ARRUBLA YEPES, Mario Elkin (seudónimos: Pedro López, Larios Manrique, Pedro López-Hilario, Manlio Hispano) (Medellín, Colombia, 14/05/1936 – Goshen, Massachusetts, Estados Unidos, 7/12/2020).
Intelectual marxista. Estudioso del capitalismo colombiano. Escritor y editor.
Arrubla provenía de una familia antioqueña trabajadora que había hecho parte del proceso de transición del campo a la incipiente urbe a inicios del siglo XX. Su padre, Marco Antonio Arrubla, era comerciante, mientras Alicia Yepes, su madre, atendía lo doméstico. Era una familia de cuatro hermanos: Mario, Inés Helena, Rodrigo y Consuelo.
Mario Arrubla desarrolló una atracción temprana por los libros, haciendo de la lectura y la escritura prácticas cotidianas. Hizo sus estudios primarios en la Escuela Alfonso López del barrio Manrique. Para la secundaria pasó al Liceo de la Universidad de Antioquia retirándose en tercer año de bachillerato (1952) en pro de emprender una formación intelectual autónoma junto con otro intelectual antioqueño: Estanislao Zuleta (1935-1990). Durante varios años éste fue su colega y amigo con quien compartió la formación intelectual y la práctica política iniciales. Al momento del retiro de la escuela la poesía y la literatura moderna fueron objeto de su atención y tiempo después ambos se ocuparon del existencialismo, el marxismo y el psicoanálisis. El gesto de retiro de la escuela lo compartieron con un colega llamado Delimiro Moreno (1932) proveniente del municipio de Bello, departamento de Antioquia, y quien contribuyó a fundar la Federación de Trabajadores de Antioquia (FEDETA) y a la organización sindical; al cabo se dedicó a labores periodísticas en la ciudad de Neiva donde vive actualmente (2021).
En el trasegar de los años 60, Arrubla abordó junto con su colega Zuleta obras de origen francés: Sartre y su revista Les Temps Modernes fueron fuentes privilegiadas, incluyendo Marleau Ponty, Albert Camus (más el literato que el filósofo) y hasta Simone Beauvoir a quien atendían por su erudición filosófica. Por esta ruta y la de la revista La Psychanalyse llegaron a lacanianos como Laplanche, Leclaire, Pontalis o Maud Mannoni y Daniel Lagache, también hegelianos como Hyppolite, los lingüistas Saussure y Jakobson, el propio Levy Strauss y hasta Piaget. Así, leyeron ampliamente las teorías críticas de la posguerra europea, específicamente lo que después conoceríamos como la reacción intelectual de la nueva izquierda internacional a las derivas stalinistas del marxismo. El énfasis de Arrubla estuvo justamente en el abordaje de Karl Marx y específicamente en su obra cumbre, El Capital. Aunque los textos más humanistas que fueron resignificados por la intelectualidad del periodo también estuvieron en su radar, por ejemplo, los Manuscritos de 1844, las Tesis sobre Feuerbach o la Ideología alemana.
Arrubla fue uno de los jóvenes que se acercó en Medellín a la sociabilidad intelectual en que confluían liberales y comunistas asociados a la figura del abogado, periodista y escritor Alberto Aguirre (1926-2012) y desempeñó tareas como “redactor-traductor” en la agencia de noticias France Presse que años antes se había instalado en Medellín regentada por el propio Aguirre. En 1957 se aproximó al Partido Comunista Colombiano (PCC) y cofundó el periódico Crisis, junto con el abogado y escritor Ramiro Montoya (1933), Delimiro Moreno y el médico salubrista Virgilio Vargas (1934-2008); este último era su director. El periódico surgió en Medellín en 1957 comprometido con la creación del Frente Obrero Estudiantil, una de las expresiones de la ola estudiantil que se unió al derrocamiento de Gustavo Rojas Pinilla.
