Fossa, Mateo Francisco (seudónimos: Irlam, Un Jubilado) (Buenos Aires, Argentina, 1/1/1896 – Buenos Aires, Argentina, 3/7/1973).
Obrero tallista, dirigente sindical del gremio de la madera y militante trotskista.
Nace en el seno de una familia obrera, de madre argentina (Catalina Barbieri) y padre genovés (Manuel Fossa). El padre regentea un corralón de forrajes y carbón, situado en la calle Montevideo entre Alvear y Av. República (luego llamada Avenida Quintana) donde vive toda la familia. El corralón se llamaba llamado “El Socorro”, en referencia al nombre con el que se conocía a ese barrio porteño (“Barrio del Socorro”). Mateo es el mayor de cuatro hermanos: Dora (n. 1898), María Luisa y Manuel (n. 1908). Años después el padre retorna a Italia, abandonando a su mujer y cuatro sus hijos.
Mateo inicia sus estudios primarios en la escuela mixta “de la barranca” ubicada en Rodríguez Peña entre Posadas y Alvear, dirigida por la maestra Rosa Gómez. Según su testimonio, sus padres pagaban tres pesos por mes para que Mateo y sus hermanos cursaran doble jornada mientras ellos trabajaban. A partir de tercer grado pasó a la Escuela Superior de Varones “Juan José Castelli” de la calle Arenales 1060 (edificio demolido en 1935, conocido entonces como “El Amarillo” por el color de su frente). Según el testimonio del propio Fossa, fue compañero de banco de Horacio Butler, luego reconocido artista plástico. El colegio albergaba “gente del conventillo y gente bacana. Era característica era propia del barrio”. Mateo debió dejar el colegio una vez concluido el sexto grado para iniciarse en el mundo del trabajo.
Comenzó a trabajar durante las vacaciones de verano cuando era apenas un niño, cumpliendo tareas domésticas en la casa particular del empresario cerealero Dreyfus, trabajando luego por breve tiempo en la propia cerealera. Según sus propias palabras, aquel niño criado en un medio “reo” no se hallaba en ese ambiente “cajetilla”, de modo que cuando tenía alrededor de 13 o 14 años su padre lo llevó como aprendiz al taller de escultura de Juan Scaglia ubicado en Juncal entre Libertad y Talcahuano. Pero Mateo era un aprendiz rebelde que se negó a lustrar los zapatos a su maestro y debió dejar el taller de la calle Juncal. Su padre lo condujo entonces al taller de la calle Riobamba entre Arenales y Juncal que dirigían los maestros Carlos Gautier, Pagani y Casalás. En este taller de escultura en yeso fue aprendiz de modelación para los ornatos de frentes e interiores. Por entonces se estaban formando en ese mismo taller escultores como Luis Perlotti, Santiago José Chierico, Santiago Gomareschi, Virginio Cairo y Pagani hijo, entre otros.
La crisis económica que se desató con el inicio de la Primera guerra mundial obligó a los escultores a buscar trabajo en los oficios más diversos de la construcción. Mateo pasó a trabajar con un tío en la zinguería Fiorda Hermanos, de la calle Montevideo 912. Uno de los escultores mayores, Cairo, le consigue entonces trabajo en el taller de carpintería “Francisco Dadino”, que estaba situado en la Avenida Santa Fe 1765. Dadino, un milanés que se había formado en la Academia Brera, lo inicia en el oficio de tallista en madera.
En ese mismo año de 1914 ingresa al Sindicato de tallistas y escultores en madera que funcionaba en la “casa de los sindicatos”, México 2070, un inmueble con numerosas piezas donde funcionaba la circunscripción 10ª del Partido Socialista, la Biblioteca Obrera y una docena de gremios de oficio: los obreros del calzado, los metalúrgicos, etc. Este ingreso a la vida sindical implica al mismo tiempo su iniciación en la vida política, pues el secretario general del gremio era el socialista de origen asturiano Luis Fernández, que va a influir decisivamente en su formación. Fossa, a la salida de su trabajo, se va a desempeñar como secretario de Fernández en el gremio, donde convivían anarquistas y socialistas. Influido por Fernández, en 1914 ingresa al Centro Socialista de la 19ª circunscripción, próximo a su casa.
