AVÉ-LALLEMANT, Germán (seudónimos: Catilina, Minero, Pirquinero, Puntano, Agrófilo, Isidro Castaño, Demócrata, Marius, Columella, Un labrador, G.A.L, A.L., S.; probables: Chacarero, Acuarius, Palladium, A., Liberus, Docente, H…, Un escaldado, Patricio, Severo Catón, Justus, Max, Carlos Max (sic), Otto, Farmer, Diógenes, Traductor, Nemo, Fabricio, Juvenal, Corresponsal, Cuyano, Estanciero y Sociólogo) (Lübeck, Alemania, 1835 ó 1836 – San Luis, Pcia. de San Luis, 3/9/1910).
Ingeniero y naturalista de origen alemán radicado en San Luis, pionero del periodismo obrero, del socialismo y del marxismo en la Argentina.
Habría nacido como Hermann Avé-Lallemant en la ciudad libre de Lübeck, en la costa del Mar Báltico, en 1835 ó 1836, de Robert Christian Bertoldt Avé-Lallemant (1812-1884) y Meta Löwe. Su padre, médico y naturalista, fue amigo de los naturalistas Alexander Von Humboldt y de Hermann Burmeister.
Hermann abandonó Alemania después de graduarse de ingeniero especializado en metalurgia y minería, siguiendo luego, probablemente, un recorrido similar al de Burmester una década antes: “de Europa occidental a Inglaterra, de allí a los Estados Unidos, descendiendo hasta Río de Janeiro, pasando una temporada con el grupo familiar de los Avé-Lallemant” (Ferrari). En efecto, su padre había llegado en 1837 a Río de Janeiro para ocupar una cátedra en la Universidad —publicando de regreso a su país Reise Durch Südbrasilien (Viaje por el Sur del Brasil, 1859)— y allí se había instalado parte de su familia. Acaso animado por el espíritu de viajeros y naturalistas de su estirpe familiar —su padre, después de la experiencia brasileña, habría de remontar el río Nilo—, el joven ingeniero siguió camino hacia el sur, y animado por Burmeister que hacía más de un lustro residía en Buenos Aires, arribó a esta ciudad en 1868.
Poco tiempo había transcurrido desde su arribo al país en el que trabajaría como geólogo, geógrafo, agrimensor, profesor y estadígrafo, cuando el gobierno nacional —era presidente Domingo F. Sarmiento— le encomendó el trazado del camino que debía unir Buenos Aires con el pueblo de San José de Flores, aún no incorporado a la ciudad. Viajó luego a Mendoza, donde realizó trabajos de exploración en minas y trabajó sobre muestras de petróleo.
Hacia 1870 se instaló en la ciudad de San Luis, capital de la provincia del mismo nombre, convalidando en diciembre de 1870 su título de agrimensor público y presentando a principios de octubre de 1872 un plano topográfico de dicha ciudad. Poco tiempo después integraba una comisión que aconsejó normas para mejorar la planta urbana de la ciudad. Ese mismo año es nombrado Rector Interino del Colegio Nacional de San Luis y si bien pronto abandonó el cargo, se mantuvo cuatro años más al frente de las cátedras de Física y Trigonometría. Comenzó allí a acriollarse, casándose con Enriqueta Lucio Lucero, maestra de la Escuela Normal de San Luis e hija de una conocida familia de la élite puntana.
En su carácter de ingeniero en minas, inició en sociedad la explotación de La Carolina. Fue el primero en introducir la dinamita en la minería argentina (1875) y dado que los costos de importación eran muy altos por los elevados aranceles, se decidió a fabricarla. Localizó mineral áureo en San Fernando, pero en 1873, al morir su socio, los herederos formaron una poderosa compañía y Lallemant se abrió de la sociedad, abocándose a la mensura.
En San Luis su afán de naturalista lo impulsa a estudiar el suelo, la flora y la fauna de la región, de modo que, nacionalizando su nombre —Germán—, comienza a publicar contribuciones en Anales de la Sociedad Científica Argentina, Revista Entomológica, La Plata Monatsschrift, Revista de la Sociedad Geográfica Argentina, Actas de la Academia Nacional de Ciencias Exactas de la Universidad de Córdoba. Algo después aparece vinculado a Estanislao S. Zeballos, director del Boletín del Instituto Geográfico Argentino y a Francisco P. Moreno, director de los Anales del Museo de La Plata, ambos más jóvenes que él y en cuyas publicaciones también colaboró. Fruto de cinco años de trabajo, elaboró el primer “Mapa de la Provincia de San Luis” (1882), que publicó el Instituto Geográfico Argentino.
