SOLANO REGIS o REJIS, Francisco (Salta, Argentina, xx/10/1887 – ¿Uruguay?, sin datos precisos de fallecimiento).
Obrero mosaísta, anarquista vindicador.
Nacido en la ciudad de Salta en 1887, de un humilde trabajador salteño de apellido Solano y de Serafina Mercedes Rejis. Fue criado por su madre y su nueva pareja, Agustín Lambrí. A los diez años entró a servir en la casa de Sixto Ovejero mientras cursaba sus estudios primarios en la Escuela “Benjamín Zorrilla” de la esa ciudad. Con el tiempo comenzó a trabajar en la fábrica de mosaicos de Carlos Macchi, donde aprendió el oficio.
Buscando mejores horizontes, a los 18 años llegó a la ciudad de Buenos Aires con un amigo, instalándose en una pensión de la calle Avellaneda al 352. Consiguó trabajo en una fábrica de mosaicos del barrio porteño de Villa Crespo, donde recibía un pago de $4 diarios.
Tenía veintiún años cuando el 28 de febrero de 1908 atentó contra el presidente José Figueroa Alcorta como protesta contra la Ley de Residencia (que permitía expulsar a inmigrantes del país por razones políticas) y contra la represión de la huelga de inquilinos de septiembre/octubre de 1907.
Cuando el presidente bajaba de su carruaje y se disponía a entrar a su casa de la calle Tucumán 848, Solano Regis —que se resguardaba de la lluvia en un zaguán vecino— pasó corriendo dejando caer un paquete humeante a su lado: se trataba de una bomba que no había estallado por la errónea proporción de los ácidos empleados. El cochero Juan Casanova —que avistó la fuga de Solano Regis— gritó desde el pescante: “¡Atajenló!”, mientras otros arrojaban baldes de agua sobre el envoltorio de la bomba fallida. El oficial inspector de la comisaría 3ª Luis Ayala, de recorrida por la zona, lo detuvo a punta de pistola.
Los medios lo presentaron como Francisco Solano Regis, mosaiquista, soltero, de 21 años. En su declaración ante la policía se presentó como hijo de Mercedes Rejis y padre desconocido, reconoció que era anarquista desde hacía tres años y se declaró único responsable del hecho. Preguntado por el motivo de su acción, respondió que consideraba al presidente argentino un “tirano” por las persecuciones que llevaba a cabo de los anarquistas. Fue condenado por el juez del crimen Ernesto Madero a 20 años de prisión en la Penitenciaria Nacional que estaba emplazada en la manzana rodeada por las Avenidas Las Heras y Coronel Díaz y las calles Salguero y Juncal.
El diario anarquista La Protesta salió inmediatamente en su defensa. El movimiento anarquista no dejó de reclamar por su libertad, hasta que tres años después Solano Regis logró evadirse de la prisión. El 6 de enero de 1911 escapó a través de un túnel excavado bajo uno de los muros de la Penitenciaría Nacional que daba a la calle Juncal junto con otro anarquista vindicador, Salvador Planas y Virella y 11 presos comunes.
Los trece reclusos llegaron por el túnel a la Escuela de Horticultura del penal, donde cambiaron las ropas que les arrojaron desde un carro y saltaron la alambrada hacia la calle, donde los esperaban sus compañeros de Ideal.
El 22 de enero de 1911 el periodista Juan José de Soiza Reilly publicó en La Nación un aviso clasificado en el que ofrecía 10.000 pesos a quien brindara un contacto para hacerles un reportaje a los anarquistas fugados. Recibió días después la siguiente carta:
Enero 24 de 1911
Muy señor mío:
Hé leído ia publicación que ha hecho usted en La Nación del 22 ofreciendo un precio de DIEZ MIL PESOS á quien le facilite la manera de sacarme un reportaje periodístico, lo mismo que a mi ex-compañero de cerebro y corazón Solano Regis. Como fácilmente comprenderá usted, estimado señor, que yo no puado indicarle el sitio donde estoy porque aunque tengo confianza en su palabra de honor y en la honradez de Caras y Caretas, si yo le dijera en qué sitio me oculto, sería como suicidarme, pues mi vida peligra. Sin embargo, como es menester dinero para continuar escondido a pesar del apoyo grandioso de mis compañeros, he resuelto escribirle enviándole por separado algunos datos de nuestra salida de la cárcel. Como la persona que habló con usted me ha informado que usted necesita varias fotografías, le envío estas dos que un compañero me ha tomado ayer. Creyendo merecer el precio que usted ofrece, lo autorizo a publicar esta carta; pero le ruego, por su palabra de honor de caballero, que oculte los demás datos y la filiación del intermediario, quien podrá usted contestar en la forma que ya sabe, pero con discreción. Saludo a usted atentamente,
Salvador Planas y Virella
Juan José Soiza Reilly, “Una pesquisa policial: ¿dónde están los dos anarquistas?”, en: Caras y Caretas n° 643, Buenos Aires, 28/1/1911, p. 72.
Soiza Reilly no se quedó conforme con la carta y las fotos, de modo que no le hizo llegar a Planas los 10.000 pesos.
Se cree que, ayudados por sus compañeros anarquistas, Planas y Solano Regis lograron cruzar el Río de la Plata en dirección a Montevideo, donde habrían adoptado nuevas identidades. La prensa anarquista de una y otra orilla guardó absoluto silencio sobre su destino. La Policía les perdió la pista definitivamente y nunca más se supo de los dos anarquistas vindicadores.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Solano Regis, Francisco”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.