RIVAS LIMA, Mariano (seudónimos: Rojo, Punto Rojo) (Vigo, España, 1876 – Mendoza, 21/5/1923).
Tipógrafo, activista sindical, orador, conferencista, periodista obrero, recopilador, director de teatro obrero y dirigente socialista.
Nació en Vigo, Galicia, llegando a Buenos Aires, Argentina, con sus padres Manuel Rivas Pérez (zapatero) y Rosa Lima, siendo apenas un niño. Se naturalizó argentino. El matrimonio arribó al puerto de Buenos Aires con un hijo más pequeño, Higinio Rivas Lima, que también será tipógrafo, destacado dirigente gremial de la Sociedad Tipográfica Bonaerense (STB) y militante del Partido Socialista argentino.
Mariano también se inicia en el socialismo Argentino. Fue delegado por el Centro «1º de Mayo» al Cuarto Congreso del Partido Socialista reunido en la ciudad de La Plata los días 7 y 8 de julio de 1901.
A comienzos de 1914, Mariano Rivas llegó a Iquique (Provincia de Tarapacá), desde La Paz, Bolivia. En esta ciudad, el tipógrafo argentino habría trabajado por un tiempo en el Consulado de su país (Lafertte, 1961, p. 52). También se lo menciona en una investigación sobre los trabajadores gráficos bolivianos, ocupando cargos de dirección en el gremio tipográfico de aquella ciudad (Álvarez España, 1977, pp. 20-21). Asimismo, aparece como compilador del Anuario de Leyes, Decretos y Resoluciones supremas de 1911, La Paz, Talleres Gráficos, La Prensa, 1912 y del Anuario de Leyes, Decretos y Resoluciones supremas de 1912, Ídem, 1913 (Ver: Martínez, 2010).
El 1 de Mayo de 1914, Mariano Rivas participa por primera vez en una actividad del Partido Obrero Socialista (POS) en Iquique, brindando la conferencia titulada “Patria”, ocupando tribuna junto a otros oradores socialistas como: Luis Emilio Recabarren, Elías Lafertte y Carlos Bernal ( “El día del Trabajo”, en: El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 5/5/1914). La temática del patriotismo versus el internacionalismo proletario fue un tema recurrente en sus conferencias y artículos de prensa en el contexto del estallido de la Gran Guerra Europea y la crisis de la Internacional Socialista (ver en “La Patria”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 22/9/1914).
Durante su residencia en Iquique, que se prolongó hasta diciembre de 1915, Rivas se desempeñó como periodista obrero en el El Despertar de los Trabajadores y como un activo conferencista, propagandista y orador socialista (ver, por ejemplo, “Nuestra fiesta del Domingo”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 14/7/1914; “Nuestros Sábados Rojos”, Ibíd., 28/7/1914 y 13/4/1915; “La conferencia del domingo”, Ibíd., 15/9/1914; “En nuestro local”, Ibíd., 11/5/1915; “Actividades Socialistas” y “Domingo Socialista”, Ibíd., 27/7/1915).
Su actividad política y sindical no solo se restringió a los pueblos, localidades y oficinas salitreras de la provincia de Tarapacá, sino que también abarcó a los poblados y campamentos mineros de la vecina provincia de Antofagasta, al sur (ver en “Desde Unión”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 20/11/1915; “Desde Unión”, Ibíd., 3/12/1915). A pedido de Recabarren, se hizo cargo de uno de los grupos teatrales de los socialistas iquiqueños, siendo director del conjunto infantil “Arte y Libertad”. Además, incursionó en las letras escribiendo un drama teatral titulado “Recaredo y la hija del rebelde”. Incluso, cuando fue necesario, no dudó en subir al escenario y oficiar de actor obrero (ver en “El día del trabajo”, El Socialista, Antofagasta, 4/5/1918).
A comienzos de diciembre de 1915, Mariano Rivas llegaba al puerto de Valparaíso. Luis E. Recabarren, quien se había radicado hacía unos meses en el puerto, lo requirió para que ocupara un puesto en la redacción del periódico oficial del POS, El Socialista, publicación que había tenido un auspicioso aumento de lectores. Esta situación tenía muy entusiasmado a Recabarren, quien le solicitó a Rivas que se estableciera por lo menos seis meses en Valparaíso para afianzar este esfuerzo propagandístico y educativo (ver en Carta de Luis E. Recabarren S. a Carlos Alberto Martínez, Valparaíso, 3/12/1915 y 10/12/1915, F.V., vol. 1157. Archivo Histórico Nacional de Chile –AHN–).