Arrubla participó en los primeros números de esta publicación con labores editoriales y empezó a aprender este oficio que lo acompañaría hasta el final de su vida. Además, escribió varias notas que reflexionaban sobre la política del momento con tintes culturales. Esta publicación es una huella de la coyuntura en la que se dio el paso de la dictadura rojaspinillista a la gestación del Frente Nacional, en ella se hablaba de “democracia popular” evidenciando la muy efímera expectativa que el pacto bipartidista despertó en algunos de los jóvenes que iniciaban su proceso de politización, y se tomaba partido por un estudiante intelectualizado que sale de “la torre de marfil” para conectarse con las masas proletarias. Crisis continuó su trasegar más allá de la participación de Arrubla como expresión de la organización sindical en Antioquia.
En su momento el Sistema de Información Colombiano (SIC) identificaba los jóvenes Arrubla y Zuleta como “dirigentes intelectuales” y reportaba que dentro del partido actuaban como “directores de la juventud sin figurar abiertamente”. Como parte de sus tareas en el partido Arrubla viajó en 1958 al páramo del Sumapaz para desempeñarse (durante cuatro meses aproximadamente) como instructor de campesinos en esta región significativa por el surgimiento de las autodefensas campesinas y su conocida influencia comunista. Esta experiencia la compartió con: Mario Vélez, Estanislao Zuleta y María del Rosario Ortiz (1935-2018). Luego impartió cursos de marxismo a los estudiantes de medicina en la ciudad de Medellín y a trabajadores sindicalizados por un breve lapso. En 1958 se casó con Socorro Castro, quien se profesionalizó como médica psiquiatra, y dieron lugar a una familia con tres hijas: Inés, Sonia y Catalina.
Las tensiones con el PCC no se hicieron esperar e iniciando la década de 1960 se concretó una escisión de la que participó Arrubla. Visiones organizativas respecto del vínculo del partido con la Juventud Comunista, autonomía de los intelectuales frente al mismo, lecturas teóricas sobre la formación nacional y derivas estratégicas y tácticas de esto, fueron algunos de los ejes de debate.
Arrubla empezó la nueva década de 1960 distanciado del comunismo local, radicado en Bogotá y emprendiendo nuevos proyectos políticos y culturales. Sus primeras estadías en la capital lo habían llevado a trabajar como editor de la revista Cromos a fines de 1950, una revista de amplia circulación que para entonces tenía un cariz crítico. De hecho, habían pasado por allí escritores y artistas del tipo de José Eustasio Rivera, Ricardo Rendón, Baldomero Sanín Cano o Germán Arciniegas. Participó de la fundación de la efímera librería La Tertulia que tuvo lugar en el centro de la ciudad específicamente en calle diecinueve con sexta en la que se gestó una dinámica de encuentro intelectual y política en la que se estudiaba El Capital. Además de su colega, Estanislao Zuleta, se encontraban con frecuencia el arquitecto Jorge Villegas (1932-1977), el psicoanalista Oscar Espinosa (1933), el profesor Hernando Llanos, los hermanos Yunis: Emilio (1937-2018), genetista y biólogo, y José, psicoanalista.
En el seno de esta experiencia cobró vida en 1962 la publicación Estrategia de la que Arrubla fue protagonista y cuya experiencia marcaría su itinerario intelectual. El primer número de ella salió en forma de periódico en el mes de julio declarándose independiente. Contenía sesudos artículos sobre la coyuntura política que inauguraba el segundo periodo del Frente Nacional. Guillermo León Valencia había llegado a la presidencia en contienda con el liberalismo, en sus alas oficial y disidente. En esta última el candidato había sido Alfonso López Michelsen, candidato del recién conformado Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) a cuya campaña se había sumado el PCC. Estrategia exhibía su reacción al partido a través de un análisis sobre su estrategia de alianzas electorales y sobre su concepción del capitalismo colombiano. Además, ese primer número de la publicación mostró entusiasmo con la Revolución Cubana al publicar un resumen de la ponencia sobre la isla que Francisco Posada (1934-1970), con el seudónimo de José Olmedo, había presentado en el Primer Encuentro de Intelectuales en Bogotá en junio de 1962. También mostraba su postura antiimperialista a través de una nota de Espinosa sobre la penetración imperialista basada en el acontecer de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, sede Bogotá.
