de la capital y los estudiantes de la Facultad de Medicina, a quienes se les canceló la concesión de viajar gratis desde la Alma Mater hasta el Hospital Rosales para hacer sus prácticas médicas profesionales. Al momento de planear la protesta social, los estudiantes universitarios acordaron en dar un escarmiento público y dañar parcialmente los tranvías, al joven Barrientos le fue asignada la estación del tranvía ubicada en la Avenida Independencia frente a los talleres de la cervecería “La Constancia”. En ese lugar, los estudiantes al mando de Barrientos asaltaron los carruajes, arrebataron las riendas al cochero, desengancharon el tiro de mulas y con cortesía les pidieron a los pasajeros que bajaran, luego procedieron a tumbar los coches y seguidamente les prendieron fuego con gasolina (Durán, 1975, pp. 229-232).
En las filas antigobiernistas y exilio político
Cuando se efectuaron las elecciones presidenciales de 1918, Barrientos se involucra en la política partidaria con algunos estudiantes universitarios y varios de secundaria del Instituto Nacional de Varones de San Salvador, apoyando la campaña presidencial del médico liberal Dr. Tomás García Palomo, que era el líder de los sectores opositores del gobierno dinástico de los hermanos Carlos y Jorge Meléndez. En esas elecciones, Barrientos junto con Alberto Rivas Bonilla, Oliverio Cromwell Valle, Miguel Paredes Campos entre otros estudiantes; fueron los fundadores y redactores del periódico llamado Verbo Estudiantil, que se convirtió en el órgano difusor de la propaganda del Centro Estudiantil Universitario Pro-Palomo (López Vallecillos, 1987, p. 137).
En las memorias del comunista salvadoreño Miguel Ángel Vásquez, que fue compañero de militancia cominterniana de Barrientos y Farabundo Martí en la década del veinte en tierras guatemaltecas, Vásquez manifiesta que también participó en la plana de redacción de “Verbo Estudiantil”, pero lo hizo como estudiante de bachillerato del Instituto Nacional de Varones, debido a su postura antigobiernista tuvo que exiliarse en Guatemala en 1919 (Isunza Vera, 2016, pp. 11-13). La participación de estos jóvenes estudiantes en las filas antigobiernistas durante las elecciones presidenciales de 1918, se convertiría en el acontecimiento bautismal que marcaría sus comienzos en la política partidaria, así como sería un antecedente de su futura politización y presagiaría el rumbo político que seguiría ese grupo primigenio de militantes comunistas salvadoreños.
En el año de 1920, dos meses antes de la caída del presidente Manuel Estrada Cabrera de Guatemala, los estudiantes guatemaltecos aglutinados en el Club Unionista de Estudiantes Universitarios, acordaron realizar un recorrido por varios países centroamericanos con el fin de conseguir apoyo solidario en su lucha contra la dictadura cabrerista. Bajo esa misión, los jóvenes guatemaltecos Clemente Marroquín Rojas, Francisco Villagrán de León (Secretario General del Club) y Manuel María Rivera llegaron a la capital de El Salvador en febrero de 1920. En territorio salvadoreño entraron en contacto con José Antolín Amaya y José Luis Barrientos, quien un año más tarde se exiliaría en Guatemala y continuaría sus estudios en la Universidad de San Carlos. Como homenaje de bienvenida los estudiantes salvadoreños hicieron una sesión pública en el paraninfo de la Universidad de El Salvador, donde recibieron a sus pares guatemaltecos, en esa ocasión participaron como principales oradores del grupo salvadoreño, los estudiantes Alonso Argueta, José Escalón y Farabundo Martí (Álvarez Aragón, 2002, pp. 154-155). Luego de la recepción en el claustro universitario, los estudiantes salvadoreños realizaron una manifestación multitudinaria para expresar su apoyo solidario con las luchas antidictatoriales que efectuaban sus compañeros guatemaltecos.
