MÁRQUEZ GONZÁLEZ, Manuel Antonio Segundo (seudónimos: Manuel Malatesta, Manuel Anarco, Manuel Sindogma) (Buin, Departamento de Maipo, Provincia de O’Higgins, Chile, 11/12/1899 – Doñihue, Departamento de Rancagua, Provincia de O´Higgins, Chile, 23/2/1925).
Profesor, zapatero, traductor, conferencista y propagandista ácrata.
Fue el cuarto hijo de Manuel Antonio Márquez, albañil, y Virginia del Carmen González. Sus hermanas mayores fueron Carmen y María Mercedes. Fue bautizado como Manuel Antonio Segundo ya que su hermano mayor, llamado también Manuel Antonio, falleció a los pocos meses de haber nacido. Nace en el poblado rural de Maipo, al sur de Santiago, en una familia que, según sus propias palabras, vivía “muy lejos de la comodidad, aunque todos sabemos leer y escribir, no tenemos vicios”.
Titulado como profesor normalista en 1917, ejerce por cinco años, hasta que es expulsado por la publicación de su primer folleto, “Mi palabra anarquista” (1922), un texto doctrinario y de propaganda, mientras impartía clases en el pueblo de Victoria, en el sur de Chile. En los años posteriores, oficiará de zapatero, actividad que le permitirá compatibilizar estudio y propaganda.
Su cercanía con el anarquismo puede remontarse a las movilizaciones sociales y políticas de la posguerra, especialmente las del año 1920 en torno a la elección presidencial de Arturo Alessandri, contexto de igual manera caracterizado por hechos de represión, como la maniobra política conocida como la “Guerra de don Ladislao”: una movilización de tropas y una promoción de ambiente nacionalista, que tuvo como consecuencia el asalto por parte de grupos “patrióticos” al local de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) en Santiago, así como el local de la Federación Obrera de Magallanes (FOM) en Punta Arenas, además de la prisión y persecución de varios obreros, estudiantes y revolucionarios, siendo una de sus víctimas fatales el estudiante y poeta José Domingo Gómez Rojas (Harambour, 2000). Será a partir de estos acontecimientos, según sus contemporáneos, lo que motivará una activa participación de Márquez en círculos revolucionarios, obreros y anarquistas.
Cercano desde 1921 a la central anarcosindicalista Industrial Workers of the World (IWW), fundada en Chile en 1919, colaborará a través de sus periódicos Acción Directa (Santiago, 1920-1926) y El Proletario (Talca, 1921-1923), aunque también lo hará en otros periódicos anarquistas y simpatizantes como Tribuna Libertaria (Santiago, 1923-1926), Claridad (Santiago, 1920-1932), principal vocero de la FECH, y Verba Roja (Valparaíso, 1918-1919; Santiago, 1919-1927), administrado este último, durante largo tiempo, por el zapatero y ácrata Manuel A. Silva.
Entabla asimismo vínculos e intercambios con algunos periódicos de fuera de Chile. Uno de ellos será La Protesta de Lima (1909-1943), en cuyas páginas colaboraron en las décadas previas los anarquistas Luis Olea, Francisco Pezoa y Daniel Antuñano. Mantiene correspondencia con Nuestra Tribuna (Necochea / Tandil / Buenos Aires, 1922-1925), quincenario dirigido por la argentina Juana Rouco Buela; y colabora con el periódico anarquista uruguayo Trabajo (Montevideo, 1921-1923), adherido a la Alianza Anarquista Internacional y dirigido, entre otros, por Canzio Contorti.
La principal característica de su práctica militante fue la propaganda, que llevaba a cabo por diversos medios: la redacción de folletos, de artículos doctrinarios y de actualidad, y el dictado de conferencias, además de colaborar como erogador y paquetero de algunos periódicos. La Anarquía, para Márquez, se establecería a través de un proceso revolucionario que no solo compete a un acto masivo, sino también al perfeccionamiento que el mismo individuo realizara sobre sí, tanto a través del estudio como el desarrollo de funciones materiales útiles a la colectividad.
Durante 1921 participó como conferencista, mientras aún era profesor, en el local de la Federación de Obreros y Obreras de Calzado (FOOC) ubicado en San Francisco 608, Santiago. En febrero de 1922 se encuentra trabajando en Victoria, cerca de Temuco (Muñoz Cortés, 2013a). Allí participa del efímero “Grupo de Profesores Anarquistas”, antes de su expulsión del gremio docente (M. Malatesta, “Algunas palabras”, en: El Proletario n° 7, Talca, 26/2/1922, p. 2).
En julio de 1922, retorna nuevamente a la provincia de Santiago, específicamente a Puente Alto, localidad precordillerana al sur-este de la capital, tras ser expulsado por la publicación de su folleto lanzado por Lux, editorial a cargo del anarcosindicalista Armando Triviño Velasco. Desde allí seguirá colaborando con los periódicos y organizaciones ácratas.
Entre sus colaboraciones, se encuentran las traducciones de Léon Rouget, Albert Soubervielle y Antoine Antignac, principalmente extraídos del periódico anarquista parisino, fundado por Sébastien Faure, Le Libertaire (París, 1895-1971). Destacan también las críticas de actualidad al dirigente estudiantil peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, al abogado positivista Carlos Vicuña Fuentes y al periódico anticlerical, de afinidad socialista, El Combate (Santiago, 1923).