Luego de este primer ejemplar de la publicación, Arrubla desplegó una breve experiencia como dirigente político al fundar el Partido de la Revolución Socialista (PSR) y constituyó junto con Zuleta la “Dirección Nacional”. Allí confluían antiguos compañeros del PCC que al salir de este en la escisión de 1960 habían fundado una organización en Antioquia que siguió liderando el periódico Crisis y se nombró ARCO con Delimiro Moreno entre sus líderes. Además, se sumaron intelectuales en formación que para entonces eran estudiantes universitarios en Medellín y Bogotá como el historiador Jorge Orlando Melo (1942), el filósofo Bernardo Correa, el economista Humberto Molina (1943) y, más adelante, los historiadores Luis Antonio Restrepo (1938-2002) y Álvaro Tirado (1940). Tuvo lugar un periodo agitacional en el que Arrubla continuó haciendo labores editoriales y de escritura con una publicación simultánea que circuló entre estudiantes y obreros llamada precisamente Agitación.
Para 1963 el PSR sufrió un fuerte debate interno porque las seccionales de Antioquia y Cartago se inclinaban hacia una táctica revolucionaria, lo que fue calificado por los directores como “aventurerismo”. Así que el proyecto se definió políticamente por la formación de un movimiento de masas y culturalmente por el desarrollo de un programa intelectual comprometido al estilo sartreano. Lo cual se expresaba en Estrategia que en su segundo y tercer número cobró más definidamente la forma de una revista política y de debate teórico. Dichos números se publicaron en noviembre de 1963 y en enero de 1964 respectivamente como órganos de la bautizada Organización Marxista Colombiana (OMC); esta reconfiguración duró poco tiempo, pues para 1964 la OMC llegaba al final. Sin embargo, fue una experiencia significativa al expresar la emergencia de una intelectualidad contestataria que llevó a cabo una recepción del marxismo de tipo “occidental” o “filosófico”. Más específicamente fue el surgimiento de la nueva izquierda intelectual en el país que operó como antecedente para la intelectualidad de los años posteriores. Al reconstruir el itinerario de Arrubla no volvemos a hallar ningún otro esfuerzo organizativo con fines políticos directos.
Este “nacimiento público” como intelectual al calor de uno de los hitos organizativos del movimiento estudiantil colombiano, en medio del impacto político e intelectual de la revolución cubana, desarrollando una triple crítica: al PCC, al modelo del Frente Nacional y al “aventurerismo” armado y vinculándose con las corrientes intelectuales que a nivel internacional combatían con el marxismo etapista del comunismo internacional, le daría al itinerario de Arrubla una coloración específica. Fue un intelectual de época que puede inscribirse en el tipo de intelectual del compromiso tan en boga en América Latina a mediados del siglo XX. Especialmente un compromiso vinculado con el ideario de la revolución que en su caso se definía como socialista, antiimperialista y antiburguesa, una revolución que requería una “pausa” para que se desarrollara “el elemento consciente”.
Tras la disolución del Grupo Estrategia, Arrubla se concentró en tareas intelectuales, escriturales y editoriales, aunque nunca modificó su condición de autodidacta, ni su relación tangencial con la academia, ni su inclinación a contar con varios dominios del saber, lo que hoy denominaríamos transdisciplinar. Particularmente fue un intelectual que hizo huella en la generación que agenciaría el proceso de profesionalización de las ciencias sociales marcado por paradigmas de la totalidad como el marxismo y el estructuralismo, y entre los que se puede contar la corriente plural de la nueva historia en el país. Algunos de los historiadores mencionados hicieron parte de esta corriente junto con Margarita González (1942-2008), se pueden sumar los economistas Jesús Antonio Bejarano (1946-1999), Salomón Kalmanovitz (1943), Humberto Vélez, Hugo Vélez, Miguel Urrutia (1939), Hugo López, Absalón Machado, Alberto Corchuelo (1941-2008) y los sociólogos Álvaro Guzmán Barney y Álvaro Camacho Guizado.