El periodista, escritor y político guatemalteco Clemente Marroquín Rojas (vicepresidente de Guatemala de 1966 a 1970), que fue parte de la comitiva de estudiantes universitarios guatemaltecos que arribaron a la capital salvadoreña en 1920. Desde su relato testimonial recordaba los eventos vividos de la manera siguiente:
José Antolín Amaya, fue quien me puso en contacto con José Luis Barrientos, gran líder estudiantil, ahora escondido porque le perseguían. Ya con este gran contacto y el apoyo de Daniel Fuentes Reina, Julio Chicas Carrillo, Virgilio Arriaza y otros ex compañeros, fuimos a ver a José Luis a su cubil, digo cubil, porque él era una fiera. Sin embargo antes de aceptar recibirnos en público ante el estudiantado, nos pidió que con claridad le dijéramos si sinceramente trabajábamos por la unión centroamericana o solo por derribar a Estrada Cabrera. Mis compañeros vacilaban en responder pero yo le dije la verdad: la unión era un bello pretexto, pero lo primordial era la lucha contra el dictador. José Luis se satisfizo y nos dijo que así nos prestaría su apoyo, porque en El Salvador no había entusiasmo por la unión. Y rápidamente formuló un programa: recibirnos en el paraninfo de la universidad, hacer en nuestro honor una manifestación estudiantil frente al hotel y apoyarnos en todo”
(Marroquín Rojas, 1977, p. 232).
Cuando llegaron los estudiantes guatemaltecos a San Salvador, Barrientos se encontraba escondido porque era perseguido por los agentes policiales y los esbirros pagados por el gobierno melendizta. Es probable que estuviese vigilado no solamente por ser un acérrimo y furibundo opositor de los Meléndez, sino que también por el hecho de haber publicado un artículo injurioso contra el ex presidente Carlos Meléndez en su periódico La Ráfaga, en el preciso momento en que este se encontraba enfermo y agonizando en un hospital de los Estados Unidos. Dicha publicación encolerizo al presidente Jorge Meléndez ya que atacaba a su hermano moribundo quien falleció ciertamente en octubre de 1919.
Ahora bien, la captura, prisión y destierro de José Luis Barrientos se produjo después de la marcha estudiantil que los universitarios salvadoreños realizaron en apoyo solidario para los estudiantes guatemaltecos. Al finalizar la manifestación se efectuó un mitin borrascoso en el que participó como destacado tribuno el joven Barrientos, fiel a su estilo personal, lanzó violentos y provocadores discursos lo que ocasionó que fueran arrestados por la policía en el Parque Bolívar de la capital salvadoreña, unos veinte o más estudiantes entre los que se pueden mencionar a José Escalón, Ramón Giralt, Alonso Argueta, Farabundo Martí y Barrientos. Algunos días después de la captura de los estudiantes revoltosos, el presidente Jorge Meléndez ordenó que los llevaran ante su presencia para amonestarlos y poner en libertad a los estudiantes que procedían de familias adineradas, ya que no quería actuar con mano dura contra ellos para no entrar en roces y desavenencias con las familias pudientes que estaban ligadas por vínculos de amistad con el gobierno melendizta. De tal manera, que el mandatario ordenó la libertad de todos los estudiantes capturados, con la excepción de Barrientos, a quien pensaba confinar en una de las islas ubicadas en el Golfo de Fonseca. Ante la injusticia declarada contra su mejor amigo, Farabundo Martí, le señalo al presidente que todos habían cometido la misma falta y, por lo tanto, todos debían recibir el mismo castigo. Pero la decisión definitiva del mandatario fue deportar al extranjero a tres de los estudiantes alborotadores: José Luis Barrientos, Agustín Farabundo Martí y Alonso Argueta (Schlesinger, 1946, p. 35; Villars, 1991, p. 146).
El mismo Clemente Marroquín Rojas recordaba el suceso de la captura y encarcelamiento de los estudiantes salvadoreños en 1920, de esta manera:
Pero asistí a la recepción donde Paco Villagrán habló sobre la unidad de Italia y contesto un notable estudiante salvadoreño que vino a morir a Guatemala: se llamaba éste Alonso Argueta nativo de Santa Ana… Y allí esperábamos la manifestación estudiantil programada por José Luis Barrientos. Cuando comenzó a pasar la columna de manifestantes les hicieron a éstos una carga de caballería y los dispersaron, muchos de ellos en cuenta José Luis Barrientos subieron al hotel y se escondieron. José Luis me dio su revólver, y yo lo deposite en el pecho de Elisita Hall, que estaba con nosotros, de suerte que cuando la policía rompió la puerta del cuarto y extrajo a los estudiantes salvadoreños, los encontró desarmados. José Luis Barrientos, José Escalón, Alonso Argueta, Farabundo Martí y otros más fueron encarcelados
(Marroquín Rojas, 1977, p. 233).
