Cossettini, Victoria Olga Angélica (San Jorge, Santa Fe, Argentina, 18/8/1898 – Rosario, Santa Fe, Argentina, 23/05/1987).
Maestra, escritora, practicante y promotora de la Escuela nueva.
Hija de un matrimonio de migrantes del norte de Italia, Alpina Bodello (1865-1958) y Antonio Cossettini (Aviano, Udine, 1864-1957). Su padre fue maestro, fundador de escuelas rurales abiertas a la comunidad en la provincia de Santa Fe y de bibliotecas públicas y sociedades rurales. Mantuvo contacto con Enrico Ferri y Edmundo D’Amicis, dos intelectuales vinculados al socialismo. Promovió el teatro como medio de educación y fundó el Centro Filodramático Italiano.
El matrimonio se instaló en la localidad rural de San Jorge, donde tuvo ocho hijos. Precedieron a Olga: Amalia Marta (1890-1975), María Celeste Ada (1891-1985) y Blanca Magdalena (1896-1980). Luego de Olga, nacieron: José Alcides Miguel (1900-?), Gastone Mateo Angel (1901-?) Leo (1903-?) y Leticia (1904-2004). Aparentemente, solo Olga y Leticia continuaron los pasos de su padre formándose como educadoras. Blanca se dedicó a la enseñanza de las artes plásticas en Rafaela, Santa Fe.
Olga obtuvo el título de maestra en diciembre de 1914 luego de cursar estudios secundarios en la Escuela Normal de Maestros Rurales de Coronda, Santa Fe.
Junto a su hermana Leticia, se dedicó a desarrollar una pedagogía centrada en el arte, la naturaleza y la interacción con el entorno social. Sus alumnos acompañaban el aprendizaje de la lengua, las matemáticas y las ciencias sociales con talleres de música, dibujo, escritura, danza y huerta. Ello se identificó con la Escuela Serena, según la expresión italiana, la Escuela Activa, según la alemana y la Escuela Nueva, según la anglosajona y española.
Si bien no se afilió a ningún partido político, mantuvo un vínculo estrecho con intelectuales socialistas como Dolores Dabat y Delia Etcheverry, y afines a dicho espacio, como Francisco Romero. Asimismo, integró instituciones culturales liberales que participaban del frente antifascista en la década del cuarenta. En cuanto a su actividad gremial, aparentemente adhirió en 1921 a la masiva huelga docente que reclamó el pago de catorce salarios consecutivos adeudados, el mejoramiento de los salarios y la sanción de leyes de estabilidad y escalafón. Cossettini se encontraría entre las numerosas maestras cesanteadas por esos reclamos.
En agosto de 1950, es separada del cargo de Directora de la Escuela n° 69 “Dr. Gabriel de Carrasco”, de Rosario, Santa Fe. Ante ello, redacta un largo descargo dirigido al Ministro de educación de la provincia de Santa Fe, el abogado peronista Raúl Rapella. Allí reconstruye su trayectoria docente desde 1917. Ese año fue nombrada maestra primaria en la Escuela provincial de Sunchales, localidad rural de la provincia de Santa Fe. Cuatro años después, comenzó a ejercer el mismo cargo en la Escuela Normal “Domingo de Oro” de Rafaela.
Tiempo después es profesora de curso en esa escuela y en 1930 regente del Departamento de Aplicaciones, año en que Leticia se incorpora como maestra. Junto a la directora, la maestra Amanda Arias (1894-1957), consigue que el Consejo Escolar de la provincia le conceda autonomía didáctica para ensayar una “Escuela Serena”, según la expresión adoptada por Giuseppe Lombardo Radice (1879-1938). Este pedagogo italiano mantuvo una orientadora correspondencia con Cossettini. Lombardo Radice dirigía L’educazione Nazionale, órgano del ministerio de Educación de la Italia fascista. Allí aparece en 1932 la elogiosa reseña “La reforma italiana en una escuela de la República Argentina”. Otra aliada fundamental fue la maestra socialista Dolores Dabat (1889-1940), quien como directora de la Escuela Normal n° 2 de Rosario formaba en un proyecto escolanovista a las futuras maestras. Dabat editaba Quid Novi?. Suplemento. Revista de la Asociación de padres y ex alumnas de la Escuela Normal N° 2 de Rosario, en la que bajo el título “La estética en la escuela” Cossettini justificó el rol de la música en la educación y reconoció los antecedentes en el método intuitivo de las hermanas italianas Rosa y Carolina Agazzi.