Lo más conocido y citado de la producción de Mario Arrubla es Estudios sobre el subdesarrollo colombiano que en 1969 publicó en forma de libro los tres ensayos sobre el capitalismo colombiano originalmente gestados en el Grupo Estrategia. Desde entonces hasta 1983 tuvo 15 o 16 ediciones realizadas por editoriales de izquierda: inicialmente La Oveja Negra y Tigre de Papel, y luego La Carreta.
El libro alcanzó un tiraje aproximado de 60.000 ejemplares legales y se transformó en uno de los libros más vendidos en el país sobre temas socio económicos, fue un libro político que fue objeto de lecturas diversas y, en algunos casos, contradictorias.
Eran tiempos en los que la academia y la política estaban muy entreverados, sobre todo en las universidades públicas, y el libro se leía en las aulas, en las organizaciones y en círculos intelectuales en simultáneo.
El éxito editorial se explica por su novedad en el medio colombiano, porque se había generado una comunidad lectora más amplia y porque se conectaba con los debates nacionales e internacionales del momento.
Además, en términos metodológicos innovaba al estudiar la economía del país en términos concretos y estructurales, sirviéndose de datos estadísticos que le daban un cariz de “objetividad”, usando herramientas propias del materialismo histórico y yendo más allá de las fronteras del Estado nación al entender a Colombia como parte de un sistema internacional. En Colombia autores como el ingeniero desarrollista Alejandro López (1876- 1940) (Problemas colombianos, 1927) o el historiador conservador Luis Ospina Vázquez (Industria y protección en Colombia,1955) habían analizado previamente la economía nacional y fueron releídos con provecho por la intelectualidad crítica del medio siglo, pero con herramientas del marxismo los referentes eran más escasos. Algunos de los que operaron como antecedentes explícitos de Arrubla fueron: Rafael Baquero Herrera (Un plan de colonización imperialista: el programa de la misión Currie al desnudo, 1951) o Luis Eduardo Nieto Arteta (1913-1956) (Economía y Cultura en la Historia de Colombia, 1942). De la propia cosecha de Arrubla fue haber inaugurado el análisis de la economía nacional en las lógicas del sistema mundial y acuñar la noción de “dependencia neocolonial” que hizo carrera en la época. Un ejemplo del influjo fue la tesis de grado en la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes centrada en esa noción; fue escrita por Oscar Rodríguez Salazar, para entonces estudiante de Salomón Kalmanovitz, Efectos de la gran depresión sobre la industria colombiana (Bogotá, Tigre de Papel, 1973).
En sus estudios Arrubla empezó criticando tanto la Operación Colombia ―un plan que le había ofrecido el economista colombo canadiense Lauchille Currie al primer gobierno del régimen frentenacionalista (sin éxito)― como el Plan de Desarrollo Económico y Social elaborado por la CEPAL. Este último servía de base a un sector del oficialismo, especialmente al político liberal Carlos Lleras Restrepo que ocuparía la presidencia entre 1966 y 1970 e impulsaba una Reforma Agraria. En la segunda y tercera partes del libro Arrubla avanzaban un análisis específico de la economía colombiana a través del cual concluía que se trataba de una formación nacional estructuralmente subdesarrollada que vista como parte del sistema-mundo estaba determinada por el binomio dependencia-imperialismo.