Es probable que todos los estudiantes fueran enviados a la penitenciaria central que estaba ubicada en los linderos de la capital salvadoreña.
La vida universitaria en Guatemala
Después de la expulsión de su patria, J. L. Barrientos junto con Farabundo Martí y Alonso Argueta se dirigieron al país vecino de Guatemala donde continuaron sus estudios en la Universidad de San Carlos, allí establecerían contacto con los estudiantes salvadoreños que residían en ese país, Miguel Ángel Vásquez y Moisés Castro y Morales, ambos llegarían a ser militantes comunistas. Barrientos, Martí y Argueta arribaron a territorio guatemalteco cuando la autocracia de Manuel Estrada Cabrera había sido derrocada por una masiva movilización popular en el mes de abril de 1920. Pero debido a las peticiones del gobierno salvadoreño, el nuevo mandatario guatemalteco Carlos Herrera Luna, le prohibió el ingreso a Barrientos, pero ante las fuertes protestas de los estudiantes guatemaltecos de la AEU se le permitió desembarcar en el puerto de Champerico ubicado al sur de Guatemala en el Departamento de Retalhuleu. Ya instalado en la tierra del quetzal, Barrientos se matriculó en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de San Carlos (USAC), para continuar y concluir sus estudios superiores. En ese país, el joven salvadoreño se involucró activamente en la vida universitaria, así como en el movimiento obrero y en el incipiente movimiento comunista guatemalteco en el que sería pieza clave durante sus años embrionarios.
Se desconoce la fecha exacta del arribo de José Luis Barrientos a Guatemala, aunque para los primeros meses de 1921, ya se tiene información precisa que revela su participación en el movimiento estudiantil universitario guatemalteco. Por medio de la AEU, los estudiantes guatemaltecos en el contexto del conflicto fronterizo entre Costa Rica y Panamá (meses de febrero y marzo de 1921), elaboraron un manifiesto público antibélico en el que externaban su posición unionista ante las escaramuzas limítrofes que estaban teniendo los dos países centroamericanos, además que condenaban el apoyo que estaba dando los Estados Unidos a Panamá. El documento fue enviado a diversas agrupaciones políticas y obreras mexicanas de afiliación comunista como la Federación de Jóvenes Comunistas Mexicanos, el Partido Comunista de México (PCM), la Federación Comunista del Proletariado, Partido Socialista Mexicano (PSM), Partido Agrarista Mexicano (PAM), la Federación Regional Obrera y el Buró Latinoamericano de la Comintern. Entre los estudiantes que firmaron la declaración se encontraba Miguel Ángel Asturias (ganador del nobel de literatura en 1967), José Luis Barrientos, Manuel de León Cardona, Mario Montenegro y Alberto Lemus Alarcón, quienes constituían en ese momento la junta directiva de la AEU.
Paralelamente y junto con la Federación Obrera de Guatemala para la Protección Legal del Trabajo, organizaron el 7 de marzo una manifestación de apoyo a Costa Rica (Álvarez Aragón, 2002, pp. 166-167).
Siguiendo con la línea de trabajo que había comenzado en la Universidad de El Salvador, Barrientos colaboró en algunas publicaciones estudiantiles guatemaltecas como la Revista Studium, en la que formó parte del equipo editorial y publicó artículos entre 1921 a 1924, siendo uno de sus máximos promotores. Allí difundió escritos de contenido antiimperialista y fue uno de los primeros propaladores de las ideas socialistas en la universidad y sociedad guatemalteca. En esa revista, participaron los estudiantes salvadoreños Alonso Argueta, Miguel Ángel Vásquez y Moisés Castro y Morales, los tres fueron militantes cominternistas en la nación guatemalteca de los años veinte. En septiembre de 1921, según lo menciona Barrientos en su tesis de graduación, fue uno de los impulsadores para la creación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Centro América (FEUCA), cuyo consejo directivo funcionaba en la capital guatemalteca con representantes de cada uno de los países centroamericanos (Barrientos, 1925, p. 5). Es posible que la FEUCA, se haya fundado en el desarrollo del Congreso Panamericano de Estudiantes que se realizó en Guatemala, en el contexto de las celebraciones centenarias de la independencia centroamericana en el mes de septiembre de 1921. Dentro de ese cónclave estudiantil panamericano y dada su calidad de miembro de la junta directiva de la AEU, Barrientos propuso un saludo a la República Mexicana en ocasión de su independencia patria, así como la discusión de la Revolución Mexicana y su trascendencia para todo el continente latinoamericano (Álvarez Aragón, 2002, pp. 176-177).
