STAGNARO, Santiago (seudónimos: Rubén Lezama y J. González Darío ; apodo: “El pequeño Leonardo”) (Montevideo, Uruguay, 23/4/1888 – Buenos Aires, Argentina, 14/2/1918).
Obrero calderero, poeta, pintor y escultor anarquista de origen uruguayo, activo en Buenos Aires en las dos primeras décadas del siglo XX.
Nació en Montevideo en 1888, primer hijo de Antonio Stagnaro, marinero, y de Antonia María Dentone, inmigrantes italianos provenientes de Liguria. En esta ciudad nacieron también sus hermanas María Amanda y Clorinda. A fines de 1891 la familia Stagnaro-Dentone se traslada a Buenos Aires, radicándose en el popular barrio porteño de La Boca. Aquí nacieron sus dos hermanos menores, Clara y Orlando. Cursa sus estudios primarios en el Colegio San Juan Evangelista.
Muere su padre cuando Stagnaro tiene 8 años, de modo que la familia numerosa debe mudarse a una modesta casa de inquilinato a la antigua calle Zárate 375, siempre en el barrio de La Boca. Stagnaro comienza a trabajar desde los 12 años como herrero y calderero en uno de los astilleros de Isla Maciel, a la vera del Riachuelo, mientras su madre trabaja como lavandera y sus hermanas como costureras.
En 1903 conoce al futuro compositor Juan de Dios Filiberto, que por entonces era anarquista y obrero calderero en astilleros y talleres de los la Compañía Argentina de Navegación Mihanovich. Stagnaro y Filiberto comparten la afición por el canto acompañándose de guitarras. Filiberto, admirado por las diversas disposiciones artísticas del joven Stagnaro, lo apoda “El pequeño Leonardo”. En 1904 Stagnaro apoya la campaña electoral del socialista Alfredo Palacios, que el 13 de marzo se convertirá en el primer diputado socialista de América.
En 1905, con 17 años, Stagnaro es nombrado secretario de la Sociedad de Resistencia de Obreros Caldereros y Anexos de orientación anarquista, que tenía su sede en Zárate 361, barrio porteño de La Boca. Colabora en su órgano, El Obrero Calderero (Buenos Aires, 1902) y algunos años después en El Trabajo. Revista mensual de las Sociedades de Conductores de Carros, Aserradores, Obreros del Puerto, Caldereros y Cajoneros de envases (Buenos Aires, 1911). La Sociedad de caldereros estaba adherida a la Federación Obrera Regional Argentina, la FORA anarquista.
En 1906 toma clases de solfeo con el maestro César Stiattesi y de pintura con el italiano Alfredo Lazzari en la Academia Musical Pezzini-Stiattesi que funciona en la Sociedad Cosmopolita Musical y de Socorros Mutuos “Unión” de La Boca, en la calle Olavarría 636. Stiatessi musicaliza un poema de Stagnaro (“Nostalgia triste”) y Filiberto hace lo propio con “Atardecer”.
A través de Filiberto, Stagnaro conoce a otro alumno de Lazzari, el joven Benito Quinquela Martín, que por entonces trabajaba en la carbonería de su padre pero que pocos años después se convertirá en el pintor de los puertos. Quinquela, en sus memorias, recordaba el encuentro en estos términos:
“Una noche, al salir de la academia [Musical Pezzini-Stiattesi], Filiberto me propuso: —Che, ¿vos lo conocés a Stagnaro? Vamos a visitarlo. Anda un poco enfermo. —Vamos.
Yo lo conocía poco a Stagnaro, lo había visto una vez en la Sociedad de Caldereros, de la que él era secretario. Me llevaba algunos años de ventaja, pues andaba por la edad de Filiberto.[…] Yo había oído hablar mucho de él; pero Filiberto, mientras caminábamos, se creyó obligado a enterarme mejor de quién era mi amigo.
—Es un gran tipo —me decía Filiberto—. Un Leonardo en pequeño. Pintor, poeta, escritor, escultor, periodista, músico. Yo estoy en la música por Stagnaro. Él me metió la afición a la guitarra y me aconsejó que estudiara música. Es un hombre inteligente, de ideas avanzadas. Orador, agitador, obrerista. Un artista y un hombre. Santiago Stagnaro vivía entonces en una pequeña casucha con la madre y las tres hermanas, que cosían para vivir. La madre era lavandera. El pequeño Leonardo ocupaba una pieza que le servía de estudio, de dormitorio, de escritorio y biblioteca. Pocos muebles, menos de los indispensables.
Sentado en la cama, estaba un hombre flaco, de color enfermizo. Tenía una sugestiva mirada de iluminado y su voz era a la vez enérgica y afable. Filiberto intentó presentarme. —Ya lo conozco —exclamó Stagnaro—. Usted iba antes a la biblioteca de nuestra Sociedad. ¿Por qué no va ahora?”.
Andrés Muñoz, Vida novelesca de Quinquela Martín, Buenos Aires, 1949, pp. 50-51.
Los tres amigos constituirán desde entonces un trío que se encontraba en las fondas y los cafés del barrio de La Boca, asistía a la Biblioteca de los Caldereros, visitaba exposiciones de arte y salas de concierto, frecuentaba la librería de Nicolás Benvenutto (Almirante Brown 436) y la peluquería de Nuncio Nucíforo (Almirante Brown 576). En torno de ellos se va a constituir la llamada (póstumamente) “Escuela de la Vuelta de Rocha”.