Mariano Rivas fue primero redactor y luego director de dicha publicación. Varios editoriales de su autoría trataban sobre la carestía de la vida, el desarrollo de la obra socialista, la necesidad de ayudar económicamente a El Despertar de los Trabajadores, entre otros temas. Además, escribió artículos que se relacionaban con la guerra europea, la confraternidad obrera, y la primera crisis que debió enfrentar el POS con la desvinculación de la agrupación socialista de Punta Arenas en abril de 1916 (ver: Mariano Rivas L., “Errando el camino”, El Socialista, Valparaíso, 13/5/1916 y 20/5/1916; ver además, biografía de José M Fariña). Varios de sus escritos fueron firmados con el seudónimo “Punto Rojo”, el cual había utilizado como redactor en el periódico socialista iquiqueño.
Mariano Rivas se encontraba en Valparaíso cuando Carlos Loveira, delegado mexicano de las sociedades obreras de México y Estados Unidos (American Federation of labor –AFL–), pasó por la ciudad en dirección hacia Buenos Aires. Loveira efectuó una serie de conferencias sobre la “Revolución Mejicana”, invitado por las sociedades obreras de Valparaíso y el POS. El socialista argentino ofició como orador en algunas de aquellas conferencias (ver en “Las conferencias de Carlos Loveira”, El Socialista, Valparaíso, 2/9/1916; “La semana obrera” y “La partida”, Ibíd., 9/9/1916). El activista argentino también realizó, durante el primer semestre de 1917, giras de propaganda a la capital chilena (ver en “Desde Santiago”, El Socialista, Valparaíso, 22/3/1917) y a la zona centro-sur del país, promocionando la realización de un congreso de obreros panaderos, con el fin de constituir una organización de carácter nacional bajo la forma de un sindicato de base múltiple, nueva estrategia sindical del POS. Mariano Rivas, junto a Elías Lafertte y otros delegados, visitaron las ciudades de Santiago, Rancagua, Rengo, San Fernando, Curicó, Talca, Concepción, Talcahuano y Temuco. Los delegados brindaron conferencias y dejaron formadas varias sociedades de resistencia de obreros panaderos (Ver: Navarro López, 2017, pp. 214-216). La gira terminó en la ciudad de Valdivia después de dos meses (ver en “El Congreso Panadero” y “De Concepción”, El Socialista, Valparaíso, 29/3/1917; “De Talcahuano”, Ibíd., 5/4/1917). No obstante, los anarquistas del periódico La Evolución de Valparaíso, órgano del gremio de panadero de esa ciudad, atacaron al socialismo “valparaisino” y a su “caudillo”, Mariano Rivas, por pretender inmiscuirse en la organización del gremio (Ver: Arias Escobedo, 2009, p. 58).
El 31 de mayo de 1917 una asamblea socialista en Iquique designó a Mariano Rivas como director del periódico local (ver en “Nuevo director”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 5/6/1917), publicación que no pasaba por un buen momento económico. La actividad socialista en la provincia de Tarapacá se había visto resentida por la partida de varios cuadros políticos a otras regiones del país. Elías Lafertte, en sus memorias, recordaba que, en ese tiempo, el periódico salía con escasa regularidad, y que Mariano Rivas logró la colaboración del zapatero anarquista Francisco Pezoa Veliz. Según Lafertte, Rivas y Pezoa redactaron la mayoría de los artículos y editoriales, lo que le dio la oportunidad para que él trabajara exclusivamente en la administración del periódico, logrando así pagar las deudas y salarios atrasados (ver: Lafertte, 1961, p. 75). El socialista argentino escribió varios artículos y editoriales sobre el desarrollo del POS en Iquique, y en la región salitrera. Firmaba con su nombre y también con el seudónimo “Rojo” en la Sección “Actualidades” (ver en Mariano Rivas L., “El socialismo y la guerra”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 20/11/1917 – I parte –; con seis entregas más durante los restantes días de noviembre de 1917).