Cuando años después se produjo una suerte de empate al interior del gremio de la madera entre anarquistas y sindicalistas, se resolvió terciar por el joven candidato socialista y Mateo Fossa fue designado secretario general. Su fervor militante impulsó a la política a su hermano menor, Manuel Fossa (“Manolo”) e incluso a su madre, Catalina Barbieri, que perdió la fe religiosa y adhirió al socialismo.
En enero de 1919 asiste a varias de las históricas jornadas conocidas como Semana Trágica, una de las represiones más sangrientas que sufrió el movimiento obrero argentino. El 7 de enero por la noche asiste con su compañero socialista Alfredo De Andéis al local socialista de la calle Loria 1341 (a dos cuadras de los talleres metalúrgicos Vasena en los que se había iniciado la huelga), donde se estaban velando algunos de los obreros asesinados por la policía. Fossa y De Andréis acompañaron el cortejo que partió desde el local de la calle Loria hasta el Cementario de la Chacarita. En ese trayecto tuvieron diversos enfrentamientos con la policía.
Fossa había ingresado a unas juventudes socialistas que desde el inicio de la Primera guerra mundial formaban parte de una tendencia de izquierda dentro del Partido Socialista. El ala izquierda reivindicaba una perspectiva clasista en el movimiento obrero, adoptaba una postura internacionalista frente al conflicto bélico y sostenía el marxismo teórico frente a las posturas revisionistas. A principios de 1917, cuando promediaba la guerra, el grupo parlamentario del PS emite una declaración que implica una ruptura de relaciones con Alemania y se abre un gran debate en el seno del PS que obliga a convocar a un congreso extraordinario. Junto con José F. Penelón y los hombres del Comité de Propaganda Gremial, los jóvenes socialistas como Mateo Fossa se oponen a la declaración del grupo parlamentario y encabezan la oposición internacionalista. En las deliberaciones del III Congreso Extraordinario del PS, celebrado en el Salón “Verdi” del barrio porteño de La Boca los días 28 y 29 de abril de 1917, los disidentes confrontaron con Juan B. Justo, Antonio de Tomaso y el conjunto de la dirección partidaria. La tendencia que apoya Fossa resultó la triunfante en el Congreso, pero tras la maniobra del grupo parlamentario de votar la ruptura de relaciones con Alemania en la Cámara de Diputados y someter luego los hechos consumados al voto general de los afiliados, organizan el “Comité de Defensa de las resoluciones del IIIer Congreso” y lanzan el órgano del ala izquierda partidaria, La Internacional, fundado el 5 de agosto de 1917.
Expulsadas las secciones “internacionalistas” a fines de 1917, se reúnen en un Congreso realizado en Buenos Aires los días 5 y 6 de enero de 1918, que votará la fundación del Partido Socialista Internacional (PSI). Fossa está entre sus fundadores. Dentro de esta organización, que desde 1920 pasará a denominarse Partido Comunista de la Argentina (PCA), se alineará con el “ala izquierda” partidaria, calificada como “verbalista” por la mayoría del Comité Ejecutivo (José F. Penelón, Victorio Codovilla, Rodolfo Ghioldi) y por la historia oficial a partir de los agitados debates que se dieron en el marco del IIIº Congreso (24/4/1920) entre partidarios y opositores a la sanción de un programa mínimo a la manera del PS y de la acción parlamentaria más allá de lo propaganda revolucionaria. La oposición entre la línea oficial y el ala izquierdista se mantendrá y agigantará a lo largo de sucesivos congresos reunidos entre 1920 y 1924, concluyendo con la expulsión de los “izquierdistas” durante las agitadas jornadas del VII° Congreso, reunido los días 26 a 28 de diciembre de 1925, entre los cuales está Fossa.
Los expulsados constituyen, en enero de 1926, el PC Obrero. Fossa fue elegido miembro del Comité Central y de la Comisión Sindical Central. Sus militantes fueron conocidos como “chispistas”, por editar el periódico La Chispa (1926-1929), que dirigió Angélica Mendoza. Fossa publicó algunos artículos gremiales en La Chispa y tradujo textos del italiano. En noviembre de 1926 el PCO lo propuso como candidato a concejal. En 1927 está entre los fundadores de la Liga Antiimperialista, hegemonizada por los “chispistas”, siendo designado secretario de Relaciones Exteriores. En este contexto recibe una carta del comunista de izquierdas cubano Julio Antonio Mella solicitándole información sobre el monopolio inglés sobre la carne en la Argentina. A través de la Liga Antiimperialista se escribió también con el físico francés Paul Langevin y con el estudiante boliviano Roberto Hinojosa. En las elecciones generales de abril de 1928, el PCO lo propone como candidato a senador.