En 1882 elaboró su Memoria descriptiva de la Provincia de San Luis, que publicó seis años después antecediéndola de una “Advertencia” (1888) que puede considerarse el primer esbozo de una interpretación marxista de la estructura social argentina. Sobre la base de la primera lectura realizada en el país del primer volumen de Das Kapital de Marx, el capitalismo agrario argentino es presentado por Lallemant como resultado de un proceso previo de acumulación originaria en el que la intervención del Estado habría jugado un rol clave en la apropiación de las tierras comunales y de las comunidades indígenas, en la creación de una oligarquía y en la formación de un proletariado rural.
Por entonces comienza un largo período de colaboraciones con el semanario Vorwärts (1886-1901), que edita en Buenos Aires el Club de emigrados socialistas alemanes del mismo nombre. Lallemant pronto se convertirá, desde San Luis o desde Mendoza, en corresponsal que informa de la vida económica, social y política de la región, pero sobre todo en intérprete de la realidad argentina, en teórico del socialismo y en difusor de las ideas de Marx.
En 1886 Lallemant está en Mendoza, contratado como administrador-ingeniero por el Consorcio Minero del Paramillo de Uspallata. Resentida su salud por los rigores del clima, se alejó en abril de 1889. Enemigo del régimen oligárquico, en los primeros años de la década de 1890 aparece vinculado al radicalismo puntano: en 1890 está en San Luis como Secretario de la recién creada Unión Cívica Popular (luego Unión Cívica Radical) que preside Teófilo Saa, sobrino de su esposa e hijo del General Saa, el Lanza Seca de la historia liberal porteña. Tres años después, cuando triunfaba en San Luis la rebelión cívico-militar que Hipólito Yrigoyen encabezaba a nivel nacional, y que condujo por unos días a la gobernación a Teófilo Saa, Lallemant firmaba, el 24 de julio de 1893, el manifiesto de apoyo al “gobernador revolucionario”.
Este compromiso político con el naciente radicalismo no le impedía, según testimonio de Augusto Kühn, seguir con interés creciente “las tentativas de organización proletaria”.
Es así que en 1890 viaja a Buenos Aires, a solicitud del Comité Obrero Internacional, para hacerse cargo de la redacción de un periódico obrero socialista. El semanario El Obrero. Defensor de los intereses de la clase proletaria, que apareció el 12 de diciembre de 1890, fue el órgano de la Federación Obrera. Sobre el título se estampaba la divisa del Manifiesto Comunista: “Proletarios de todos los país, Uníos!”. A través de sus páginas Lallemant y un pequeño núcleo de colaboradores —Augusto Kühn, Domingo Risso, Carlos Mauli, Pedro Burgos, Leoncio Bagés y Esteban Jiménez— informaron de la actividad gremial así como de los intentos de la Federación Obrera, del primer petitorio obrero dirigido al Congreso nacional y de las duras condiciones de la vida laboral. También se difundieron las principales concepciones del materialismo histórico y se presentaron análisis marxistas de la estructura económico-social argentina.
Lallemant debe regresar por razones laborales a San Luis a principios de febrero de 1891, aunque sigue siendo desde esa ciudad el principal colaborador de El Obrero, que se publica hasta 1892.
Dos años después, comienza sus colaboraciones en La Vanguardia, el periódico socialista fundado por Juan B. Justo. En San Luis volvió a desempeñarse como agrimensor, pero en enero de 1896 viajó nuevamente a Buenos Aires, convocado ahora para integrar el equipo de redacción del semanario La Agricultura, de orientación liberal progresista, receptivo de las ideas cooperativistas y pro “agriculturistas”, donde colaboraban también el socialista Antonino Piñero y el anarquista Alberto Ghiraldo. Según Kühn, Lallemant se había impesto en dicho semanario “la tarea de Sísifo de predicar a nuestros vacunos las teorías de Marx”. Bajo la inspiración de los estudios agrarios de Karl Kautsky, con quien se carteó, Lallemant desarrolla sus propia tesis sobre la cuestión agraria argentina. Allí aparecieron también durante varios meses una serie de artículos bajo el título de “Ligeros apuntes de la flora puntana” (1894-1895), sobre cuya base Lallemant preparará luego un libro que iba a quedar inédito: Flora puntana (1909).