Los años universitarios de Barrientos en tierras guatemaltecas finalizaron en 1924, cuando él y sus compañeros desplegaron una enérgica protesta contra el Decreto Oficial que había sido promulgado por la Asamblea Legislativa el 28 de abril de 1924, en donde se suprimía la Universidad Nacional y se transformaban las facultades en escuelas superiores, mediante esa ley el gobierno de José María Orellana buscaba que las distintas facultades pasaran a depender directamente del Poder Ejecutivo, esto se traducía en la intervención y pérdida de la semiautonomía del máximo centro de estudios de Guatemala. A consecuencia de esto, los estudiantes reaccionaron de manera turbulenta, declararon una huelga que duró dos meses, publicaron manifiestos e izaron una bandera roja en el asta de la universidad. La Revista Studium que era la voz oficial de los estudiantes universitarios, fue cerrada y sus directores perseguidos, siendo desterrados del país los siguientes estudiantes: José Luis Barrientos y su compatriota Miguel Ángel Vásquez, Clemente Marroquín Rojas, José María Moscoso, Arcadio Ruiz Chávez, Rafael Vásquez y otros (Taracena Arriola y Lucas Monteflores, 2014, p. 69; Álvarez Aragón, 2002, p. 186.). La mayoría de estos estudiantes se exiliaron en la República de Honduras donde se graduaron de abogados.
La militancia cominternista en Guatemala
Con relación al ideario socialista de Barrientos, existe evidencia de su contacto académico con las diversas ideas socialistas (anarquismo, comunismo y socialismo utópico) en su país natal, mediante las clases de Sociología General que le eran impartidas por el Dr. Victorino Ayala Recinos en la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador (UES). Este catedrático universitario y docente de bachillerato en el Instituto Nacional de Varones, fue uno de los primeros difusores en los círculos académicos y grupos de obreros del ideario socialista. Esto se puede constatar en las publicaciones salvadoreñas de principios del siglo XX, así como en las charlas de diversas temáticas que impartía en las corporaciones obreras donde era invitado como orador y en las asociaciones como el Ateneo de El Salvador y la Academia Salvadoreña de la Historia de las que formo parte, aunque es preciso aclarar que Ayala Recinos no comulgaba con las ideas comunistas solamente fue un intermediario entre esas ideas y sus estudiantes. Igualmente, se le atribuye la publicación del primer manual centroamericano de enseñanza de la sociología para el nivel universitario en 1921.
Otro medio de contacto con el pensamiento anarquista y anarco-comunista que tuvo José Luis Barrientos y sus compañeros estudiantes, fue mediante la revista ácrata Cuasimodo que llegaba al territorio salvadoreño desde suelo panameño (Schlesinger, 1946, p. 33). Esta publicación era dirigida por el anarquista argentino Julio Ricardo Barcos, el crítico puertorriqueño Nemesio Canales y el educador panameño José D. Moscote, en su primera etapa la revista se publicó de 1919 a 1920, en sus páginas se apoyaba abiertamente la Revolución Rusa de 1917, posicionándose como una publicación de clara orientación anarco-comunista o anarcobolchevique. En esa revista sudamericana se abordaban temas como: anarquismo, anarcobolchevismo, política internacional, antiimperialismo, literatura latinoamericana, revolución rusa, feminismo, reforma universitaria, educación, etc. (Estudios sobre esta revista: Tarcus y Longoni, 2001; Soler, 1989, p. 50).
