MANRESA HERRERO, Alberto (Cuba, 1856 – La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 3/1/1923)
Destacado orador en las jornadas liminares del movimiento obrero argentino, inicialmente socialista, luego próximo al anarquismo.
De origen cubano, migra a la Argentina hacia 1889 instalándose en la localidad de Tolosa, Provincia de Buenos Aires. Se desempeña como corredor de seguros.
El 13 de noviembre fue uno de los oradores que junto al socialista Carlos Mauli y el anarquista Luis Gervasini toman la palabra en el mitin de los zapateros en huelga realizado en Plaza Once. Es uno de los integrantes, desde noviembre de 1892, del Comité Federal de la primera Federación Obrera de la Argentina. En la sesión del 14 de noviembre de ese año propuso, junto a Carlos Mauli, que la Federación respaldara con un nuevo mitin la huelga que venían llevando adelante los zapateros por aumento de salarios y reducción de la jornada de trabajo. El 20 de noviembre fue uno de los oradores que junto a Carlos Mauli, Ghiglio, Luis Gervasini y el cigarrero Bernardo Sánchez toman la palabra en el mitin de los zapateros realizado en Plaza Once. Una semana más tarde, dado que los zapateros ya habían levantado la huelga, Manresa Herrero propone en una nueva sesión del Comité Federal que el dinero recaudado se destinara a la creación de la Sociedad de Zapateros.
Cuando en noviembre de 1892 la vida de la Federación Obrera languidecía, los escasos miembros de la Sección Varia de la misma votaron su transformación en Agrupación Socialista de Buenos Aires. En la sesión de la Agrupación Socialista del 16 de abril de 1893, Manresa Herrero se opone a la propuesta de los delegados del Vörwarts de que el acto del día del trabajo se celebrase el 30 de abril y no el 1º de Mayo. Fue uno de los oradores de las reuniones en que las confluyeron los grupos socialistas Les Egaux, Vörwarts, Fascio dei Lavoratori y la Agrupación Socialista de Buenos Aires para celebrar el acto del 1º de Mayo de 1894.
El domingo 14 de octubre de 1894 habló por los obreros de La Plata y de Tolosa en una manifestación multitudinaria a favor de la ley de jornada de trabajo de 8 horas convocada por diversos gremios en la Plaza Rodríguez Peña de la ciudad de Buenos Aires. Las columnas obreras partieron por la Avenida Callao hasta llegar a la calle Brasil, al sur de la ciudad de Buenos Aires, donde realizaron un acto en el que además de Manresa, tomaron la palabra Adrián Patroni y A. Bonnefón por los pintores, Fernando Balmelli por los albañiles, Manuel García por los sastres, Pujol por los yeseros, Miguel Pizza por los hojalateros, Francisco Cúneo por los herreros, Esteban Jiménez por el Centro Socialista Obrero (CSO), Manuel García por los sastres, Mariano García por los tipógrafos, Adrián Trotitiño por los panaderos, Pastorini por los conductores de tranvías y Enrique Masó por los carpinteros.
Formó parte del grupo de vecinos de Los Hornos, Ringuelet, Villa Elisa y Tolosa que el 1º de diciembre de 1895 constituyó un Centro Socialista en el local de la Sociedad de Trabajadores de Tolosa, calle 1 entre 35 y 36. Participaron de la reunión, presidida por Ramón Potau: Miguel V. Fondevila, Walter Klug, N. Abadie (redactor de El Tribuno), Adolfo Francia, Natalio Ghiotta, Ángel Vicentini, Pedro Echevarne y Manuel Leig. Manresa Herrero fue elegido miembro del Comité Provisorio del Centro Socialista de Tolosa.
Participa como delegado del Centro Socialista de Tolosa, junto a Migel V. Fondevila, del Congreso Constituyente del Partido Socialista Obrero Internacional reunido en el Salón Vörwarts los días 28 y 29 de junio de 1896. Manresa apoya la enmienda de José Ingenieros al proyecto de programa presentado por Juan B. Justo rechazando las alianzas con los “partidos burgueses”.
