BARRANCOS, Leonilda (Mercedes, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, 12/2/1890 – Buenos Aires, Argentina, 19/10/1954).
Maestra y pedagoga argentina de orientación socialista.
Nació en la estancia “San Jacinto” de la localidad bonaerense de Mercedes, en el seno de una familia tradicional argentina cuyo linaje en el país remite al año 1670. Hija de José Pedro Barrancos y Jacinta Fernández Rivarola, es la mayor de siete hermanos: Ezequiel, Sara, Alina, Emilce, Selika y Pedro José. Desde Mercedes se trasladó a Paraná, Pcia. de Entre Ríos, para estudiar en la prestigiosa Escuela Normal de esa ciudad, de donde egresó con el título de maestra.
A comienzos de la década de 1910 ejerce la docencia en una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires como maestra de segundo grado. Participa de la huelga de maestros que tuvo lugar en Buenos Aires en 1912. Fue una propagandista entusiasta de la agremiación de los maestros, impulsando ese mismo año —junto a otras figuras como Julio R. Barcos y Rodolfo Ghioldi — la fundación de la Liga Nacional de Maestros, que dio origen al año siguiente a la primera Confederación Nacional del Magisterio de la República Argentina, que edita la revista Renovación. Revista de educación, letras y ciencias sociales (1914-1915). Activa dentro de la Liga de Educación Racionalista liderada por Barcos, filial argentina de la Liga Internacional para la Educación Racionalista de la Infancia que había fundado por Ferrer i Guardia en 1908. En 1914 está dictando en la Liga el curso de Literatura contemporánea.
En octubre de 1913 participa, en calidad de corresponsal de la Liga, del Congreso del Niño organizado en Buenos Aires por la Liga por los Derechos de la Mujer y el Niño, que impulsaban las activistas feministas Julieta Lanteri y Raquel Camaña. Participan asimismo del Congreso figuras como Carolina Muzzili, Alicia Moreau, Alfredo Palacios y Enrique del Valle Iberlucea. Leonilda reseña sus sesiones para La Escuela Popular, el órgano de la Liga de Educación Racionalista.
En 1913 es una de las firmantes, junto a Julio R. Barcos, de una nota dirigida al Ministro de Educación solicitando el relevamiento de los miembros Consejo Nacional de Educación. Ella y varios de los firmantes son exonerados de sus cargos, aunque poco después la medida queda sin efecto.
En la segunda mitad de la década de 1910 aparece participando de la experiencia de las Escuelas Normales Populares creadas a partir de 1912 en la Pcia. de Buenos Aires que preparaban a los aspirantes al título de maestro, ejerciendo la docencia en la Escuela Normal Popular de Mercedes que dirigió Carlos Vergara, así como la Escuela Normal Popular de San Martín.
Es así que el estallido de la Reforma Universitaria en 1918 la encuentra en plena actividad intelectual combativa en el campo de la enseñanza. Participó primero en asambleas estudiantiles y luego en las de profesores. Por ejemplo, en septiembre de 1919 aparece como oradora en un acto organizado por la Federación Universitaria Argentina (FUA) con motivo de un conflicto en el Colegio Nacional de Chivilcoy. Es en estos espacios que conoció al psiquiatra Gregorio Bermann, uno de los exponentes de la Reforma Universitaria en Córdoba, con quien se casó en 1921. Instalada en la ciudad de Córdoba, ejerce la docencia como profesora de Lógica, Psicología e Historia de la literatura española en el Liceo Nacional de Señoritas y en el Colegio Nacional de Córdoba. En esta ciudad nacen también sus hijos: Sylvia Bermann (1922-2012), Daniel Gregorio (fallecido al año y medio de edad) y Claudio Santiago (1926-2012). Sylvia y Claudio fueron reconocidos psiquiatras.
A comienzos de 1930 viaja a Europa con Gregorio Bermann, permaneciendo seis meses en la ciudad de Viena. Probablemente acompañó a su esposo el día 26/2/1930 en su visita a la casa de Sigmund Freud en dicha ciudad. En Roma perfecciona sus estudios pedagógicos estableciendo contacto con una de las experiencias más avanzadas de su época: los jardines de infantes de María Montessori. De regreso en Córdoba, dicta en 1931 una conferencia sobre la modernización educativa en Austria. En 1933 colabora en la revista Vida Femenina que dirige la socialista María Luisa Berrondo. Participa activamente de las formaciones femeninas antifascistas, antiguerreras y de solidaridad con la República Española, como la Unión Argentina de Mujeres (UAM) y la Alianza Femenina Antiguerrera (AFA).
Al igual que muchos otros docentes, en 1936 es dejada cesante por el gobierno conservador a causa de su compromiso político. Separada de su marido, decide autoexiliarse en Santiago de Chile, comenzando un largo periplo latinoamericano.