Era una crítica temprana al entonces llamado desarrollismo en el que confluían sectores como el liberalismo disidente y el comunismo. En consonancia con las directrices internacionales, los comunistas criollos se sumaban a la idea de que la burguesía nacional era motor de un cambio por el cual había que transitar, e intelectuales críticos fueron afines a esa visión en los albores de la década de 1960. Ejemplo de ello es la trayectoria de Orlando Fals Borda o del sacerdote Camilo Torres hasta mediados de la década de 1960 como lo muestra la investigación de Jaime Eduardo Jaramillo. El entendimiento del subdesarrollo como estructural no daba pie para entusiasmos en el caso de Arrubla, además, este modelo teórico estaba acompañado por una lectura de la historia nacional que se retrotraía a la década de 1930 y analizaba los límites que ya en el pasado había tenido la República Liberal en materia de desarrollo. El libro no ocultaba su confianza en una revolución socialista liderada por un verdadero movimiento de masas (que no vanguardia guerrillera) abanderado por la clase obrera. Aunque esta visión conectaba con el clima de época y tuvo lectores afines, también fue flanco de objeciones. El propio Arrubla reconoció tardíamente que la crítica más teórica se la había planteado el economista Salomón Kalmanovitz al indicar que el posicionamiento político del autor le había impedido reconocer que sí había vías posibles para el desarrollo nacional. Pero Arrubla, a su vez, mostraba cómo este economista había magnificado su crítica, pues rechazaba de plano el uso de la categoría de la dependencia a la que consideraba “extraña al materialismo histórico”.
Para Arrubla la noción de dependencia sí fue una herramienta válida y con algunos matices encontramos que siguió haciendo uso de ella a lo largo de su trayectoria, sobre todo en relación a la idea de imperialismo con la que en sus últimos años leía los trabajos de Joseph Stiglitz y Paul Krugman sobre la economía mundial. El uso del binomio dependencia-imperialismo permite inscribir a Arrubla entre las voces pioneras de lo que se conocería después como Teoría de la dependencia en América Latina. De cierta manera compatible con la corriente cepalina de Fernando Enrique Cardoso y Enzo Falleto en su obra Dependencia y desarrollo en América Latina publicada en 1969 (aunque de forma mimeografiada circulaba desde 1966) en la que se prestaba atención a las relaciones políticas y las estructuras de poder de los países del área. Vale señalar que el estudio más reciente del profesor Juan Carlos Villamizar pone en duda que Arrubla (y en general los economistas colombianos) hayan favorecido la recepción estructuralista de la Cepal.
Ahora, la inscripción de Arrubla dentro de los dependentistas latinoamericanos presenta sus problemas, máxime si se entienden esta como una “comunidad epistémica” caracterizada puntualmente por el eje centro-periferia, antes que como una corriente plural. Efectivamente las nociones de ese eje no las hallamos en la obra de Arrubla y, por el contrario, sí podemos ver en su trabajo una recepción inicial de la Ley de Desarrollo Desigual impulsada por el propio Trotski pero a la que llegó por el grupo de la Monthly Review y específicamente por sus figuras de referencia, estas son, Paul Baran y Paul Sweezy. Un afluente raro de la configuración intelectual del “marxismo occidental”, al decir de Perry Anderson, pues sus propulsores no tomaron el camino de la filosofía sino el de la historia económica y la política, e incluso se sirvieron del propio Keynes.
Este costado de Arrubla como intelectual de la economía política ―quien pese a su formación heterodoxa y en las márgenes de la institución académica, fue interlocutor obligado de economistas influyentes de la época ― coexiste con sus otros costados como estudioso de la historia política, como intelectual editor, como escritor de literatura y traductor. Dentro de la plural corriente de la nueva historia ya mencionada, Arrubla era exponente de la apuesta por la “objetividad”, según la cual los datos cuantitativos, las series estadísticas y los análisis estructurales eran herramientas renovadoras de la mera narración de acontecimientos. Muestra de ello fueron el Compendio de estadísticas históricas de Colombia realizado con el economista Miguel Urrutia en 1970, su propia compilación sobre La agricultura colombiana en el siglo XX publicada en 1976, el conocido libro Colombia Hoy producido originalmente en 1978 y el tipo de estudios publicados en la revista Cuadernos Colombianos (Bogotá, 1973-1979) ―producida por La Carreta, editorial de la que Arrubla fue director editorial entre 1977 y 1984―.