Para levantar la deprimida actividad partidaria y propagandística, Rivas desplegó al máximo su capacidad como activista político y gremial, cualidades que siempre le reconocían sus compañeros chilenos. Su actividad no solo se restringió a Iquique y las oficinas salitreras cercanas, también visitó otras ciudades de Tarapacá. Por ejemplo, en Arica fue invitado por la “Unión Gremial” en agosto de 1917 para participar en una velada, dictando la conferencia: “La educación de la voluntad”. La gira terminó con un confuso incidente en que el prefecto de policía lo tomó detenido, acusándolo de una supuesta agresión física y verbal. El funcionario policial le exigió irse rápidamente de la ciudad en el primer barco que pasara por allí, amenazándolo, ya que, según él, era un agitador extranjero que “andaba provocando revueltas y levantando a la gente de la provincia”. Horas después, el juez local ordenó dejarlo en libertad cuando se enteró del abuso policial del cual había sido víctima (ver en “Desde Arica”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 19/8/1917).
Uno de los artículos más importantes que escribió para El Despertar de los Trabajadores, fue el relacionado con el congreso socialista disidente realizado en Buenos Aires por la izquierda internacionalista a comienzos de enero de 1918, en el que se había fundado el Partido Socialista Internacional (PSI). Para Rivas, esta era una situación muy dolorosa y un error de los camaradas argentinos, aunque mantenía la esperanza de que esta división fuera pasajera, ya que, en su opinión, no había grandes diferencias ideológicas y programáticas entre ambas organizaciones (ver en Mariano Rivas L., “Un cisma peligroso”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 27/1/1918). Durante febrero y marzo de 1918, Rivas trabajó en la campaña electoral del candidato a diputado del POS, el doctor Isidro Urzúa (ver en “Conferencia pública en Plaza Condell”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 27/2/1918). Finalizada la campaña electoral, se anunciaba que Mariano Rivas viajaría a Valparaíso para tomarse un tiempo de descanso y que regresaría luego a Iquique (ver en “Notas locales”, El Despertar de los Trabajadores, 5/3/1918).
A su paso por Antofagasta, el activista argentino aprovechó su estadía en la ciudad para apoyar actividades de propaganda electoral y gremial del POS local (ver en “Invitación al pueblo obrero”, El Socialista, Antofagasta, 16/3/1918; “Conferencia en el pueblo de Yungay”, Ibíd., 1/5/1918). Como consecuencia del entusiasmo que generó la actividad propagandística de Mariano Rivas en las filas partidarias, y de las necesidades organizativas del POS antofagastino, el activista argentino decidió radicarse en aquella ciudad. En la provincia de Antofagasta desarrolló una gran actividad como conferencista (ver, por ejemplo “En Calama y Punta Rieles”, El Socialista, Antofagasta, 11/4/1918; “En Yungay”, Ibíd., 9/5/1918).
Además, Mariano Rivas fue redactor del periódico El Socialista, participó en la reorganización del gremio gráfico y de las secciones socialistas de la provincia. Con respecto al ámbito de la organización obrera, contribuyó activamente en la política sindical socialista de inserción y copamiento de la Federación Obrera de Chile (FOCH), con el objetivo de transformarla en una organización clasista y combativa. Por su gran obra de organización política y sindical, y en un contexto de alza de la conflictividad social en el país, consecuencia de la crisis económica de la posguerra, Mariano Rivas fue blanco de la represión estatal. El periódico El Socialista de Antofagasta fue allanado y clausurado, y su director, Luis E. Recabarren, (quien se había radicado en Antofagasta a mediados de 1918, después de su regreso de Buenos Aires), y su principal colaborador, Mariano Rivas, fueron detenidos el 7/2/1919 (ver: Grez Toso, 2011, pp. 98-99). El intendente de la provincia de Antofagasta, Alberto Cabero, obtuvo la autorización del Congreso para decretar el estado de sitio por 60 días en esta provincia, en razón de que el orden público se encontraba amenazado.
Mariano Rivas, Luis E. Recabarren y otros dirigentes (en este caso demócratas) fueron relegados (deportados) por dos meses a la sureña localidad de Lautaro (Provincia de Cautín). El intendente Cabero, entonces, recomendó al ministro del interior, apoyándose en los informes de la prefectura de policía, la aplicación de la Ley de Residencia (Ley nº 3.446, promulgada el 12/12/1918) a Mariano Rivas y su expulsión de país; sin embargo, esta sugerencia no se materializó.
Concluido el plazo legal de la deportación, Recabarren y Rivas se aprestaron para dar una serie de conferencias en Lautaro, Temuco y otros pueblos cercanos, para denunciar las acciones represivas del gobierno y para defenderse de las acusaciones en su contra.
A mediados de abril de 1919, los relegados viajaron a la capital chilena donde recibieron grandes muestras de solidaridad y apoyo en una concurrida sesión de la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional (AOAN), presidida por el dirigente de la FOCH y tipógrafo socialista, Carlos Alberto Martínez. Posteriormente, Recabarren regresó a Antofagasta, y Mariano Rivas se radicó en la capital chilena.