Paralelamente, Fossa desarrolla una intensa acción sindical. Dentro del Partido Comunista integró la “Agrupación Comunista de la Madera” y luego el “Grupo Rojo de la Industria del Mueble”. Como dirigente sindical comunista disputa posiciones dentro de su gremio con anarquistas, socialistas y sindicalistas revolucionarios. En enero y febrero de 1921 participa como delegado suplente por su gremio, junto a sus compañeros tallista Serafín Garbini (delegado suplente) y Luis Fernández (delegado titular), del XI Congreso de la FORA sindicalista, que tiene lugar en el Teatro Argentino de La Plata. En marzo de 1922 participa como delegado suplente de su gremio del Congreso de Unidad que tiene lugar en el Salón Verdi del barrio porteño de La Boca, que dará nacimiento a la Unión Sindical Argentina (USA), con hegemonía sindicalista pero donde participan también socialistas y comunistas.
Como secretario del Sindicato de tallistas y escultores en madera, en 1925 es uno de los impulsores de la creación del Sindicato Obrero de la Industria del Mueble de Buenos Aires (SOIM), donde se fusionaron los antiguos gremios por oficio vinculados al trabajo en madera (ebanistas, tapiceros, torneros, doradores, tallistas y escultores). En el nuevo sindicato, que tenía su sede en la calle Díaz Vélez, confluían los anarquistas de la FORA del Vº Congreso (como Pedro Jungalás), los sindicalistas revolucionarios que provenían de la FORA del XIº Congreso (como Aurelio Hernández ) y los comunistas como Salomón Elguer y el propio Fossa. El COIM se integró en la Unión Sindical Argentina (USA), fundada en 1922 y hegemoniazada por los sindicalistas. A pesar de que el sindicato tiene hegemonía sindicalista, Fossa es nombrado secretario general. En dos asambleas el sindicato vota su adhesión a la Internacional Sindical Roja.
Fossa y Jungalás animaron además durante la segunda mitad de la década de 1920 el Comité Pro Presos de la USA, cuya misión era visitar a los detenidos políticos en distantas cárceles del país (incluidos los los hospicios psiquiátricos) para prestarles ayuda. Visitaron, entre otros, al anarquista Esteban Lucich (que había ajusticiado a un miembro de la Liga Patriótica) y al líder de los mensú Eusebio Mañasco.
Es detenido tras el golpe militar de setiembre de 1930, compartiendo prisión en el Cuadro 3ro bis de la cárcel de Villa Devoto con el periodista y dramaturgo anarquista Rodolfo González Pacheco. Cuando son agredidos por los carceleros, los presos políticos entonan las estrofas de “La Internacional”.
Ya disuelto el PCO desde 1929, Fossa aparece vinculado a los diversos grupos trotskistas. Forma parte con algunos militantes trotskistas de la experiencia “entrista” en el Partido Socialista y en 1937 integra la corriente que rompe con el viejo tronco para fundar el Partido Socialista Obrero (PSO), del que llega a ser candidato a diputado por la circunscripción de La Boca. Integra la Comisión Sindical del PSO así como el Comité contra las Deportaciones y por las Libertades Sindicales.
Como secretario de su gremio es uno de los principales dirigentes de la huelga del gremio de la madera de inicios de mayo de 1935 que, en un contexto de crisis y desocupación, es uno de los primeros gremios en obtienen la conquista de la semana laboral de cuarenta horas. En 1935 participa del proceso de integración del Sindicato de la Madera en la Confederación General del Trabajo (CGT). Fossa es elegido miembro del Consejo de la Federación Obrera Local.
Tiene activa participación en la gran huelga de la construcción que comienza en Buenos Aires en octubre de 1935 y culmina en enero del año siguiente, en la que a los albañiles se van sumando otros gremios de la construcción y que deriva en la huelga general con acción de masas de los días 7 y 8 de enero de 1936, paralizando la Capital porteña. Fossa, uno de los organizadores del movimiento unitario en que convergen en la acción anarquistas, comunistas y trotskistas, juega un rol clave en la vinculación entre los diversos gremios, desempándose como secretario general del Comité de Defensa y Solidaridad con los Obreros de la Construcción. La huelga concluye en una victoria obrera y galvaniza la unidad inicial.