Como intelectual-editor, Mario Arrubla mostró una larga y sostenida trayectoria que tuvo como estaciones las publicaciones mencionadas: Crisis (en sus orígenes:1957–1959), Cromos (1959), Agitación (1962), Estrategia (1962-1964), Cuadernos Colombianos (1973-1979), y a las que se suman: Gaceta de Tercer Mundo (1966), Revista UN de la Dirección de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional (1968-1973) y la revista Al Margen (2002-2008).
Hasta donde se sabe, esta última fue su última experiencia editorial. Se trataba de una cuantiosa publicación de exquisita factura que sumó veinticinco números e incluyó monográficos sobre Hannah Arendt, Arturo Alape o Jean Paul Sartre. Fue coproducida entre Bogotá, con Bernardo Correa y Guillermo Mina, y Estados Unidos donde se había radicado Arrubla con su familia a fines de la década de 1980.
Desde 1985, con motivo del nombramiento de su esposa Socorro Castro como embajadora cultural en España, Arrubla empezó a pasar temporadas cada vez más largas fuera del país y definitivamente se radicó fuera desde 1997. No ha sido posible establecer las causas exactas pero la ola reaccionaria en Colombia desde fines de los años 70 pudo ser una de las variables. Tal como lo insinúa uno de los personajes literarios de su relato Exilium:
Se fue de huida. Se puso a afirmar un comunicado en favor de los derechos humanos –ese tema como es de peligroso- y le hicieron varias llamadas raras, parece que los narcoparamilitares del MAS.
Recuerdo nuestro último diálogo, cuando me llamó del aeropuerto poco antes de abordar el avión.
–Yo: Usted sí firma su propia condena, ¿no?
–Él: era mi deber
–Yo: Eso, y ahora le toca dejar el país
–Él: el país nos va a dejar a todos.
Larios Manrique (seud.) Castinoforja I: Exilium. Medellín: Lealón, 2000.
Arrubla vivía en la ciudad de Amherst pero murió en un hospital de una ciudad vecina: Goshen del estado de Massachusetts ambas. Tenía 84 años y pese a su sostenida fortaleza y lucidez le aquejó una enfermedad los últimos años.
Los capítulos del Arrubla literato y traductor están aún por escribirse. La novela La infancia legendaria de Ramiro Cruz publicada originalmente en 1967 por el sello Tercer Mundo constituye su obra más mencionada, aunque escasamente tratada por la crítica. Con gran riqueza literaria y en un cierto estilo realista que se sirve de la autobiografía, esta obra hace parte de las llamadas “novelas de formación” (Bildungsroman) porque narra las vicisitudes existenciales de un joven (intelectual) formado en un barrio popular (que evidencia el tránsito de lo rural a lo urbano) en la ciudad de Medellín. Además, la novela capta, vía un lenguaje no teórico, los altos “costos sociales” del desarrollo expresados en esa materialidad inmediata que es el propio cuerpo, pues el autor nos describe los rostros grisáceos de los obreros y sus mujeres, presentándonos su experiencia vital tan empobrecida como las casas en las que habitan. Pero Arrubla fue más allá y bajo un juego de seudónimos que ha complejizado hacer seguimiento a su producción literaria, produjo un conjunto de textos de carácter literario entre los que se suman relatos, cuentos, sketches y guiones.
Finalmente, mencionar que sus ejercicios de traducción comenzaron en la década de 1960 yendo del francés al castellano; fue pionera en América Latina su traducción de la autobiografía de Sartre publicada en Estrategia. Mientras que al final de su trayectoria el tránsito fue entre el inglés y el castellano; se desatacan sus traducciones de cuentos ejemplares en el oficio de componer la escritura, según su parecer. “Cuerpos en reposo y en movimiento” de Siddhartha Mukherjee, “El mentiroso” de Tobias Wolff o los relatos de Stanley Ellin, por ejemplo. Hasta el momento estos relatos solo se publicaron de forma digital en el portal archivosmarioarrubla hoy en proceso de reestructuración por parte de su hija, la editora Inés Arrubla, quien tiene a su cuidado el archivo inédito de este intelectual.
