Ramírez Castañeda, Rafael (Las Vigas de Ramírez, Veracruz, México, 31/12/1885 – Ciudad de México, México, 29/04/1959).
Normalista, catedrático universitario, conferencista, escritor de obras pedagógicas, funcionario, difusor de la educación socialista y defensor del campesinado y el normalismo rural mexicanos.
Fue hijo de Francisco Ramírez y Pascuala Castañeda, una humilde familia campesina veracruzana. Realizó sus estudios de educación primaria en Las Vigas, un poblado con muchas carencias económicas y que recientemente ha cambiado su nombre a Las Vigas de Ramírez, en su honor. La escuela a la que asistió también tenía profundas carencias, pues solo impartía estudios hasta el nivel cuarto. En su juventud ingresó y concluyó sus estudios en la Escuela Normal de Xalapa. Aquí conoció la obra de Enrique Rébsamen y de Abraham Castellanos.
Fue docente, director, inspector y supervisor de Escuelas primarias y Escuelas Normales rurales, promotor de las Casas de Pueblo y también fue catedrático de la Escuela Normal Superior (UNAM). Con el objetivo de consolidar al sistema educativo nacional, en 1925 fue comisionado por el gobierno mexicano para estudiar la escuela rural estadounidense en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y un año después recibió un curso de Filosofía de la educación por parte de John Dewey en la Escuela de Verano de la UNAM.
Su amplia experiencia lo llevó a colaborar como Jefe del Departamento de Enseñanza Rural y Primarias Foráneas en la Secretaría de Educación Pública (SEP) en las administraciones de José Vasconcelos, Moisés Sáenz y Narciso Bassols. Su cercanía ideológica con el segundo provocó cierto distanciamiento con el primero, pues Ramírez siempre fue un férreo defensor del profesor rural, no siempre entendido por funcionarios educativos de orígenes sociales radicalmente distintos y generalmente insensibles a la vida en el interior de la república. Aunque apoyara la fundación de las Casas del Pueblo a principios de 1921, su distancia con Vasconcelos se debía a su disenso sobre el proyecto de alfabetización e incorporación del indio aunada a su crítica de un hispanismo que eliminaba las diferencias culturales que dan sentido a la vida rural e indígena. Asimismo, Ramírez era consciente de que una reforma educativa era insuficiente sin una reforma agraria, pues sin reparto de tierras no habría cambios efectivos en la vida rural.
Por eso se sumó al proyecto de Lázaro Cárdenas, convirtiéndose en un promotor y difusor de las ideas educativas socialistas. Fue un defensor de la alfabetización, de la enseñanza bilingüe, la capacitación laboral y la educación técnica e indígena. Uno de los rasgos más sobresalientes de su personalidad en la SEP fue el contacto personal que estableció con el magisterio nacional.
Según Ángel Hermida, se impuso el deber de contestar cada carta que llegaba a sus manos, a sabiendas de que los profesores suelen ser los menos escuchados cuando se implementa o se impone una reforma educativa. El establecimiento de una red epistolar nacional coloca a Ramírez como uno de los funcionarios más comprometidos con la educación mexicana.
Su trabajo se encuentra publicado bajo el formato de Obras completas en la que destacan: La escuela industrial (1915) y Organización y Administración de Escuela Rurales (1963). En cuanto contexto de producción del primero cabe destacar su sensibilidad como maestro rural de orígenes humildes, pues desde 1914 se vivía cierto optimismo por el gobierno carrancista ante la promesa de un cambio radical en la redacción del artículo tercero constitucional. En esos años se pensaba que la educación técnica era la llave para que las comunidades rurales e indígenas salieran del atraso histórico en sus condiciones de vida. Haber dirigido una escuela industrial para huérfanos le dio la experiencia para criticar el incipiente proyecto educativo de Instrucción Rudimentaria 1911 y que, según el normalista mixteco Abraham Castellanos, solo enseñaba a medio leer, medio escribir y medio contar. Ese proyecto era lo más socialmente alejado que la elevación espiritual que necesitaban los pueblos indígenas para preservar su cultura y su vida en comunidad. Asimismo, el libro La escuela rural mexicana (publicado de forma póstuma) recopila textos icónicos del autor, uno de ellos es Lo que debe ser la escuela socialista. Se trata de una serie de conferencias que impartió en 1934 a propósito de la reforma educativa cardenista. En la primera explicó el concepto de escuela proletaria, muy distinta a la escuela burguesa que carecía de conciencia de clases y excluía a sujetos explotados, obreros y campesinos. La proletarización de la escuela debe proceder, según la segunda conferencia, para la capacitación del magisterio nuevo que lucha para fijar el rumbo a una sociedad comunista, es decir, igualitaria y justa. Más allá de los métodos y contenidos tradicionalistas, la enseñanza nueva debe ser política, económica, social, racionalista y social, además de ser nacionalista, igualitaria, desfanatizante, proletaria, progresiva, funciona y activa.
Obra
Bibliográfica
- Obras completas, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1966-1968
- “La escuela industrial”, en Obras completas, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1966-1968 [1915].
- “Organización y Administración de Escuela Rurales”, en Obras completas, Veracruz, Universidad Veracruzana, 1966-1968 [establecida en 1963].
- La escuela rural mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 1976.
Cómo citar esta entrada: García Cerda, Polux Alfredo (2023), “Ramírez Castañeda, Rafael”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.