En Santiago, Rivas fue redactor del periódico La Bandera Roja, miembro de la mesa directiva de la sección capitalina del POS. Presentó un plan con un conjunto de medidas de seguridad, entre las que se encontraban aumentar los requisitos para la aceptación de nuevos militantes, comprobación de datos de todos los afiliados (domicilio, relaciones de amistad, etc.), e incluso el seguimiento por parte de una comisión especial, debido a que los acuerdos de las asambleas socialistas se conocían de antemano, por lo que se sospechaba de la infiltración policial. Asimismo, propuso un plan de organización de sociedades obreras que llevaría por lo menos dos años, con el objetivo que los socialistas se insertaran efectivamente en el movimiento obrero capitalino (ver en “Partido Socialista”, informe de la policía [sección de seguridad] a Intendente de Santiago, FIS, vol. 485, 5/5/1919, AHN).
Fue Rivas, además, elegido como uno de los encargados de la comisión de prensa, y designado representante del POS ante la AOAN (ver en La Bandera Roja, Santiago, 17/5/1919, p.2; “Partido Obrero Socialista”, Ibíd., Santiago, 24/5/1919). En octubre de 1918, el Consejo Federal Nº 1 de la FOCH, presidido por Carlos A. Martínez, llamó a crear un comité proabaratamiento de los artículos de primera necesidad, que concitó una respuesta entusiasta de numerosas instituciones. Prontamente, esta organización dio paso a la AOAN, instancia de coordinación de una amplia gama de organizaciones sociales y políticas, que se dotó de una mesa directiva constituida por representantes de numerosas organizaciones sociales (sindicales y mutualistas) y políticas (desde el POS hasta el Centro Liberal). La AOAN llevó a cabo grandes movilizaciones exigiendo medidas concretas por parte del gobierno para abaratar los alimentos de primera necesidad durante 1918 y 1919 (Grez Toso, 2011, p. 91). Sin embargo, cuando Mariano Rivas ingresó a dicha organización social, ya comenzaba su declive.
Santiago Labarca, militante del Partido Radical y expresidente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), dejó una descripción del socialista argentino:
Santiago Labarca, «La Asamblea Obrera de Alimentación Nacional”, en Claridad nº 9, Santiago, 11/12/1920. Disponible: claridad“Mariano Rivas habla con acento extranjero; es un argentino que habla bien, un argentino que habla castellano. Compañero de Recabarren en Chile, de Justo en la República del Plata, revela una sólida organización de sus conocimientos. Los expone sin pedanterías y si hay algún dogmatismo en su expresión, lo encubre fríamente bajo su gesto insinuante y su pulcro decir lleno de matices. Representa a los tipógrafos”.
Con respecto al movimiento obrero a nivel nacional, el crecimiento experimentado por la FOCH durante esos años fue bastante significativo, tal como lo expresaba el periódico La Opinión al afirmar que durante ese año los consejos federales de esta organización habían pasado de cerca de veinte a treinta y tres, existiendo la certidumbre de que su crecimiento seguiría siendo considerable. Un claro ejemplo de este crecimiento de la FOCH entre 1919-1920 fue lo ocurrido en la localidad de Mejillones (Provincia de Antofagasta). Hasta casi fines de noviembre de 1919 no existía ningún consejo de la Federación Obrera en el pueblo, limitándose la organización de los trabajadores a una Sociedad Gremial que llevaba una vida más bien lánguida, a pesar de los continuos movimientos que desarrollaban los trabajadores marítimos a causa de la intransigencia patronal. Por invitación de algunos obreros que juntaron los fondos económicos necesarios, el 24 de noviembre de 1919 llegó a ese puerto (desde la capital del país) Mariano Rivas, quien impartió una conferencia en la plaza de la ciudad. El impacto de sus palabras fue inmediato: los trabajadores marítimos y ferroviarios decidieron constituirse en Consejo Federal de la FOCH y el 27 del mismo mes adoptaron los estatutos de esa Federación. Un par de meses más tarde la FOCH de Mejillones declaró contar con 1.500 adherentes y el Primero de Mayo de 1920 hizo su primera gran demostración de fuerza ante los patrones, que constataron con sorpresa que los trabajadores no concurrieron a sus labores porque el Consejo local de la FOCH había decidido conmemorar ese aniversario sin dar previo aviso a los empleadores (ver: Grez Toso, 2011, pp. 85-86).