Cuando José L. Barrientos y sus compañeros salvadoreños se exilian en Guatemala, ya eran simpatizantes confesos de las ideas socialistas (anarquismo y comunismo), y es de suponer que también aceptaban de manera preliminar sus conceptos y preceptos doctrinarios, pero sería en este país donde se produciría su plena conversión a la militancia comunista. Desde su llegada a suelo guatemalteco, Barrientos combinó su vida de estudiante universitario con la militancia comunista adscrita a la Comintern entre 1921 a 1924. En ese sentido, el 1º de mayo de 1921, aparece como parte de los miembros fundadores de la Unificación Obrera Socialista (UOS), que era el bando radical dentro de la Unificación Obrera y que surgió como producto de una pugna interna que tuvo esa organización de índole mutualista. La UOS agrupaba a obreros, artesanos y miembros de la pequeña burguesía, que los fines de semana se reunían en el local de algún cinematógrafo para discutir los problemas de la clase trabajadora guatemalteca. Entre los fundadores de la UOS, estaban los guatemaltecos: Antonio Obando Sánchez, Rafael Estévez, Alfredo Toledo, Alberto del Pinal, Antonio Cumes, Antonio Avelar, Francisco Ayerdi, Francisco Castro, Manuel Castro, Narciso Grajeda, Antonio Méndez Paz, Álvaro I. Vásquez, Julio I. Vásquez, Enrique I. Vásquez, Felipe Medina, Víctor Arrazola, Tomás Saso González y Silverio Valenzuela. Así como los estudiantes universitarios salvadoreños de derecho: Moisés Castro y Morales y el mismo José Luis Barrientos (Taracena Arriola, 2003, p. 91).
Todo indica que cuando se da la creación de la UOS, esta estaba formada por militantes de orientación anarquista y comunista, lo que no resulta extraño dadas las agrias luchas que tuvieron ambos grupos de izquierdistas disputándose las simpatías y las membresías de los obreros centroamericanos a lo largo de la década del veinte (Para ahondar sobre la corriente ácrata en territorio guatemalteco: Taracena Arriola, 1988). Ahora, la adscripción anarco-comunista y anarcosindicalista de José Luis Barrientos se le puede constatar en el siguiente episodio. En su publicación del 11 de junio de 1921, el semanario obrero guatemalteco Bandera Roja, divulgó un artículo titulado: “Los falsos socialistas” en el que su autor Teófilo Lima hacia una dura crítica al salvadoreño José Luis Barrientos, quien era acusado de realizar actos de mala fe dentro de la UOS, argumentando que este promulgaba un socialismo de odio hacia los partidos políticos. Barrientos ya había sido detenido en abril de 1921, acusado de sedición y desorden público, aunque en el semanario se indicaba que fue capturado debido a que proclamaba a viva voz su pensamiento socialista, junto al ácrata salvadoreño también fue apresado en esa ocasión el guatemalteco Francisco Ayerdi, ambos fueron fundadores de la UOS en 1921 (Lucas Monteflores, 2011, pp. 96-99).
Es necesario señalar que los primeros acercamientos que tuvo Barrientos con el comunismo militante cominternista se produjo poco tiempo después de la fundación de la UOS. Esto se concretaría posiblemente en los días posteriores a la segunda mitad de 1921, cuando por esa fecha llegaron al territorio de Guatemala un grupo de militantes extranjeros cominternianos que provenían expulsados de México, sin haber sido enviados por ninguna organización política cominterniana permanecieron algún tiempo en Guatemala y por su propia iniciativa realizaron trabajo de organización y propaganda comunista. Entre los cuadros arribados se pueden mencionar al norteamericano Charles Francis Philips (Frank Seaman), el ácrata y anarcosindicalista español Sebastián San Vicente y la rusa Natalia Mijailova (esposa de Philips). Ellos estuvieron alrededor de un mes en territorio guatemalteco donde hicieron contacto con los miembros de la UOS y es probable que con los estudiantes universitarios radicales, les ayudaron en su formación ideológica, organizaron algunas células comunistas clandestinas y efectuaron propaganda socialista en la capital guatemalteca por medio de varias charlas en los teatros Guatemala y La Libertad (Taracena Arriola, 1988, p. 93). Un tiempo más adelante en febrero de 1922, hicieron aparición en la capital guatemalteca los cominternistas Ángel o Genaro Gómez, mexicano y miembro del Partido Comunista de México (PCM), así como fundador de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), quien llegó expulsado a Guatemala. Igualmente arribó el ácrata español, Sebastián San Vicente, ambos entraron en contacto con la Unión Obrera Socialista (UOS), y según noticias de la prensa guatemalteca de la época, el anarcosindicalista ibérico pronunció tres conferencias en esa organización de obreros (Ruano Najarro, 2007, p. 85).
