TAPIAS, María de los Ángeles (Nombre artístico y popular: María Barilla, también se encuentra escrito como María Varilla. Apodo: La Mayo) (Ciénaga de Oro, Córdoba, Colombia, 1887 – Montería, Córdoba, Colombia, 1940. Sin más datos de nacimiento y fallecimiento).
Bailarina y activista social.
Nacida en Ciénaga de Oro con el nombre de María de los Ángeles Tapias. Su madre, Evangelina Tapias, tenía tres hijos: Félix Sierra, Manuela Casarrubia y María de los Ángeles. Evangelina sobrevivía como empleada doméstica y luego de parir a María se desplazó a Montería a trabajar en una de las haciendas tradicionales de esa ciudad: la Majaguas de la familia Berrocal. Allá creció María hasta los 16 años cuando se fue a vivir con uno de sus amores: Perico Varilla, aunque la relación fue corta, ella decidió conservar el apellido porque lo consideraba “más alegre y sonoro”. Después tuvo otra relación amorosa con Antonio Fuentes, con quien tuvo un hijo (el único que tendría) nacido el 31 de diciembre de 1912.
María sobrevivía como sancochera, lavandera y aplanchadora. Cuando los ingresos se lo permitían vivía sola, pero cuando no compartía casa con su madre o con otras mujeres que trabajaban en su mismo oficio. En las noches aprovechaba para salir y participar de bailes en los que se tocaba “fandango” y “porro” (géneros musicales folclóricos y alegres, originario de la Región Caribe colombiana) en las sabanas del departamento de Córdoba. La narración oral dice que cuando llegaba la madrugada y ella aún estaba de fiesta algunas veces la vieron bañarse en el río y tomar una “caraqueña” (bebida hecha con “panela”, caña de azúcar prensada, y limón) antes de irse a acostar.
Como lavandera profesional fue miembro de la Sociedad de Obreras Redención de la Mujer fundada en 1918 y presidida por Juana Julia Guzmán, y siempre se le conoció como una persona además de alegre muy solidaria. Esta sociedad tenía una orientación socialista y anarquista promovida en la zona por el inmigrante italiano Vicente Adamo. Según especula Fals Borda, puede que el escoger el rojo y el negro como colores que usualmente llevaba en su vestimenta estuviera asociado con que eran colores característicos de las organizaciones socialistas y campesinas.
Eran tiempos en los que la policía distinguía entre quienes podían o no bailar.
Cuenta la tradición oral (única fuente de la que se reconstruye la historia de Barilla) que un día uno de los más importantes personajes de Montería de apellido Méndez quiso bailar con ella y le respondió que lo haría solo si a toda la gente se le dejaba bailar.
Los que le acompañaban respondieron: “Que viva María Barilla!”. Aunque ella reposa en la memoria social, hasta el punto de ser un mito de la región de las orillas del río Sinú, Barilla no fue la única bailadora popular, pues vivió una época en que se reconocían a varias mujeres por esas habilidades. Se reconocen apodos como la Caimana, la Ojito, la China Rivero, la Maleta, la Mataeplátano, la Tutancama, la Venáa, la Mapaná, la Cama de Oro, la Rula, etc. Se le apodaba cariñosamente como “La Mayo” y se dice que al llegar al baile transformaba los fandangos tristes y alegraba los corazones de los músicos que tocaban mejor cuando bailaba. Su ascendencia fue tanta que uno de los porros que siempre pedía terminó conociéndose como “María Barilla” y con el pasar de los años terminó convirtiéndose en el himno no oficial de Córdoba (se referencia en fuentes).
También se relata que no dejó de bailar y festejar inclusive cuando ya pasados los años le dio tuberculosis. Desafortunadamente en medio de una de las fiestas del 20 de enero de 1940 le dio un fuerte acceso de tos y vomitó sangre. A pesar del cariño y el cuidado que le dieron, ella murió unos meses más tarde a los 53 años de edad.
Pero no murió su mito sino se incrementó, al punto que muchos aseguran haberla visto de nuevo en las ruedas de fandango en partes distintas, porque se levantó de la tumba para seguir impulsando el arte. Hoy es un símbolo de la cultura Caribe que representa a la mujer sinuana (río Sinú) bailadora de los géneros musicales “porro” y “fandango”. Una de las esculturas del “Monumento al Porro” ubicado en la avenida primera entre calles 36 y 37 de la ciudad de Montería, Colombia, está dedicado a ella.
Cómo citar esta entrada: Vargas Rodríguez, Oscar Heladio (2021), “Barilla, María”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org