García Thomas, Enrique (seudónimo: Espartaco) (Barcelona, España, 6/2/1883 – Buenos Aires, Argentina, 19/6/1950).
Mecánico y periodista de origen catalán, principal referente del “anarco-bolchevismo” en la Argentina.
Llegó a la Argentina en su infancia y residió con sus padres en Rosario, donde aprendió el oficio de mecánico.
Se vinculó desde su juventud a los núcleos obreros de esa ciudad, participando en sus luchas y en la vida cultural de ateneos, bibliotecas y publicaciones libertarias. Llega a montar en Rosario un taller mecánico propio, lo que le permite financiar sucesivos emprendimientos político-periodísticos.
Edita la revista de cultura libertaria Clarín (Rosario, junio-diciembre de 1906). Es detenido el 25 de septiembre de 1906 por sus artículos en la prensa anarquista y liberado pocos días después. Se trasladó enseguida a la ciudad de Buenos Aires, donde fue detenido en octubre y expulsado por primera vez del país, en aplicación de la Ley de Residencia.
Desde 1913 es el principal inspirador del periódico La Rebelión (Rosario, 1913-1918), donde colaboran destacas figuras del anarquismo de su tiempo como José Vidal Mata, Elías Castelnuovo, Hermenegildo Rosales, Pierre Quiroule, Atilio Biondi, Julio R. Barcos, Nemesio Canale, Antonio Abilio Gonçalves, Sebastián Ferrer, Leopoldo Alonso, Santiago Locascio, José Torralvo y los jóvenes militantes del reformismo estudiantil Juan Lazarte y Luis Di Filippo. En 1917 los “rebelionistas” rosarinos apoyan decididamente desde el anarquismo la Revolución Rusa (e incluso la “dictadura del proletariado” como preludio a la “tercera revolución”, de carácter libertario).
Por entonces García Thomas, junto a su compañera, la militante anarquista Eva Vivé, pasaron un tiempo en la localidad de Zárate para establecerse finalmente en la ciudad de Buenos Aires. En 1918 los “rebelionistas” rosarinos convocan a tres publicaciones afines a una serie de reuniones con vistas a fundar conjuntamente una Federación Anarquista y un diario unificado a ser editado en Buenos Aires. Las revistas convocadas fueron: La Obra de Buenos Aires (Rodolfo González Pacheco y Teodoro Antillí), Ideas de La Plata (donde se destaca el poeta anarquista Fernando del Intento) y Nubes Rojas de Junín. En el curso de las negociaciones, los redactores de La Obra plantean opciones alternativas y finalmente se retiraron de las reuniones, de modo que solo participan de la fusión los grupos de La Rebelión y de Nubes Rojas, naciendo así Bandera Roja. Diario de la mañana (Buenos Aires, abril-mayo de 1919).
Aunque la mayor parte de las notas son anónimas, firman algunos artículos Santiago Locascio, F. E. Canosa, Luis María López, Rómulo Schenini, Manuel S. Porteiro, Constante Salerno y Juan Roqué. Otros aparecen firmados con seudónimos: “Bisturí” (Alejandro Silvetti / Alejandro Alba / Manuel Fandiño), “F. G.” o “Fernando Gonzalo” (Jesús M. Suárez). El diario no se financiaba con publicidad sino con aportes gremiales, provenientes sobre todo de los gremios autónomos de trabajadores del puerto. Doeswijk ha señalado que muchos de sus colaboradores eran destacados dirigentes gremiales como Atilio Biondi de Caldereros, Sebastián Ferrer y Antonio Abilio Gonçalves de Pintores, y Hermenegildo Rosales de Construcciones Navales, además contar con el respaldo de la Federación de Obreros Rusos Sudamericanos y de la Federación de Picapedreros Sudamericanos, con sede en Montevideo.
En el contexto de intensa agitación obrera que se vivió entre la Semana Trágica de enero de 1919 y el 1° de Mayo siguiente, el diario “anarco-bolchevique” atacó al Estado, el Ejército y la Patria e incitó a la revolución social, siguiendo el ejemplo de Rusia y Alemania. Tradujo artículos de Lenin, Zinoviev, Trotsky, Louise Bryant y Stepniak. La gran prensa nacional argentina —sobre todo La Prensa y La Nación, pero también The Buenos Aires Herald— exigían al gobierno la prohibición del diario “espartaquista”.
El último ejemplar de Bandera Roja, que alcanzó un tiraje de 20 mil ejemplares, fue incautado por el Jefe de Policía Elpidio González, siendo juzgados Gacía Thomas y otros dos redactores —Hermenegildo Rosales y Atilio R. Biondi— bajo la “Ley de Defensa Social” sancionada en 1910 y condenados por el juez Ramos Mexia a seis años de prisión. Tras pasar un año en el penal de Ushuaia, Tierra del Fuego, en mayo de 1920 el Comité pro Presos consiguó el indulto del presidente Hipólito Yrigoyen y los tres salieron finalmente en libertad.