Las reformas que impulsa entonces el gobernador provincial Luciano Molinas (1931-1935), perteneciente al Partido Demócrata Progresista (PDP), incluyen el apoyo a ese tipo de experiencias. Pero con el fin de ese mandato, queda interrumpido el proyecto. Cossettini publica entonces los resultados de la experiencia en dos breves libros, Escuela Serena. Apuntes de una maestra y Sobre un ensayo de Escuela Serena. Ambos difunden los registros de las maestras. El primero abre con un elogioso epígrafe de Lombardo Radice, y concluye con la mención de su reseña en L’educazione Nazionale. Además, Cossettini transcribe un fragmento de una halagadora carta que le había enviado desde Buenos Aires el pedagogo liberal Ernesto Nelson, quien había sido cuestionado por los principios desde los cuales había dirigido el Internado del Colegio Nacional dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, pero era el referente local de la Escuela Nueva de John Dewey.
En la publicación de esos libros se advierte el pasaje de Cossettini de maestra a intelectual pedagoga. A la organización de un proyecto educativo escolanovista se suma la capacidad de argumentar contra el positivismo de la “escuela tradicional” y de editar los registros de las distintas maestras y los elogios de pedagogos reconocidos para difundirlos y legitimar ese proyecto. Si como directora de una Escuela Nueva emprendía la profesionalización de una función maternal que se proponía como exclusiva de las mujeres, con su condición de autora y conferencista –en la que se afianzaría en las décadas siguientes– trascendía esa función para compartir catálogos y auditorios con filósofos y pedagógos antipositivistas.
El mismo año 1935 se traslada junto a Leticia de Rafaela a Rosario, donde es nombrada directora de la mencionada Escuela Carrasco, del barrio rural de Alberdi. Ese año y hasta 1944, consigue que el Director General de Escuelas, Dr. Pío Pandolfo, dicte un decreto en el que se reconoce el carácter experimental de la escuela y con ello se habilite la autonomía didáctica para desarrollar una currícula ligada a las disciplinas artísticas y desarrollada al aire libre.
En la mencionada carta-descargo destaca que durante su dirección se creó en torno de la escuela: la biblioteca popular Nº 1959 que contó con más de 5 mil ejemplares, muchos de los cuales serían secuestrados por la policía rosarina en 1950 al considerarlos literatura antiargentina; un laboratorio de ciencias naturales, “único en su género en la escuela primaria del país por la enseñanza experimental que imparte”; una carpintería; un taller de cerámica; uno de costura y telar; un espacio de música; un consultorio odontológico; una sociedad cooperadora; un centro de cooperación de la mujer; un centro de ex alumnos y un centro estudiantil cooperativo. Además, los alumnos editaron la revista La voz de la escuela y las autoridades un boletín informativo.
En abril de 1938 visita la Escuela, por intermedio de Marta Samatán, la pedagoga chilena Gabriela Mistral, quien había sido convocada a dar una serie de conferencias en la Escuela Normal que dirigía Dolores Dabat y desde entonces mantiene una afectuosa amistad epistolar con Cossettini. Ese año ésta consigue que las acuarelas pintadas por sus alumnos sean expuestas en el Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Castagnino” (dirigido por su amigo el arquitecto Hilarión Hernandez Larguía) y que el entonces ministro provincial de Instrucción Pública y Fomento, Juan Mantovani, inaugure la exposición con un elogioso discurso sobre su proyecto pedagógico. Al año siguiente, el municipio financia una tirada y distribución de mil ejemplares de El niño y su expresión, libro que se abre con el breve discurso de Mantovani, “Significado de una experiencia”, prosigue con una “Síntesis biográfica de la Escuela Experimental ‘Dr. Gabriel Carrasco’”, “El niño y su expresión” de Cossettini y la reproducción de una selección de las acuarelas expuestas. A lo largo de su vida, mantiene una estrecha amistad con Mantovani y su esposa, la escritora infantil y crítica literaria Fryda Schultz (1912-1978).
Sobre sus actividades posteriores, Cossettini lista en la citada carta-descargo:
En 1939 el Ministerio de Educación me envió en viaje de estudios al Brasil.