Según documentos de la Comintern, los cuadros extranjeros cominternianos que llegaron a Guatemala en 1921, no pretendieron transformar la UOS en una agrupación comunista, sino que más bien decidieron organizar grupos comunistas dentro de la UOS, para que estas en un tiempo cercano se convirtieran en las creadoras de una verdadera organización de signo comunista y luego se vincularan al movimiento cominternista internacional. De acuerdo con la opinión de los cominternistas extranjeros, en Guatemala no existía un movimiento comunista como tal, ya que solamente contaban con apenas una docena de militantes. Y con relación a la UOS, decían que el programa de la organización llamaba a realizar varias ideas socialistas por medio de las leyes, aplicando una mezcla de socialismo reformista y cooperativismo. Además consideraban que los dirigentes de la UOS, eran unos demagogos que declaraban de voz alta que “no eran bolcheviques”, pero entre ellos había una excepción, el dirigente revolucionario José Luis Barrientos que se encontraba encarcelado en esos precisos momentos (Jeifets y Jeifets, 2012).
Así que los núcleos comunistas que fueron creados por Philips y San Vicente dentro de la UOS tuvieron la tarea de convertirse en una oposición interna. Por lo que tiempo posterior, esta facción radical de comunistas se convertiría en los creadores del Partido Comunista de Guatemala (PCG). Pese al trabajo militante que hicieron los cuadros cominternianos en territorio guatemalteco, estos eran un tanto escépticos de los resultados positivos que podría ocasionar su activismo político en el movimiento comunista local (Jeifets y Jeifets, 2012). Ahora bien, la fundación del Partido Comunista de Guatemala (PCG), en la que participaron obreros guatemaltecos y los estudiantes comunistas salvadoreños José Luis Barrientos, Miguel Ángel Vásquez y Moisés Castro y Morales, se llevó acabo en abril de 1923 (Taracena Arriola y Lucas Monteflores, 2014, pp. 369-370). En buena medida, el PCG sería la base y el antecedente inmediato sobre el que dos años más adelante en 1925, se fundaría el Partido Comunista de Centro América (PCCA) en la ciudad capital de Guatemala, pero debido a que Barrientos fue expulsado del territorio guatemalteco en 1924, él no formaría parte del grupo de comunistas centroamericanos que constituirían esa organización política de proyección regional. Sin embargo, algunos de sus compatriotas como Farabundo Martí, Moisés Castro y Morales y es posible que Max Ricardo Cuenca, formaron parte del grupo de comunistas que fundo el PCCA el 1º de mayo de 1925.
Exilio en tierras hondureñas y muerte
Después de su expulsión de Guatemala como producto de su protagonismo en la huelga estudiantil universitaria de mayo y junio de 1924, así como por su postura crítica ante la política económica de entreguismo que aplicaba el presidente José María Orellana con los Estados Unidos y por su misma militancia comunista. Barrientos y un grupo de estudiantes guatemaltecos se exiliaron en tierras hondureñas para continuar sus estudios universitarios, los estudiantes desterrados eran: Miguel Ángel Vásquez Eguizábal (salvadoreño), Clemente Marroquín Rojas, Juan Alberto Newbery (argentino), José María Moscoso, Arcadio Ruiz Chávez, Juan Vásquez Mejía, Rafael Vásquez, Leónidas Paredes, Matías Castellanos entre otros (Marroquín Rojas, 1977, 290).
Ya instalado en suelo hondureño, Barrientos permaneció algún tiempo en la casa de sus primos Graciela Amaya Barrientos y Felipe Armando Amaya Barrientos (Villars, 1991, pp. 146-147). Se inscribió junto con sus otros compañeros de exilio en la Universidad Nacional de Honduras donde culminó sus estudios de abogacía, presentando una tesis de grado intitulada: “Sociedades cooperativas. Para la liberación de los trabajadores y organización de la humanidad futura” en enero de 1925, cuyo contenido desarrollaba ideas sociales y económicas de marcada inspiración anarco-colectiva (tesis en el Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH). Al parecer en la UNAH, el anarcobolchevique salvadoreño no se involucró en el movimiento estudiantil universitario hondureño, solamente se limitó a realizar sus estudios académicos, aunque todavía queda por indagar un poco más la actividad universitaria de Barrientos en Honduras.