El cuento “La pregunta” de Ellin que tradujo en 2016 mientras se desarrollaban los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, fue impactante para algunos lectores e inspiró su publicación en la colección de libros gratuitos “Señal que cabalgamos” de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional y la realización de un evento en el que diversos académicos/as debatían sobre el relato en el contexto de la disyuntiva por la que atravesaba la sociedad colombiana.
Visto en una perspectiva que recomponga su itinerario a profundidad, la personalidad intelectual de Mario Arrubla adquiere una personalidad interesante. Testigo activo de una época que ha dejado profunda huella en lo que seguimos siendo como sociedad, este pensador, teórico, escritor, editor, traductor, aportó desde un posicionamiento singular que desafía la noción misma de intelectual y sus intentos normalizadores. El carácter público, característica medular del oficio de los “hombres de ideas”, fue constantemente interpelado por Arrubla quien vivió tensionado entre ser el autor de un libro político de gran ascendiente y ser aquel acucioso obrero de las palabras que pulía lo que editaba y disimulaba su presencia tras esas máscaras que fueron sus seudónimos.
Obra
Bibliográfica
- La infancia legendaria de Ramiro Cruz. Bogotá: Tercer Mundo, 1967 (reedición: 1975).
- Estudios sobre el subdesarrollo colombiano. Bogotá: Tigre de Papel, 1969 (2a: Medellín: La Oveja Negra, 1969; 3a: Medellín: La Oveja Negra, 1970; 4a: Medellín: El Tigre de Papel, abril de 1971; 5a: Bogotá; El Tigre de Papel, septiembre de 1971; 6a: Bogotá: El Tigre de Papel, septiembre 1972; 7a: Medellín: La Carreta, febrero de 1974; 8a: Medellín: La Carreta, febrero de 1975; 9a: Medellín: La Carreta, Abril de 1977; 10a: Medellín: La Carreta, enero de 1978; 11a: Medellín: La Carreta, abril de 1979; 12a: Medellín: La Carreta, abril de 1982; 13a: Medellín: La Carreta, enero de 1984).
- “Presentación”. En Colombia hoy, comp. ídem., 3-10. Bogotá: Siglo XXI, 1978.
- “Síntesis de Historia Política Contemporánea”. En Colombia hoy, comp. ídem., 186-220. Bogotá: Siglo XXI, 1978 (varias reediciones, a partir de 1990 pasan a estar a cargo de Jorge Orlando Melo).
- (seudónimo Larios Manrique) Castinoforja I: Exilium. Medellín: Lealón, 2000 (Mario Arrubla se presenta como editor, dramatizado).
- (seudónimo Larios Manrique) Castinoforja II: Tempestas. Medellín: Lealón, 2001 (Mario Arrubla se presenta como editor, dramatizado).
- “El paso de la protesta a la revolución: Movimientos sociales en la construcción económica y social de Colombia”. En Movimientos Universitarios América Latina siglo XX, ed. O. Vargas Hernández, 191-209. Tunja: Red de Universidades de Colombia, RUDECOLOMBIA, 2005.
- (con Miguel Urrutia) Compendio de estadísticas históricas de Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Dirección de Divulgación Cultural, 1970.
- “Prólogo”. En: La agricultura colombiana en el siglo XX, Mario Arrubla (compilador y prologuista). Bogotá: Colcultura, 1976.
Hemerográfica
- “Los condenados”. Letras universitarias, n° 41 (1955): 83-84 (relato)
- “Otro viernes será obrero”. Crisis, n° I, 1 (1957): 2.
- “Camus, el enemigo de Dios”. Crisis, n° I, 4 (1957)
- “El bendito”. Cromos, n° 88, 2178 (1959): 53-56 (cuento)
- (seudónimo: Pedro López) “La operación Colombia y el impasse de la burguesía”. Estrategia, n° I, 1 (1962): 11-16
- “La sociedad colombiana, producto de la historia de la dependencia”. Estrategia, n° 2 (1963): 7-39
- “Análisis estructural de la economía colombiana. I”. Estrategia, n° 3 (1964): 1-74.