Su nueva estadía porteña le permitirá aproximarse en forma personal a los grupos que por entonces intentan dar vida a un Partido Socialista Obrero Argentino. Es así que el nombre de Lallemant fue propuesto en la asamblea convocada el 9 de febrero de 1896 para elegir los candidatos socialistas a diputado, designándoselo como “Germán A. Lallemant, ingeniero”, acompañado en la lista por los nombres de “Juan B. Justo, médico”, “Adrián Patroni, pintor”, “Juan Schaefer, zapatero”, y “Gabriel Abad, foguista”.
Nuevamente en San Luis, mantuvo otros compromisos con el radicalismo: así, en 1905 aparece formando parte de la lista de electores por la Capital de la Unión Provincial y más tarde, en 1908, en la Mesa Directiva de la UCR de San Luis. De regreso en su ciudad de adopción, ocupó desde 1898 la jefatura de la Oficina de Estadísticas de la Provincia. Además de darle impulso, se valió de un periódico local, La Reforma, para difundir los datos reunidos acompañados siempre de sus cáusticos comentarios. En 1900 es designado director del Departamento de Topografía y Obras Públicas, encomendándole el gobernador la realización de un plano de irrigación con forma de registro catastral. Pero Lallemant fue separado de su cargo y el plano fue encarpetado.
A principios de 1903 está en Mendoza, como secretario del Centro Socialista Mendocino. En 1907 está otra vez en San Luis pues el gobierno le encomienda la redacción de una Geografía de San Luis para editarse con motivo de las celebraciones del Centenario. Lallemant argumenta que es imposible hacerlo con seriedad en el poco tiempo que tiene por delante, pero acepta integrar una comisión que se ocuparía del tema. Por decreto del 10 de diciembre de 1907 se designa a Lallemant “para que continúe y termine los trabajos iniciados por él mismo sobre el levantamiento del nuevo mapa de la provincia”. Efectuaba las últimas triangulaciones cuando un 2 de septiembre de 1910 un derrame cerebral le ocasionó la muerte.
Desde 1894 y durante los últimos quince años de su vida había sido corresponsal argentino de Die Neue Zeit (Stuttgart, 1883-1917), la revista teórica marxista que dirigió Karl Kautsky, desde cuyas páginas tomó distancia del socialismo argentino, tanto por sus posturas “revisionistas” y “reformistas” como por lo que consideraba su bajo nivel teórico, gracias a la influencia de los propagandistas latinos antes que a la del marxismo alemán.
Obra
- Mapa de la Provincia de San Luis, levantado y dibujado bajo los auspicios del Instituto Geográfico Argentino por G. Avé-Lallemant”, Buenos Aires, Editor S. Ostwald, Litografía La Unión de Stiller y Lass, 1882.
- “Excusión minera a la Cordillera de los Andes”, Los Ángeles (Chile), s/e, 1885.
- Memoria descriptiva de San Luis. Presentada al Concurso de la Exposición Continental de 1882, San Luis, Imprenta de “El Destino”, 1888.
- “El Paramillo de Uspallata. La minería en la Provincia de Mendoza. Memoria presentada en la Sociedad Científica Argentina”, Buenos Aires, Imprenta de P. Coni, 1890.
- “Estudios mineros en la Provincia de Mendoza. La parte septentrional de la Sierra de Uspallata”, Buenos Aires, Imprenta de P. Coni, 1891.
- La clase obrera y el nacimiento del marxismo en la Argentina, Buenos Aires, Testimonios, 1974, sel. y prólogo de Leonardo Paso.
- El obrero: selección de textos, Buenos Aires, CEAL, 198, sel. y estudio preliminar de Víctor O. García Costa.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2019), “Avé-Lallemant, Germán”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org