En junio de 1920, Mariano Rivas concurrió como delegado de Santiago a la convención del POS realizada en Antofagasta (ver en “La convención presidencial socialista”, El Socialista, Antofagasta, 25/5/1920. BNCH). Posteriormente, fue representante del POS ante la Alianza Liberal en las negociaciones para lograr un acuerdo electoral que permitiera a los socialistas presentar candidatos a parlamentarios por Antofagasta (para ello, los radicales reducirían sus cupos en aquella provincia), a cambio del apoyo socialista al candidato presidencial liberal, Arturo Alessandri Palma. La Alianza Liberal se comprometía, además, a que su gobierno trabajaría por la dictación de una legislación social y la derogación de la ley de residencia en lo relacionado a las ideas políticas (ver en Carta de la Alianza Liberal a Mariano Rivas, Santiago, 20/5/1920, FV, vol. 1339, pieza nº 49, AHN). Gracias a este acuerdo electoral, los socialistas obtuvieron dos diputados en la región salitrera: Luis E. Recabarren por Antofagasta, y Luis Víctor Cruz por Tarapacá.
El 13 de agosto de 1920, el intendente de Santiago, Francisco Subercaseaux Aldunate, solicitó al ministro del interior, en razón de lo dispuesto en el artículo 2 de la ley de residencia, la autorización para expulsar del territorio de la República de Chile al ciudadano argentino, Mariano Rivas Lima, por “propagar doctrinas incompatibles con la unidad e individualidad de la Nación y el orden público”, esto en base a informes de la sección de seguridad de la policía de Santiago (ver en Ministerio del Interior –M.I–, vol. 5321, 17/8/1920, nº 618, Archivo Nacional de la Administración –ARNAD–; FIS, vol. 504, 18/8/1920, AHN). El 18 de agosto, el ministro del interior, Pedro García de la Huerta, autorizó su expulsión del país (ver en M.I., 18/8/1920, vol. 504, nº 3270, ARNAD). Al día siguiente, este decreto fue publicado en el Diario Oficial (ver en Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, decreto nº 388, 19/8/1920, p.1. Disponible en: diario oficial). El afectado, según las disposiciones de la Ley 3.446, podía apelar esta medida ante la Corte Suprema en un plazo de 5 días; en este caso, Mariano Rivas decidió no hacerlo, y optó por acatar esta decisión y regresar a su país de origen (Gallardo, 2019, p. 147). Una versión dejada por el tipógrafo anarquista Julio Valiente, señala que Mariano Rivas fue expulsado del país en represalia porque dejó en evidencia al dirigente socialista, Evaristo Ríos Hernández (también tipógrafo), como un infiltrado de la policía secreta. El socialista argentino denunció a Ríos ante el POS y ante la Federación de Obreros de Imprenta de Santiago. Poco tiempo después, Evaristo Ríos fue expulsado de ambas organizaciones.
El 25 de agosto de 1920, antes de abandonar Chile, Mariano Rivas (de 40 años), con domicilio en la calle Chiloé nº 1439, contrajo matrimonio en Santiago (oficina Moneda) con la joven chilena, Bríjida Margarita Toro Ortega, de 22 años (nacida el 1 de febrero de 1898, en Tierra Amarilla, Copiapó, Atacama), sin profesión u oficio, hija de minero (ver en Registro Civil de Chile entre 1885-1932, número de certificado 722, página 12, número de imagen 000241. Disponible en: https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:Q24B-6M8P).
Mariano Rivas y su esposa Margarita se radicaron en la ciudad de Mendoza; allí, él se incorporó a trabajar en la Imprenta “La Lucha”, una cooperativa formada por socialistas (fundada dos años y medio antes). Fue elegido secretario general para dirigir la huelga de trabajadores gráficos de Mendoza capital, a partir de septiembre de 1920. Este conflicto gremial se prolongó por 72 días, y obtuvo un triunfo al conseguir la implantación de la “semana inglesa”, la semana laboral de 44 horas y un aumento salarial que estaba en relación a los salarios de los trabajadores gráficos de Buenos Aires. La Imprenta “La Lucha” fue la columna vertebral de este movimiento huelguístico gráfico mendocino (ver en “Cooperación y mutualidad”, La Vanguardia, Buenos Aires, 19/12/1920, p. 8). A fines de diciembre de 1920, Rivas participa en un mitin organizado por los socialistas mendocinos en protesta por la arbitraria intervención (el “malón”) del gobierno provincial en la municipalidad de Mar del Plata, para evitar que Teodoro Bronzini, uno de los primeros intendentes socialistas electos, desarrollara su mandato – luego, a Bronzini le fue restituido el cargo por fallo judicial – (ver en “Mariano Rivas L.”, El Socialista, Antofagasta, 6/1/1921). Su dirección era entonces Imprenta “La Lucha”, calle Entre Ríos 98, Mendoza, República Argentina.