- “Los gamines”. Tercer Mundo. Gaceta mensual (1967): 40-41 (reseña del libro La infancia de la miseria)
- “El sujeto y el objeto en el campo de la cultura científica”. Cuadernos colombianos, n° 1 (1973): 66-88
- “Nada y así será”. Pluma, n° 22 (1980): 18-19 (relato)
- (seudónimo: Pedro López-Hilario) “Analistas ante la paz y la guerra”. Al Margen, n° 1 (2002): 38-54
- (seudónimo: Larios Manrique) “¡Quieta, Garnerela!”. Al Margen, n° 1 (2002): 89-107 (dramatizado)
- (seudónimo: Manlio Hispano). “Referencias sobre el consenso de Washington”. Al Margen, n° 2 (2002): 27-47
- (seudónimo: Pedro López-Hilario). “Introducción al corralito”. Al Margen, n° 3 (2002): 80-129
- (seudónimo: Manlio Hispano). “Riesgo moral”. Al Margen, n° 4 (2002): 42-50
- (seudónimo: Larios Manrique) “Hermano intelectual”. Al Margen, n° 5 (2003): 11-14 (dramatizado)
- (seudónimo: Larios Manrique) “Recochando”. Al Margen, n° 7-8 (2003): 89-107 (dramatizado)
- (seudónimo: Larios Manrique) “En nombre del padre”. Al Margen, n° 9 (2004): 41-47
- (seudónimo: Larios Manrique) “La dama de las Camelias”. Al Margen, n° 10 (2004): 82-87 (relato, se reporta que fue publicado originalmente en la revista Junio hacia 1957, pero no hemos logrado establecer la edición).
- (seudónimo: Pedro López-Hilario) “La apertura en Colombia. Síntesis basada en los análisis de Eduardo Sarmiento”. Al Margen, n° 10 (2004): 91-114
- “Marginalia del editor. A propósito de Kalmanovitz. Los ‘Estudios sobre el subdesarrollo’ y el ensayo ‘A propósito de Arrubla’. Al Margen, n° 11 (2004): 93-155
- (seudónimo: Larios Manrique) “Montaigne sobre la imaginación y las manifestaciones autonómicas de ciertos órganos”. Al Margen, n° 13 (2005): 17-22
- “Marginalia del editor: De Sartre y sobre Sartre”. Al margen, n° 15-16 (2005): 381-438.
- “Años de formación de Manuel Marulanda. Extractos hechos por Mario Arrubla del libro Las vida de Tirofijo de Arturo Alape”. Al margen, n° 19 (2006): 41-98.
- (firma como A.M.) “Invitación a una gazapera. Errores en traducciones al español de libros de Kraugman”. Al Margen, n° 25 (2009): 98-109.
Traducciones
- Sartre, Jean Paul. “Autobiografía, I”. Estrategia, n° 3 (1963): 107-152 (reeditada en: Al margen, n° 15-16 (2005): 325-380)
- Trotsky, León. La revolución traicionada. Medellín: La Oveja Negra, 1969 (serie Naranja 4, 300 p.)
- Zschock, Dieter. El empleo en Colombia: perspectivas y futuro. Bogotá: Tercer Mundo, 1969 (serie El dedo en la herida 30, 187 p.)
- (con Jorge Orlando Melo) Godelier, M. Las sociedades primitivas v el nacimiento de las sociedades de clases según Marx y Engels. Un balance crítico. Medellín: La Oveja Negra, 1969 (serie Verde, 200 p.). Estas tres últimas traducciones se reportan en los catálogos publicados en: Juan Guillermo Gómez, Cultura intelectual de resistencia. Contribución a la historia del “Libro de izquierda” en Medellín en los años setenta. Bogotá: Colciencias/UdeA/Desde abajo, 2005.
Recursos web:
- Arrubla, Mario. Página web de autor, 2016. Disponible aquí: archivosmarioarrubla.
Cómo citar esta entrada: Jaramillo Restrepo, Sandra (2021), “Arrubla, Mario”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org