Entre el 31 de marzo y el 2 de abril de 1936 participa como delegado por su sindicato del Congreso Constituyente de la Confederación General del Trabajo (CGT) que tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires. En septiembre de 1936 estalla la huelga de los choferes de colectivos contra el “monopolio del transporte”. Fossa asiste entonces en nombre del su gremio a la asamblea que se realiza en la Sociedad de Colectiveros (Av. Rivadavia 1345), a partir de la cual se constituye el Comité Intersindical Contra el Monopolio del Transporte, confrontando las posiciones moderadas tanto de los dirigentes socialistas como de los comunistas (Rubens Iscaro y Guido Fioravanti). Formó parte asimismo del Comité por la libertad de los Presos de Bragado.
En octubre de 1937, en el marco de un segundo movimiento huelguístico de la construcción, resiste la deportación de los obreros italianos Guido Fioravanti, los hermanos Pedro Fabretti y Emilio Fabretti, Mario Pini y José Pierruccione que habían sido sus compañeros de lucha en las históricas huelgas. Considera que el Partido Comunista acepta de modo resignado la deportación y trata de promover una campaña pública que la impida. Se entrevista con Alfondo Reyes, el embajador mexicano en la Argentina, para solicitar su solidaridad. Solicita en vano el apoyo de medios como La Vanguardia y L’Italia del Popolo.
En 1938, con la ayuda del periodista trotskista Carlos Liacho, viaja a México para representar al gremio de la madera y a otros 27 sindicatos independientes (como los cerveceros, los colectiveros, los sombrereros, entre otros) que habían conformado un “Comité por las Libertades Sindicales” en el Congreso Obrero Latinoamericano, en el que iba a fundarse de Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL). Fossa llevaba para presentar allí unos textos redactados conjuntamente con los anarquistas Horacio Badaraco y Ángel Delgado, y la antigua dirigente del PCO Angélica Mendoza. El Congreso fue celebrado en el Distrito Federal entre los días 5 y 8 de septiembre bajo los auspicios del abogado mexicano Vicente Lombardo Toledano y el sindicalismo comunista. Fossa asiste el 5 de septiembre a las conferencias inaugurales que tienen lugar en el Palacio de Bellas Artes, donde hablan Lombardo Toledano y el presidente Lázaro Cárdenas. Pero el 6 de septiembre, día de la apertura de sesiones, los stalinistas mexicanos se resisten a aceptar sus credenciales e impiden por la fuerza su participación en el Congreso. El 3 de octubre es uno de los oradores en un mitin organizado por la central sindical rival, la Confederación General del Trabajo (CGT) en la Arena Ciudad de México, en el que toman también la palabra el secretario Julio Ramínez, el artista plástico y dirigente gremial Diego Rivera y el estadounidense Platkin. Fossa denuncia que sus credenciales auténticas de representante del movimiento obrero argentino fueron denegadas mientras los otros oradores cuestionaron al congreso comunista como una “farsa” y a los dirigentes de la CTM por contribuir a la “desorientación de las masas”. Los comunistas mexicanos asistieron en masa para tapar esas voces críticas con vivas a la URSS.
Durante esta estadía Fossa visita en tres oportunidades a León Trotsky en su casa de exilio en Coyoacán. El primer encuentro tuvo lugar el 23 de septiembre de 1938. Trotsky se interesa por la situación de la clase obrera argentina y del movimiento trotskista. Fossa le deja planteadas por escrito una serie de preguntas y el líder ruso le entregará sus respuestas días después. Fossa lo interroga sobre temas tales como la guerra, el fascismo, la democracia, el stalinismo, la situación de la clase obrera latinoamericana y las perspectivas revolucionarias en el continente. Las preguntas de Fossa y las respuestas de Trotsky se publican inicialmente en la revista trotskista Clave (México, 1938-1941). También aparece allí la adhesión de Fossa a la Cuarta Internacional, suscripta el 29 de septiembre de 1938. Fossa pudo retornar a Buenos Aires gracias al apoyo económico del presidente mexicano Lázaro Cárdenas que seguramente gestionó Diego Rivera.