En su constelación bibliográfica se encuentran obras y autores diversos: anarquistas como Bakunin, Malatesta, Kropotkin y Reclus, algunos pasajes y novelas de Malato, Gorki, Zola, Barbusse, Diderot, Tagore, Víctor Hugo, y las figuras de Platón, Marx, Stirner, Giordano Bruno, Lucio Vanini, Copérnico y Malthus.
Sin embargo, será la educación uno de sus principales motivos de escrutinio y crítica en sindicatos, centros de estudios, y particularmente, la escuela, producto seguramente de su propia formación docente. Se destacan las referencias a los españoles Francisco Ferrer i Guardia y Ricardo Mella, así como a la educadora sueca Ellen Key, que le permitirán divulgar sus propias concepciones, entre ellas “Nuestra escuela libertaria” (M. Márquez, “Nuestra escuela libertaria”, en: Acción Directa n° 11, Santiago, 2ª quincena mayo 1922, p. 2).
Estas tendencias educacionales encontrarán eco entre organizaciones obreras durante los años veinte, en las llamadas escuelas racionalistas, especialmente a través de la Federación Obrera de Chile (FOCH), y algunas vinculadas al anarquismo, por ejemplo, el comité donde participa Márquez en conjunto con la Unión en Resistencia de Estucadores (URE) de Santiago para fundar una escuela en el local de la IWW, en Nataniel 1057, entre 1922 y 1923 (Reyes Jedlicki, p. 116 y ss.; Lagos Mieres, pp. 117-118).
En mayo de 1923, Márquez se traslada a Buin, poblado aledaño a su localidad natal, en el que proseguirá con su actividad de propaganda, destacándose la iniciativa que promueve desde el periódico Acción Directa, “Al hermano campesino”, en medio de un contexto de huelgas campesinas en la zona central (Manuel Márquez, “Al hermano campesino”, Acción Directa n° 23, Santiago, 1°/5/1923, p. 3; Sergio Grez, p. 238 y ss; Bengoa, II, pp. 25-29).
Admirador de contemporáneas figuras femeninas como Ellen Key y la poetisa Gabriela Mistral (o como él recalcaba, la profesora Lucila Godoy), además de destacar el valor de escritoras y directoras de escuelas y liceos, concibe una apreciación de autonomía respecto de las mujeres, en tanto no supedita sus condiciones de libertad a una labor masculina, sino a una práctica propia, además de conjunta:
La mujer es más de la mitad del mundo. Los poetas la llaman la bella mitad del género humano. La mujer no es inferior. Hay mujeres superiores a cualquier hombre […] La Anarquía es cuestión humana, es la libertad de toda la especie […] Lo prueban los rebeldes de los dos sexos y de todas las clases sociales que luchan contra la autoridad.
Manuel Márquez González, Mi palabra anarquista, Santiago, Editorial Lux, 1925 [1922], pp. 9-10.
Conceptos complementados con la difusión del neomathusianismo, teoría apreciada en círculos anarquistas del continente, que promovía la regulación de la natalidad (Barrancos, 1990).
En junio de 1923, tiene lugar el polémico trato que recibe Márquez, junto al también removido profesor y anarquista Julio Navarrete Canales, en la cámara del senado del Congreso Nacional, a raíz de las gestiones que realiza la Sociedad de Profesores ante el Ministro de Instrucción Pública para su restitución como docente, en el que son objetos de furiosas descalificaciones, según detalla la crónica de José Santos González Vera, por parte de los representantes conservadores y liberales Echeñique, Barros Errázuriz, Bulnes, Concha Subercaseaux, y especialmente, por el ex ministro de guerra Ladislao Errázuriz Lazcano, principal responsable de la ya mencionada “Guerra de don Ladislao” en 1920. Reintegración que finalmente no se llevó a cabo (El Mercurio, Santiago, 8/6/1923; González Vera, “Ideas y figuras”, en Claridad n° 91, Santiago, 9/6/1923, p. 5).
Mientras prepara Márquez la segunda edición de su folleto a mediados de 1924, que se publicará al siguiente año por la misma Editorial Lux, funda junto a otros compañeros en Santiago el grupo “Más Allá”. En este periodo, comienza a vincularse y colaborar con El Surco (Iquique, 1917-1921; 1924-1926) y El Sembrador (Iquique, 1922-1924; Valparaíso, 1925-1927), ambos surgidos desde el grupo anarquista “La Brecha”, fundado en la ciudad de Iquique en noviembre de 1915 por Julio Rebosio Barrera y Celedonio Enrique Arenas Robles (Muñoz Cortés, 2013b, p. 92). Será bajo la editorial “El Sembrador”, dirigida por Arenas, que se publicará el segundo folleto de Márquez, “Palabras a las mujeres”, en Valparaíso a finales de 1925.
El 23 de febrero de 1925, Manuel Márquez muere ahogado en el río Cachapoal, en las cercanías de Doñihue, a la edad de 25 años.
En setiembre de 1926 la Unión Sindical de Obreros de Molino de Santiago, a través de su secretario general Ismael Berrios, promueve la iniciativa de fundar una escuela nocturna en el local gremial, en Pío Nono N° 116, llamada Manuel Márquez (“Unión Sindical de Obreros de Molinos”, en: Luz n° 2, Santiago, 1/9/1926, p. 4).
Obra
- “Mi palabra anarquista”, Santiago, Editorial Lux, 1922 [1925, 2ª edición corregida y aumentada por el autor].
- “Palabras a las mujeres”, Valparaíso, El Sembrador, 1925.
Cómo citar esta entrada: Martínez Maldonado, Felipe Antonio (2020), “Márquez González, Manuel”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org