Integra asimismo la Sociedad de Mejoramiento de los Obreros de Tolosa instalada en la calle 1 entre 35 y 36, vinculada al Partido Socialista. El 2 de agosto de 1896 toma la palabra en una asamblea de obreros ferroviarios de los talleres de Tolosa, siendo elegido delegado para llevar una serie de reclamos laborales ante la gerencia del Ferrocarril del Oeste. El 8 de agosto se presenta ante la gerencia junto a otro delegado llamado Francisco Echevarría, portando un pliego de condiciones: jornada de ocho horas, abolición del trabajo a destajo, pago doble en las horas extraordinarias y la supresión del trabajo los días domingo. El gerente de los talleres rechazó el reclamo, iniciándose una huelga el día lunes 10 de agosto que se extendió enseguida a otros talleres de la red ferroviaria como los ubicados en Sola, Caballito, Brown, Campana, Junín y Rosario, e incluso logró la solidaridad de otros gremios como los mecánicos, textiles, alpargateros, picapedreros y peones del puerto. En las semanas siguientes, tanto los panaderos como los sastres y los cerveceros iniciaron también sus propios paros reclamando mejoras semejantes. El 29 de agosto toma la palabra junto a José Ingenieros en una asamblea realizada en el local socialista de la localidad de Quilmes donde los obreros cerveceros resolvieron plegarse a la huelga con sus propios reclamos. Pero la llamada “huelga grande” que sostuvieron hasta el final los mecánicos y trabajadores de los talleres culminó cuatro meses después con el despido de numerosos trabajadores.
“Herrero” interviene como orador en acto en Plaza San Martín en solidaridad con huelga de mecánicos de Londres de fines de diciembre de 1897 (La Protesta Humana, año II, nº 21, 1897, p. 4). Fue orador en el acto de la plaza Rodríguez Peña con que terminó la manifestación patrocinada por el Partido Socialista por el 1º de Mayo de 1898. Es miembro de la Comisión prorrevisión del proceso de Montjuiic contra los anarquistas catalanes, que organiza un mitin en el Teatro Doria para el 2 de julio de 1899, donde Manresa toma la palabra junto a Arturo Riva, Pascual Guaglianone, Carlos Malagarriga, Pietro Gori, José Ingenieros y Adrián Patroni, y al que adhieren doce sociedades obreras.
Participa como orador de una reunión del gremio de panaderos el 16 de julio de 1899 para organizar el reclamo de un día de descanso en el aniversario de la fundación de la sociedad. Y también en otra para tratar la organización del gremio el 23 de julio (La Protesta Humana, año III, nº 63, julio 1899, p. 4). Participa como orador en reunión de propaganda por la conmemoración del anarquista vindicador Miguel Angiolillo el 19 de agosto de 1899, en el local de Panaderos (La Protesta Humana, año III, nº 65, 19/8/1899 p. 4). El 28 de octubre de 1899 aparece como orador en la Casa del Pueblo que inauguraron los anarquistas sobre el tema ‘Los ingleses y los Boers’ (La Protesta Humana, año III, nº 70, 29/10/1899, p. 4). El domingo 23 de julio de 1899 es orador, junto a Adrián Troitiño y José Boeris, en acto de constitución de la Sociedad de Obreros Panaderos de La Boca, realizado en una fonda de la calle Lamadrid (La Protesta Humana nº 63, Buenos Aires, 23/7/1899, p. 4). Es también orador en acto aniversario de la Sociedad de Obreros Panaderos de La Plata de octubre de 1900 (La Protesta Humana nº 95, 14/10/1900, p. 4).
Participó como orador en la asamblea al aire libre de la Plaza Rodríguez Peña convocada por la Federación Obrera Argentina (FOA) el 27 de diciembre de 1903 tras la intromisión de la policía durante el paro de tranviarios que finalizó en un rotundo fracaso, aprovechando la actividad para atacar la Ley de Residencia.
