MEDINA MORÓN, Víctor. (La Paz, Cesar, sin fecha de nacimiento – Selvas de Santander, 22/03/1968).
Líder estudiantil y responsable político de la organización guerrillera Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Oriundo del actual departamento del Cesar, limítrofe al norte con Santander, Víctor Medina Morón se destacó como un líder estudiantil de la Universidad Industrial de Santander (UIS) y responsable político del Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización guerrillera que contribuyó a fundar en la primera mitad de los años sesenta. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Salesiano de Tunja, capital del departamento de Boyacá, ciudad de la que se trasladó a Bucaramanga (Santander) en 1960 para adelantar estudios de ingeniería en la UIS.
Como miembro de la Juventud Comunista (JUCO) accedió en 1962 a una de las mil becas que el gobierno cubano ofreció a jóvenes latinoamericanos para estudiar en la isla, a donde se fue a estudiar inicialmente Economía. Recién llegó a la universidad tuvo una importante figuración como líder estudiantil al tiempo que se desempeñaba como Secretario Político de la JUCO. De acuerdo con Arturo Alape, quien conoció a Medina Morón en aquellos años, desarrolló un importante trabajo político en Bucaramanga, especialmente porque impulsó un acercamiento a sectores obreros y estudiantiles en un partido marcado por el peso de los artesanos. Medina Morón desarrolló dotes de organizador de masas, que lo llevaron pronto a preocuparse por la formación política de los estudiantes. Aunque no se conoce nada de la experiencia de formación en Cuba, se sabe que al volver en 1963 mantuvo su trabajo en la JUCO, en lo atinente a la formación política y organización de los estudiantes y el trabajo en la universidad. Sin embargo, el proyecto de Medina Morón ya estaba inscrito en la creación de un foco guerrillero, el cual debía contar con bases de apoyo en la ciudad y con la incorporación de militantes urbanos. Heliodoro Ochoa o Jaime Arenas Reyes fueron algunos de los jóvenes que fueron persuadidos por Medina Morón para ingresar a las filas del naciente ELN.
Precisamente, en las decisiones que se tomaron en Cuba en 1963, Fabio Vásquez Castaño fue propuesto como jefe máximo de la nueva organización por Medina Morón, quien además se hizo responsable del trabajo urbano, diferenciación que marcaría el rumbo del grupo insurgente en sus primeros años. Regresó al país a mediados de 1963 y comenzó a realizar los contactos en Bucaramanga y Barrancabermeja (Santander), principalmente, por ser la zona donde había desplegado su actividad política anterior. La tarea esencial para el momento consistía en realizar los contactos pertinentes que fuesen abriendo el trabajo político para el nuevo movimiento y decidir el sitio de ubicación del primer grupo guerrillero. Junto a Heliodoro Ochoa trabajaron en el sector estudiantil en Bucaramanga. A finales de 1963 y comienzos de 1964, el Partido Comunista de Colombia detectó el tipo de labor que venían realizando los fundadores del ELN en el interior de su organización y procedió a expulsar públicamente a Víctor Medina Morón, Heriberto Espitia, Heliodoro León y Libardo Mora Toro con el señalamiento de «extremoizquierdistas». En el mes de septiembre de 1964, se articuló al ELN como segundo al mando, luego de una serie de atentados contra los Institutos Colombo-americanos, realizados con anterioridad en Bucaramanga y Bogotá, lo pusieron al descubierto frente a las autoridades, obligándolo a marchar a la guerrilla.
De personalidad retraída y con dificultades para comunicarse con los guerrilleros rurales, según Nicolás Rodríguez, recién llegado al campo tuvo problemas para adaptarse no sólo a la vida rural sino para desempeñarse satisfactoriamente en las acciones militares.
De esta manera, se configuraron dos alas, una rural y otra urbana, aquella militarista y esta política, representadas por Fabio Vásquez Castaño y Víctor Medina Morón respectivamente. En septiembre de 1964 Fabio Vásquez cedió transitoriamente el mando a Medina, momento en que la organización experimentó serias dificultades pocos meses antes de hacer su lanzamiento público con las tomas de Simacota y Papayal en enero y febrero de 1965. La diferenciación entre militantes rurales y urbanos o las disputas personales en torno al mando, sin contar con las dificultades iniciales para instalar el proyecto revolucionario, generaron un ambiente de paranoia y supuesta conspiración contra el Estado Mayor, de la que el principal acusado fue Medina Morón. Con la concentración de poder en Fabio Vásquez, El 10 de octubre de 1967 decidió separar de la segunda responsabilidad a Medina Morón, dejándolo en igualdad de condiciones a los demás miembros del Estado Mayor. Se estableció un plan de trabajo y se dividió al Frente José Antonio Galán, donde Víctor Medina quedó al mando de la cuarta comisión, de la que también hizo parte Julio César Cortés, unidad que tenía por objetivo localizarse en la zona de Riofuego, perteneciente al municipio de San Vicente de Chucurí y desarrollar durante algunos meses trabajo político-organizativo.
La muerte de José Ayala producto de la conspiración de Juan de Dios Aguilera y Ovidio Camacho en enero de 1968, así como reveses militares, exacerbaron las tensiones internas, lo que desembocó en el incremento de las acusaciones contra Medina Morón como cabeza de un complot contra Fabio Vásquez. La comandancia asumió la idea de conspiración debido a la concurrencia de varios hechos, entre los que sobresalieron: el asesinato de José Ayala, las heridas de Julio Portocarrero, la carta de Juan de Dios Aguilera en la que invitó a Medina para que se uniera a su disidencia y una carta que se le encontró a Medina de la mamá en la que lo informó del adelanto en los trámites para que pudiese salir del país rumbo a México, preparativos para la deserción. Ante esta situación se decidió realizar un juicio revolucionario a Víctor Medina Morón, Julio César Cortés y Heliodoro Ochoa, quienes negaron la existencia de la conspiración aunque aceptaron haber cometido errores en temas de seguridad interna, asumido actitudes juzgadas como contrarrevolucionarias y “divisionistas”. El juicio tuvo una duración aproximada de veinte días.
De acuerdo con Nicolás Rodríguez Bautista, durante los días del juicio, Medina Morón elaboró una defensa inspirada en la mitología griega, en donde él representaba a Prometeo quien robó a Zeus la luz para llevarla a los demás dioses del Olimpo. La defensa metafórica de Medina no tenía otro sentido que poner de presente las diferencias con Vásquez Castaño por el predominio de lo militar sobre lo político. Derrotado por la estructura y rigidez de sus compañeros de armas fue fusilado el 22 de marzo de 1968 en algún lugar de la selva santandereana, inaugurándose una práctica radical en el ELN para reducir y evitar las disensiones internas.
Cómo citar esta entrada: Acevedo Tarazona, Álvaro; Samacá Alonso, Gabriel (2020), “Medina Morón, Victor”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org