En 1940 La Unión Panamericana con asiento en Washington, solicitó los originales de los dibujos publicados para ser expuestos en distintas ciudades de los Estados Unidos.
En 1941 Guggenheim Fundation me acordó una beca para estudiar diferentes aspectos de la educación primaria y secundaria de los Estados Unidos, lo que dio motivo para que al regreso divulgase en una serie de cursos y conferencias las experiencias recogidas a través de mi estudio en aquel país.
En 1942 publiqué el libro La escuela viva cuyo prólogo pertenece al Profesor Dr. Francisco Romero, prólogo que fue reeditado por el autor en un reciente libro El hombre y la cultura en un capítulo que se titula “Una Maestra”, cuya lectura pone de relieve [ilegible] de la obra cumplida.
En 1944 la Universidad Nacional de La Plata me invitó a escribir el prólogo del libro El Gallo Pinto de Javier Villafañe cuya publicación data de [ese año].
En 1943 fui invitada por el Instituto de Pedagogía de Montevideo a dictar un curso sobre mis experiencias educativas en la Escuela Gabriel Carrasco.
En 1946 fui designada por el magisterio argentino para representarlo en el Congreso de Educadores Americanos que se reunió en México.
Terminado el Congreso, fui invitada a dar conferencias sobre “La expresión de niño” en la Escuela de Pedagogía en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Luego el Director del Departamento de Misiones Culturales, Profesor Guillermo Bonilla, me invitó para visitar algunas misiones y escuelas rurales, valiosa experiencia que divulgué a mi regreso en varias conferencias.
En 1947 Leticia Cossettini publicó el libro Teatro de Niños, que consigna el precioso ensayo realizado en el teatro de la escuela.
En 1949 la Escuela de Verano de la Universidad de Chile me invitó para dictar un curso sobre educación en la ciudad de Santiago y una vez terminado me invitó para repetir el curso en Valparaíso, compromiso que cumplí durante los meses de enero y febrero de ese año.
En 1949 la UNESCO solicitó documentación fotográfica de la obra artística cumplida en la escuela cuyo anuncio aparece en el catálogo recientemente publicado por ese organismo internacional.
Está en prensa El estudio [ilegible], Edit Poseidón.
Está en preparación “El estudio de las Ciencias Sociales en la escuela primaria”.
El programa correspondiente a esta materia, resultado de un serio trabajo de elaboración del personal, fue después de mi cesantía arrancado de las paredes de la vicedirección donde estaba expuesto a la vista de maestros, padres y visitantes y prohibida su aplicación. Considero esta actitud un serio atentado contra el progreso de la educación argentina.
Olga Cosettini, carta-descargo dirigida al Ministro de educación de la Provincia de Santa Fe, Dr. Raúl Rapella, agosto 1950.
A ese recorrido podemos agregar que en 1939 publicó el artículo “Misiones culturales” en la Revista de Pedagogía, que había fundado en España el escolanovista Lorenzo Luzuriaga y que desde su exilio argentino editaba en Buenos Aires. El artículo describe las actividades que sus alumnos realizaban fuera de la escuela para articular la vida escolar y las problemáticas sociales. Al prólogo, titulado “La educación artística”, a los cuentos del titiritero Javier Villafañe precedieron su visita y funciones en la Escuela. Otras visitantes fueron Marta Samatán y Delia Etcheverry. El escritor santiagueño Bernardo Canal Feijoo se encargó de la difusión del proyecto de la Escuela en revistas culturales.
La escuela viva difundió registros de clase y reflexiones sobre la experiencia en la Escuela Carrasco. La primera edición apareció en 1943 en Losada (una de las editoriales argentinas dedicadas a la difusión masiva de conocimiento), dentro de la Colección Pedagógica que dirigía Luzuriaga. Entre una gran mayoría de título europeos, Cossettini compartía el catálogo con una escolanovista de Buenos Aires, Clotilde Guillén de Rezzano (1880-1951), quien publicaba un escrito sobre los Centros de interés en la escuela, el uruguayo Jesualdo Sosa (1905-1982), del que se editó un estudio sobre los modos de pensar y de enseñar la literatura infantil, y su amigo Mantovani, que preparó un ensayo antipositivista sobre filosofía de la educación.
