TONINI, Pedro (Venecia, entonces Imperio Austríaco, 1865 – San Isidro, Provincia de Buenos Aires, sin fecha precisa de fallecimiento).
Artesano tipógrafo, industrial gráfico y editor anarquista, precursor de las artes gráficas en la Argentina.
Nació en Venecia y llegó a Buenos Aires hacia 1886, a la edad de 21 años. En el Censo argentino de población de 1895 declaraba ser italiano, tipógrafo y librepensador, tener 30 años, estar casado y ser huérfano de madre.
Cuando arriba a Buenos Aires, se asocia a la Sociedad Tipográfica Bonaerense (STB). Trabajó como tipógrafo en los establecimientos Guillermo Kraft (creados en 1864) y luego en la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco (fundada en 1889).
En 1893 se independiza, instalando su propio taller en la calle Cangallo 1191 de la Ciudad de Buenos Aires. Asociado con el italiano Virginio Colmegna funda en ese mismo local la “Tipografía Elzeviriana di Pietro Tonini”, ubicada en la calle Piedad 1200 (esquina Libertad), luego en Cangallo 1191, más tarde en Florida 799 y finalmente en San Martín 684. Registrada como “Imprenta – Librería – Encuadernación”, ofrecía un amplio espectro de servicios gráficos, desde la impresión de libros y revistas a la de periódicos, pasando por tarjetas de visita, tarjetas postales y carteles callejeros. Asimismo, editaba y ofrecía en venta partituras, como el “Himno social” de Rafael Carratalá Ramos o “Himno de los trabajadores” de Filipo Turatti. Como en otras librerías de la época, ofrecía también en venta artículos de cigarrería, como por ejemplo las novedosas “boquillas” para filtrar la nicotina del cigarrillo.
La Elzeviriana, que tomaba su nombre de antigua casa impresora holandesa del siglo XVI, fue una empresa progresista, que estableció por decisión de sus propietarios la jornada laboral de ocho horas y la negociación colectiva. En agosto de 1896, Tonini apoyó la huelga de los artesanos tipógrafos en reclamo de la jornada laboral de 8 horas. Según informa el diario socialista La Vanguardia: “Tenemos que hacer constar que en laa primera reunión que han celebrado los patrones, el único que tomó la defensa de los obreros fué Pedro Tonini, a quien no le dejaron terminar un bien inspirado discurso, presisamente por que era en proo de los trabajadores” (“La huelga de los tipógrafos”, en:
La Vanguardia nº 32, Buenos Aires, 8/8/1896, pp. 3-4). La Elzeviriana aportó 37 pesos al fondo de huelga y Pedro Tonini ofreció un capital de 300.000 pesos para crear una cooperativa gráfica si el conflicto no se resolvía (“Movimiento gremial”, en:
La Vanguardia nº 33, Buenos Aires, agosto 1896, pp. 3-4). Desvinculado de Colmegna, la empresa funcionaba a comienzos del siglo XX bajo el nombre de “P. Tonini y Compañía”. Todavía estaba activa a comienzos de la década de 1920.
Si bien tuvo especial afinidad con la cultura anarquista, imprimió folletería tanto para Biblioteca de La Vanguardia como para la Librería Sociológica de Fortunato Serantoni, para las ediciones de La Questione Sociale como las de L’Avennire, e incluso del grupo antiorganizacionista “Los Ácratas”. En sus prensas se editaron el periódico anarquista L’Avennire y la revista Ciencia Social, que dirigió Serantoni. En junio de 1897 enviaba como obsequio un kilo de café a la redacción de La Montaña, el periódico socialista que dirigían Leopoldo Lugones y José Ingenieros. La Protesta Humana lo consideraba un “amigo” y La Vanguardia elogiaba su apoyo a la causa de los trabajadores, pero El Perseguido. Periódico comunista anárquico lo tilda de “explotador” (“Siempre adelante”, en: El Perseguido nº 77, Buenos Aires, 10/2/1895, p. 1).
En 1895 emprendió una “Biblioteca de Estudios Sociales” de orientación anarquista, aunque indicaba que no tomaba partido en la polémica. Publicó hasta 1901 siete libros y folletos: Cesare Lombroso, “Los anarquistas” (1895); Jean Grave, La sociedad moribunda y la anarquía (1895 y 1901) y “La sociedad futura” (1896); Agustín Hamon, Psicología del socialista anarquista (1898) y Edward Carpenter, Crítica de la moralidad (1901). Según Max Nettlau, La sociedad moribunda y la anarquía (1895) constituía, junto a La conquista del pan de Kropotkin, publicada en Buenos Aires ese mismo año, los primeros libros anarquistas publicados en América. Sin embargo, el ciudado de la primera edición de La sociedad moribunda y la anarquía (1895) llevó su precio a 1,50 peso, poco accesible a los bolsillos populares. Para rescatar la edición, el doctor Jean Creaghe le compró a Tonini el remanente y la puso en venta a la mitad de precio.
Las obras se podían adquirir en la Librería Sociológica que regenteaba Fortunato Serantoni en la década de 1890, primero en la calle Piedad (hoy Bartolomé Mitre) 2095 y luego en su nuevo local de la calle Corrientes 2039/31, ciudad de Buenos Aires. Las obras aparecían promocionadas por La Protesta Humana y el nombre de Tonini aparece regularmente en sus páginas como suscritor de cuanta obra de cultura anarquista se anunciaba.
De sus prensas salió también la colección de folletos de “La Questione Sociale” (Buenos Aires, 1895-1896) que dirigía Fortunato Serantoni, la del grupo “Los Ácratas” y periódicos como
L’Avvenire y Ciencia Social, además de algunas publicaciones socialistas.
Colabora luego en una de las revistas de los trabajadores de su oficio: La Voz del Arte (Buenos Aires, 1893-1895). Junto con el tipógrafo anarquista de origen catalán Antonio Pellicer Paraire codirigió la revista La Noografía (1899-1900), que se imprimió en la Imprenta Elzeviriana. “Noografía” fue un neologismo creado en Barcelona, luego caído en desuso, para expresar con un solo término el conjunto de las artes gráficas. En años posteriores Pellicer emprendió con Pedro Tonini la edición de otras revistas de su profesión, como El Cartófilo Sudamericano (Buenos Aires, 1904), La Tarjeta Postal y La Unión Cartófila Argentina.
En 1904 lanzó un nuevo título, Hacia la vida intensa (Sociología subjetiva), del arquitecto anarquista Julio Molina y Vedia, ahora bajo el sello P. Tonini Editor. En diciembre de ese año, cuando Alberto Ghiraldo mantenía una polémica desde las págians de La Protesta con el conservador Manuel Láinez, director de El Diario, Tonini le envió esta esquela: “Estimado Ghiraldo: Lleno de admiración por su campaña contra la prensa mercenaria, adjúntole treinta ejemplares del libro Hacia la vida intensa, para que se vendan a beneficio de La Protesta” (en: La Protesta nº 476, Buenos Aires, 15/12/1904, p. 2).
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Tonini, Pedro”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.