Mientras García Thomas se encontraba en prisión, su nombre y su fotografía aparecieron en el magazine ilustrado porteño Caras y Caretas y en otros medios periodísticos que lo vincularon al llamado “asunto de las bombas”. Según estos medios, el 13 de marzo de 1920, en el contexto de un intenso movimiento huelguístico, Mariano Barrajón y otros “anarco-bolcheviques”, habrían sido detenidos por la Sección Orden Social de la Policía Federal argentina, cuando eran sorprendidos en la fabricación de explosivos. La redada policial llevó a prisión entre 150 y 180 militantes anarquistas.
Entre tanto, en 1919 esta corriente llega a hegemonizar el Comité Federal de la FORA del V Congreso (anarco-comunista), pero —atacados duramente desde La Protesta y La Organización Obrera y luego desde La Antorcha como “anarco-dictadores” y “camaleones”— sus dirigentes son finalmente expulsados por los anarquistas “ortodoxos” en una asamblea de la FORA que tuvo lugar en Buenos Aires el 21 de agosto de 1921. García Thomas, Jesús María Suarez, Sebastián Ferrer, Antonio A. Gonçalvez, Julio R. Barcos, Alejandro Alba (seudónimo de Manuel Fandiño) y Nemesio Canale son acusados allí de haber conspirado a espaldas de la Federación con delegados rusos así como con la delegación que encabezaba el sindicalista australiano-británico Tom Barker (de la IWW) que habían llegado a la Argentina buscando el apoyo de los anarquistas para la Internacional Sindical Roja con sede en Moscú.
Entre 1920 y 1921 la corriente “rebelionista” edita en Rosario el semanario El Comunista bajo la dirección del maestro anarquista Jesús M. Suárez.
Un año después los “rebelionistas” vuelven a ensayar la publicación de un diario en Buenos Aires: El Trabajo (Buenos Aires, septiembre 1921 – marzo 1922), desde el cual se llaman a la fusión de las dos federaciones obreras (las dos FORAS, anarco-comunista y sindicalista) y a su adhesión a la Internacional Sindical Roja. La FORA anarco-comunista se opone, pero la segunda confluye con los llamados “gremios autónomos” y los “anarco-bolcheviques” para crear así, en marzo de 1922, la Unión Sindical Argentina (USA).
Simultáneamente, García Thomas impulsa también la edición de un periódico antimilitarista clandestino: El soldado rojo, subtitulado: “Soviet de Obreros y Soldados” (Buenos Aires, 1920-1922).
Paralelamente a su participación en la dirección de la USA, García Thomas y su corriente fundan, en enero de 1923, la Alianza Libertaria Argentina (ALA), que editó el periódico El Libertario (Buenos Aires, 1923-1932). En marzo de 1924 participa de la Primera Conferencia Regional de la ALA, pero esta rechaza cualquier afiliación internacional. Igual postura asume en abril de 1924 el Primer Congreso de la USA. Así, en la medida en que la USA e incluso la ALA quedan hegemonizadas por las posturas “independentistas” de los anarcosindicalistas, el sector “anarco-bolchevique” impulsa una Alianza paralela que reedita en la capital porteña un periódico titulado La Rebelión (Buenos Aires, 1925-1926).
Con el golpe militar de septiembre de 1930, García Thomas es extraditado a España, pero logra desembarcar en el puerto de Santos, Brasil. El 30 de octubre de 1930 arriba en otro buque (Lipari) a Montevideo y en diciembre ya ha reingresado a la Argentina. Se reúne entonces en la quinta “Ana María” de la localidad bonaerense de Burzaco con Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó, para colaborar en la resistencia a la dictadura del General Uriburu. Colabora asimismo con su amigo Julio R. Barcos, que está personalmente involucrado con los militares rebeldes Gregorio Pomar y Atilio Cattáneo, quienes llevan a cabo dos intentos fallidos de movimiento cívico-militar para derrocar a la dictadura militar. García Thomas fue nuevamente expulsado a España en 1933. Lo acompaña en su exilio su mujer Eva Vivé. Desde Barcelona envía ese mismo año su último documento significativo: “Crítica revolucionaria”, donde reafirma su fe “anarco-bolchevique”.
García Thomas regresa con Eva Vivé a Buenos Aires tiempo después, ciudad en la que fallece, el 19/6/1950, a la edad de 67 años.
Obra
- “El contraste social”, Buenos Aires, Bautista Fueyo, 1908.
- “Toque de atención”, Buenos Aires, s/f.
- “Comentarios a la Primera Conferencia Regional de la Alianza Libertaria Argentina”, Buenos Aires, Alianza Libertaria Argentina (ALA), 1924.
- “Crítica revolucionaria”, Buenos Aires, Alianza Libertaria Argentina (ALA), 1933.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “García Thomas, Enrique”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.