Ese año 1943 se crea en La Plata la revista cultural y socialista Libertad creadora. Su amiga y pedagoga Delia Etcheverry la conmina a preparar una colaboración, que no podrá editarse por el cierre de la revista luego del golpe de Estado. Etcheverry sí llega a publicar en el primer número de Libertad creadora una elogiosa reseña de La escuela viva. El socialismo y toda la cultura de izquierdas venían participando de una intensa campaña antifascista. Etcheverry retoma ello para inscribir la experiencia pedagógica de Cossetini en “el clima de la auténtica democracia de una escuela democrática argentina”. Precisa sobre el libro:
A través de La escuela viva se aprecia el profundo conocimiento que posee la autora del ser complejo que vive en el niño. También, cómo el sentido social que en ella alienta, ha cuajado en el sello propio que tienen las excusiones, las misiones de divulgación cultural y la cooperación prestigiados en su Escuela. Este vuelto hacia la colectividad es el mejor aprendizaje que pueda hacer el alumno como ente social.
En 1945 Losada publica la segunda edición de La escuela viva con el mencionado prólogo de Francisco Romero, otro intelectual socialista que participaba de la fracción antifascista. El libro aparece en otra colección de Luzuriaga, La Escuela Activa.
Durante la década del cuarenta visitan la escuela Juan Ramón Jiménez, Margarita Xirgu, Leonidas Barleta y Fernando Birri. En 1947 dicta una conferencia sobre los problemas de la educación infantil en Rosario y en Resistencia, Chaco, publicada poco después por el centro organizador de Resistencia bajo el título Pedagogía de la perversidad. Ese año es cesanteada, pero las protestas logran revertir la decisión.
Olga mantuvo una relación tensa con las autoridades educativas cercanas a Perón. En 1945 fue sancionada con una orden de traslado por el presidente interino del Consejo de Educación Ricardo Baldrich, perteneciente al gobierno del interventor de Santa Fe Oscar Aldrey. Apelando a la ley n° 2951 que garantizaba estabilidad y escalafón docentes, se negó a recibir en la Escuela Carrasco a una vicedirectora que había sido nombrada sin previo concurso por las autoridades de la intervención cercanas a Perón. Un mes después la sanción fue anulada por el nuevo ministro de Gobierno e Instrucción Pública Leandro Meiners, de extracción radical yrigoyenista, quien escuchó los pedidos del personal de la Escuela Carrasco y de la Federación Provincial del Magisterio.
En cuanto a su definición política, a comienzos de la década del cuarenta forma parte de la comisión directiva de la filial santafesina de Acción Argentina, red antifascista del Partido Socialista que impulsó una campaña de «reafirmación democrática» a nivel nacional. Por entonces mantiene asidua correspondencia con el escritor Luis Reissig, quien ejercía la secretaría del Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES) de Buenos Aires y la convoca a crear una filial rosarina. La filial se concreta: Cossettini ejerce la secretaria general entre 1951 y 1954 y comparte la comisión directiva con su hermana Leticia, Aurelia Morello, Hilarión Hernadez Larguía, Ortiz de Guinea, José Bruera, Cortes Pla y Vila Ortiz. Las conferencias y cursos se realizan en el salón del Centro de Escribanos: además de Cossettini, viajan a Rosario para disertar en los ciclos: Roberto Giusti, Jorge Luis Borges, José Luis Romero, José Babini, Victoria Ocampo, Vicente Fatone, Ernesto Epstein, Rafael Alberti y Nicolás Guillén, entre otros.
Invitada por el CLES de Buenos Aires, lleva la muestra «El niño y su expresión» a la Universidad Popular Alejandro Korn (UPAK) de La Plata y a la Cátedra Sarmiento de Buenos Aires, dos espacios socialistas en los que ofrece una conferencia. Su participación en el frente antifascista también es explícito en la citada carta. Allí declara:
Yo no he militado en las filas de ningún partido político. Actué sí, en la Unión Democrática porque consideré que ese era el camino para lograr la normalización económica, política y social del país y porque siempre sostuve que un maestro debe ser, tal como Sarmiento quería, maestro dentro y fuera de la escuela, pues su deber es formar y encausar la conciencia ciudadana que ha de servir a la nación para su defensa y su progreso.
Así lo hice entonces y lo seguiré haciendo para el bien de mi país que está por encima de intereses personales y de partidos.
Olga Cosettini, carta-descargo dirigida al Ministro de educación de la Provincia de Santa Fe, Dr. Raúl Rapella, agosto 1950.