Luego de graduarse como abogado, Barrientos se trasladó a vivir al norte del territorio de Honduras en la localidad de San Pedro Sula, donde fundó y dirigió el periódico llamado El Cuarto Poder entre 1926 a 1929 aproximadamente. No se sabe sí en la ciudad sampedrana continuó con su actividad comunista, vinculada a la Tercera Internacional (Comintern) o si se desligó parcial o totalmente de la militancia política que había iniciado algún tiempo atrás, existe un vacío biográfico de esta etapa de su vida personal.
En los últimos años de la década de los veinte, retorna a territorio guatemalteco y se establece en la región centro-oriente de Guatemala en el Departamento de Jalapa, donde desempeñó su profesión de abogado.
Finalmente, el 1º de junio de 1930, murió acribillado en esa ciudad guatemalteca defendiendo sus bienes y derechos de propiedad, aunque según la versión de su prima María Graciela Amaya, el anarco-comunista salvadoreño fue asesinado por esbirros del presidente militar guatemalteco, General Lázaro Chacón González (Schlesinger, 1946, p. 36; García, 1981, p. 14).
El legado de un anarcobolchevique
El legado académico y político del anarcobolchevique salvadoreño se puede apreciar en los siguientes aspectos: su rol como divulgador universitario y propagandista de calle de las ideas socialistas (anarquismo y comunismo), con sus incendiarios discursos en las protestas estudiantiles y sus arengas políticas como militante comunista, contribuyó a la difusión de las ideas radicales en el estudiantado salvadoreño, pero especialmente en los universitarios guatemaltecos, ya que su conversión de simpatizante a militante comunista se produjo en sus años de estudiante universitario en la USAC. De igual forma, aportó en el conocimiento y la diseminación de las ideas redentoras entre los sectores subalternos de la época. Por medio de sus escritos en la prensa estudiantil, las revistas universitarias y las publicaciones obreras, en esos espacios de difusión cultural desempeñó la función de propagandista del pensamiento comunista.
En el caso del periódico universitario Opinión Estudiantil, basta con decir que se convirtió desde su fundación y durante buena parte del siglo veinte, en el órgano oficial de expresión de los estudiantes universitarios salvadoreños. Con relación a la Revista Studium, se sabe que se creó en los comienzos de 1921, siendo probable que Barrientos haya sido uno de sus fundadores, esa publicación se convirtió en el medio académico, literario y la voz crítica de los estudiantes guatemaltecos de la Universidad de San Carlos de 1921 a 1924. Barrientos fue uno de sus principales promotores y llego a ser el alma de la revista en los años en que formó parte del equipo editor, después de su expulsión de tierras guatemaltecas, la revista fue clausurada y tiempo después se volvió a editar.
Vale destacar que el anarcobolchevique salvadoreño tuvo un protagonismo de primera fila, como agitador comunista y propulsor del naciente movimiento comunista de El Salvador y Guatemala, en la etapa de su gestación de 1919 a 1924. A manera de conclusión, se citan y parafrasean las palabras del escritor anticomunista guatemalteco, Jorge Schlesinger, quien en su libro, Revolución comunista. Guatemala en peligro…? (1946), sostiene la siguiente afirmación: “los primeros pasos por la agitación comunista se deben en gran parte, a José Luis Barrientos, como resultado de su influencia entre las masas obreras y los estudiantes universitarios de principios de la década de 1920”.
Obra
Hemerográfica:
- Artículos publicados en Revista Gavidia, 1915, El Salvador.
- Artículos publicados en el periódico el Verbo Estudiantil, 1918, El Salvador.
- Artículos publicados en el periódico La Ráfaga, 1919, El Salvador.
- Artículos publicados en el periódico Opinión Estudiantil, 1920, El Salvador.
- Artículos publicados en la Revista Studium, 1921-1924, Guatemala.
- Artículos publicados en el periódico El Cuarto Poder, 1927-1929, San Pedro Sula, Honduras.
Bibliográfica:
- “Sociedades cooperativas. Para la liberación de los trabajadores y organización de la humanidad futura”, Tesis de graduación, Tegucigalpa, Universidad Nacional de Honduras (UNAH), 1925. Consultada en: Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Cómo citar esta entrada: Vásquez, Rolando (2021), «Barrientos, José Luis», en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org