A su regreso, en 1939 retomó sus funciones directivas en el Sindicato Único de los Obreros en Madera y Anexos promoviendo la creación de una Federación Argentina de Obreros en Madera (FAOM). Fossa es llevado a la secretaría general de dicha Federación por dos períodos, integrando su Concejo Nacional. Dado que el PSO se encontraba ya totalmente controlado por el PC y en estado de disgregación, tras su retorno a la Argentina se incorpora al Grupo Obrero Revolucionario (GOR) que lidera Liborio Justo, que publica en un folleto las respuestas de Trotsky a la encuesta que Fossa le presentó en México (“Conversando con León Trotsky”, 1941). Se aleja del GOR cuando en 1942 Justo, tras un fuerte debate, rompe con el Secretariado de la IVª Internacional en Estados Unidos.
En diciembre de 1945, mientras trabaja en un taller de muebles en la calle Bucarelli, defiende el cobro del aguinaldo que había decretado el gobierno militar presidido por el General Farrell. La comisión directiva del sindicato, compuesta por sindicalistas y comunistas decide su expulsión, pero Fossa defiende el cobro del aguinaldo en una asamblea del gremio.
Por su parte, su hermano Manuel participa junto a Cipriano Reyes en la organización de las jornadas del 17 y 18 de octubre de 1945, de la fundación del Partido Laborista y en las elecciones de febrero de 1946 es elegido diputado por la Pcia. de Buenos Aires. Pero si bien Mateo es solidario con su hermano, no participa de la experiencia laborista, militando durante los años del peronismo en otra organización trotskista: la Unión Obrera Revolucionaria (UOR) que lidera Oscar (seud. de Miguel Posse). Este grupo se disuelve en 1951 al ser reconocido el Grupo Cuarta Internacional (GCI) que lidera J. Posadas como sección argentina de la IVª Internacional.
Fossa permanece políticamente independiente. En la década de 1960 aparece vinculado a las formaciones trotskistas de la “izquierda nacional”. En 1968 es uno de los convocantes al Congreso de Jubilados y Pensionados realizado en el local de la CGT, del que nació la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina, que motoriza numerosas manifestaciones frente a la casa de gobierno.
A comienzos de 1972 Paco Urondo lo entrevistó para el suplemento cultural del diario La Opinión. Dijo entonces: “Yo sigo en el movimiento obrero y no quiero puestos rentados, ni acomodos. Vivo con mi jubilación, tengo una casita y no pago alquiler, que eso es lo que me salva. No fumo, no tomo. Soy algo vegetariano —no como carne— y hago lo que puedo… Ahora presido la comisión de Jubilados en el Sindicato de Trabajadores de la Madera… Nada me gustaría que no fuese para beneficiar a mi clase, a mi país…” (Urondo, 1972).
En las elecciones de marzo de 1973, cuando tenía 77 años de edad, fue candidato a senador por el Partido Socialista de los Trabajadores que lideraba Nahuel Moreno. Colaboró en Avanzada Socialista, el periódico de esta corriente, con artículos que firmaba “Un Jubilado”. Allí mismo publicó una carta abierta al secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, reclamándole democracia sindical y ponerse al frente de las demandas obreras (Avanzada Socialista n° 52, 15/3/1973).
Murió en la calle de un ataque al corazón. Un numeroso contingente acompañó sus restos hasta el Cementerio de San Martín, donde se refirieron a su trayectoria Nahuel Moreno en nombre del PST, Antonio Petrucci por el Sindicato de la Madera y Luis de Salvo y Martín Vieytes por la Mesa Coordinadora de Jubilados.
Los últimos veinte años de su vida estuvo unido a la militante trotskista Mercedes Bacal.
Obra
- “Conversando con León Trotsky. Impresiones recogidas en las entrevistas realizadas con el líder soviético en México, en 1938”, Buenos Aires, Lucha Obrera, 1941.
- “La acción del reformismo y el stalinismo sólo trae desaliento a la lucha obrera”, en Lucha Obrera. Órgano de la LOR, año III, nº 17, Buenos Aires, julio-agosto 1941.
Colaboró en La Internacional (Buenos Aires, 1917-1930), El Obrero del Mueble (Buenos Aires, 1924-1925), La Chispa (1925-1929), Acción Obrera. Órgano oficial del Sindicato Obrero de la Industria del Mueble (1924-1930), Lucha Obrera (Buenos Aires, 1941), Avanzada Socialista (Buenos Aires, 1972-1976).
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Fossa, Mateo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.