En esa carta transcribe un fragmento de otra que le había enviado poco antes el historiador José María Rosa, quien lamentaba la cesantía y le trasmitía su reconocimiento sin dejar de aclarar que “era indudable que Ud. estaba en el extremo opuesto al mío, pues Ud. es liberal y yo soy nacionalista”.
A diferencia de 1945, en 1950 Olga y su hermana Leticia no logran revertir la nueva cesantía. Ello también las obliga a mudarse, pues residían en la vivienda construida arriba de la Escuela Carrasco. De todos modos, permanecerán vinculadas al barrio de Alberdi.
No vuelve a emprender proyectos escolanovistas en la educación formal. Entre 1955 y 1957 fue Inspectora Seccional de Escuelas en Santa Fe y asesoró a la sede rosarina de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional del Litoral. Durante 1958 fue Directora General de Escuelas en Buenos Aires y en la década del sesenta participa del relevamiento del estado de la educación rural y se vincula a la Universidad de Buenos Aires.
La cesantía no le impide seguir desplegando su condición de intelectual de la Escuela Nueva. Mantiene un atento contacto epistolar con diversos escritores y continúa sus reflexiones pedagógicas.
En 1961 gana una Beca del Consejo Británico. Además, viaja a Francia para participar del Comité D’Accueil y vuelve a dar forma de libro a una serie de registros escolares. En este caso con ello ofrece un método de alfabetización. El libro es editado por Eudeba bajo el título El lenguaje y la lectura en primer grado. En 1999 ese libro tiene una suerte de continuación con la publicación de una serie de escritos inéditos, organizados por Leticia y la Secretaría de Educación de la Municipalidad de Rosario bajo el título La enseñanza de la Lengua en la escuela primaria.
En 1963 volcó sus observaciones pedagógicas durante su viaje europeo en La educación popular en Inglaterra, Francia e Italia.
Dos años antes de fallecer, en 1985, es nombrada junto a Leticia «Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Rosario». Al año siguiente, ambas reciben un reconocimiento de la Fundación Konex por su labor como maestras.
Desde 2006, el Archivo Pedagógico Cossettini, compuesto por cuadernos de alumnos, diarios de clase escritos por las maestras, epistolarios, colecciones de revistas, planes de estudio y la biblioteca personal, entre otros documentos, es custodiado por el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IRICE), dependiente del Conicet.
Obra
- Escuela Serena. Apuntes de una maestra, Buenos Aires, Talleres gráficos argentinos L. J. Rosso, 1935.
- Sobre un ensayo de Escuela Serena en la provincia de Santa Fe, Santa Fe, Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral, 1935.
- «El método Agazzi”, en: El Litoral, 16/11/1935.
- “Misiones Culturales”, en: Revista de Pedagogía n° 3 (2° ép.), Buenos Aires, Losada, agosto 1939.
- “La estética en la escuela”, en: Quid Novi?. Suplemento, Revista de la Escuela Normal n° 2, tomo VII, n° 3, 1939.
- El niño y su expresión. Escuela experimental “Dr. Gabriel Carrasco”, Santa Fe, Ministerio de Instrucción Pública y Fomento de la Provincia de Santa Fe, 1940.
- La escuela viva, Buenos Aires, Losada, 1942 (reedición en 1945 con prólogo de Francisco Romero).
- “La educación artística”, prólogo a: Javier Villafañe, El Gallo Pinto, La Plata, Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, 1944.
- Pedagogía de la perversidad, Resistencia, Amigos de Resistencia, 1947.
- El lenguaje y la lectura en primer grado, Buenos Aires, Cuadernos de Eudeba, 1961.
- La educación popular en Inglaterra, Francia e Italia, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 1963.
- «La educación popular y los obreros”, en: Panoramas, n° 7, 1964, pp. 23-33.
- La cooperativa escolar (s/e), 1983.
- La enseñanza de la lengua en la escuela primaria. Rosario, Editorial de la Municipalidad de Rosario, 1999.
- Obras Completas Olga Cossettini y Leticia Cossettini, Santa Fe, Ediciones Amsafé, 2001.
- Archivo pedagógico Cossettini, Rosario, Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Conicet.
- Red Cossettini: https://redcossettini.blogspot.com/.
Cómo citar esta entrada: Bustelo, Natalia y Parot Varela, Pilar (2023), “Cossetti, Olga”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.