En el contexto de la presión que se cierne sobre el movimiento anarquista cuando a comienzos de 1905 fracasa la intentona radical-militar, participa como orador en el Acto Pro Presos y Deportados que tuvo lugar el 16 de julio de ese año en la Casa Suiza con la conferencia “El progreso ante la rutina” (“Pro presos y deportados”, en: La Protesta Humana nº 575, Buenos Aires, 14/7/1905, p. 2). El domingo 19 de abril de 1908 pronuncia la conferencia “La mujer ante las ideas nuevas” en el marco de la gran función de propaganda a beneficio de La Protesta y de la caja social del Centro Anarquista Femenino realizada en la Casa Suiza de Rodríguez Peña 254 (“Centro anarquista femenino”, en: La Protesta nº 1326, Buenos Aires, 19/4/1908, p. 2).
El 9 de julio de 1909 es delegado al 2º Congreso de la Liga del Libre Pensamiento, formando parte del ala izquierdista que se separa en oposición al ala liberal del movimiento.
A comienzos de octubre de 1909 enviaba una breve nota a La Protesta anunciando que dejaba de dictar conferencias: “Por la presente comunico a los compañeros que no daré más conferencias públicas, por lo que ruego que se eviten de anunciarme en los programas” (“A los compañeros”, en La Protesta nº 1761, Buenos Aires, 1/10/1909, p. 2). Sin embargo, el domingo 10 de octubre de 1909 era orador en el acto organizado por el grupo ruso “Amigos del Obrero”, el cuadro “Amor y Solidaridad” y el Orfeón español en la Casa Suiza con la conferencia “La revolución rusa y los últimos sucesos de España” (La Protesta nº 1774, Buenos Aires, 9/10/1909, p. 2). Y una semana después, el domingo 17 de octubre, hablaba una vez más, junto a Alberto Ghiraldo, José de Maturana y Antonio Zamboni, en el mitin convocado por la FORA en Plaza Constitución (La Protesta nº 1774, Buenos Aires, 17/10/1909, p. 1).
El 3 de marzo de 1910 es uno de los oradores en la “conferencia pedagógica” organizada por las escuelas comprometidas por la “pedagogía moderna” en el Salón “Mariano Moreno” (calle Santiago del Estero 1243) con la conferencia “El clero y el Estado son malos educadores” (los otros conferencistas fueron Alberto Solís, Delia Barroso, Francisco Sarache y Rodolfo González Pacheco) (“Conferencia pedagógica”, en: La Protesta nº 1827, Buenos Aires, 3/3/1910, p. 1). Es orador, junto a Carlos Balsán, Rodolfo González Pacheco, María Collazo, Antonio Zamboni y Joaquín Hucha, en el acto multitudinario realizado en Parque Patricios el 27 de marzo de 1910 organizado por la FORA anarquista y la CORA socialista contra las torturas infligidas a los presos en la Cárcel de encausados. En el contexto de la represión sufrida por el anarquismo y el socialismo en el contexto de la celebración del Centenario de la nación argentina —y pesar de haberse nacionalizado—, el 14 de mayo de 1910 era detenido por la policía y el 9 de julio era embarcado rumbo a España, pues había nacido en Cuba cuando la isla era todavía era colonia española. Retornó a la Argentina tiempo después, volviendo a radicarse en la ciudad de La Plata, donde falleció en 1923.
Según el recuerdo de Juan Emiliano Carulla, cuando hacía muchos años que había abandonado las filas del anarquismo para abrazar el nacionalismo más reaccionario: “Otro personaje inolvidable de los tantos que se movían en aquel abigarrado conjunto, era Manresa Herrero. Alto, corpulento, rubicundo, barbado a lo Salmerón, tocado con un sombrero de anchas alas, a lo Pompeyo Gener, todo su aspecto denotaba plenitud intelectual y se le hubiera podido tomar a primera vista por una eminencia literaria o científica. Sin embargo, nada más lejos de ello, pues a las pocas palabras emergía de tan pomposa presencia la humilde personalidad de un modesto corredor de seguros” (Carulla, 1951).
Según un informe sobre los deportados de 1910 aparecido en El Hambriento de Lima, Manresa Herrero era de profesión “corredor”, mientras que Mario Bravo, en un informe que envía a El Socialista de Madrid lo registra como “empleado”.
Casado con Emilia Marco, tuvieron cuatro hijos: Palmira Sofía Cuba, Alberto, Libertad Amor Fraternidad y Maceo. Cuando falleció vivía en la calle 67 número 61/63, La Plata.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Manresa Herrero, Alberto”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.