En Chile pasa a militar en las filas de Partido Socialista chileno (PSCh), fundado apenas tres años antes. Asimismo, desplegó una activa participación en Acción de Mujeres Socialistas (AMS), junto a figuras como Blanca Flores Alfaro, María Montalva o Violeta de la Cruz Tapia, que dirigió tiempo después Camarada, la revista de este organismo partidario. En la AMS, Leonilda impulsó la Primera Escuela Nacional de Capacitación, que incluía cursos sobre historia del socialismo, legislación social, organización sindical, acción educativa de la mujer, oratoria e historia contemporánea.
Presenta un informe ante el Congreso Nacional de la Conferencia de Trabajadores titulado «Condición social de la mujer en Chile», publicado en la Revista Socialista de Buenos Aires en agosto de 1939.
Con el triunfo electoral del Frente Popular en 1939, colabora profesionalmente con Salvador Allende, designado por el presidente Pedro Aguirre Cerda como ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social. En esa cartera, se desempeñó como Secretaria del Departamento de Horas Libres de la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, donde desarrolló también una intensa actividad educativa. En 1939 publicó al respecto el artículo “Horas libres y vacaciones” en Acción Social (Santiago de Chile, 1939).
Dentro de las filas del PSCh, participa del VI Congreso ordinario de fines de 1939 y del Congreso Extraordinario de Curicó de mayo de 1940. En octubre de 1940 aparece, junto a Juan Garafulic del PSCh, Rómulo Betancourt por la izquierda venezolana (que poco después fundará Acción Democrática) y la aprista peruana Magda Portal, entre los organizadores del Primer Congreso de Partidos Democráticos y Populares de América Latina, realizado en Santiago de Chile. En enero de 1943 participa en el IX Congreso del PSCh realizado en Rancagua, en el que se impuso el “ala izquierda” y se proclamó secretario general a Salvador Allende.
Dictó en la Universidad de Chile una serie de cursos de extensión, como “Principios de oratoria” (1944), “Los valores en filosofía, psicología y pedagogía” (1944), “Introducción a la filosofía con relación a la enseñanza” (1945) y “Arte de la palabra en público” (1945). En 1946 colabora con artículos de pedagogía en El Inicador, el periódico socialista que dirige en Buenos Aires Dardo Cúneo.
Cuando en 1945 el Partido Acción Democrática derrocó en Venezuela al gobierno del Gral. Medina Angarita, Rómulo Betancourt que la había conocido en Chile la convocó para realizar tareas docentes en el Instituto Pedagógico de Caracas y para asesorar la reforma educativa que se proponía llevar a cabo el gobierno de Rómulo Gallegos. La caída del gobierno y la instauración de una dictadura militar impusieron su alejamiento de Venezuela, pasando entonces a México, donde trabajó junto al socialista de origen argentino Arnaldo Orfila Reynal en el Fondo de Cultura Económica, una de las mayores empresas editoriales de América Latina. En 1950 fue convocada para desempeñar tareas docentes en Puerto Rico, pero el gobierno de los EEUU se negó a visar su pasaporte argentino. Poco después pasó a Santiago de Cuba, desempeñándose como docente en la Universidad de Oriente. Por entonces participó, junto a figuras como Salvador Allende (Chile), Rómulo Gallegos, Rómulo Betancourt, Luis Beltrán Prieto (Venezuela), Andrés Towsend (Perú), en la 1ª Conferencia de la Inter-American Association for Democracy and Freedom (La Habana, Cuba, 1950).
Enferma de cáncer, regresó a la Argentina, vinculándose al “ala izquierda” del PS local que representaban figuras como Julio V. González, Carlos Sánchez Viamonte y Alfredo L. Palacios. En las elecciones de 1952 integra las listas del PS para diputados nacionales.
En sus últimos años de vida dictó cursos de filosofía marxista para los jóvenes que comenzaban a cuestionar la dirección partidaria.
Obra
Colaboró en La Escuela Popular (Buenos Aires, 1912-1914), Ideas y figuras. Revista semanal de crítica y Arte (Buenos Aires, 1914); Nosotros. Revista Mensual de Letras, Arte, Historia, Filosofía y Ciencias Sociales (Buenos Aires, 1931); Revista Socialista (Buenos Aires, 1930-1948), Revista de la Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, 1931); Vida Femenina (Buenos Aires, 1933-1943), Acción Social (Santiago de Chile, 1939), Rumbos (Santiago de Chile, 1939), El Iniciador (Buenos Aires, 1946), Cuadernos Americanos (México, 1949-51), Revista de la Universidad de México (México, 1950) y El Hogar (Buenos Aires).
Cómo citar esta entrada: TARCUS, Horacio (2020), “Barrancos, Leonilda”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org