En 1908 Stagnaro, Quinquela y otros jóvenes artistas proletarios de La Boca suscriben un manifiesto de apoyo a los trabajadores portuarios en huelga que reclamaban la jornada de trabajo de ocho horas. Stagnaro llegó a ingresar a la Academia Nacional de Bellas Artes, pero debió abandonarla al poco tiempo porque lo estaba buscado por la policía. La represión y estado de sitio que le siguieron a la muerte del Jefe de Policía Ramón L. Falcón (14/11/1909) a manos del anarquista vindicador Simón Radowitzky servirá de pretexto al gobierno argentino presidido por José Figueroa Alcorta para llevar a cabo una persecución contra el movimiento anarquista. Stagnaro fue deportado junto a otros activistas bajo la Ley de Residencia (sancionada en noviembre de 1902). Pese a que Stagnaro no figura en los listados elevados por la Jefatura de la Policía de la Capital al Poder Ejecutivo, Alberto Ghiraldo consigna su expulsión a Montevideo en dicho contexto en un informe que da a conocer en su revista Ideas y Figuras (Ideas y Figuras n° 23, Montevideo, 11/1/ 1910).
De regreso en Buenos Aires, entre marzo y abril de 1910 participa junto a Quinquela Martín y otros alumnos de Lazzari en su primera exhibición grupal, organizada por la Sociedad Ligure de Mutuo Socorro de La Boca, en la calle Suárez 676. Presenta entonces un “Auto-retrato” en pastel y un estudio en lápiz (“Cabeza de estudio”). Por entonces Quinquela le hace un espacio en su taller de la calle Magallanes 889.
Stagnaro forma parte de la redacción de Azul. Revista mensual de arte y literatura (Buenos Aires, 1911-1913), donde escribe poemas y artículos con los seudónimos de Rubén Lezama y J. González Darío. Dirige también un periódico zonal llamado La Opinión (La Boca). Después de su muerte, sus amigos publican algunos de sus poemas y sus ensayos en la revista La Fragua. Crítica, Arte, Letras (Buenos Aires, 1923-1924).
Hacia 1912 integra la Asociación Festiva, Artística, Pictórica y Escultórica “El Cráter”, que comienza reuniéndose en la planta alta de la casa-taller de Guillermo Facio Hébequer, en la esquina de Av. Pedro de Mendoza y Av. Patricios. También participaron de las veladas de “El Cráter” el crítico José Miguel Torre Revello, el músico Juan de Dios Filiberto y los artistas Quinquela Martín, Adolfo Ollavaca, Adolfo Bellocq, José Arato, Santiago Palazzo, Abraham Vigo, Roque Sumisa y Agustín Riganelli.
A comienzos de febrero de 1913 regresa a Montevideo para participar de un concurso para la erección de un monumento a Artigas. Se gana la vida en la capital uruguaya como pintor de brocha gorda, regresando a Buenos Aires en agosto. Ejerció la docencia artística junto a Quinquela Martín en la Escuela Fray Justo Santa María de Oro (calle Rosalía 1815), donde los obreros asistían a completar los estudios secundarios en horario vespertino.
En 1914 Stagnaro y algunos miembros de la Escuela de la Vuelta de Rocha participan con los grabadores anarquistas José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hébequer, Abraham Vigo, Santiago Palazzo y Agustín Riganelli en el “Primer Salón de Recusados”, opuestos al Salón Nacional. El Salón de Recusados se realizó en la “Cooperativa Artística”, un comercio dedicado a confección de marcos y venta de artículos de dibujo, ubicado en la calle Corrientes 655.
En septiembre de 1917, por iniciativa de Stagnaro, se funda de la Sociedad Nacional de Artistas Pintores y Escultores. Los estatutos, redactados por el propio Stagnaro siguiendo el modelo de las sociedades obreras de resistencia, establecían que era su propósito “sostener los principios de justicia y velar por los intereses de la colectividad artística en todos los terrenos en que ella actúe” (Santiago Stagnaro, “Estatutos de la Sociedad de Artistas, Pintores y Escultores”, en: Juan M. Guastavino, Santiago Stagnaro, hombre, Buenos Aires, López Negri, 1952, p. 89). La comisión directiva era elegida en forma directa por asamblea. En la primera asamblea de los artistas, Stagnaro fue elegido presidente y Gastón Jarry, vice. Facio Hebequer formó parte de su primera comisión directiva y poco después se integraron, entre otros, Abraham Vigo y Agustín Riganelli. Otro de sus objetivos era impugnar los mecanismos de consagración de la Academia y la Comisión Nacional de Bellas Artes, de modo que en agosto de 1918 la Sociedad convoca en el “Salón Costa” de la calle Florida al “Primer Salón de la Sociedad de Artistas denominados Independientes, sin jurados y sin premios”. Uno de los 31 expositores era Stagnaro, pero para entonces hacía seis meses que había fallecido, a la edad de 29 años, a causa de una tuberculosis que lo afectó durante buena parte de su vida. Según las memorias de Quinquela ya mencionada: “Cuando ya estaba muy grave no quiso que los demás lo vieran; lo visitábamos sólo Filiberto y yo. Una tarde en su guitarra le hizo tocar a Filiberto aires y estilos que antes habían tocado juntos, después se la hizo romper. Murió esa noche. Yo fui a avisarle a Facio Hebequer y a algunos otros amigos”.
Su tinta y acuarela sobre papel titulada “La vuelta de Rocha” (1915) fue adquirida por el Museo Nacional de Bellas Artes en 1943 al Ateneo Popular de la Boca. El fondo de archivo del artista fue donado por Irma Manissi de Stagnaro, nuera del escultor Osvaldo Stagnaro, hermano de Santiago, al coleccionista Gustavo Daniel López. Actualmente el fondo se encuentra dentro de la Colección MOSE.
En octubre de 2018 se inauguró en el Museo de Bellas Artes de La Boca “Benito Quinquela Martín” la exposición: “La leyenda del pequeño Leonardo”, con más de 150 obras de Stagnaro.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Stagnaro, Santiago”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.