La Federación Socialista de Mendoza (FSM) había iniciado por aquel tiempo una enérgica campaña de propaganda en los pueblos de la provincia con miras a las futuras elecciones de gobernador, realizando gran cantidad de conferencias, veladas, bailes y mítines. La FSM se aprestaba, además, a realizar los días 25 y 26 de diciembre de 1920 su cuarto congreso ordinario provincial con la presencia de 25 agrupaciones socialistas (ver: “Mendoza», La Vanguardia, Buenos Aires, 2/12/1920).
Falleció el 21 de mayo de 1923 en la ciudad de Mendoza debido a una enfermedad (sin especificar). Su sorpresiva y prematura muerte causó una gran consternación entre los socialistas y los obreros gráficos mendocinos. La Federación Socialista se hizo cargo de sus funerales. Sus restos fueron velados en el local de la sociedad Artes Gráficas en la cual militaba. La Federación Gráfica local acordó realizar un paro de trabajo para que todos los obreros gráficos de talleres y diarios pudieran acompañar el cortejo fúnebre. En el cementerio hicieron uso de la palabra varios oradores: lo despidió por la Federación Gráfica, su secretario general Juan de la Torre y por la Federación socialista, Ramón Morey y Santiago Castromán (ver: «Mariano Rivas. Falleció ayer en Mendoza», La Vanguardia, Buenos Aires, 23/5/1923; «Interior. Provincia de Mendoza», El Obrero Gráfico, Buenos Aires, junio de 1923, núm.137, p.4).
Mariano Rivas L. fue un cuadro medio del Partido Socialista argentino, un tipógrafo autodidacta, un obrero intelectualizado que desarrolló una importante labor política y sindical durante su permanencia en Chile. Fue un activista que se movió por la geografía chilena de acuerdo a las necesidades propagandísticas y organizacionales del POS, y del desarrollo de las luchas obreras, en un momento de alza del conflicto social a consecuencia de la crisis económica mundial generada por la Gran Guerra Europea. Una característica esencial del socialista argentino fue su acción multifacética como agente del internacionalismo obrero. La categoría de “agitador móvil», formulada por el historiador marxista cordobés José Arico, se ajusta bien al perfil de Mariano Rivas, ya que demostró una férrea voluntad y habilidad para nadar en las corrientes de la lucha proletarias y se desplazó “de un confín a otro del país, y aún del continente”, no reconociendo fronteras nacionales “que le impidan desplegar su voluntad de lucha y su fidelidad ilimitada a la causa de los explotados” (ver: Aricó, 1999, pp. 24-25).
Obra
Su abundante obra escrita se encuentra dispersa en: El Despertar de los Trabajadores (Iquique, 1914-1918), La Semana Roja (Iquique, 1914), El Socialista (Valparaíso, 1916-1917), El Socialista (Antofagasta, 1918-1919), La Bandera Roja (Santiago, 1919-1920), entre otras publicaciones.
A continuación, presentamos algunos de sus artículos aparecidos en la prensa socialista chilena:
- “El Despertar de los Trabajadores. Sus obras, sus progresos”, El Despertar de los Trabajadores, Iquique, 25/7/1915.
- “Hechos no palabras”, El Socialista, Valparaíso, 29/7/1916.
- “El desarrollo de nuestra obra”, El Socialista, Valparaíso, 20/8/1916.
- “Doctrinarismo”, El Socialista, Valparaíso, 23/9/1916.
- “Unidad de acción”, El Socialista, Valparaíso, 9/12/1916.
- “Cooperativa de consumo”, El Socialista, Antofagasta, 16/3/1918.
- “El día del proletariado”, El Socialista, Antofagasta, 1/5/1918.
- “La necesidad de unificar las fuerza obreras”, El Socialista, Antofagasta, 9/5/1918.
- “Nuestras fuerzas”, El Socialista, Antofagasta, 31/8/1918.
Cómo citar esta entrada: Gallardo Márquez, Melvin (2021), “Rivas, Mariano”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org